Otra vez el despertador retumba
por todo mi cuarto, otra vez lo cojo de mala leche y lo estampo contra la pared
y otra vez que tendré que ir esta tarde a comprar uno nuevo. En fin...
Me doy
media vuelta para seguir durmiendo cuando un grito me interrumpe.
--¡Ane!
¡Vamos! ¡Que llegas tarde otra vez!-grita mi madre.
Mi
madre Anne Cox, yo Ane Cox, no, mi madre no tenía mucha imaginación para poner
nombres. Mi padre...quiera saber Dios donde está, ¿hermanos? quizás, no lo sé. Mi
madre no me cuenta nada sobre mi familia, siempre que la saco el tema me lo
cambia, cuando era pequeña "Oh, mira que muñeca" Ahora que tengo
diecisiete "Oh, mira que móvil", pero bueno...
--¿¡Me
has oído?!-grita desde abajo.
--¡Sí
mamá!-la respondo mientras me levanto.
Veo
otro camión de mudanzas llegar a la casa de mi derecha, este más pequeño que
los anteriores. Se habrá mudado otro ancianito aburrido, que le vamos a hacer.
Me
levanto y me meto a la ducha rápido, mientras pongo mi música a todo volumen.
No me
decanto por un cantante favorito, la música es música, no importa de quien sea
mientras exprese tus sentimientos. Cuando salgo de la ducha intento peinar mi
pelo rizado.
--Asco
de rizos-murmuro mientras me peino con fuerza hasta desenredarlo.
Salgo
bailando al son de la música cuando veo a alguien que me observa desde la casa
de al lado apoyado en el marco de su ventana, riéndose.
Es...bastante
guapo y me resulta...un tanto familiar. Me acerco a la ventana.
--¿Me
vas a despertar todas las mañanas con esas vistas, preciosa?-dice egocéntrico.
--¿Vas
a ser así de gilipollas todas las mañanas?-digo borde.
--Madre
mía ¿no gritas?
--¿Por
lo feo que eres? No, tranquilo, me reprimo a pensarlo.
--¿No
sabes quién soy?-pregunta alucinado.
--¿Un
mirón?
--No, enserio
¿no sabes quién soy?
--¿Debería?
--¿No
me has visto en la tele o...en la radio o en los periódicos?-me quedo mirándole
fijamente, a esos ojos verdes que hipnotizan, igual que los míos.
--¡Ah! ¡Sí!
¡Ya sé!-el chico suspira de alivio-lo de chucho perdido-digo burlándome de él.
--Estúpida...
--Gilipollas...
--¿Vas
a quedarte ahí todo el día o me vas a hacer un striptease?
--Que
te den, me voy al instituto, pasad un buen día, tú, tus genitales y tu mano.
--Uh, ¿al
instituto? ¿Cuántos años tiene la pequeñina?
--Imbécil
tengo diecisiete.
--¿Y
qué haces aún estudiando?.
--Quiero
ganarme la vida, al contrario que otros...
--¿Diecisiete?
--Sí, cariño,
es número que va detrás del dieciséis.
--Ya, ya
sé que número es el diecisiete. ¿Cuándo es tu cumpleaños?
--¿Por
qué te importa?-se encoge de hombros.
--Era
solo por ser amable.
--El
uno de Febrero.
--¿Enserio?
--Sí ¿Por
qué?
--Porque
también es mi cumpleaños.
--Curioso...
¿Y tienes nombre señor Egocéntrico?
--Harry, Harry Styles-dice engreído.
--Te
pegaba más chucho perdido.
--Ja-Ja,
que graciosa ¿Y la belleza que sigue a esas piernas tiene nombre?
--Sí, olvídame-voy
a cerrar la ventana cuando me pega un grito.
--¡Oye!
¡Espera!
--¿Qué?
--Que
me digas tu nombre.
--Ane.
--¿Ane
qué más?
--Ane
Cox ¿Quieres mi talla de sujetador o los tampones que uso?
--Tranquila,
ya averiguaré yo mismo tu talla de sujetador-dice guiñándome un ojo.
--En
tus sueños chaval.
--En
una semana te tengo gimiendo mi nombre en mi cama-dice muy seguro.
--Eres
asqueroso-cierro la ventana pero de nuevo me grita.
--¡Espera!
--¿Qué?
--Que
he cambiado de idea, las guapas sois sosas en la cama no quiero verte en mi
cama-dice sonriendo. Cierro la ventana, por enésima vez, pero parece que el
imbécil este no capta que no quiero hablar con él.
--¡Oye!-se
queja
--¿Qué
quieres ahora? Es que me entran náuseas de verte y de oírte.
--¿Me
das tu número?
--¿Mi
número?
--De
teléfono.
--¿Para
qué?
--Normalmente
se usa para llamar a otra personas, para seguir estudiando eres un poco corta ¿no?-dice
sonriente.
Cojo mi
móvil y se me ocurre la estúpida idea de tirárselo por la ventana, sorprendentemente
un móvil llega a mis manos, le veo como sonríe.
--Tienes
buenas ideas-admite.
--Lo
mismo digo-apunto mi número cuando mi madre me llama.
--Ane ¿Estás
ya lista?-pregunta mi madre girando el pomo de la puerta.
Cierro
la puerta, tiro el móvil a la cama y me enfundo en unos vaqueros a la velocidad
de la luz, me pongo cualquier camiseta y unas Converse.
--Sí, ya-cojo
mi mochila y salgo por la puerta de mi cuarto cuando me llega un mensaje.
--¿Me
acabas de robar el móvil?-es mi número así que supongo que es Harry o
como se llame.
--¿Qué
quieres que haga?, mi madre iba a entrar ¿Qué la digo? "Mira mamá, un chulo que
se pone a espiarme mientras me cambio me ha lanzado su móvil por la ventana ¿Te
importa esperar?" Creo que no se lo tomaría bien.
--¿Cuándo
me lo piensas devolver?
--Cuando
vuelva del instituto ¿vale?
--Si no hay más remedio....
Apago
el móvil y lo meto en mis vaqueros. Me meto en el coche, donde me lleva mi
madre y me lleva al infierno, quiero decir al instituto.
--Adiós
mamá-me despido de ella y entro rápidamente.
Ando
por el pasillo lentamente, no tengo muchas ganas de llegar a clase, para qué
nos vamos a engañar. Llego a mi taquilla y empiezo a coger los libros de la
asignatura que me toca.
--¡Tía!
¡Tía! ¡Tía!-me grita alguien a mis espaldas.
--No me
digas, tu Henry ese ha estornudado en el mismo momento que tú ¡Oh! ¡Milagro! ¡Estáis
predestinados!-digo burlándome de mi mejor amiga.
Marta, mi
mejor amiga, y Lucía, Lu o Lulu, amiga de la infancia, tienen una...ligera
obsesión con cinco pavos, a cada cosa que las digas te sacarán alguna anécdota
o parecido con ellos. Ejemplo, tú dices "Que cuchara más sucia" y
ellas te responderá"¿Sabías que no se quién no come con cucharas?" o "Que
asco de palomas" y salen corriendo tras ellas llamándolas `Kevin´ y así
con todo.
--Me
parto contigo, que graciosa-dice irónica-lo primero se llama Harry, no Henry, lo
segundo sí, estamos predestinados, lo sé, lo tercero no hemos estornudado al
mismo tiempo, ¡es mejor que eso!-dice Marta emocionada
--Sorpréndedme-digo
buscando un bolígrafo azul en el fondo de mi taquilla.
--Hay
rumores de que se ha mudado a este barrio-habla Lu
--Bien,
ahora tendré que aguantar a niñas gritonas con las bragas por los suelos, genial...
¡Oh!¡Mi boli!
--Eres
insoportable-dice Marta rodando los ojos.
--¿Te
imaginas que viene con Lou?-pregunta medio chillando Lucía.
--¡Oh
Dios!-gritan a la vez mientras dan pequeños chillidos y saltitos.
--Madre
mía-digo riendo y como consecuencia que me miren con ganas de matarme.
--Sois
vosotras las que se emocionan con cinco...bueno, dejémoslo en cinco chiquillos.
--¿Chiquillos?
El menor de ellos tiene diecisiete-me corrige Lucía.
--Oh, que
mayor-digo sin darle importancia.
--Tú
tienes diecisiete-me replica Marta.
--Que
pesados todos con la edad, mi nuevo vecino, que es asquerosos e insoportable
también me lo ha dicho también.
--¿Tienes
vecinos nuevos?
--Sí y
preferiría no tenerlos.
--¿Por
qué?-pregunta curiosa Lulu dejando los libros en su taquilla.
--Porque
es un chaval que está salido a saber que tengo que ver desde mi habitación que
da a la suya...no quiero saber que hace por las noches, él y sus manitas-pongo
una cara de asco.
--¿Por
qué no dejas eso ya? Tengo chicas de sobra-dice una voz grave a mis espaldas.
Me fijo
en las caras de mis amigas, pálidas, con lágrimas saliendo de sus ojos sin
control y murmurando:"Harry"
Me giro
y de nuevo él.
--¿Otra
vez tú?