De nuevo noto temblores sobre mi cuerpo, Marta se estremece por el frío que siente, para ser sinceros, yo también estoy totalmente congelado. La abrazo con fuerza para que entre en calor, poco a poco y me levanto como puedo sin dejarla caer, se acurruca en mi pecho mientras entro en casa, donde hay notablemente más temperatura. Veo al pobre Louis, dormido tal y como se ha dejado caer, sentado en el sofá. Aparto la manta, pillada en el cuerpo de Marta, aún tembloroso y con el ceño fruncido, la quito la manta de encima y la coloco sobre Louis como puedo, se acurruca tumbándose en el sofá.
Subo al piso de arriba lo más rápido que puedo y hago que ella se meta entre las mantas antes que yo, me meto junto a ella, para entrar en calor rápidamente. No es que estemos sufriendo de hipotermia, pero tenemos frío, eso seguro. Su cara para de estar molesta a sentir alivio por el calor que poco a poco comienzo a sentir mientras el tiempo pasa en esa cama en la que solo hay silencio.
Beso sus labios, algo fríos aún, pero me responde con una brillante sonrisa.
--Buenos días-digo abrazándola.
--Buenos días-responde antes de besarme dulcemente-¿Por qué estás tan frío y por qué tengo tanto frío?-pregunta pegándose a mí.
--Nos quedamos dormidos en el suelo-digo con una sonrisa sobre sus labios.
Sonríe antes de besarme de nuevo, acariciando mi nuca. Baja sus besos por mi cuello, haciendo que comience a dejar de sentir frío y comience a notar como aumentan mis pulsaciones y también mi propio calor corporal.
No me quedo quieto, ni mucho menos, me coloco sobre ella, apoyando las rodillas a ambos lados de su cadera mientras sonríe divertida. Quita mi jersey beige mientras desabrocho los botones de su camisa despacio, sin dejar de cesar los besos. Baja sus manos hasta mis pantalones, los que desabrocha rápido, tratando de quitármelos lo que me hace sonreír, hago lo mismo con sus estrechos vaqueros. Soy yo el que baja los besos por su cuello mientras ella trata de quitar lo que me queda de ropa. Vuelvo mis labios hasta los suyos sin evitar sonreír y, no sé como, me encuentro yo debajo de ella, pasea sus labios por mi pecho bajando hasta llegar a mis abdominales, donde se detiene y me mira colorada al darse cuenta de lo que su roce provoca en mi cuerpo, retiro la mirada de la propia vergüenza. De nuevo sube a mis labios. La ropa...ni idea de donde está, no sé qué he hecho o ella ha hecho con ella, lo único que sé es que ya no la tenemos en el cuerpo.
Echo un brazo a tientas hacia mi mesilla mientras no dejamos de besarnos, abro el cajón como puedo y...nada, no hay nada. Dejo de besarla y me asomo al cajón, vacío ¿Pero dónde se supone que...? Un pequeño y ligero proyectil choca en mi cabeza. Para mi sorpresa es justo lo que buscaba. Marta se aparta de mí rápidamente tapándose vergonzosa, muevo mi mirada a la puerta y me doy cuenta de el por qué de su vergüenza. Louis, allí de pie, con la manta que yo le había colocado anteriormente, ahora enrollada y colocada bajo el brazo mientras él se pone unos tapones en los oídos.
--Los muelles que no suenen...bueno-dice mirando el estado en el que estamos-os dejo que suenen, pero no mucho y los orgasmos, para dentro, que no los oiga yo-le miro alucinado y él termina de colocarse los tapones-¿estáis muy....en fin...excitados?
--Hombre, ¿a ti que te parece?-digo molesto.
--Hacedme hueco-dice tirando la manta por allí y avanzando hasta quedarse al lado de la cama, la observa unos segundos y se mete-oh sí, habéis calentado la cama a base de bien, ay esas hormonas-dice mientras se arropa con una de las mantas hasta el cuello.
Le miro alucinado. ¿Pero de qué va? se le va la cabeza o algo...
Se gira y se me queda mirando, con el ceño fruncido.
--Vamos, vosotros a lo vuestro, si a mí me da igual, mientras dejéis la cama caliente...-murmura mientras se acurruca dándome la espalda.
--Yo...creo que me voy a casa...-habla Marta cogiendo el edredón y poniéndoselo por encima, tapándose-ya...luego nos vemos-dice avergonzada mientras recoge la ropa del suelo y sale de la habitación.
--Espera-digo levantándome rápido.
Me mira algo sorprendida, más bien otra cosa...aparta la mirada rápido, llena de vergüenza y prácticamente corriendo sale de la habitación.
--Mierda...-murmuro.
Me doy la vuelta lentamente y veo a Louis, con los ojos cerrados, pero riendo.
--Te voy a matar-digo cogiendo una almohada que estaba en el suelo-te voy a matar, Louis, ¿Has visto lo que acabas de hacer?-pregunto enfadado-¡Te mato!-digo dándole con la almohada en la cabeza, haciendo que se oculte bajo las mantas, riendo.
--¡Eres imbécil! ¡¿Te das cuenta de como estoy en este momento?!
--Sí, cachondo como una mona-dice divertido.
--¡Te voy a dar un puñetazo en la cara!-digo mientras sigo dándole con el almohadón.
--Oh, no, mi fabulosa cara-dice imitando mi voz-¿Qué haré sin mi bonita cara?
--Louis-digo dejando la almohada en cualquier lugar-que se ha ido...se ha ido...-digo sentándome en el borde de la cama-se ha ido por tu culpa...
--Oye, que os queda mucho tiempo, yo necesito dormir, ahora.
--Joder, Louis...-digo entristecido.
--Lo siento-dice mirándome arrepentido-Anda, ven aquí-dice abrazándome-lo siento ¿Vale? Llevo toda la noche despierto, necesitaba dormir un poco...
--Que la quiero Lou y quería estar con ella...-digo dejando caer mi cabeza sobre la almohada, de lado.
--No te preocupes por tu amigo el que estaba en el hospital, no, tranquilo, preocúpate por follar con tu novia-dice divertido.
--¿Cómo está Malik?-pregunto tapándome con la manta que queda.
--María me ha echado, me ha dicho que tenía que irme a dormir y me ha echado de allí, así que no lo sé-dice divertido-estoy preocupado por ella...-admite desviando la mirada.
--¿Por?-pregunto confundido.
--Zayn lleva en el hospital dos días, dos días en los que María no ha comido, no ha bebido, no ha dormido, nada, no puede seguir así mucho más, en algún momento se va a derrumbar.
--No exageres, Lou, solo necesita dormir un poco, no es para tanto.
--No me refiero a eso-dice antes de resoplar-me refiero a...soltarlo todo.
Le miro con el ceño fruncido. ¿Soltarlo todo? solo...no ha comido ni dormido en dos días, eso no es tan malo, pero creo que Louis sí se entiende a sí mismo y entiende a su hermana. Me acurruco con la manta que queda, color azul marino, esperando a la respuesta de Louis.
--Ella...me parece que...se ha enamorado de Zayn-admite murmurando.
--¿Y dónde está el problema? Zayn no es como ese ex novio que tenía, lo sabes.
--Pero...me parece...extraño, simplemente. Siempre pensé que sería de esas chicas que van con un tío y con otro y ya está, pero últimamente la he visto cambiada. Está de mejor humor, aunque en cuanto ve a Zayn parece que le da el bajón, le da el bajón porque no quiere admitir que le quiere y que quiere estar con él, por esa razón últimamente no ha estado con chicos. Antes la levantaba de la cama, bueno, si estaba en casa-dice esto susurrando con cara de dolor-y se despertaba de mal humor, siempre, porque estaba sola, desde que encontró a Zayn parece que se levanta danzando, hasta su piel y sus ojos parece que han cambiado, ahora sus ojos son mucho más azules y su piel brilla, está...feliz, mucho más que con su ex novio o con cualquier chico.
--No entiendo qué tiene que ver todo esto con que...lo suelte todo-digo confundido.
Él resopla, mirando al techo momentáneamente y de nuevo me mira a los ojos. Sus ojos normalmente alegres, ahora están preocupados, entristecidos.
--Ella...va a soltarlo todo, en cualquier momento, va a decirle todo a Zayn de golpe y luego se arrepentirá y...llorará, se romperá...no quiero que la pase eso-dice lo último mientras se quiebra su voz.
Aparta la mirada de mí, un segundo después de que note como sus ojos parecen vidriosos. Se hace una bola en la cama junto con la manta y pega su cabeza a mi pecho. Le abrazo con fuerza. De verdad no quiere que ocurra nada a su hermana, en realidad nadie quiere que hagan daño a sus seres queridos, pero cualquiera diría que Louis es así, aunque esa es la realidad, así es realmente...
--Bueno-dice sin más después de unos minutos en ese silencio-voy a hacer el desayuno-habla levantándose con una sonrisa-prometo no quemar nada...lo intentaré al menos-dice divertido.
--¿Estás bien?-pregunto preocupado.
--Sí, tranquilo, seguro que...ni siquiera llega a contárselo, como siga así caerá rendida y dormirá dos o tres días seguidos y se la pasará-dice sonriente.
Sale de la habitación como si nada. En este momento necesita estar solo y no le voy a obligar a que no sea así.
Me quedo sentado en la cama cuando caigo en que no sé qué ocurrió ni con Niall, ni con Ane. Me giro para ver si ella está asomada en la ventana, esperando a que yo salga, como suele pasar, o si veo que está limpiando su cuarto o haciendo algo y puedo hablar con ella. Pero no, las cortinas están echadas y no suele hacer eso, ni para ducharse o cambiarse de ropa, suele hacerlo en el baño o fuera de mi campo de visión (He dicho suele, no que no la haya visto cambiarse). Esto me da muy mala espina, la única vez que he visto esa veneciana colo blanco inmaculado bajarse y evitar verla fue cuando su madre la prohibió verme, pero parece que esa época ya pasó, así que....debe de estar ocurriéndola algo.
Abro la venta y me asomo. La llamo y no contesta, ni se nota movimiento tras la persiana, esto es demasiado extraño...
Salgo de la cama y bajo al piso de abajo, quizás Louis sepa algo de Niall. Me dirijo a la cocina, aún si vestirme, no es que me dé vergüenza andar así por la casa, solo estamos Louis y yo y él es como mi hermano.
--Louis-digo entrando en la cocina-¿Has hablado con Ni-me quedo callado de golpe.
Noto como se me suben los colores de inmediato y me tapo con cualquier cosa.
--Esto...Louis...no me habías dicho que teníamos visita-digo cortado mirando a su novia, totalmente colorada a causa de haberme visto así.
Como respuesta Louis solo ríe mientras sigue con el desayuno.
Cojo mi móvil rápidamente y salgo corriendo a mi cuarto. Un mal rato, sin duda.
Me tiro en la cama mientras busco el número de Ane en mi agenda, me estoy empezando a preocupar.
--¿Si?-me pregunta una voz ronca al otro lado de la línea después de un par de toques.
--Eh...lo siento, creo que me he equivocado de número.
--¿Harry?-pregunta esa voz confundida-¿Tan mal está mi voz para que no me reconozcas?-pregunta, esta vez riendo sin ganas.
--¿Ane?-pregunto extrañado-¿Qué le pasa a tu voz?-pregunto asustado.
--Me he constipado-dice sin más.
--Es lo que tiene irse sin chaqueta cuando llueve a todo llover-la recuerdo mientras miro sin chaqueta colocada en mi silla-por cierto, la tengo aquí, si quieres te la acerco.
--Te lo agradecería-dice con voz débil-no creo que pueda levantarme mucho de la cama-admite divertida.
--Voy ahora mismo a verte ¿vale?
--Como veas-dice divertida-pero no hace falta, no estoy muy guapa que digamos.
--Anda, anda, que tonterías dices, seguro que estás preciosa como siempre-digo sonriente.
Oigo como ríe sin fuerzas al otro lado de la línea.
--Voy ya mismo a verte.
--Está bien-responde ella con una nota de felicidad escondida entre todo ese malestar-ahora nos vemos.
--Apenas tardo tres minutos-confirmo antes de colgar.
Me visto con un jersey de color beige y unos vaqueros azules oscuros, unos zapatos marrones, algo simple. Cojo su plumas corto color blanco y lo cuelgo en mi brazo mientras bajo las escaleras viendo que llevo las llaves de casa y el móvil.
Para mi sorpresa, cuando bajo, no están ni Louis ni Lucía. Resoplo. Si es que siempre me hace lo mismo, se va sin avisarme.
Salgo de casa cerrando con llave y me muevo rápidamente hacia la casa de al lado. Llamo con el puño cerrado a la puerta de madera color arena y al poco tiempo me abre esa mujer, de estatura más baja de la mía y siempre tan familiar y cariñosa conmigo, bueno...siempre desde hace poco, antes ni podía acercarme a ellas.
--Hola, Harry-dice antes de darme un pequeño abrazo.
Un abrazo que parece querer alargar para siempre, y, que por algún motivo, no me disgusta, en absoluto, me gusta estar con ella así.
--Hola, Anne-digo amable.
--No está en muy buenas condiciones-me advierte mientras se separa de ese abrazo, lentamente, como si no quisiera hacerlo.
--Lo sé, por eso vine a verla-digo con una sonrisa.
--Eres un buen chico-dice acariciando mi mejilla con dulzura.
--Gracias-admito...no sé, es algo extraño lo que siento.
Ese momento se alarga, más de lo normal, tan solo nos miramos, a los ojos, ambos de colores claros, ella con su dulce mano posada en mi mejilla izquierda, mirándome con una sonrisa, pero en el fondo dolida.
--Ve a verla-dice antes de acercarse a mí y besar mi mejilla-seguro que la ayuda a que se ponga mejor.
Desaparece por una puerta que supongo da al salón. No entiendo qué es lo que ha pasado, el tiempo ha parecido detenerse, es como...la primera vez que vi a Ane, allí en su ventana, bailando mientras se vestía para ir a clase. Es un sentimiento, extraño y nuevo para mí, no siento lo mismo por la una que por la otra, pero no comprendo esos sentimientos que comienzo a despertar por ellas.
Sacudo mi cabeza intentando sacar esos pensamientos y subo las escaleras de dos en dos para llegar lo antes posible.
Llamo a la puerta y acto seguido me asomo para verla, allí encogida en la cama, con cara de no haber dormido bien, algo pálida y con un notable peor aspecto en cuanto a salud se refiere. Me mira con una sonrisa a pesar de todo.
--Has venido-murmura aún con esa sonrisa.
--Te he dicho que lo haría-respondo cerrando la puerta-¿Cómo te encuentras?-pregunto mientras dejo su chaqueta en una silla cualquiera y me acerco a ella-tienes un aspecto bastante...
No voy a decir que tiene un mal aspecto, tampoco es eso, es solo que tiene un aspecto enfermo y eso hace que me den escalofríos.
--Lo sé, parezco un zombie-admite divertida-pero de entre los zombies soy la más guapa ¿verdad?-dice riendo y que a causa de esa risa le salga una tos bastante preocupante, que hace que me acerque rápido a ella, arrodillándome a su lado.
--¿Estás bien? ¿Te traigo algo?-pregunto asustado-¿Llamo a alguien? ¿Un médico?
--No, tranquilo-consigue decir cuando calma su tos-estoy bien-admite con una sonrisa.
Noto como su cuerpo da pequeños temblores de vez en cuando, a pesar de que vea como hay más de una y dos mantas aparte del edredón y la sábana. Su cara parece pasar a la molestia cuando esos escalofríos la sacuden.
--¿Tienes frío?-pregunto colocando un mechón de pelo tras su oreja, con el semblante serio.
Asiente con la cabeza mientras cierra los ojos frunciendo el ceño y acurrucándose, más si se puede, en la cama.
Beso su frente y me doy cuenta de esa alta temperatura que desprende su cuerpo. La miro sorprendido y al mismo tiempo asustado.
--Me he tomado algo para que baje la fiebre, no te preocupes-susurra mientras sigue en esa posición y los escalofríos danzan sin temor por su frágil cuerpo.
Me quito el jersey, quedándome desnudo de cintura para arriba, me quito los zapatos y me meto en la cama junto a ella. Esto parece un hervidero, hay mucha y demasiada temperatura, cosa que hace que me asuste, ya que toda proviene de su cuerpo, irradiando ese calor por la fiebre. Paso un brazo por debajo de su cuello, haciendo que ella siga acurrucada, pero junto a mí, con un brazo sobre mi pecho.
--Estás fresquito-admite algo aliviada.
--En comparación contigo sí-digo antes de besar su cabeza.
La estancia se queda en completo silencio, no parece ni que haya personas allí, ella tan solo sigue con esos escalofríos, que parecen disminuir poco a poco mientras la doy el frescor que tengo, a cambio de que ella me dé su calor abrazador.
No se escucha nada en un buen rato hasta que oigo como llora en silencio con la cabeza sobre mi pecho.
--Oye, oye-digo acariciando su mejilla-¿qué te ocurre?
--Quiero a Niall, que esté aquí conmigo-dice entre sollozos.
Eso me sorprende, bastante, es la primera vez que admite que quiere estar junto a él, debe ser por el medicamento, la fiebre o que simplemente se encuentra mal, desanimada y sin fuerzas, cosa que hace que no intente ocultar lo que siente hacia él y que en general, esté más delicada y sensible.
--Lo sé-digo antes de besar su cabeza.
--¿Puedes llamarle para que venga?-pregunta con voz queda.
--Haré lo que pueda-digo sin saber si Niall me cogerá o no el móvil.
Llamo rápidamente, un par de toques, ya doy por perdido el que me lo coja, para mi sorpresa, me equivoco.
--Me has despertado-refunfuña el irlandés con voz dormida-¿Qué ocurre?
--Oye Niall, ¿crees que podrías...venir?
--¿Venir? ¿A dónde?-pregunta confundido.
--A...casa de Ane-admito.
La línea se queda en silencio durante un largo e interminable minuto.
--¿Por qué debería?-pregunta duro, como si no le importarse lo que la ocurra, todo lo contrario a lo que de verdad siente.
--Ella...se encuentra mal y...
--¿Qué la pasa?-pregunta ahora preocupado, sin ni siquiera dejar terminar la frase.
--Se ha resfriado, está con fiebre-digo mirando su cara, dolorida por ese malestar que siente.
La abrazo con fuerza, como si eso ayudara a que se curase, así lo espero y lo creo...
--No creo que me quiera ver-dice dolido Niall.
--Al contrario, me acaba de decir que quiere que vengas.
--¿Quiere verme?-pregunta sorprendido.
--Sí, normalmente cuando te refrías te pones más sensiblón y dejas salir tus sentimientos, eso es lo que la está pasando...
Otro minuto en silencio en la línea.
--No tardo-murmura antes de colgarme.
Dejo el móvil en la mesilla de noche de madera, colocada a mi cabeza. La abrazo con los dos brazos haciendo que tiemble de nuevo, esta vez de forma menos exagerada y preocupante.
--¿Va a venir?-pregunta con voz ronca desde mi costado.
--Ajá-digo sin más.
Noto su pierna derecha, ardiendo, colocarse sobre mi cintura, ya no tan fría como cuando llegué, pero aún menos caliente que ella.
--Creo que deberías darte una ducha fría-digo al notar que su temperatura no parece bajar-estás muy caliente.
--No tengo fuerzas-dice con voz quebrada.
--Venga, te vendrá bien-digo sentándome en la cama-tiene que bajarte la fiebre de forma más rápida.
Ayudo a que se coloque igual que yo, sentada en la cama, pero apoyada sobre si cuerpo, parece que apenas pueda moverse.
--Tengo otra idea-admito levantándome de la cama haciendo que ella se tumbe de nuevo-esto...desnúdate.
Abre los ojos de golpe y me mira asombrada.
--Estoy constipada, no drogada o borracha como para hacer locuras-me afirma mientras se arropa hasta el cuello.
--Voy a llenar la bañera, así no tienes que mantenerte en pie, no vaya a ser que te caigas.
--No voy a desnudarme delante de ti-dice sin abrir los ojos, con el ceño fruncido.
--No te voy a ver nada, yo voy al baño, cuando tú me digas salgo y te cojo, pero tapada con una toalla o algo, no pienses que te quiero ver sin ropa-digo asegurándola que no quiero verla nada.
--Está bien-dice por no oírme más que por otra cosa.
Voy al baño, lleno la bañera dejando el agua ligeramente fría para que su temperatura baje. Me quedo allí unos minutos, pensando en cuanto tardará Niall en llegar, en qué pensará si me ve cogiéndola prácticamente desnuda, lo que hace que me dé cuenta de que tengo que darme prisa.
--¿Estás ya?-pregunto desde el otro lado de la puerta.
--Sí-dice desganada.
--Salgo-aviso.
No se oye otra respuesta más y veo como me espera en la cama, de la misma forma en la que estaba antes, lo que me haría dudar de que se ha quitado la ropa de no ser porque la veo sobresalir por el cubo de ropa para lavar.
--Vamos allá-digo acercándome a ella-te cojo con la manta, así no te preocupas de que te va nada ¿te parece?
--Tranquilo-dice destapándose hasta los pies, lo que hace que como acto reflejo me dé la vuelta para no verla-¿qué haces? no te gires.
--Hombre, no me parece bien verte...así.
--Deja de hacer el estúpido Styles y ayúdame a levantarme, que no tengo fuerzas ni para eso.
--No quiero verte desnuda...-admito por lo bajo.
--Y no me verás, tranquilo-confirma.
Me giro asustado por su respuesta, con los ojos cerrados y los abro lentamente, para ver como ella me mira divertida, aún sin fuerzas, pero para mi sorpresa, no desnuda al completo, sino con un bikini.
--Buena idea-admito después de soltar un suspiro.
Cojo sus manos, también calientes como el resto de ella y hago que se levante. Veo como se tambalea ligeramente y hago que se pegue a mí para que no se caiga.
--¿Estás bien?-pregunto acariciando su pelo.
--Solo me mareé un poco-admite en bajo-vamos.
Hago que se coloque bajo mi brazo y caminamos lentamente hasta llegar al baño. La cojo en brazos y hago que se meta en la bañera, haciendo que se queje dolorida, supongo que por el contraste de temperatura.
Observo su cuerpo, sacudiéndose de nuevo de forma algo violenta, de forma que queda relejada en su cara en la que muestra dolor, pero que poco a poco esas sacudidas van desando haciendo que cambie su cara a una ligera sonrisa, con los ojos cerrados.
--¿Estás mejor?-pregunto en cuclillas metiendo la mano en el agua, la cual hasta yo diría que se ha calentado.
Asiente con la cabeza mientras la gira y abre los ojos despacio, sonriente.
--Gracias-dice en bajo.
--No hay de qué-digo antes de besar su frente, aún caliente, pero claramente menos-ahora tienes que volver a la cama antes de que te enfríes demasiado.
La ayudo a que se ponga de pie, aún tambaleándose ligeramente, cojo una toalla con una mano mientras que con la otra la sujeto. La rodeo con una toalla color morado oscuro y la abrazo con fuerza. La levanto de allí y la llevo hasta la cama, donde la dejo sentada sobre mis piernas.
--No sé por qué haces todo esto por mí-murmura mirando hacia el suelo.
--¿Te molesta que te cuide?-pregunto sorprendido.
--No-dice acurrucándose en mi pecho-me gusta que me cuides...
--Anda, vístete antes de que llegue Niall.
Sonríe con una amplia sonrisa, aún algo febril.
--¿Te importa pasarme ropa?-pregunta señalando su cómoda-los pijamas están en el primer cajón-explica mientras se acerca a la mesilla de noche.
Me acerco a la cómoda de unos cinco cajones y abro el primero, en el que hay un par de pijamas, cojo uno cualquiera, color azul claro y me doy la vuelta.
Veo como se revuelve dentro de la cama, voy a preguntar qué la ocurre cuando veo como saca un brazo y deja caer su ropa de baño mojada, entonces comprendo que no tiene ropa.
Me giro por si por un casual se levanta esa manta y espero paciente a que me diga que me puedo dar media vuelta.
Termina de vestirse y cuando voy a meterme en la cama junto a ella de nuevo aparece Niall por la puerta. Me mira con el ceño fruncido, al encontrarme aún sin camiseta, pero ese enfado desaparece de su cuerpo cuando oye ese "Niall" con voz rasgada de esa chica que ama, con mal aspecto, pero preciosa igualmente.
El rubio se acerca deprisa a ella, con preocupación, se pone en cuclillas a su lado y veo como se susurran cosas, por el estado en el que ella está, bonitas y totalmente verdaderas, lo que hace que vea como ella sonríe, esa sonrisa se agranda con el simple contacto de la mano de Niall contra su mejilla, lentamente, como si fuera lo más valioso del mundo y temieses romperlo, para él, lo es.
Siento que estorbo en ese momento en el que, desafortunadamente, no durará mucho, pero hasta que ella se mejore, dejaré que los dos se expresen tal y como lo sienten, tal y como son, sin tratar de ocultarlo por una razón u otra.
Narra Louis.
Su mano delicada junto a la mía, mientras caminamos lentamente por el bosque nevado ¿Acaso hay algo más bonito? las vistas del bosque no están mal, pero yo me refiero a ella, con su sonrisa brillante, aunque esté totalmente perdida y no sepa a donde la estoy llevando, pero de igual manera sonríe. Aparto la rama de un árbol que cae por el peso de la nieve y que se pone en nuestro camino, lo traspasamos sin problemas. Nos acercamos al lugar. Pongo mis manos, frías, obviamente, sobre su fina y pálida piel, tapando sus ojos y haciendo por un momento que ella se estremezca. Caminamos aún en ese silencio. La realidad es que si estamos juntos, sobran las palabras. Andamos despacio, con su espalda pegada a mi pecho hasta que veo esa explanada en la que hay un enorme lago, ahora congelado, rodeado de enormes pinos, blanquecinos por la nieve, parece un lugar apartado del mundo, por la luz tan extraña que hay aquí, realmente lo parece, parece...brillante, lleno de vida a pesar de que esté vacío, ya que los animales dormitan durante esta fría estación. Aparto despacio las manos y las bajo hasta dejarlas en su cintura.
--¿Qué es esto?-susurra sorprendida.
--Hace dos años descubrí que este lago se congelaba, pero solo completamente uno o dos días antes de Año Nuevo-explico apoyando mi mentón en hombro-¿te gusta?-pregunto mirándola sonriente.
--Es...increíble-murmura aún anonadada.
--Ahora lo será aún más-la susurro al oído antes de alejarme rápidamente de ella.
Me acerco a un árbol, totalmente escogido por mí para esto. ¿Qué se hace en un lago helado? Patinar, está más que claro. Saco dos pares de patines, blancos, con la cuchilla perfectamente afilada en la que se puede ver mi reflejo.
Le acerco los más pequeños, acorde con ella y me mira sorprendida.
--¿Vamos a patinar?
--Por supuesto-confirmo con una sonrisa.
--Pero...se puede romper el hielo-dice algo asustada.
--No, tranquila.
--Louis...-me advierte-no es seguro...
Resoplo alejándome de ella. Me dirijo al medio del lago, aún con mis zapatos, lo que hace que ande despacio para no caerme. Oigo sus gritos asustados pidiéndome que vuelva, pero hago caso omiso. Me doy media vuelta para ver su cara angustiada, suplicándome que vuelva allí. Me encojo de hombros y comienzo a saltar en mitad del lago, ni siquiera una ligera grieta.
--¿¡Ves?!-grito desde allí-¡No pasa nada!
Voy a salir corriendo hacia allí cuando resbalo y doy un culetazo contra el suelo, lo que hace que tanto ella como yo riamos. Vuelvo junto a ella.
--No pasa nada, vamos-digo tirando de su mano.
Me mira confusa, indecisa.
--Confía en mí-susurro en su oído.
La miro a los ojos y como a duras penas se decide a venir conmigo.
Sus pasos, al principio lentos, tratando de no caerse ni que se junten nuestros patines, comienzan a ser más largos y precisos. Danzamos por todo lago, sin apenas caernos, hasta que parece que lo hacemos sin darnos cuenta. Nuestras manos, sin separarse un segundo.
Me detengo, haciendo que ella me mire preocupada, la acerco a mí despacio, va a preguntarme algo cuando hago que nuestras frentes se junten y que segundos después, nuestros labios conecten, de la manera más increíble posible.
Noto como su mano se eleva para llegar a mi cara y arrastrase para llegar a mi nuca, seguidamente repite el proceso con su otra mano. Yo, por el contrario, paso mis manos acariciando sus costados hasta llegar a su espalda, haciendo que se pegue su cuerpo al mío.
No es necesario nada más, no hay nada más en este momento, solo ella y yo, solo nuestros corazones latiendo al mismo tiempo, unidos como si fueran solo uno, nuestros alientos, conectados como si desde el momento en el que llegamos al mundo estuvieran dispuestos a encontrarse, y así lo hicieron.
Simplemente, estábamos destinados y nos encontramos, por una casualidad o por el destino, por Dios o por la suerte, cada uno puede verlo de la forma que prefiera o crea, yo solo sé, que ya no somos dos personas, no somos hombre y mujer, solo somos nosotros, solo somos uno.
--Ella...me parece que...se ha enamorado de Zayn-admite murmurando.
--¿Y dónde está el problema? Zayn no es como ese ex novio que tenía, lo sabes.
--Pero...me parece...extraño, simplemente. Siempre pensé que sería de esas chicas que van con un tío y con otro y ya está, pero últimamente la he visto cambiada. Está de mejor humor, aunque en cuanto ve a Zayn parece que le da el bajón, le da el bajón porque no quiere admitir que le quiere y que quiere estar con él, por esa razón últimamente no ha estado con chicos. Antes la levantaba de la cama, bueno, si estaba en casa-dice esto susurrando con cara de dolor-y se despertaba de mal humor, siempre, porque estaba sola, desde que encontró a Zayn parece que se levanta danzando, hasta su piel y sus ojos parece que han cambiado, ahora sus ojos son mucho más azules y su piel brilla, está...feliz, mucho más que con su ex novio o con cualquier chico.
--No entiendo qué tiene que ver todo esto con que...lo suelte todo-digo confundido.
Él resopla, mirando al techo momentáneamente y de nuevo me mira a los ojos. Sus ojos normalmente alegres, ahora están preocupados, entristecidos.
--Ella...va a soltarlo todo, en cualquier momento, va a decirle todo a Zayn de golpe y luego se arrepentirá y...llorará, se romperá...no quiero que la pase eso-dice lo último mientras se quiebra su voz.
Aparta la mirada de mí, un segundo después de que note como sus ojos parecen vidriosos. Se hace una bola en la cama junto con la manta y pega su cabeza a mi pecho. Le abrazo con fuerza. De verdad no quiere que ocurra nada a su hermana, en realidad nadie quiere que hagan daño a sus seres queridos, pero cualquiera diría que Louis es así, aunque esa es la realidad, así es realmente...
--Bueno-dice sin más después de unos minutos en ese silencio-voy a hacer el desayuno-habla levantándose con una sonrisa-prometo no quemar nada...lo intentaré al menos-dice divertido.
--¿Estás bien?-pregunto preocupado.
--Sí, tranquilo, seguro que...ni siquiera llega a contárselo, como siga así caerá rendida y dormirá dos o tres días seguidos y se la pasará-dice sonriente.
Sale de la habitación como si nada. En este momento necesita estar solo y no le voy a obligar a que no sea así.
Me quedo sentado en la cama cuando caigo en que no sé qué ocurrió ni con Niall, ni con Ane. Me giro para ver si ella está asomada en la ventana, esperando a que yo salga, como suele pasar, o si veo que está limpiando su cuarto o haciendo algo y puedo hablar con ella. Pero no, las cortinas están echadas y no suele hacer eso, ni para ducharse o cambiarse de ropa, suele hacerlo en el baño o fuera de mi campo de visión (He dicho suele, no que no la haya visto cambiarse). Esto me da muy mala espina, la única vez que he visto esa veneciana colo blanco inmaculado bajarse y evitar verla fue cuando su madre la prohibió verme, pero parece que esa época ya pasó, así que....debe de estar ocurriéndola algo.
Abro la venta y me asomo. La llamo y no contesta, ni se nota movimiento tras la persiana, esto es demasiado extraño...
Salgo de la cama y bajo al piso de abajo, quizás Louis sepa algo de Niall. Me dirijo a la cocina, aún si vestirme, no es que me dé vergüenza andar así por la casa, solo estamos Louis y yo y él es como mi hermano.
--Louis-digo entrando en la cocina-¿Has hablado con Ni-me quedo callado de golpe.
Noto como se me suben los colores de inmediato y me tapo con cualquier cosa.
--Esto...Louis...no me habías dicho que teníamos visita-digo cortado mirando a su novia, totalmente colorada a causa de haberme visto así.
Como respuesta Louis solo ríe mientras sigue con el desayuno.
Cojo mi móvil rápidamente y salgo corriendo a mi cuarto. Un mal rato, sin duda.
Me tiro en la cama mientras busco el número de Ane en mi agenda, me estoy empezando a preocupar.
--¿Si?-me pregunta una voz ronca al otro lado de la línea después de un par de toques.
--Eh...lo siento, creo que me he equivocado de número.
--¿Harry?-pregunta esa voz confundida-¿Tan mal está mi voz para que no me reconozcas?-pregunta, esta vez riendo sin ganas.
--¿Ane?-pregunto extrañado-¿Qué le pasa a tu voz?-pregunto asustado.
--Me he constipado-dice sin más.
--Es lo que tiene irse sin chaqueta cuando llueve a todo llover-la recuerdo mientras miro sin chaqueta colocada en mi silla-por cierto, la tengo aquí, si quieres te la acerco.
--Te lo agradecería-dice con voz débil-no creo que pueda levantarme mucho de la cama-admite divertida.
--Voy ahora mismo a verte ¿vale?
--Como veas-dice divertida-pero no hace falta, no estoy muy guapa que digamos.
--Anda, anda, que tonterías dices, seguro que estás preciosa como siempre-digo sonriente.
Oigo como ríe sin fuerzas al otro lado de la línea.
--Voy ya mismo a verte.
--Está bien-responde ella con una nota de felicidad escondida entre todo ese malestar-ahora nos vemos.
--Apenas tardo tres minutos-confirmo antes de colgar.
Me visto con un jersey de color beige y unos vaqueros azules oscuros, unos zapatos marrones, algo simple. Cojo su plumas corto color blanco y lo cuelgo en mi brazo mientras bajo las escaleras viendo que llevo las llaves de casa y el móvil.
Para mi sorpresa, cuando bajo, no están ni Louis ni Lucía. Resoplo. Si es que siempre me hace lo mismo, se va sin avisarme.
Salgo de casa cerrando con llave y me muevo rápidamente hacia la casa de al lado. Llamo con el puño cerrado a la puerta de madera color arena y al poco tiempo me abre esa mujer, de estatura más baja de la mía y siempre tan familiar y cariñosa conmigo, bueno...siempre desde hace poco, antes ni podía acercarme a ellas.
--Hola, Harry-dice antes de darme un pequeño abrazo.
Un abrazo que parece querer alargar para siempre, y, que por algún motivo, no me disgusta, en absoluto, me gusta estar con ella así.
--Hola, Anne-digo amable.
--No está en muy buenas condiciones-me advierte mientras se separa de ese abrazo, lentamente, como si no quisiera hacerlo.
--Lo sé, por eso vine a verla-digo con una sonrisa.
--Eres un buen chico-dice acariciando mi mejilla con dulzura.
--Gracias-admito...no sé, es algo extraño lo que siento.
Ese momento se alarga, más de lo normal, tan solo nos miramos, a los ojos, ambos de colores claros, ella con su dulce mano posada en mi mejilla izquierda, mirándome con una sonrisa, pero en el fondo dolida.
--Ve a verla-dice antes de acercarse a mí y besar mi mejilla-seguro que la ayuda a que se ponga mejor.
Desaparece por una puerta que supongo da al salón. No entiendo qué es lo que ha pasado, el tiempo ha parecido detenerse, es como...la primera vez que vi a Ane, allí en su ventana, bailando mientras se vestía para ir a clase. Es un sentimiento, extraño y nuevo para mí, no siento lo mismo por la una que por la otra, pero no comprendo esos sentimientos que comienzo a despertar por ellas.
Sacudo mi cabeza intentando sacar esos pensamientos y subo las escaleras de dos en dos para llegar lo antes posible.
Llamo a la puerta y acto seguido me asomo para verla, allí encogida en la cama, con cara de no haber dormido bien, algo pálida y con un notable peor aspecto en cuanto a salud se refiere. Me mira con una sonrisa a pesar de todo.
--Has venido-murmura aún con esa sonrisa.
--Te he dicho que lo haría-respondo cerrando la puerta-¿Cómo te encuentras?-pregunto mientras dejo su chaqueta en una silla cualquiera y me acerco a ella-tienes un aspecto bastante...
No voy a decir que tiene un mal aspecto, tampoco es eso, es solo que tiene un aspecto enfermo y eso hace que me den escalofríos.
--Lo sé, parezco un zombie-admite divertida-pero de entre los zombies soy la más guapa ¿verdad?-dice riendo y que a causa de esa risa le salga una tos bastante preocupante, que hace que me acerque rápido a ella, arrodillándome a su lado.
--¿Estás bien? ¿Te traigo algo?-pregunto asustado-¿Llamo a alguien? ¿Un médico?
--No, tranquilo-consigue decir cuando calma su tos-estoy bien-admite con una sonrisa.
Noto como su cuerpo da pequeños temblores de vez en cuando, a pesar de que vea como hay más de una y dos mantas aparte del edredón y la sábana. Su cara parece pasar a la molestia cuando esos escalofríos la sacuden.
--¿Tienes frío?-pregunto colocando un mechón de pelo tras su oreja, con el semblante serio.
Asiente con la cabeza mientras cierra los ojos frunciendo el ceño y acurrucándose, más si se puede, en la cama.
Beso su frente y me doy cuenta de esa alta temperatura que desprende su cuerpo. La miro sorprendido y al mismo tiempo asustado.
--Me he tomado algo para que baje la fiebre, no te preocupes-susurra mientras sigue en esa posición y los escalofríos danzan sin temor por su frágil cuerpo.
Me quito el jersey, quedándome desnudo de cintura para arriba, me quito los zapatos y me meto en la cama junto a ella. Esto parece un hervidero, hay mucha y demasiada temperatura, cosa que hace que me asuste, ya que toda proviene de su cuerpo, irradiando ese calor por la fiebre. Paso un brazo por debajo de su cuello, haciendo que ella siga acurrucada, pero junto a mí, con un brazo sobre mi pecho.
--Estás fresquito-admite algo aliviada.
--En comparación contigo sí-digo antes de besar su cabeza.
La estancia se queda en completo silencio, no parece ni que haya personas allí, ella tan solo sigue con esos escalofríos, que parecen disminuir poco a poco mientras la doy el frescor que tengo, a cambio de que ella me dé su calor abrazador.
No se escucha nada en un buen rato hasta que oigo como llora en silencio con la cabeza sobre mi pecho.
--Oye, oye-digo acariciando su mejilla-¿qué te ocurre?
--Quiero a Niall, que esté aquí conmigo-dice entre sollozos.
Eso me sorprende, bastante, es la primera vez que admite que quiere estar junto a él, debe ser por el medicamento, la fiebre o que simplemente se encuentra mal, desanimada y sin fuerzas, cosa que hace que no intente ocultar lo que siente hacia él y que en general, esté más delicada y sensible.
--Lo sé-digo antes de besar su cabeza.
--¿Puedes llamarle para que venga?-pregunta con voz queda.
--Haré lo que pueda-digo sin saber si Niall me cogerá o no el móvil.
Llamo rápidamente, un par de toques, ya doy por perdido el que me lo coja, para mi sorpresa, me equivoco.
--Me has despertado-refunfuña el irlandés con voz dormida-¿Qué ocurre?
--Oye Niall, ¿crees que podrías...venir?
--¿Venir? ¿A dónde?-pregunta confundido.
--A...casa de Ane-admito.
La línea se queda en silencio durante un largo e interminable minuto.
--¿Por qué debería?-pregunta duro, como si no le importarse lo que la ocurra, todo lo contrario a lo que de verdad siente.
--Ella...se encuentra mal y...
--¿Qué la pasa?-pregunta ahora preocupado, sin ni siquiera dejar terminar la frase.
--Se ha resfriado, está con fiebre-digo mirando su cara, dolorida por ese malestar que siente.
La abrazo con fuerza, como si eso ayudara a que se curase, así lo espero y lo creo...
--No creo que me quiera ver-dice dolido Niall.
--Al contrario, me acaba de decir que quiere que vengas.
--¿Quiere verme?-pregunta sorprendido.
--Sí, normalmente cuando te refrías te pones más sensiblón y dejas salir tus sentimientos, eso es lo que la está pasando...
Otro minuto en silencio en la línea.
--No tardo-murmura antes de colgarme.
Dejo el móvil en la mesilla de noche de madera, colocada a mi cabeza. La abrazo con los dos brazos haciendo que tiemble de nuevo, esta vez de forma menos exagerada y preocupante.
--¿Va a venir?-pregunta con voz ronca desde mi costado.
--Ajá-digo sin más.
Noto su pierna derecha, ardiendo, colocarse sobre mi cintura, ya no tan fría como cuando llegué, pero aún menos caliente que ella.
--Creo que deberías darte una ducha fría-digo al notar que su temperatura no parece bajar-estás muy caliente.
--No tengo fuerzas-dice con voz quebrada.
--Venga, te vendrá bien-digo sentándome en la cama-tiene que bajarte la fiebre de forma más rápida.
Ayudo a que se coloque igual que yo, sentada en la cama, pero apoyada sobre si cuerpo, parece que apenas pueda moverse.
--Tengo otra idea-admito levantándome de la cama haciendo que ella se tumbe de nuevo-esto...desnúdate.
Abre los ojos de golpe y me mira asombrada.
--Estoy constipada, no drogada o borracha como para hacer locuras-me afirma mientras se arropa hasta el cuello.
--Voy a llenar la bañera, así no tienes que mantenerte en pie, no vaya a ser que te caigas.
--No voy a desnudarme delante de ti-dice sin abrir los ojos, con el ceño fruncido.
--No te voy a ver nada, yo voy al baño, cuando tú me digas salgo y te cojo, pero tapada con una toalla o algo, no pienses que te quiero ver sin ropa-digo asegurándola que no quiero verla nada.
--Está bien-dice por no oírme más que por otra cosa.
Voy al baño, lleno la bañera dejando el agua ligeramente fría para que su temperatura baje. Me quedo allí unos minutos, pensando en cuanto tardará Niall en llegar, en qué pensará si me ve cogiéndola prácticamente desnuda, lo que hace que me dé cuenta de que tengo que darme prisa.
--¿Estás ya?-pregunto desde el otro lado de la puerta.
--Sí-dice desganada.
--Salgo-aviso.
No se oye otra respuesta más y veo como me espera en la cama, de la misma forma en la que estaba antes, lo que me haría dudar de que se ha quitado la ropa de no ser porque la veo sobresalir por el cubo de ropa para lavar.
--Vamos allá-digo acercándome a ella-te cojo con la manta, así no te preocupas de que te va nada ¿te parece?
--Tranquilo-dice destapándose hasta los pies, lo que hace que como acto reflejo me dé la vuelta para no verla-¿qué haces? no te gires.
--Hombre, no me parece bien verte...así.
--Deja de hacer el estúpido Styles y ayúdame a levantarme, que no tengo fuerzas ni para eso.
--No quiero verte desnuda...-admito por lo bajo.
--Y no me verás, tranquilo-confirma.
Me giro asustado por su respuesta, con los ojos cerrados y los abro lentamente, para ver como ella me mira divertida, aún sin fuerzas, pero para mi sorpresa, no desnuda al completo, sino con un bikini.
--Buena idea-admito después de soltar un suspiro.
Cojo sus manos, también calientes como el resto de ella y hago que se levante. Veo como se tambalea ligeramente y hago que se pegue a mí para que no se caiga.
--¿Estás bien?-pregunto acariciando su pelo.
--Solo me mareé un poco-admite en bajo-vamos.
Hago que se coloque bajo mi brazo y caminamos lentamente hasta llegar al baño. La cojo en brazos y hago que se meta en la bañera, haciendo que se queje dolorida, supongo que por el contraste de temperatura.
Observo su cuerpo, sacudiéndose de nuevo de forma algo violenta, de forma que queda relejada en su cara en la que muestra dolor, pero que poco a poco esas sacudidas van desando haciendo que cambie su cara a una ligera sonrisa, con los ojos cerrados.
--¿Estás mejor?-pregunto en cuclillas metiendo la mano en el agua, la cual hasta yo diría que se ha calentado.
Asiente con la cabeza mientras la gira y abre los ojos despacio, sonriente.
--Gracias-dice en bajo.
--No hay de qué-digo antes de besar su frente, aún caliente, pero claramente menos-ahora tienes que volver a la cama antes de que te enfríes demasiado.
La ayudo a que se ponga de pie, aún tambaleándose ligeramente, cojo una toalla con una mano mientras que con la otra la sujeto. La rodeo con una toalla color morado oscuro y la abrazo con fuerza. La levanto de allí y la llevo hasta la cama, donde la dejo sentada sobre mis piernas.
--No sé por qué haces todo esto por mí-murmura mirando hacia el suelo.
--¿Te molesta que te cuide?-pregunto sorprendido.
--No-dice acurrucándose en mi pecho-me gusta que me cuides...
--Anda, vístete antes de que llegue Niall.
Sonríe con una amplia sonrisa, aún algo febril.
--¿Te importa pasarme ropa?-pregunta señalando su cómoda-los pijamas están en el primer cajón-explica mientras se acerca a la mesilla de noche.
Me acerco a la cómoda de unos cinco cajones y abro el primero, en el que hay un par de pijamas, cojo uno cualquiera, color azul claro y me doy la vuelta.
Veo como se revuelve dentro de la cama, voy a preguntar qué la ocurre cuando veo como saca un brazo y deja caer su ropa de baño mojada, entonces comprendo que no tiene ropa.
Me giro por si por un casual se levanta esa manta y espero paciente a que me diga que me puedo dar media vuelta.
Termina de vestirse y cuando voy a meterme en la cama junto a ella de nuevo aparece Niall por la puerta. Me mira con el ceño fruncido, al encontrarme aún sin camiseta, pero ese enfado desaparece de su cuerpo cuando oye ese "Niall" con voz rasgada de esa chica que ama, con mal aspecto, pero preciosa igualmente.
El rubio se acerca deprisa a ella, con preocupación, se pone en cuclillas a su lado y veo como se susurran cosas, por el estado en el que ella está, bonitas y totalmente verdaderas, lo que hace que vea como ella sonríe, esa sonrisa se agranda con el simple contacto de la mano de Niall contra su mejilla, lentamente, como si fuera lo más valioso del mundo y temieses romperlo, para él, lo es.
Siento que estorbo en ese momento en el que, desafortunadamente, no durará mucho, pero hasta que ella se mejore, dejaré que los dos se expresen tal y como lo sienten, tal y como son, sin tratar de ocultarlo por una razón u otra.
Narra Louis.
Su mano delicada junto a la mía, mientras caminamos lentamente por el bosque nevado ¿Acaso hay algo más bonito? las vistas del bosque no están mal, pero yo me refiero a ella, con su sonrisa brillante, aunque esté totalmente perdida y no sepa a donde la estoy llevando, pero de igual manera sonríe. Aparto la rama de un árbol que cae por el peso de la nieve y que se pone en nuestro camino, lo traspasamos sin problemas. Nos acercamos al lugar. Pongo mis manos, frías, obviamente, sobre su fina y pálida piel, tapando sus ojos y haciendo por un momento que ella se estremezca. Caminamos aún en ese silencio. La realidad es que si estamos juntos, sobran las palabras. Andamos despacio, con su espalda pegada a mi pecho hasta que veo esa explanada en la que hay un enorme lago, ahora congelado, rodeado de enormes pinos, blanquecinos por la nieve, parece un lugar apartado del mundo, por la luz tan extraña que hay aquí, realmente lo parece, parece...brillante, lleno de vida a pesar de que esté vacío, ya que los animales dormitan durante esta fría estación. Aparto despacio las manos y las bajo hasta dejarlas en su cintura.
--¿Qué es esto?-susurra sorprendida.
--Hace dos años descubrí que este lago se congelaba, pero solo completamente uno o dos días antes de Año Nuevo-explico apoyando mi mentón en hombro-¿te gusta?-pregunto mirándola sonriente.
--Es...increíble-murmura aún anonadada.
--Ahora lo será aún más-la susurro al oído antes de alejarme rápidamente de ella.
Me acerco a un árbol, totalmente escogido por mí para esto. ¿Qué se hace en un lago helado? Patinar, está más que claro. Saco dos pares de patines, blancos, con la cuchilla perfectamente afilada en la que se puede ver mi reflejo.
Le acerco los más pequeños, acorde con ella y me mira sorprendida.
--¿Vamos a patinar?
--Por supuesto-confirmo con una sonrisa.
--Pero...se puede romper el hielo-dice algo asustada.
--No, tranquila.
--Louis...-me advierte-no es seguro...
Resoplo alejándome de ella. Me dirijo al medio del lago, aún con mis zapatos, lo que hace que ande despacio para no caerme. Oigo sus gritos asustados pidiéndome que vuelva, pero hago caso omiso. Me doy media vuelta para ver su cara angustiada, suplicándome que vuelva allí. Me encojo de hombros y comienzo a saltar en mitad del lago, ni siquiera una ligera grieta.
--¿¡Ves?!-grito desde allí-¡No pasa nada!
Voy a salir corriendo hacia allí cuando resbalo y doy un culetazo contra el suelo, lo que hace que tanto ella como yo riamos. Vuelvo junto a ella.
--No pasa nada, vamos-digo tirando de su mano.
Me mira confusa, indecisa.
--Confía en mí-susurro en su oído.
La miro a los ojos y como a duras penas se decide a venir conmigo.
Sus pasos, al principio lentos, tratando de no caerse ni que se junten nuestros patines, comienzan a ser más largos y precisos. Danzamos por todo lago, sin apenas caernos, hasta que parece que lo hacemos sin darnos cuenta. Nuestras manos, sin separarse un segundo.
Me detengo, haciendo que ella me mire preocupada, la acerco a mí despacio, va a preguntarme algo cuando hago que nuestras frentes se junten y que segundos después, nuestros labios conecten, de la manera más increíble posible.
Noto como su mano se eleva para llegar a mi cara y arrastrase para llegar a mi nuca, seguidamente repite el proceso con su otra mano. Yo, por el contrario, paso mis manos acariciando sus costados hasta llegar a su espalda, haciendo que se pegue su cuerpo al mío.
No es necesario nada más, no hay nada más en este momento, solo ella y yo, solo nuestros corazones latiendo al mismo tiempo, unidos como si fueran solo uno, nuestros alientos, conectados como si desde el momento en el que llegamos al mundo estuvieran dispuestos a encontrarse, y así lo hicieron.
Simplemente, estábamos destinados y nos encontramos, por una casualidad o por el destino, por Dios o por la suerte, cada uno puede verlo de la forma que prefiera o crea, yo solo sé, que ya no somos dos personas, no somos hombre y mujer, solo somos nosotros, solo somos uno.