Capítulo 97. Jódete Barbie.

Narra Harry.

Conduzco como un auténtico psicópata pisando el acelerador mientras cientos de imágenes se mezclan en mi cabeza. Imágenes, sonidos y sensaciones; Ane, Ane y Ane. Solo ella por todas partes, pensando en lo que hicimos anoche. Joder, soy asqueroso.
Siento mi cabeza palpitar por la resaca, pero eso no impide que siga conduciendo lo más rápido que pueda hacia el único sitio en el que puedo obtener alguna clase de respuesta hacia lo que me ha pasado hace menos de veinticuatro horas con mi vecina, con mi amiga, con la novia de uno de mis casi hermanos, mientras mi novia estaba en casa sin entender ni saber nada de lo que yo hacía, cosa que me hace sentir peor, porque, obviamente, no se lo he contado, hasta un punto de idiota puedo ser. Aunque sé que al final acabaré por contárselo, pero... antes necesito ayuda.
En lo que una persona normal tardaría una media hora yo tardo quince minutos y ya estoy plantado allí. Cierro el coche de un portazo y casi salgo corriendo hacia la puerta de esa moderna casa, donde llamo al timbre con algo de impaciencia.

--¿Harry?-pregunta extrañada.
--He hecho una enorme estupidez-digo sin más entrando en la casa.

Siento un nudo en el estómago por el engaño hacia mi novia y hacia uno de mis mejores amigos. Siento enfado hacia mí mismo al tiempo que decepción y vergüenza ante mis actos, y por supuesto, un miedo horrible a tener que mirar a Ane de nuevo a la cara, que aún no sé cómo voy a hacerlo, porque aunque esta mañana se quedaran arregladas las cosas entre nosotros, sé que no será lo mismo.
Ally coge mis manos con rapidez y con cara que refleja el temor, observando mis muñecas y mis brazos, inspeccionándolos y parece que contando las marcas que tengo. Cuando parece contar las catorce, alza la mirada, mirándome confusa, ya que ha supuesto que lo que he hecho ha sido tratar de apartarme del medio, otra vez, pero no, esta vez no es eso, aunque no sé si es mejor o peor.

--¿Re-recuerdas la vecina por la que me sentía... atraído?-pregunto algo avergonzado, pero nervioso, obviamente.
--Sí, sí, claro-responde ella mirándome con los ojos muy abiertos, expectante a que la diga de qué va todo esto.
--A-anoche, ella y yo...-trato de decir, pero la culpabilidad de mata y acabo por callarme y morder mi labio inferior.
--¿De verdad?-pregunta ella extrañada.

Asiento con la cabeza, aún mordiendo mi labio y sintiendo como acabaré haciendo daño, cosa que me aliviaría y que no he hecho aún solo por no romper mi promesa, pero admito que esto está bien y no puede contabilizarse como intento de suicidio.
Ella parece leer mis pensamientos, ya que pasa su dedo pulgar por mi labio inferior, haciendo que los separe y pueda notar el sabor a hierro de mi propia sangre al haberme hecho una herida.
Coge mi brazo y tira de mí haciendo que me mueva hasta su despacho, donde hace que me siente en el pequeño sillón, ocupando ella asiento en la silla de enfrente, cogiendo su cuaderno de notas y bolígrafo, pero mirándome a los ojos con seriedad.

--¿Cómo llegaste a esa situación?-pregunta claramente confundida.
--Yo... bueno...-trato de explicarme, calmando mis nervios como puedo-estábamos en una fiesta y... puede que bebiéramos un poco.

Ella suspira con algo de desaprobación apuntando en su nota con rapidez, mientras yo sigo describiendo la noche de ayer.

--Y puede... que también fumáramos un poco de Cannabis-añado intentando restarle importancia, pero ella alza la cabeza de golpe y me mira con los ojos como platos sin poder creer mis palabras-No eramos plenamente conscientes de ello, pero... acabamos en la cama y... bueno, no voy a entrar en detalles en eso-comento en voz baja.

Agacho la cabeza, sabiendo que me va a regañar por hacer algo así, sabiendo que no debería ni de lejos y mucho más sabiendo que, según su diagnóstico, la trato como si fuera mi hermana, pero por otra parte también se puede usar de excusa mi sed insaciable de otro cuerpo femenino junto al mío, pero de igual manera, culpa mía y mal hecho por mi parte.

--Harry-dice ella con voz pausada-sabes que no ha estado bien ¿cierto?
--Lo sé-confirmo-No sé lo que me pasó, solo... se chocó conmigo y... nos pusimos a bailar y... Oh Dios, ¿qué he hecho?-pregunto poniendo mi cabeza entre mis manos y escurriéndolas hasta llegar a mi pelo, donde dejo que mis dedos se enreden con mis rizos, tratando de soltar mi frustración de golpe.
--Tranquilo-dice con voz suave, acariciando mi hombro con cuidado, acto seguido noto como se sienta a mi lado-Solo sentiste la necesidad de tenerla a ella también, no es algo tan malo, pero no debe de pasar otra vez ¿lo comprendes?
--Sí-respondo en un suspiro.

Dejo caer mi cabeza en su hombro y trato de tranquilizarme. No es algo... tan malo, no lo es, solo... solo ha sido un pequeño desliz, le puede pasar a cualquiera, no pasa nada... Aunque... ¿debo de decírselo a Marta? ¿Y a Niall? ¿Debería hablar con Ane sobre ello? ¿Llamar a papá? ¿Quizás preguntar a Louis, ya que lo sabe? ¿O a Zayn o Liam? No lo sé, solo necesito un punto de vista más subjetivo y que me ayude a sacar alguna cosa en claro.
Ally deja la libreta sobre la mesa, indicándome que ahora pasará a ser un tema personal y no solo como relación paciente-psicólogo.

--Harry, como amiga te diré algo ¿está bien?-dice tranquilamente, a lo que yo asiento con la cabeza-No considero que tengas ningún problema realmente grave allá arriba, sino más bien que necesitas que alguien te quiera, como sea y parece que tu novia no consigue hacerte del todo feliz.
--No, eso no es cierto, Marta me hace feliz-la aseguro, separándome de ella para mirarla a los ojos.
--No me refiero a que no te haga feliz, sino a que necesitas más atención de la que quizás ella te pueda aportar, ella me supongo que estudia, y eso a veces puede quitarla tiempo de estar contigo para estudiar, hacer deberes o simplemente salir con el resto de sus amigos. Al igual que a ti, te quita tiempo estar de gira y esas cosas.
--No lo hago aposta-me defiendo.
--Sé que no lo haces-me asegura-pero quizás deberías tratar de poner tu cariño en otras cosas, ¿qué tal una mascota? Si tuvieras una podrías ocuparte de ella y así, a la vez que te distraerías de tus problemas podrías estar con "alguien". Pero no me malinterpretes, no te hablo de amor, ¿sabes lo que quiero decir con eso?-pregunta mirándome con una ceja alzada.

Siento como mis mejillas se colorean de golpe al sentir como ella me ve capaz de poder tener alguna clase de sexo con un animal. Sé que ella habla con locos de muchas clases y puede que haya alguno al que le vayan esas cosas, pero si hay algo de lo que estoy completamente seguro es de que no quiero algo así, ni de lejos.
Asiento con la cabeza como respuesta, haciendo que ella ría entre dientes.

--¿Ahora ya estás más tranquilo?-pregunta sonriente.
--Sí, pero... solo una pregunta más-la pido, a lo que ella asiente con la cabeza-¿Debo decírselo a Marta?

Ella frunce el ceño, parece pensárselo detenidamente, sin saber muy bien lo que responder, por lo que yo espero paciente a que lo piense con tranquilidad.

--Si se lo cuentas te quedarías más a gusto, con la conciencia limpia y tranquila y apostaría a que Marta lo comprendería, ya que está al tanto de tu situación, pero siempre quedará algo de desconfianza en la relación. Yo que tú, hablaría primero con Ane y aclararía las cosas y condiciones, antes de que puedas comentárselo a Marta.
--Está bien...-admito en un suspiro.

El chirrido de la puerta abriéndose hace que me dé la vuelta para ver como Michael entra despacio al cuarto, algo dudoso de si puede o no hacerlo, pero al verme una sonrisa se forma en su cara, llena de ilusión.

--¡HARRY!-grita emocionado, corriendo hasta mí.
--¡MIKE!-respondo de la misma manera, levantándome del sofá.

Todos mis males se esfuman de golpe y simplemente siento como la inocencia y felicidad del pequeño se me contagian, haciendo que le sonría feliz como él lo hace.
Corre hasta mí y yo lo alzo en brazos, haciendo que él suelte un pequeño chillido, seguido de una risa al subirlo de manera tan alta. Lo dejo entre mis brazos mientras él me mira como si fuera lo más grandioso que puede haber, quitando a sus padres, claro está.

--Has venido-dice en voz baja antes de abrazarse a mi cuello con fuerza.
--Te dije que lo haría-respondo correspondiendo a su abrazo-¿Y eso sabes a qué me recuerda?-pregunto mirándole con una sonrisa divertida.
--¿El qué?-pregunta él con inmensa curiosidad.
--Te traje una cosa de mi viaje.
--¿¡De verdad?!-pregunta emocionado-¿¡Qué es?! ¿¡Puedo verlo?!
--Harry, no tenías porqué-oigo que dice Ally a modo de regañina.
--No tenía porqué, pero lo hice-respondo divertido-Vamos, que lo tengo en el coche-digo bajando al pequeño al suelo.

Coge mi mano con fuerza y me mira como ojos brillantes de ilusión, con una amplia sonrisa que apenas le cabe en la cara, solo por saber qué es lo que le he traído.
No es gran cosa, en realidad puede llegar a ser bastante tonto, pero en cuanto lo vi me acordé de él y tuve que comprarlo, fue imposible reprimirme.
Bajamos hasta llegar a la planta de abajo, donde puedo notar su impaciencia, ya que tira de mi mano para que me apresure y pueda entregarle su regalo. Río entre dientes mientras caminamos hacia el coche, donde dejé el regalo según volví, sabiendo que si lo dejaba en algún otro lugar lo olvidaría.
Abro el maletero bajo la atenta mirada de Mike, quien según lo abro, asoma la cabeza curioso, buscando su regalo. Espero que le guste porque lo compré con intenciones de que así fuera y no me gustaría que se llevara una decepción por mi culpa.
Saco los dos pequeños paquetes envueltos; uno para Mike y otro para Ally, los pongo bajo mi brazo y cierro de nuevo el maletero, aún con los ojos del pequeño siguiéndome a cada paso, pero sin decir palabra.
Me parece un niño realmente adorable, le miro con una sonrisa divertida y tierna y antes de que pueda decir nada le cojo con uno de mis fuertes brazos pegándolo a mi pecho y haciendo que el pequeño suelte un pequeño grito por el susto. Se agarra a mi cuello, con esa gran sonrisa y esos ojos llenos de curiosidad esperando a que le dé su regalo. 
Entro a casa con el pequeño subido a uno de mis brazos y según lo bajo me mira suplicante para que le dé su paquete, cosa que me hace reír entre dientes antes de entregárselo.

--Toma pequeño, espero que te guste-digo finalmente dándoselo con una sonrisa.

Suelta un pequeño grito de emoción antes de ponerse a romper el papel de envolver como loco, dejando ver un cochecito de juguete con el emblema de Superman en el capó. Casi tengo que matar a Louis para poder conseguirlo porque se había empecinado con él y solo quedaba uno, pero después de algún que otro pequeño chantaje/amenaza, lo conseguí comprar yo y ahora está entre las manos de Mike, quien lo mira con la boca abierta antes de tornar su mirada a mí, haciéndome sentir algo violento por si eso es una mala señal, pero me abraza la pierna con más fuerza de la que pensé que tenía y antes de decir nada sale corriendo hacia donde sea que esté Ally.

--¡MAMÁ!-grita entusiasmado-¡EL COCHE DE SUPERMAN! ¡HARRY ME REGALÓ EL COCHE DE SUPERMAN!-su voz parece subir un par de octavas por tanta emoción en su cuerpecito.

La risa baja de Ally llega hasta mis oídos en lo que llega desde la cocina con algo de comer en una bandeja. Me mira y niega con la cabeza, como si me regañara por haberle comprado algo, pese a que yo quería hacerlo ya que me gusta cuando sonríe de esa manera tan tierna al tener un pequeño coche entre sus manos y jugar con él como si pudiera conducir por las paredes.
Me siento en el sofá con ella mientras Mike sigue emocionado por la casa.

--También hay para ti-digo divertido entregando su paquete, algo más pequeño.
--No y no-dice con el ceño fruncido-No voy a aceptarlo.
--Eso es algo de mala educación-la reprocho divertido.
--No tienes porqué regalarme nada.
--Yo quiero hacerlo así que solo cógelo y calla-digo poniéndolo en su mano.

Ella resopla mirándome de nuevo con esa negación de cabeza, antes de ponerse a abrirlo y dejar a la vista la pequeña caja en la que va esa pulsera de plata que me pareció tan increíblemente preciosa y perfecta para ella, ya que su estilo es especialmente difícil, pero debo de decir que gracias a Liam la encontré.

--Oh Harry, es preciosa-dice mirándola con detenimiento-No tenías porqué-repite antes de darme un fuerte abrazo.
--Solo quería hacerlo-digo de nuevo correspondiendo a mi abrazo-Supongo que es lo menos que puedo hacer, me ayudas a no sentirme tan mal y a ver las cosas de una mejor manera.

Narra Lucía.

--Lucía por favor-me repite ya cansado Louis-Hay que hablar las cosas.
--No-digo por enésima vez, ya demasiado harta de decírselo.
--¿Quieres ser adulta por una vez en tu vida?
--Tengo diecisiete años, no tengo porqué ser adulta-le reprocho.

Resopla mientras pasa sus finos dedos por el pelo, tirándose ligeramente de la frustración, aunque la que va a acabar de los nervios voy a ser yo.
¿Por qué tenemos que ir a hablar los tres? ¿Por qué tenemos que ir a hablar Elena, él y yo? ¿Yo qué pinto? ¿No puede ir él y simplemente decirla "No me gustas"? ¿Tengo que ir yo? ¿Enserio? Pues no, me niego a hablar con esa rubia teñida con relleno en el sujetador roba novios, me niego.
Me hundo más en el sofá de casa de Lou con los brazos cruzados sobre mi pecho mientras él camina de un lado al otro del salón como si le pesaran los pies, parece que pensando tácticas que emplear conmigo para convencerme, pero no creo que nada de lo que vaya a decir conseguirá hacerme poner una sonrisa cuando esa niñata venga y hablar con ella como si fuera mi amiga.

--Si te comportas prometo no levantarte temprano nunca más-propone mirándome suplicante.
--¿Nunca más?-pregunto extrañada.

Una sonrisa de triunfo aparece en su bella cara, dando a entender que acepto las condiciones y trataré de no matar a la rubia de bote. Solo trataré, no prometo nada en realidad.
Resoplo de mala gana, pero antes de poder reprochar nada a Lou el timbre de la casa suena y él solo da un beso en mi frente rápido antes de salir corriendo para abrir.
Y el suplicio comienza en tres, dos, uno...

--¡Tommo!

Su simple voz me da completas arcadas y da ganas de pegarla un mordisco. No la mates. No la mates. No la mates pienso para mis adentros tratando de convencerme de que no salte a la mínima y acabemos en comisaría por agresión.

--¡Hola pequeña!-responde igual de entusiasmado Lou, pero se puede notar el nerviosismo en él.
--¿Qué es eso de lo que teníamos que hablar?-oigo que responde ella con un tono de felicidad completa.

No estará pensando en que la va a pedir salir o algo por el estilo ¿verdad? Dios, no solo es insoportable sino también patética y eso me dan ganas hasta de reírme en su cara, porque Louis me quiere, a mí, solo a mí, a ella no, y por si no ha quedado claro se lo digo las veces que quiera hasta que su corta mentalidad lo capte.
Veo como entra en el salón y como su cara repintada de maquillaje se muestra extrañada por un segundo, antes de que la victoria y el recochineo, la superioridad, la transformen con una pequeña sonrisa de maldad.
Soy yo la que no puede evitar sonreír ante lo que posiblemente esté pensando, como que Louis me va a dejar aquí, en vivo y en directo, solo para pedir que ella sea su novia.
Lou entra en el cuarto, interrumpiendo nuestras miradas de vencedoras y al mismo tiempo de asesinas hacia la otra, con su cálida y amigable sonrisa de siempre, solo por tranquilizar las cosas. Si supieras la que se te viene Lou...

--Bueno chicas, hay que aclarar las cosas-habla él moviendo a Elena de los hombros hasta sentarla en el sofá que hay justo enfrente del que yo me encuentro-Hay que hablar como adultos y entender lo que hay que entender, porque me parece que aquí se están confundiendo cosas y no puede ser.

Él se sienta en el tercer sofá que hay, como si hiciera de mediador, cuando aquí el único que tiene que hablar es él y no nosotras. 
Le miro con una sonrisa esperando a que le diga ya de una vez que él no la quiere, aunque de manera extraña ella hace lo mismo, cosa que hace que ría entre dientes ante sus ilusiones, porque son eso, solo ilusiones.

--Y estamos aquí los tres para que los sentimientos de cada uno puedan ser expresados con respeto para poder ser hablados de ellos con tranquilidad al tiempo que quizás aclarados.

Habla de nuevo Lou, sin captar nuestras miradas de asco y superioridad hacia la otra, sin ver nuestra batalla y nuestra alegría de que se vayan a aclarar las cosas, lástima que la Barbie se vaya a quedar sin su Bratz Boy y éste se vaya con la, mucho más estilosa, Bratz.

--A ver, empiezo yo-habla Tommo del nuevo-Yo estoy enamorado de Lucía-dice firmemente, haciendo que la expresión de Elena se torne a confusión, mirándolo con el ceño fruncido, mientras que mi sonrisa apenas cabe ya en mi cara-Y tú Elena, tú eres mi mejor amiga, como mi hermana, yo te quiero, como puedo querer a los chicos, como puedo querer a mis hermanas, pero no puedo corresponder a tus sentimientos de amor. Lo siento por ello, de verdad.

La sala se queda en silencio, yo siento felicidad por todas partes a mi alrededor, mientras puedo ver la cara de Elena enrojecer por segundos de pura rabia, mirando hacia Louis apretando los dientes, y acto seguido haciendo eso hacia mi persona, matándome con la mirada, deseándome muchas cosas malas, pero yo tan solo puedo sonreír y tratar de no reventar a reír en su cara maquillada.
Muevo mis labios para que ella pueda verlo claramente, diciendo un "Jódete Barbie".
En ese instante la muy salvaje se levanta del asiento y se tira a mí como una poseída, tratando de cogerme de los pelos.

--¡LE HAS PUESTO EN MI CONTRA! ¡LE HAS PUESTO EN MI JODIDA CONTRA!-grita fuera de sí arañándome allí donde pilla.
--¡LOCA! ¡LOCA! ¡QUE ESTÁS LOCA!-grito devolviéndola los golpes.

Acabamos por tirarnos de los pelos, llevaron arañazos, patadas, algún puñetazo y por el suelo del comedor de Louis, quien no deja de intentar separarnos, pero debe ser que no se esperaba que esto fuera a pasar, cuando yo sabía que así acabaríamos de una manera u otra, porque al fin y al cabo, esta chica está como una regadera.
De la nada algo o alguien me la quita de encima a esta chiflada, para cuando me quiero dar cuenta es Louis quien la coge de la cintura y la aleja de mí, tratando de hablar con ella, pero ella solo lanza insultos hacia mi persona de todas las maneras posibles.
Solo oigo gritos, gritos por parte de ella y la voz tranquila de Louis haciéndola entrar en razón hasta que consigue tranquilizarla y acto seguido se oyen sus sollozos y lamentaciones, sus "Yo te quiero más que ella" "Ella no es buena para ti" "Yo siempre he estado a tu lado" y demás y demás desde el hall, mientras yo sigo en el suelo tratando de recomponerme.
¿Y qué se esperaba? ¿Que la dejara a Louis en bandeja de plata? ¿Que no me defendiera? ¿Que realmente él la quisiera de esa manera? Una cosa es hacerse ilusiones, otra muy distinta vivir en una fantasía Disney.
La vida es así, si te enamoras de alguien que no te corresponde te jodes, porque si no siente lo mismo por ti hoy no lo sentirá mañana, si eres como su hermana, mañana seguirás siéndolo, y no puedes evitarlo ni tratar de arreglarlo, ni convencerlo, solo ocurre y así es la vida, te toca aguantar y conseguir olvidar poco a poco a aquella persona que tú pensabas que te quería de la misma forma.
La conversación entre ellos dos cambia de manera drástica cuando ella se pone a gritar como loca que es diciéndole que está ciego, que es imposible que no vea que le estoy utilizando, que solo quiero su fama, su dinero y que no me interesa su salud, su vida, sus sentimientos. Como si ella pudiera saber lo que Louis vale para mí, que estoy segura de que es mucho más que lo que ella siente, aunque tampoco hace falta mucho para eso, con no cruzar la línea entre cariño y locura vale.

--¡MIRA HAZ LO QUE TE VENGA EN GANA!-grita ella en el hall de la casa aún, totalmente fuera de sus casillas-¡ELÍGELA A ELLA! ¡VETE CON ELLA! ¡SAL CON ELLA! ¡CÁSATE CON ELLA! ¡FOLLA CON ELLA! ¡HAZ LO QUE QUIERAS! ¡PERO CUANDO ELLA SE LARGUE CON OTRO A MÍ NO ME VENGAS JODIDAMENTE LLORANDO LOUIS TOMLINSON PORQUE NO ESTARÉ AHÍ PARA RECOGER TU ESTÚPIDO CORAZÓN ROTO!

Y después de eso solo un enorme portazo que hace temblar los cristales y que hace que hasta me sobresalte, pero después solo silencio. Parece que ella realmente se ha ido y ha comprendido las cosas.
Pero lo que realmente me rompe ver es como entra Louis al salón como si lo acabarán de dar la peor noticia de su vida, como si algo realmente malo le pasara; sus mejillas dejan ver pequeñas lágrimas bajando con lentitud mientras él trata de limpiarlas, aunque se aparta una y salen tres, cosa que realmente no sirve de mucho y hace que se me parta el corazón.
Él realmente la quiere, no la ama, no quiere casarse con ella ni nada de eso, pero la quiere como amiga, quiere que ella esté a su lado y que si por algún motivo él y yo discutimos, poder ir a hablar con ella y desahogarse, que puedan seguir siendo amigos y que ella deje de actuar de esa manera. Para Louis, Elena es realmente importante como amiga.
Rápidamente me levanto del suelo hasta llegar a él y abrazarlo con fuerza, mientras él tan solo solloza en bajo, ya que su casi hermana le ha negado, ha negado su confianza y apoyo, ha negado volver tan si quiera a verle, lo ha negado de manera completa y parece que irremediablemente, es como si Louis para ella hubiera muerto, ya no existe, ya no es importante para ella, aunque en el fondo lo siga queriendo y puede que esto solo lo haga para arreglar las cosas entre ellos y que los sentimientos se estabilicen poco a poco, que no se confundan y acaben haciendo cosas de las que se arrepiente, o al menos yo quiero pensar de esa manera buena y positiva y no como que ella es una psicópata que necesita ayuda mental y yo un guardaespaldas para que ella no entre en mitad de la noche con un cuchillo y me mate, dejando alguna nota psicótica a Louis como pasa en las películas de miedo.