Capítulo 96. Todo ha cambiado.

Agarraos que viene un capítulo de esos que amáis (?) de largo que es y de cosas interesantes que pasan.
Intentad frenar vuestros deseos de pegarme :*.
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Narra Liam.

Decido detener mis pasos cuando veo que ya no sé ni dónde me encuentro, aunque tampoco me importa realmente.

Me levanté alterado y gritando, sollozando y destrozado y lo único que quería era tomar aire y poder respirar, calmarme y dejar de pensar en ese sueño que me atormentó de Alejandra, ahora lo he conseguido, ya que estoy en medio de alguna calle de la parte marginal de Londres, aunque mentiría si dijera que no conozco este lugar, y mentiría aún más si dijera que esto me despeja a Alejandra de la mente, ya que estoy en su dichoso barrio con unas pintas que debo de parecer incluso de aquí, porque vamos...  Visto lo primero que pillé en mi cuarto, que ahora que me doy cuenta es un chándal color negro, con la capucha puesta, por si alguien me fuera a reconocer, mi pelo en un completo y desastroso caos, mi cara llena de restos de lágrimas y mis ojos posiblemente rojos e hinchados de llorar. Voy que doy pena, pero tampoco me importa, no creo que aquí nadie se venga a meter con mi aspecto.

Mi mente solo me desquicia diciéndome una y otra vez que ella se ha ido por mi culpa, que todo ha sido por mi culpa, aunque sé que no debería de pensar así, pero... ¡Joder! ¡Me dejó plantado en el altar! ¿¡Quién haría eso sin una buena razón?! ¿¡Quién haría eso si no fuera por culpa de un idiota?! Nadie, nadie lo haría, porque esa es la razón, y si yo no soy la razón, realmente no sé porqué puede ser, porque ni de coña me creo que fueran las fans, son celosas y a veces hasta peligrosas, pero ... ¿cómo iban ellas a saber de dónde viene Ale? Esto solo tiene que ser una mentira, una treta, una trampa o quizás... una pista para encontrarla.

Tanto mi mente como mi cuerpo se paran de golpe al ver a una chica de aspecto joven, caminar contoneándose por la calle delante de mí, en la misma dirección en la que yo voy. Su ropa no deja mucho a la imaginación, y aunque estemos en verano... bueno, qué estoy diciendo, ni que fuera así por la temperatura de la calle, ya me conozco demasiado bien que aunque esté lloviendo esas señoritas visten así para conseguir clientela, la misma Alejandra me lo mostró... Espera... ¿Y si ella está por aquí? ¿Y si esa chica que va delante de mí (que sé que no es ella porque tiene el pelo negro por completo y es bastante más alta que mi Ale) es compañera suya y sabe dónde se encuentra?

Antes de preguntármelo más hecho a correr tras ella, pensando en que puede ser la única y última oportunidad que tenga de encontrar a mi princesa.

Cojo a la señorita del brazo, haciendo que ella se dé media vuelta y que me mire con algo de sorpresa, antes de mostrarme una sonrisa lasciva y seductora.

--Si querías llamar mi atención solo tenías que habérmelo dicho, encanto-dice pasando uno de sus brazos por mi cuello, pegándose a mí-Veinte la hora. Cien la noche completa-dice con un ronroneo.

--Lo siento señorita, pero no estoy aquí por eso.

Me mira con una mueca de disgusto antes de separarse de mí y seguir su camino exhibiéndose sin problema alguno.

--Oye, espera-digo molesto caminando tras ella de nuevo.

--No me hagas perder el tiempo ¿quieres?-responde ella con bastante bordería-O dinero o nada, aquí las cosas no son gratis, encanto.

--Lo primero, necesito hablar contigo, lo segundo, te pagaré si dejas de huir de mí y lo tercero, no me llames encanto-la remarco mientras camino a su lado con bastante velocidad, una a la que no me esperaba que alguien con esos tacones podría ir.

--¿Y para qué quieres hablar, encanto?-pregunta deteniéndose para hablar conmigo-Podría utilizar mi boca para otras cosas-dice con esa sonrisa provocadora de nuevo, batiendo sus pestañas llenas de rimel-son solo cinco libras la mamada, piénsatelo-dice mordiendo su labio.

--No estoy aquí por eso-respondo muy seguro y algo asqueado.

Mi Alejandra también trabajaba de esto, pero ni de lejos se insinuaba tanto, ni era tan directa, ella era más... tímida, o algo parecido, no trataba de ganarse el dinero de forma tan... arrastrada.

Saco de mi bolsillo veinte libras y se las muestro, haciendo que sus ojos azules se iluminen al igual que una sonrisa en su cara llena de infantiles pecas.

--Soy tuya toda la noche, encanto.

--Vuelve a llamarme encanto y te quedas sin pasta-la advierto.

--Oh vamos, es una forma cariñosa de llamarte-dice haciendo un puchero-Dime como te llamas o quieres que te llame y dejaré de llamarte encanto-propone mientras se guarda el billete en el sujetador.

--Me llamo Liam, quiero que me llames Liam y que me escuches atentamente porque es importante-digo con seriedad.

--Soy todo oídos. Por cierto, yo soy Alexia-dice batiendo sus pestañas de nuevo.

--Me gustaría tu nombre real si no es mucho pedir.

--Ese es mi nombre real-dice con una pequeña carcajada.

--Sabes que no lo es.

--Sabes que sin dinero aquí no se llega a nada.

Palmo diez libras más para que me suelte su nombre real.

--Guo, soy Cassandra y tuya hasta que se te acabe el dinero, si quieres-dice con una orgullosa guardando el dinero.

--Escúchame Cassandra y escúchame bien ¿Sabes de una chica que se llama Alejandra?-pregunto algo nervioso.

--Aquí usamos nombres más llamativos, ya sabes, Alexia suena más pasional que Cassandra-explica divertida-¿Era de por aquí?

--Sí, si lo era. Pelo y ojos castaños, cara infantil, cumpliría los diecisiete en un par de meses, así de alta, más o menos-digo marcando la altura con la que la recuerdo.

--¿A qué se dedicaba?

--Si te estoy preguntando ¿A ti a qué te parece que se dedicaba?-pregunto rodando mis ojos.

--Una puta morena... jovencita...-murmura con aspecto pensativo.

--Ni que tú fueras una abuela-susurro mirando hacia otro lado.

--Tengo veintidós, cariño-dice sonriente- Somos muchas por aquí, además el nombre de Alejandra no me suena para nada, siento no poder ayudarte-dice como si realmente la importara.

--No, tranquila, no es tu culpa-digo en un resoplo, tratando de no llorar ya que realmente pensé que esta chica me podría ayudar a encontrarla.

--¿Era tu puta personal?-pregunta con seriedad.

--¡Por supuesto que no era mi...-empiezo a decir con un tono alto y cabreado, pero al ver que la chica no lo ha dicho con mala intención, sino como un adjetivo cualquiera, mi enfado se desinfla y suspiro antes de seguir con la frase-No... no era mi puta personal, era mi...prometida-explico mirando el asfalto gastado bajo mis pies.

--¿Estabas prometido con una prostituta?-pregunta con sorpresa-¿Te tenía amenazado? ¿Querías conseguir papeles o...?

--Era por voluntad propia y soy de Inglaterra. Yo solo... la amaba y... la sigo amando-admito.

--Oye Liam, aquí nos movemos por el interés, quizás dejaste de pagarla o quizás se haya largado con tu pasta, ¿has mirado tu cuenta bancaria?

--Llevábamos saliendo por meses y... a ella ni siquiera la gustaba que la regalase cosas, es más... se fue y... me las dejó todas, no se llevó... nada, bueno, casi nada.

Se ha llevado a Matt y eso ya rompe el nada rotundo.

--Y dentro de ese nada ¿a qué pellizco de pasta nos referimos?-pregunta con interés.

--A mi hijo.

--Dios mío, ¿encima secuestro? Esa lo que quiere es que la pagues un rescate, Liam.

--Estaba embarazada cuando se fue, y... si no ha ido nada mal aún debería estarlo. Era nuestro hijo-la explico y sin realmente saber porqué lo hago.

--Es una versión adolescente y con bebé de Pretty Woman, ¿te das cuenta?-pregunta con algo de humor.

--Sí, me doy cuenta-respondo con una pequeña sonrisa-Yo mismo la dije que lo era...

Ambos nos quedamos en silencio por largo rato, sin saber realmente qué hacer o decir, ya que el momento es delicado, y esta chica parece haberse dado cuenta.

--Mira Cassandra, olvida todo lo que te he dicho-admito derrotado, mirando cómo la chica me mira algo dolida por mi triste historia-Tú solo... quédate con la pasta y vete a trabajar o... mira, si quieres te doy más para que no tengas que trabajar porque realmente no me gusta cómo aprovecháis vuestro cuerpo-digo tendiéndola veinte libras más.

--No tienes porqué hacerlo, no te he ayudado en nada realmente-responde ella muy segura.

--Tú cógelo y ve a dormir lo que queda de noche-digo poniendo el dinero en su mano-Y gracias de igual manera.

--No hay de qué y... si la veo la diré que la estás buscando. Espero que la encuentres-dice con una pequeña sonrisa.

--Yo también-admito devolviéndola la sonrisa.

Ella tan solo se da media vuelta y sigue su camino en esos interminables tacones y esa ropa azul tan estrecha e imposible de poner para cualquier humano.

Yo también me doy media vuelta y salgo camino de casa, ya que por hoy ya me he despejado bastante y estaría bien dormir, ya que mañana, o... esta noche, ya que son las cuatro de la mañana, está la fiesta de fin de gira y... tendría que dormir o algo por el estilo.

De verdad, de verdad que pensé que iba a estar aquí o que alguien sabría de ella, aunque claro, quizás habría sido mejor buscar a alguien de su banda, a Camello o a Cuchilla. Admito que tienen motes muy acordes con su profesión y...

Doy media vuelta y salgo corriendo en busca de Cassandra.

Claro, ¿cómo no me he dado cuenta antes? Obvio que no la conocen por Ale, estúpido de mí.

--¡Cassandra!-grito para que se detenga, cosa que ella hace.

Se gira mirándome extrañada y se detiene al verme correr.

--Curvas, La Curvas, o Yegua, así la llamaban por aquí...-admito jadeando por mi pequeña carrera.

--¿Te ibas a casar con La Curvas?-pregunta totalmente alucinada-Eso sí que no me lo esperaba, para nada-admite algo divertida-La verdad es que hace meses que no la veo, nadie sabe de ella, lo último que se supo es que cazó a un pipiolo con pasta que la sacó de aquí y...-no termina la frase ya que se da cuenta de que "el pipiolo con pasta que la sacó de aquí" soy yo-Oh, comprendo entonces tu interés por ella-admite con aspecto dolido-Siento no poder decirte que sé donde está, porque la verdad no tengo ni idea.
--No te preocupes-digo completamente hundido-Gracias de nuevo.
--Igualmente yo de ti preguntaría a Cuchilla, eran amigos, si alguien sabe algo de ella, ese es Cuchilla-me explica con una pequeña sonrisa.
--Sí, coincido en eso, seguro que él sabe algo de ella y me puede ayu...

Me callo al ver que reconozco una figura caminar entre varias personas. Me encantaría decir que es Alejandra, pero no es ella, sino más bien, creo que es la verdadera razón por la que Ale se haya ido, pero su causante camina por aquí con tranquilidad, riendo y haciendo bromas.
Dejo a Cassandra atrás mientras hecho a andar hacia ella notando como la sangre me hierve y como mis puños se aprietan al lado de mi cuerpo.

--¡Liam!-dice en un susurro Cassandra tras de mí-¡Ven aquí! ¡Esas personas son peligrosas!-me trata de advertir, pero su advertencia no sirve de nada cuando creo que voy a matar a alguien con mis propias manos por hacer que Ale se haya ido de mi lado.

Camino con mucha más seguridad de la que algún día pensé que tenía, a la vez que valentía, ya que la última vez que me encontré con estas personas me llevé un balazo en el hombro, y  gracias a Alejandra que no me mataron, pero ahora he perdido el sentido común y solo camino con determinación hacia ellos, lo cuales me miran confundidos cuando ven que me detengo frente a ellos.

--¡Tú!-digo echando veneno por los ojos a esa mujer de sonrisa divertida-¡Todo esto es por tu culpa ¿verdad?!-digo lleno de dolor.
--¿De qué me estás hablando? Aunque primero debería preguntarte, ¿quién eres?-pregunta divertida.
--A mí no me vengas con tus estúpidos jueguecitos y dime dónde está Alej... La Curvas-la exijo.
--No lo sé, pero me parece que eres el inútil que la sacó de aquí-responde encendiéndose un cigarrillo.

No sé cómo ni siquiera con qué agallas, pero la cojo y la pongo con brusquedad contra una fachada cualquiera. Veo su mirada divertida aún con un cigarrillo entre sus labios, al tiempo que oigo varios revólveres a mis espaldas, pero realmente me la suda ya que me siento satisfecho con lo que estoy haciendo.

--Chicos, por favor, dejad al chaval que se explique-pide ella con clara burla.
--Mira pedazo de puta barata, me vas a decir dónde está La Curvas y me lo vas a decir ya, porque no tengo los cojones como para que me los toques, ¿queda claro?-pregunto mientras la sostengo a un par de centímetros del suelo.
--Yo no tengo nada que ver con tu putita barata, querido-dice con tranquilidad-Pero te diré que si te ha abandonado quizás es por tu brusco temperamento.
--Dime donde está, no te lo repito más veces-la digo sin hacer caso a sus estupideces.
--Niñito, no te metas donde no te llaman, porque no son tus asuntos.

Antes de que pueda abrir la boca y llamarla de todo, exigiéndola que me dé una respuesta, ya que es obvio que ella, la jefa de los Cobra, tiene algo que ver con la desaparición de mi niña, alguien tira de mí con brusquedad, haciendo que la tipa vuelva a tocar el suelo y que yo caiga de espalda contra el asfalto, ganándome un buen golpe, aunque ni punto de comparación con la patada en el estómago que me llevo o el puñetazo que rompe mi labio, aunque ninguno de esos dolores se pueden comparar al miedo que atenaza mi cuerpo al que algo malo le pueda haber pasado a mi Alejandra.
La paliza termina cuando oiga una voz grave, muy familiar ponerse a gritar a quienes me están pegando, que son secuaces de la víbora a la que he amenazado. Deberían llamarse los Víboras en vez de los Cobras.

--¡Moved vuestros jodidos culos lejos del chico!-exige alguien a quien no distingo ver, ya que siento mi cabeza dar vueltas por la paliza.
--Estos no son tus asuntos-responde alguien antes de darme otra patada en el estómago, haciendo que me encoja en el suelo gimiendo de dolor.
--¡Es de los nuestros!-responde lleno de furia.
--¿De verdad? ¿Este... niñato es de los vuestros? ¿Y qué pasa? ¿Venían en el pack de "Barbie estrella de cine" junto con tus otros muñequitos?-pregunta otro con burla, solo que esta vez no me llevo más golpes.

¿Qué pack de Barbie? ¿Qué muñequitos? ¿Quién cojones me está defendiendo? No entiendo nada, pero con que dejen de pegarme me doy por satisfecho.

--Ya, esfumáos de aquí-oigo una voz que realmente no me esperaba oír, aunque quizás solo sean alucinaciones mías.
--Mira, ese no viene con la Barbie, parece demasiado duro-oigo que dice alguien entre risas.

Lo siguiente que oigo son pasos alejarse de aquí y otros acercarse a mí, haciendo que me quede sorprendido al ver quiénes son los que están a mi alrededor, mirándome con preocupación.

--¿Harry?-pregunto confundido mirándole con fijación, para ver como sus ojos está llorosos mientras me mira con una pequeña sonrisa-Espera... ¿María? ¿Louis? ¿Qué... qué hacéis aquí?-pregunto mientras me levanto del suelo con lentitud, ya que mi estómago duele, mirando a todos mis amigos extrañado.
--La próxima vez que vayas a poner tu vida en peligro de manera estúpida deja al menos una nota que nos avise dónde estás para recoger tu cuerpo-habla el chico de mejor acento irlandés de la historia, pero con clara preocupación.
--Gracias a Dios y a las suposiciones locas de María que nos ha dado por buscarte-habla Zayn apretando a su novia contra su costado con fuerza-Debería de hacerla más caso.
--Está claro que deberías-responde ella con la voz cortada, parece que ella sí que llora, me supongo que del miedo, ya que me da que han visto todos los golpes que me han dado.
--Eres un enorme idiota, Liam, ¿qué se supone que haces aquí?-pregunta Ane algo enfadada.
--Vine... buscando a Alejandra, nada más.
--¿Seguro que no estabas buscando el suicidio?-pregunta Marta con preocupación.
--Estaba buscando a La Curv... a Alejandra-dice Cassandra apoyando mi teoría.
--Y usted señorita... ¿quién se supone que es?-pregunta Lucía con una clara desconfianza.
--Me llamo Cassandra y Liam vino aquí buscando a vuestra amiga o lo que sea que esa fuera, y el muy loco pensó que la jefa de los Cobra tenía algo que ver, así que... se puso a amenazarla... ¿Es que eres idiota, chico?-pregunta molesta-¿No sabes quiénes son esos tipos? Podrían haberte matado.
--Créeme que una vez intentaron hacerlo-respondo divertido-¿Pero vosotros cómo habéis llegado hasta aquí? ¿Cómo me habéis encontrado? ¿Cómo habéis hecho que paren de pegarme? No es que no os vea fuertes o algo pero... entre todos sois como dos tipos de los que me estaban machando-explico confundido.

Veo como Niall va a decir algo, pero alguien lo interrumpe, haciendo que se giren dejándome ver a alguien a quien no confié en que me ayudara.

--Yo hice que pararan-habla ese hombre de tez morena con cicatrices; Cuchilla-Me encontré a tus amigos correteando en los límites que separan vuestro barrio pijo de aquí. En cuanto me dijeron que te estaban buscando y que no te encontraban di por hecho que estarías haciendo el idiota, y no me equivoqué-dice esbozando una pequeña sonrisa.
--Solo buscaba a Ale-me defiendo.
--Ella supuso que vendrías aquí-me informa con algo de seriedad el que creo que es Diablo.
--Nos dijo que con lo cabezón que eres la buscarías por donde fuera, inclusive vendrías aquí a hacer locuras-habla Camello.
--No sabemos donde está exactamente-dice Cuchilla mirándome algo apenado-pero nos hizo saber que te dijéramos que ella se encuentra bien y que no hagas por buscarla porque solo te meterás en problemas y eso es lo que ella quiere evitar.
--Aparte...-dice otro que no tengo ni idea de quién es-Nos dijo que te hiciéramos llegar esto-dice tendiéndome un sobre algo abultado.

Lo cojo algo extrañado, haciendo que los chicos se apretujen entre sí para pegarse a mí y ver lo que es. Miro confundido a los de la banda, pero ellos solo sonríen y me hacen un gesto con la cabeza para que lo abra, cosa que hago de inmediato.
Al hacerlo, me encuentro con algo que no me esperaba; una ecografía de mi pequeño en la que pone debajo "26 semanas. (5 meses)" con la letra de mi Ale, dejándome ver como mi pequeño ya es bastante grande, ya que se ve a la perfección, cosa que hace que los chicos suelten un "Aw" a coro al verlo mientras yo solo sonrío y trato de no llorar de emoción al ver que está bien, que ambos lo están. Paso a la siguiente foto, quedándome completamente helado al ver que es ella, sentada de lado y con una sonrisa tierna mirando hacia su tripa descubierta, la cual tiene ya forma redondeada y la cual acaricia con una sonrisa. Estamos bien pone con rotulador en una esquina de la foto. Pero eso es todo, ya no hay más de ella, solo una foto y una ecografía, las cuales me hacen sentir mejor, pero aún así solo y falto de alguna palabra de ella, aparte de la seguridad de que están bien.

--Liam-susurra alguien en mi oído, creo que Louis-dale la vuelta a la foto.

Lo miro extrañado, pero de igual manera lo hago, encontrándome con las palabras que buscaba.

Querido Liam:

No me voy a exceder con esta carta porque no tengo apenas espacio para escribir, por lo que tan solo te digo que te quiero, que te amo, que te echo de menos aunque solo sea un mes sin ti, pero aún así te echo terriblemente de menos. Matt también te echa de menos, lo sé porque ya da pataditas y se revoluciona por completo cuando escucha tu voz en las canciones.

Volveré, te prometo que volveré, seguramente pronto.

Te quieren

Ale y Matt

Siento las lágrimas caer por mis mejillas mientras sonrío al ver que ella me escribe, que me quiere y que me echa de menos, que mi pequeño Matt se mueve y reconoce mi voz, y sobre todo que van a volver pronto y les podré ver, y cuidar y...

--Liam-dice una dulce voz a mi lado, haciendo que mire a Lucía, quien me sonríe con ternura-deberíamos volver ya a casa, es tarde-me informa.

Alzo la mirada, viendo a mis amigos con esa sonrisa. No sé cuánto tiempo me habré quedado embobado mirando sus palabras, pero si me dicen que nos tenemos que ir, es porque llevaré media hora larga sin dejar de mirar sus cosas.

Asiento con la cabeza, haciendo que ellos se den media vuelta y se vayan en parejitas, cogidos de la mano o abrazados, haciendo que me sienta feliz por ellos, pero al mismo tiempo triste porque yo no tengo a nadie, al menos todavía, ya que Ale volverá y pronto según dicen sus palabras. 

Antes de irme con mis amigos a casa, me detengo frente al enorme Cuchilla, quien me sonríe de manera cálida y fraternal antes de darme un abrazo de esos que no le pegan para nada a un tipo como él, pero que agradezco y devuelvo por haber salvado mi culo y ser tan amable conmigo.

--Gracias por no dejar que me maten-le digo divertido cuando nos separamos del amistosos abrazo.

--Gracias por sacar a la pequeña Ale de tantos problemas.

Narra Ane.

Después de toda la movida de Liam de ayer Niall acaba por dormir en casa, y con dormir me refiero a lo que es más que obvio... a quedarse sobado en medio de la cama sin quitarse ni la camiseta, por lo que yo he dormido sobre él hasta que ha sido hora de levantarse (a eso del mediodía) para irse a casa y así ambos poder arreglarnos para ir a la gran fiesta de Louis.
Aunque claro, cuando llegamos me quedo con la boca abierta, ya que me imaginaba que las fiestas de Louis eran increíbles, pero meter en esta casa no demasiado grande a todas las personas que estoy viendo me parece algo digno de admirar, enserio, aunque la fiesta parezca un poco descontrolada la gente se lo pasa bien y creo que el resto tendríamos que hacer lo mismo sin importar que no sea demasiado seguro.
Entro junto con el resto de parejas, exceptuando a Harry y Louis, que ya están en todo el barullo, supongo, ya que no les veo por ninguna parte.

--¡CHICOS!-grita Louis cuando nos ve, me parece que ya va un poco demasiado borracho-¿¡QUÉ TAL?!-grita mientras nos abraza efusivamente, cosa propia del alcohol-¿¡QUÉ HACÉIS QUE NO BEBÉIS?! ¡POR FAVOR! ¡TOMAD ALGO!-grita como en la vida le he oído, pero con la música tan alta no parece excesiva su voz.

A nuestros vasos llegan copas gracias a Louis, el cual ríe mientras nos la sirve y después desaparece. Miro al resto que también está un poco impactado por tanta fiesta, pero tan solo nos encogemos de hombros antes de dar un trago y bebernos la primera copa.
Y después de la primera llega la segunda y después de la segunda la tercera y así sucesivamente hasta que yo por lo menos pierdo la cuenta y ya siento que el suelo se mueve más de lo que debería.
He perdido a Niall, no puedo pedirle que me acompañe a casa, lo mismo de Marta y Lucía, por no hablar del resto, es que vamos, ni siquiera les veo, creo que porque mi cabeza no retiene demasiadas imágenes en este momento.
Camino hacia fuera del barullo de gente, pensando en que así encontraré a alguno de mis amigos (ya que el resto son prácticamente desconocidos) cuando choco con alguien, haciendo que por poco caiga al suelo, de no ser porque me cogen. Alzo la mirada, algo confusa y dándome vueltas todos, cuando me encuentro con los ojos verdes más bonitos que nunca haya visto acompañados de una preciosa sonrisa y unos hoyuelos adorables.

--¿Ya estás borracha del todo?-pregunta con humor Harry, aunque yo diría que él también va fino filipino como para decirme a mí si estoy borracha.
--Creo que aún menos que tú-admito con humor-Creo que debería irme a casa, pero...no sé donde está Niall-digo confusa agarrándome a Harry mientras busco con la mirada al irlandés, pero nada de nada, como si se le hubiera tragado la tierra.
--Niall me ha dicho que se iba un momento, que ahora venía-responde Harry riendo.

Es entonces cuando llega alguien de todo el mogollón de gente sudando, cantando, bailando y bebiendo. Esa persona, sea cual sea ya que ni la conozco ni la conocería con todo el alcohol que llevo, parece reír como un psicópata con algo en la mano.

--Tomad, ¿queréis?-pregunta ofreciéndonos lo que yo diría que es un cigarro, pero que apesta demasiado para serlo aparte de ser mucho más grande.
--No queremos porros, gracias-responde Harry sonteniéndome para que no caiga al suelo.
--Vamos, es solo una calada, está de vicio-insiste ese chaval.
--Que no, enserio, no queremos movidas-responde Harry ya algo molesto.
--Oh, vamos, tomad, este os lo regalo, parejita-dice antes de metérmelo en la boca y pirarse.

Apenas aspiro ese humo de manera involuntaria noto como mi cuerpo deja de pesar, mis músculos se relajan, tanto que creo que me voy a mear encima de un momento a otro, pero la verdad es que no me importa, siento felicidad completa y absoluta. Todo a mi alrededor, que creía borroso, ahora lo está mucho más, las luces de la fiesta brillan más que antes y las líneas están menos definidas, pero me da igual, todo me da igual, soy feliz por alguna razón.
Noto la mano de Harry quitar de mis labios esa cosa que huele de forma asquerosa, pero que relaja y alivia todo mal de este mundo, al menos para mí.
Alzo la mirada para ver como está enfadado, creo, tampoco lo distingo demasiado bien.

--Dios, mato a ese chaval, lo mato-dice con enfado mientras coge mi cuerpo que se escurre entre sus brazos-vas con un colocón que no quieras ni verte-dice apretándome contra su cuerpo.
--Prueba eso Harry, ya verás-digo riendo de forma involuntaria.
--No pienso probarlo, son drogas, no quiero tomar eso-dice molesto.
--Que sí, solo una, mira-digo cogiendo esa especie de cigarro más grande, el cual él sostenía en su mano para no quemar nada, pero debido a como está de bebido no le da tiempo a reaccionar.

Lo cojo y lo meto en su boca para que sienta lo raro que es esto, pero que a la vez es realmente confortable y divertido.
La risa de Harry comienza de forma muy ruidosa, creo que esto sube demasiado.
Le miro y veo como parece estar en el mismo trance que yo y como al igual que yo tampoco domina mucho su cuerpo.
Tiro el resto que queda que ya ninguno de los dos vamos a fumar, ya que por mucho que esté yo hoy de bebida y de colocada, aún tengo sentido común y no quiero engancharme a esas mierdas, ni yo, ni quiero que tampoco lo haga mi hermano.
No sé cómo, estando en nuestro estado, llegamos de nuevo al mogollón de gente bailando y como podemos nos movemos con el resto.
No sé como bailo, ni siquiera sé como me mantengo en pie, solo sé y de forma muy ligera soy consciente, de que no estoy bailando de una forma que debería, ya que creo que mis caderas van por libre, provocando movimientos tentativos hacia otros presentes en esta sala.
Noto una cadera pegarse por detrás a la mía, agarrándome de la cintura con fuerza, fiereza y necesidad. Esas manos ya me han tocado antes, lo puedo reconocer fácilmente, por lo que no me asusto de que me estén tocando.
Me giro, suponiendo que es Niall el que me coge de esa forma tan sensual cuando me quedo helada al ver que es Harry el que me sobetea de esa forma, pero la realidad es que no me importa, y a juzgar por la sonrisa de él tampoco.
Antes de que pueda reaccionar sus labios entran en una batalla con los míos, pero poco a poco sus suaves y deliciosos besos bajan por mi cuello mientras con un brazo hace que me dé media vuelta y mi espalda quede pegada a su pecho con fuerza.
¿Qué hago? ¿Qué estoy haciendo? Me estoy enrollando con mi hermano, ambos bebidos y drogados, genial todo vamos, lo más normal del mundo, pero más raro aún es que me gusta, me encanta mejor dicho y su roce hace que comience a sentir más calor del que ya sentía.
Los dos nos movemos, supongo que bastante torpes, bailando, no puedo ver lo que hacemos exactamente, pero puedo notar las caderas de Harry moverse junto a las mías en profundidad, mientras su mano derecha, entrelazada con la mía, baja por mi cintura, acariciándome despacio y haciendo que me muerda el labio inferior, mientras sus besos siguen por mi cuello.

--Ven-susurra con voz ronca tirando de mi mano.

No sé cómo, no sé a dónde, no sé porqué, pero de nuevo nos alejamos de la gente bailando y creo que subimos unas escaleras que llevan al piso de arriba.
No puedo resistirlo más y de nuevo le beso, le beso de forma demasiado salvaje para mí, pero supongo que el alcohol y las drogas han tomado el control de mi cuerpo por completo. Mis manos se enredan en sus rizos, mientras él camina de forma torpe junto a mí hasta pegarnos a una pared, dejando nuestros cuerpo completamente pegados, lo que me hace notar la fuerte excitación de Harry contra mí, haciéndome soltar un gemido que él calla con sus labios.
Parece que entramos en una habitación. Él cierra la puerta con el cerrojo y antes de que pueda decir nada me coge de la cintura y me sube a sus caderas, cogiéndome de los muslos y al mismo tiempo acariciándolos con sus dedos pulgares.
Caemos a la cama, él debajo de mí, lo que me permite tomar el control de todo en este momento. Miro su cara, su cara con una amplia sonrisa y totalmente feliz, no sabe que está a punto de hacerlo con su hermana, pero yo que sí soy consciente de ello no me detengo, en realidad quiero hacerlo, sí, quiero hacerlo, quiero hacerlo con mi hermano, y por muchas veces que lo repita no dejará de sonar extraño, pero me excita, muchísimo, y más en estos momentos, espero que no sea ningún tipo de fantasía extraña que tenga en el subconsciente, porque el incesto no es lo que más me ilusiona, o al menos que yo me haya dado cuenta...
Abro de golpe su camisa, creo que rompiendo algún botón, pero no importa, tan solo beso su torso una y otra vez, de arriba a bajo, creando más excitación sobre el cuerpo de Harry, lo puedo notar perfectamente al estar sentada sobre él.
Harry abre de golpe la cremallera de mi vestido, dejándome solo en ropa interior. Se deshace de mi vestido mientras yo quito su camisa de golpe y de nuevo nuestros besos vuelven a la carga.
Su lengua se pasea por mi boca como Pedro por su casa, aunque lo peor es que yo dejo que lo haga con total libertad.
Es él quién se quita los vaqueros como puede sin dejar de besarme.
Entonces quedamos uno frente al otro, hermano perdido frente a hermana perdida, borrachos, con algo de marihuana en nuestros cuerpos, sin consciencia de nada, pese a que por alguna razón yo sea capaz de saber lo que hago.
Su cuerpo, casi desnudo, llama al mío, se necesitan, se necesitan uno junto al otro, son imanes demasiado potentes para tratar de separarlos.
Harry se tira a mí, quedándose sobre mi cuerpo, besándome de forma excesiva, casi sin dejarme respirar, pero no importa, no importa, da lo mismo.
Mis manos se mueven por su espalda hasta el borde de sus calzoncillos, los cuales vacilo un momento en quitar, pero acabo por hacerlo. Él sin miramientos quita mi ropa interior inferior.

--Harry, esto no está bi...-trato de decir para que paremos y no hagamos nada impropio.

Pero es demasiado tarde, Harry me embiste con fuerza, haciendo que yo suelte un fuerte gemido en su oído.
Él me mira a los ojos, algo dolido, creo que está empezando a ser consciente de lo que está haciendo y con quién. Veo sus ojos totalmente tristes y desamparados, veo que quiere llorar, no sé si por los altibajos que provoca el alcohol en las personas, porque se siente mal por hacer esto a Marta, por hacerle esto a Niall, o porque simplemente no sabe ya ni de qué manera me quiere, lo que provoca su confusión y puede que dolor, ya que no estoy segura de que esto sea lo que quiere hacer conmigo. Me quiere, eso ni lo duda él ni lo dudo yo, por supuesto que le quiero, es mi hermano, ¿cómo no quererlo?, pero supongo que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, y la verdad es que puede que una parte de nosotros se sienta atraída aunque solo sea por obra de las drogas y el alcohol.
Acaricio despacio su mejilla izquierda, con una pequeña sonrisa, tratando de hacerle ver que esto no es culpa de nadie, que quizás no sea algo tan malo como lo sentimos, pese a que sí lo sea, ya que esto no es una cosa que hagan los hermanos, ni mucho menos, pero partiendo, de la base que él no sabe que lo somos, supongo que no es algo tan malo, supongo, o al menos eso quiero creer para no sentirme tan sucia, asquerosa y rastrera.
La confusión y algo de dolor se pueden leer en sus verdosos ojos, antes de acercarse a mí y besar mis labios con cuidado. Al principio con cuidado, luego se desata el poderío en ambos, ya que nuestras lenguas empiezan a jugar y a conquistar la boca del otro.

--Te quiero-susurro entre besos.
--Y to a ti-responde de la misma manera.

Mis manos se juntan tras su cuello, haciendo que su pecho se pegue por completo al mío, sintiendo su corazón increíblemente acelerado al igual que el mío, debido a la adrenalina que recorre nuestros cuerpos.
Mientras nuestros besos siguen y aún poco convencido, Harry repite su anterior movimiento, de forma menos bestia y más cuidadosa, haciendo que de mis labios se escape un pequeño gemido junto a su oído, lo que le acelera ya que sus movimientos, aunque cuidadosos, empiezan a ser más rápidos.
Beso su cara, beso sus labios, beso todo lo que tengo a mi alcance de él, al igual que él hace conmigo, metiéndose una y otra vez en mí, haciendo que mi espalda se arquee de placer y haya momentos en los que no toque el colchón de esta cama que no sé ni de quién es, pero tampoco me importa.
Clavo mis uñas en su espalda con fuerza, necesito descargar todo esto, ya que mis gritos no son suficientes.
Y sin apenas darme cuenta y gracia a mi hermano, llego a un perfecto orgasmo que me hace gritar, ya jadeante, pero que eso no hace que paremos pese a que estamos exhaustos.
Es entonces cuando noto que es Harry el que llega, deteniéndose y jadeando con la respiración agitada.
Se para a mirarme, sonriente aunque avergonzado, no estoy segura de qué se avergüenza, si de haberlo hecho conmigo o de que yo haya sido lo que ha provocado que llegue.
Sale despacio de mí y se tumba a mi lado, cogiendo mi mano y besándola, antes de acurrucarse, cogerme de la cintura y dormirse como un tronco, al igual que hago yo, ya que mi cuerpo ha tenido demasiadas experiencias por hoy.

(Sé que no suelo hacer interrupciones en la historia, es más nunca lo hice, pero esta vez es necesario, ya que para la siguiente parte del capítulo os recomiendo que escuchéis "Everything has changed" de Ed Sheeran (*---*) y Taylor Swift, ya que la escuchaba y me inspiré en ella mientras lo escribía https://www.youtube.com/watch?v=lziimaBoSDc tanto el vídeo como la canción en sí es preciosa, la recomiendo a toooodo el mundo. Y ahora sí, seguid con el capítulo y tratad de no querer pegarme por lo que hice en él xD)

Unos golpes fuertes en alguna puerta hacen que me despierte malhumorada.
Gruño antes de darme media vuelta y chocar con un cuerpo firme y desnudo. Sonrío suponiendo que es Niall y me abrazo a él, notando su cuerpo desnudo junto al mío, es entonces junto noto algo extraño en todo esto. Acaricio su pecho despacio, uno, dos, tres y cuatro pezones...
Abro los ojos de golpe para ver la cara dormida de Harry, bajo la mirada para ver que ambos estamos desnudos, lo que hace que suelte un fuerte grito y que él se despierte enfadado.

--No grites-se queja colocando una mano sobre sus ojos, ya que debe de tener una resaca tan fuerte como la mía-Déjame dormir...
--Harry no hay tiempo de dormir, hay que salvar nuestro puto culo antes de que alguien nos vea así, ¡en especial Niall o Marta!-susurro mientras me levanto de la cama como puedo, con este fuerte dolor de cabeza que tengo.

Es entonces cuando el que grita es él, lo que hace que me dé la vuelta para ver sus mejillas sonrojadas al verme desnuda, lo que hace que me tape como lo primero que vea al sentir vergüenza hacia él.
Nos miramos atónitos unos al otro, pensando en lo que hemos hecho, mientras comienzo a recordar todo lo ocurrido ayer.

--¿Qué ha pasado?-pregunta asustado separando las palabras, mirándome alucinado.
--¿A ti qué te parece?-pregunto algo molesta por el bochorno.
--¿Nos acostamos?-pregunta extrañado.
--¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Jugamos al parchís desnudos! ¡Pues claro que sí que nos acostamos imbécil!
--Pero...pero...-dice alucinado-no puede ser...no...no puede ser.
--Sí, es lo que pasó, ahora vístete por el amor de Dios antes de que nos vea alguien-le ordeno mientras recojo mi ropa lo más rápido que puedo.

Alguien insiste en llamar a esta puerta una y otra vez.

--¡HARRY!-parece que grita la voz de Louis al otro lado-¡VAMOS! ¡NO ESTOY PARA BROMAS!-grita asustado.

Hazza se aproxima a la puerta y antes de que pueda advertirle de que no lo haga, que nos verá, él la abre haciendo que Louis entre con velocidad.

--¿¡PERO QUÉ ES LO QUE TE PASA?! ¿¡QUIERES QUE ME DÉ ALGO DEL SUSTO?!-grita enfadado-Espera...¿qué haces desnudo?-pregunta más relajado, mirando con confusión el perfecto cuerpo de Harry desnudo.

Louis alza la mirada buscando a la chica causante de la desnudez de Harry, cuando da con la culpable; o sea sé, yo. Me mira con los ojos como platos, ya que él sabe lo que nos une, y parece que su cara refleja confusión, alucinación, extrañeza, algo de asco y decepción.
Va a decir algo, ya que sus labios se abren para pronunciar algo, pero acto seguido cierra la boca y sin decir nada se marcha, cerrando la puerta tras de sí, dejándonos a Harry y a mí a solas de nuevo con nuestra vergüenza y la decepción sobre nosotros mismos por haber engañado a nuestras parejas de esta forma.
Nos miramos el uno al otro y recogemos nuestra ropa como podemos, con la culpa a nuestras espaldas, sin mirarnos a la cara, no queremos hacerlo, no queremos sentirnos peor de lo que ya nos sentimos, por lo que sin salir de este mismo cuarto nos vestimos en completo silencio hasta cubrir nuestros cuerpos de nuevo.
No parece haber nadie más en la casa, supongo que o se fueron ayer por la noche bebidos o esta mañana con la resaca, por lo que parece que estamos Harry y yo solos en toda la casa.
Soy yo quien se atreve a alzar la mirada hasta encontrar con sus ojos verdes, los cuales me observan a mí, con la mirada triste por haber llegado a estos límites de nuestra amistad.
Se acerca a mí con cuidado hasta quedarse junto a mí, sentado en la cama, mirando el suelo, lo que hace que sus alborotados rizos caigan gracias a la gravedad, ocultando parcialmente su cara.

--Lo siento-decimos a la vez, con nuestras voces ahogadas por la culpabilidad.

Él me mira extrañado y yo a él, ya que en mi opinión todo ha sido mi culpa, él no sabía lo que hacía, no era consciente y yo que sí lo era (más o menos), no hice nada por evitarlo, sino que lo alenté a ello, a que se acostara conmigo, se podría casi decir que le he violado, aunque suene mal, así es como se denomina el hacer que alguien se acueste contigo sin su consentimiento.

--¿Por qué lo sientes?-pregunto confundida.
--Yo... tú... ayer... bueno, ayer no sabías lo que hacías y yo sí, pero no paré no quise hacerlo, quería hacerlo, al menos en ese momento, ahora me arrepiento ¡No porque no me gustara!-se apresura a decir asustado por si ha herido mis sentimientos de alguna manera-estuvo... estuviste... genial, pero... no deberíamos haberlo hecho.

La boca se me abre por completo, él no estaba tan ido como yo pensaba, era consciente de todo, al menos ahora que ha sido capaz de recordarlo, por lo que fue algo de consentimiento mutuo, más o menos, ya que solo una parte de nosotros quería hacer esto, mientras que la otra trataba de vencer al alcohol y hacernos ver que no estaba bien lo que hacíamos.

--¿Por qué lo sientes tú?-pregunta también confundido.
--Dios Harry...- es lo único que puedo murmurar, haciendo que la confusión en su cara se lea con mayor claridad-yo también sabía lo que hacía, perfectamente, estaba un poco ida, pero sabía lo que hacía, pensé que habías sido tú el que lo había hecho sin saberlo...

Nos miramos uno al otro y una pequeña sonrisa se forma en nuestros rostros antes de agachar las cabezas avergonzados por todo esto.
Se me está yendo de las manos, se me está yendo mucho de las manos el tema de los sentimientos con mi hermano, pero se me está yendo de una manera muy poco normal, ¿cómo he llegado a este punto? Dios mío, soy asquerosa, me siento asquerosa, sucia, rastrera, muchas cosas mezcladas en como me siento, pero todas ellas malas.

--¿Seguimos siendo amigos?-pregunta con su voz grave, haciendo que le mire de nuevo a los ojos.
--Supongo-admito poco convencida.

La estancia de nuevo silenciosa, como si no hubiera nadie aquí, como si fuéramos estatuas, sin movernos, sin hablar, sin hacer ruido, casi sin respirar. Yo lo único que escucho es mi corazón, mejor dicho, escucho mi corazón y el de Harry debido a tanto silencio, nuestros corazones asustados y culpables palpitando a una velocidad similar.

--¿Qué es lo que sientes hacia mí?-pregunta, rompiendo de nuevo este silencio tan angosto.
--Todo lo que supe esta mañana al despertar, es que ahora sé algo que no sabía antes... que te quiero-susurro-¿Y tú?
--Yo... yo solo sé que todo lo que he visto desde hace dieciocho horas son tus ojos verdes y tu sonrisa en el fondo de mi mente, y eso... me hace sentir demasiado bien... Solo quiero conocerte mejor, aunque está claro que esta no era la manera de conocerte de verdad...
--Yo también quiero conocerte mejor, ahora si es necesario-admito.
--¿Cómo hemos llegado a esto?-pregunta atrapando sus rizos con algo de desesperación.
--Todo lo que sé es que nos dijimos "Hola"...
--Bueno, no fue un "Hola"-dice con algo de humor-fue más bien un "¿Me vas a despertar todas las mañanas con esas vistas, preciosa?"-comenta divertido.
--¿Qué pensaste en cuanto me viste?-pregunto con curiosidad, ya sacado el tema de conversación de cuando nos conocimos hace meses.

Solo han sido meses, ni siquiera ha pasado un año, apenas puedo creerme lo que ha pasado en tan poco tiempo; he conocido a mi hermano, a mi padre, a mi novio, me he acostado con mi novio y con mi hermano. Sufro un horrible vuelco en mi estómago al recordar que es con mi hermano con el que me he acostado. Tengo nuevos amigos, ha habido peleas, amores y desamores, ha habido... de todo en esta pequeña franja de tiempo...

--Pensé en que tus ojos-habla en bajo, mirando directamente sobre éstos-parecían venir de mi propia casa-admite-y que en cuanto me dijiste tu nombre, solo sabía eso, tu nombre, pero ya era suficiente para mí, suficiente para saber que no serías más que una vecina cualquiera-comenta sonriente.

Sonrío antes de agachar de nuevo mi cabeza, jugueteando con mis dedos nerviosa, sin saber cómo voy a poder mirar a Niall a los ojos, a Marta, a cualquiera de nuestros amigos, mucho más a Louis, que debe de tener una fuerte decepción por nuestra parte, algo que no me sorprende en absoluto.
Suspiro antes de contestarle.

--Todo ha cambiado...
--Eso sin dudarlo...

Pienso que de nuevo vendrá ese terrible silencio, cuando Harry de nuevo me pregunta.

--¿Podrías decirme por qué en cuanto te vi sentí como si te hubiera echado de menos todo ese tiempo en el que no nos conocíamos?-pregunta con algo de extrañeza, mirándome de nuevo.

La boca se me seca por completo, siento como mi corazón presiona mis costillas con fuerza al latir tan rápido, al igual que los pulmones.
Mi respiración se agita, provocando un ligero jadeo.
Este es el momento, es el momento, díselo piensa una parte de mí.
Cierro los ojos con fuerza, mordiéndome la lengua, tratando de decidirme entre si decírselo ya, de una vez por todas, lo que hay entre nosotros.
En cuanto abro la boca, dispuesta a contárselo, con mi corazón a cien por hora, mi boca casi seca de puro nervio y una fuerte jaqueca azotándome, la puerta de la habitación también se abre de golpe, sin ni siquiera llamar, mostrándonos a Louis, algo nervioso.

--Marta. Niall. Abajo. Quieren veros. Ahora-nos informa como si en vez de una persona fuera un robot, o estuviera mandando un telegrama.

Cierra la puerta sin decir nada más, dejándonos a nosotros la elección, de si bajar o no, de si contárselo o no, de si sentirnos culpables toda la vida... o no...
Le miro con el ceño algo fruncido, esperando su respuesta, sea física o de palabra, para saber qué debemos o no hacer, pero él me mira de la misma manera, sin saber nada de nada, sin saber qué es lo correcto o lo erróneo, por lo que tan solo me abraza con fuerza, haciendo que me esconda en su pecho.
Le miro a esta corta distancia en la que estamos, nuestros ojos se encuentran, mirándose dolidos por no saber cómo mostrar nuestros sentimientos, justo antes de que Harry haga que nuestros labios se junten de manera fugaz.
Se levanta de la cama como si nada hubiera ocurrido, cosa que me alivia y al mismo tiempo... duele, en exceso, saber que no debe significar nada lo que hicimos anoche; ni una muestra de cariño, de fraternidad, de amistad o de amor, no debe significar nada, porque al fin y al cabo, supongo que la decisión de Harry es hacer como si no lo hubiéramos vivido, como si hubiera sido solo un mal sueño del que acabamos de despertar y que tratamos de olvidar para no recordar jamás.
Abre la puerta y echa un pie hacia delante, dispuesto a salir, cuando se detiene y se gira a mirarme, aún sentada en la cama y sin saber muy bien qué debo sentir; si felicidad o tristeza.

--¿Vienes?-pregunta con su cálida sonrisa de siempre.

Le respondo a la sonrisa y me levanto de la cama, dejando atrás ese lugar en el que fuimos adúlteros momentáneamente y que es la cama de Harry, ahora que me doy cuenta y soy capaz de observar y recopilar información mejor que anoche.
Llego a su lado, le miro por un segundo y después opto por seguir caminando para llegar al piso de abajo y tener que ver a Niall, que aún no sé ni cómo voy a hacerlo sin sentirme terriblemente culpable, pero uno de los fuertes brazos de Harry me lo impide, ya que me pega a su cuerpo por completo, cosa que no sé ni como interpretar.
Me giro a mirarle confusa, pero él tan solo coloca mi vestido como si fuera un padre y yo su hija. Terrible ejemplo también. Noto como sus grandes manos pasan por toda mi espalda hasta llegar a mi cintura, lo cual me pone nerviosa.

--Harry, no creo que debas...-comienzo a decir, advirtiéndole de que aquí nos puede ver alguien, pero me callo al notar como tan solo cierra la cremallera de mi vestido, la cual llevaba abierta y ni yo me había dado cuenta.

Me sonríe divertido por la forma en la que he pensado que quería que volviéramos a lo de anoche, lo cual me hace sonrojar hasta la punta de las orejas y provoca en él una risa débil, antes de besar mi frente con cariño y ya sí, bajar ambos por las escaleras hasta llegar al salón, donde se encuentran Niall y Marta de espaldas a nosotros, sentados en uno de los sofás, mientras que Louis está sentado de frente, lugar donde nos puede ver perfectamente y lugar desde el cual nos mata con esa mirada de decepción que nos atraviesa de parte a parte, tanto a Harry como a mí.
Nuestras respectivas parejas se dan la vuelta al percatarse de que Louis está mirando a alguien.
La cálida y cansada sonrisa de Niall se ensancha al verme, a pesar de que tenga cara de resaca increíble, al igual que la de Marta al ver a su querido Harry, también en las mismas condiciones que yo.
Se levantan del sofá casi al mismo tiempo y vienen hacia nosotros con rapidez, Niall haciendo que me coloque sobre su pecho y Marta colocándose de forma automática como me encuentro yo.

--¿Quieres matarme del susto?-oigo la voz de Niall en bajo antes de posar sus labios sobre mi pelo.
--No sabíamos donde estabais, estábamos preocupados-oigo la voz de Marta, dirigida a Harry.

Miro a Hazza mientras sigo en el abrazo de Niall, nuestros ojos se encuentran por un segundo antes de posarse en los de nuestras parejas.
Veo la preciosa sonrisa de Niall, con sus increíbles ojos azules antes de hacer que nuestros labios se junten, sintiendo miles de cosas, todas esas cosas que siento hacia él, pero que al mismo tiempo son diferentes a las que siento con Harry, aunque no menos fuertes.
Está demasiado claro, que todo, absolutamente todo, ha cambiado.