Narra Ane.
Suena el timbre de este pésimo e interminable viernes de clase, he perdido la cuenta de hace cuántos viernes no veo a los chicos, pero tampoco quiero saber cuántos días van que hace que no les vemos, ya que si lo cuento me daré cuenta de que aún queda demasiado tiempo para verles otra vez, para que vuelvan, para que Niall me bese de esa forma tan dulce o que Harry me abrace apartándome de Niall por sus celos de hermano, que Louis me gaste bromas, que Zayn apenas me mire a los ojos por su timidez o esa cálida sonrisa de Liam, todas esas cosas son las que echo de menos y las que tendré que esperar hasta que lleguen que la verdad, espero que no sea dentro de mucho.
Recojo las cosas y las meto en la mochila sin orden alguno, me da un poco igual, la verdad.
Marta y Lucía van hablando entre ellas sobre cualquier cosa; un examen, algún chico que las ha mirado, hasta de los chicos, al igual que hacían antes de conocerles en persona.
María camina silenciosa junto a nosotras, me parece que aún no ha superado lo que la hizo Jason, porque no la he oído hablar apenas desde ese día que Alejandra le dio su merecido.
Cada una va a su rollo, pensando en lo suyo, hasta que veo a lo lejos a Brad. Extrañamente no me lo he cruzado desde que me pegó, pero ahí está, al final del pasillo y caminando hacia nosotras, con su grupito de amigos.
Me detengo de golpe en el pasillo, le miro con terror, pero él no me corresponde a la mirada, tan solo habla divertido, con la conciencia bien tranquila, caminando hacia aquí. Camino rápido para volver junto a las chicas, metiéndome entre ellas para pasar desapercibida ante los ojos de Brad. Él pasa junto a nosotras, su mirada se clava en la mía, pero hace como si no supiera nada y sigue su camino, haciendo que suspire aliviada y que el resto de las chicas me miren con mala cara por no decir nada a ningún profesor.
Hago como si no hubiera visto sus miradas enfadadas y seguimos caminando hasta llegar a la salida, donde se puede ver a Ale sentada en medio de la acera, cruzada de piernas y mordisqueando eso que ella llama delicia, pero que a mí me da tanto asco; cecina de ternera. Lo muerde y remuerde como si fuera una golosina, no sabía que la gustase tanto, la verdad.
Ella se pone en pie de un salto, parece perder el equilibrio un segundo por ese movimiento tan rápido, antes de sonreírnos amable.
Ella no va al instituto, pero se levanta temprano para acompañarnos y más a María, al instituto y luego igual para volver. La pobre se aburre todo el día en su casa, aunque según lo que parece, va descubriendo cosas de la casa de Liam, cosas que a nosotras nos parecen normales, pero que a ella, con tan pocos lujos en su vida, la sorprenden.
--¿Sabéis qué he encontrado hoy?-pregunta entusiasmada cuando llegamos junto a ella-en el vestidor de Liam hay un botón que si le das ¡se mueven las perchas con la ropa haciendo giros!-dice con los ojos brillantes de ilusión-¿¡no es alucinante?!
--Sí, los vestidores automáticos son divertidos-comenta Lucía con humor-¿te pasaste todo el día en el vestidor?
--Ajá-responde ella antes de dar un mordisco a su cecina-al final he acabado mareada de ver tanta ropa pasar ante mis ojos-comenta chistosa.
Entre descubrimientos de Alejandra y comentarios varios, llegamos a mi casa que es la que está más cerca del colegio. Me despido de las chicas y ellas siguen su camino, cada una hacia su casa, excepto María que se va a la de Zayn y Alejandra a la de Liam, claro está.
Entro en casa, cansada de no ver a los chicos. Dejo la mochila en el suelo, dejándola caer y provocando un fuerte golpe, pero que simplemente me da igual.
--Hola a ti también-comenta chistosa mi madre desde la cocina.
Mi respuesta es un gruñido antes de subir las escaleras hasta llegar a mi cuarto. Cierro la puerta de un portazo y me dejo caer en la cama con la almohada contra mi cara.
¿Por qué me pongo de tal mal humor? ¿Será porque echo de menos a Niall? ¿Desde cuando mi vida dependía de la de otra persona? Esto es estúpido, pero creo que es la verdad.
Se oyen unos toques en la puerta de mi habitación, pero yo ni siquiera me muevo, sigo boca abajo en la cama.
--No estoy de humor-digo como puedo.
La puerta se abre y acto seguido se cierra. Noto como el borde de la cama se hunde ligeramente por el peso de mi madre sentándose. Acaricia mi pelo con cuidado y cariño.
--Le echas de menos ¿eh?-pregunta chistosa.
--Claro que le echo de menos-murmuro aún boca abajo.
--Pero no estés triste por eso, pronto volverá.
--¿A ti quién te ha dicho que yo esté triste?-pregunto molesta sentándome en la cama, quedando frente a ella.
--Esto-dice acariciando mis mejillas-se llaman lágrimas de tristeza-dice con humor-y salen de los ojos cuando estás triste.
Acaricio mis mejillas rápido para darme cuenta de que sí, están mojadas. Perfecto, me he puesto a llorar por Niall y ni siquiera me he dado cuenta, cada día soy más estúpida.
Gruño cabreada por esa tontería de llorar antes de dejarme caer de nuevo en la cama.
No me gusta llorar, esa es la realidad, siempre he creído que llorar es signo de debilidad, creo que son contadas las veces que mi madre, Marta o Lucía, que son quienes me han visto en mi vida, me han visto llorar, y ha sido en casos graves de verdad, así que llorar por un chico es estúpido, estúpido y más que estúpido.
--Pero no te cabrees-dice con humor-eso es porque tienes sentimientos, porque le echas de menos, porque te importa, porque de verdad le quieres.
--Basta mamá, no lo estás arreglado-murmuro molesta.
--Por cosas como esta me quedo tranquila, porque me doy cuenta de que eres humana-comenta con humor mientras se levanta de la cama-cuando se te quite el cabreo ya volveré-comenta con humor antes de que oiga como se cierra la puerta.
Giro mi cabeza para ver que sí, que la puerta está cerrada, miro a mi alrededor para cerciorarme de que ella no está por ninguna parte. Suspiro aliviada al ver que me ha dejado sola.
Me levanto de la cama y cierro la puerta con el cerrojo para que no trate de abrir, es más, muevo la cómoda hasta dejarla delante de la puerta para que sea imposible entrar.
No me gusta que me vean así, tan...blanda, es una estupidez tan grande llorar por alguien del que de una forma u otra te acabarás separando.
Apenas me doy cuenta de que con esos pensamientos mis ojos vuelven a derramar lágrimas.
Ya, parad joder, parad, que me voy a deshidratar por vuestra culpa-pienso molesta refiriéndome a mis ojos, los cuales parecen no hacerme mucho caso.
Aparto esas estúpidas lágrimas antes de ponerme a hacer deberes...genial, he dejado la mochila abajo.
Gruño cabreada antes de acercarme de nuevo a la puerta, apartar la cómoda malhumorada y dirigirme a bajar las escaleras y tener que ver como mi madre sonríe satisfecha porque sea "humana" al verme llorar, o como dice ella, al ver que tengo sentimientos.
Para mi sorpresa la mochila está frente a la puerta, supongo que mamá sabía que me iba a encerrar y que no podría abrir, pero sí que para distraerme haría deberes.
Cojo la mochila y la meto en mi cuarto antes de cerrar otra vez a cal y canto.
Me siento en la cama, empiezo con los ejercicios de trigonometría...mierda, no tengo ni puta idea, tendría que llamar a Marta para que me los explique aunque yo tendría que saber más que ella, cosa que no es así. Será asquerosa la cerebrito...la llevaría dos minutos hacer esto y a mí me llevará como mínimo dos horas, aunque pensándolo bien, será mejor, así no pensaré en dos horas sobre nada ni nadie.
Un ejercicio tras otro, de una asignatura y otra, hasta que me doy cuenta de que han pasado cuatro horas; ya son las siete de la tarde.
Dejo el boli en la cama y dejo que mi cabeza caiga sobre la almohada, cansada de tantos ejercicios, que por lo menos me han hecho distraerme un rato y que ya no tengo que hacer en todo el fin de semana.
¿Cuánto faltará para que los chicos vuelvan? No debería tener que pasar mucho, seguro que ya llegan...en un par de días como mucho.
Pero aunque lo quiera y piense tanto, me parece que el tiempo de la gira va a ser el mismo y no les podré ver hasta que acaben.
Unos gritos provenientes del jardín delantero hacen que me incorpore extrañada en la cama y me asome para ver qué es todo ese jaleo.
--¡DÉJAME LOUIS!-grita...grita...¡Harry! ¡Es Harry!
Es Harry siendo arrastrado de los pies por todo el suelo por...por ¡Louis! ¡Oh Dios! ¡Ya han vuelto!
Me levanto de un salto de la cama, aparto todos los obstáculos puestos en mi puerta para que nadie entrara y salgo corriendo, viendo como mi madre estaba apunto de llamar a la puerta para avisarme de que ya están aquí. Me mira divertida antes de que baje las escaleras corriendo, por poco me mato, pero eso no importa, tengo que ir a casa de Niall para poder verle y abrazarle, por fin, otra vez.
Abro la puerta de casa con intenciones de salir corriendo cuando sus ojos azules me atraviesan por completo.
Me quedo mirándole, alucinada, está aquí...Niall está aquí...en mi casa, ha venido a verme antes de ir a su casa, ya que veo un montón de maletas, las que supongo serán de Harry, Louis y de él.
Su mano pasa de estar apunto de llamar al timbre a cogerse la otra mano nervioso, mirándome sin saber qué decir.
--Hol...-dice, tratando de saludarme.
Pero me tiro a su cuello, haciendo que no pueda seguir la frase, ni tan siquiera la palabra. Me coge en sus brazos, agarrándome con fuerza, al igual que yo hago con él; no quiero que se vaya, no quiero que me deje aquí sola otra vez...
--Has vuelto...-susurro con la cabeza apoyada en su hombro.
--Te dije que lo haría-responde en bajo acariciando mi pelo-y como he vuelto no deberías llorar, porque ya estoy aquí-añade con humor apartando las lágrimas que caen por mis mejillas.
Sonrío avergonzada antes de que me deje en el suelo, pero aún con sus brazos entorno a mi cintura.
Me acerco a él despacio y hago que nuestros labios se junten. Por fin este tacto, por fin, por fin sentir este delicioso sabor que tanto añoraba, con sus brazos acariciando mis cuerpo despacio para que me pegue a él haciendo que se profundice el beso.
Noto su lengua entrar en mi boca sin previo aviso, pero eso no hace que deje de ser un beso tierno, no, nada de eso, sigue siendo un beso dulce y cálido, que hace que me olvide de todo lo que hay a mi alrededor y que tan solo pueda ver, oír, sentir y olerle a él, solo a él y nada ni nadie más, excepto por una cosa...
--Respirad un poquito, a ver si os desmayáis-comenta la graciosa de mi madre haciendo que Niall deje de besarme y mire hacia otro lado mientras sus mejillas se colorean por la vergüenza.
--¡Mamá!-me quejo mirándola con una mirada asesina.
Ella ríe antes de irse hacia el salón, dejándonos de nuevo a solas. Río por el color de la cara de Niall, tan roja como recordaba, me acerco a él de nuevo, con intenciones de besarle otra vez cuando me encuentro besando el aire.
Confusa, abro los ojos para ver que Niall ya no está, sino el que está es Harry, con los brazos cruzados sobre su pecho y mirándome con el ceño algo fruncido.
--Morreo para Niall y ni un saludo a Harry, vale, vale-dice relajando su ceño y mirándome con diversión.
--Mi celoso Harry-digo antes de abrazarle con fuerza-como te he echado de menos, a ti y a tus celos incontrolables-digo divertida acariciando su espalda-¿me dejarás estar en algún momento a solas con Niall?
--En cuanto a eso...-dice separándose de mí-tenemos que hablar...
Le miro interrogante, pero él solo resopla antes de asegurarse que ha mandado a Niall bien lejos, por lo que veo al jardín de su casa, donde me observa junto a Louis, algo molesto por la actitud de Harry. Le sonrío para que no se cabree, lo que hace que él también sonría antes de ponerse a hablar con Louis.
Poso mi mirada de nuevo en Harry, que me mira serio. ¿Hablar? ¿De qué tenemos que hablar?
Antes de que pueda preguntar él mismo comienza a explicarme.
--Me he dado cuenta de que os queréis mucho y esas cosas-dice tranquilo-pero con el amor....llegan...otras cosas-dice algo nervioso.
Le miro con los ojos como platos.
--¿Estás intentando darme "La charla"?-pregunto extrañada.
Esa charla sobre sexo que los padres tienen que dar a sus hijos en la adolescencia para que tengan cuidado y no hagan estupideces, ¿por qué me la cuenta a mí Harry?
---Eh...más o menos-admite aún con nervios-pero como supongo que ya estás al tanto de todo lo que debes saber...solo...ten cuidado ¿vale?
--Mmm ¿de qué me hablas exactamente?-pregunto haciéndome la tonta.
Quiero saber hasta el punto exacto hasta el que está dispuesto Harry a llegar con este tema, apuesto a que se derrumba antes de explicarme nada.
--Sabes de lo que te hablo-dice muy seguro.
--No, no tengo ni idea-digo con humor.
--Deja de vacilarme, sabes de lo que te hablo.
--Te estoy diciendo que de verdad no lo sé-digo fingiendo ignorancia.
Él me mira dudoso, sin saber muy bien si le estoy tomando el pelo o soy tan inocente. Pongo cara de no comprender de qué habla y él tan solo resopla antes de mirar hacia Niall, agacha la cabeza y de nuevo me mira a mí.
Coge mi mano y tira de mí hasta llevarme a mi cuarto, donde cierra la puerta con el cerrojo y me hace sentarme en el borde de la cama.
--Si me estás vacilando que sepas que no tiene gracia-dice mirándome serio.
--Pero es que no sé de qué me hablas-digo fingiendo demasiado bien.
--Te hablo de...-comienza a decir muy seguro y casi enfadado por lo que le estoy haciendo pasar-eso que hacen las parejas...-dice en bajo por si acaso mi madre anda cerca.
--¿Besarse?-pregunto alzando una ceja.
--No, más que eso-dice hablando en un tono bajo.
--Ah, ya, te refieres a...vivir juntos ¿no?
Lucho por no reír, aunque la tentación es demasiado grande, pero necesito saber cómo tratará de explicármelo.
--No, eso no-dice sentándose a mi lado-me refiero a...las relaciones...
Su cara está completamente roja, creo que no sabe cómo decirlo de forma delicada, y yo mientras trato de no reír, aunque es realmente cómico verle en este apuro.
--Oh, relaciones...como las relaciones de amistad-digo convencida.
--No...-dice resoplando-relaciones...sexuales...-dice muy en bajo, ya más rojo imposible.
--¿Qué es eso?-pregunto fingiendo extrañeza.
--¿De verdad que no lo sabes?-pregunto mirándome extrañado.
No digo nada, tan solo le miro esperando a que trate de explicármelo. Como me lo voy a pasar...
--Verás...-dice tranquilo-cuando una pareja, ya sea un hombre con una mujer, un hombre con un hombre o una mujer con una mujer, en tu caso y en el mío, un hombre con una mujer, se quiere, mucho, muchísimo, existe...una atracción... física ¿vale?-dice lo más tranquilo que puede, yo solo asiento con la cabeza-una atracción...que te dice que tienes que estar con esa persona y demostrarla que la quieres y que quieres estar junto a ella, que quieres tener una familia con ella.
--Oh...te refieres a hacer bebés ¿verdad?-pregunto como una niña de parvulario-mamá siempre me ha dicho que vienen de las cigüeñas, aunque yo creo que pesan demasiado-digo convencida.
--Bueno...en realidad no vienen de las cigüeñas....-admite en bajo.
--¿No?-pregunto alucinada-¿Entonces de dónde?
--A ver...existe un acto, llamado acto sexual, o directamente sexo, entre muchos de los sinónimos que le atribuyen, en el que un hombre y una mujer pueden tener hijos.
--¿Cómo? ¿Y cómo llegan los bebés a la barriga de la madre?-pregunto con interés.
Aguanta la risa, aguanta la risa, no lo jodas ahora que viene lo bueno...-pienso tratando de convencerme a mí misma y a mis labios para que no estallen y me ponga a reír.
--En biología...-dice cada vez más y más rojo-te han debido de explicar cómo se hace ¿no?
--No que yo sepa-digo encogiéndome de hombros.
--Pues... a ver... para que... eh... para que... se haga un bebé-comienza a decir nervioso, yo tan solo asiento con la cabeza-el hombre... debe... eh...
--Más rápido, que me duermo-digo cansada de que se tira años para decir algo tan simple.
--A ver...-repite de nuevo, ya poniéndome de los nervios-el hombre tiene... pene ¿vale?
--¿Dónde?
--Pues... aquí-dice señalando su entrepierna-y las mujeres tenéis... eh... vagina, por ahí también...-murmura sin mirarme a los ojos.
--Entendido, ¿y con eso qué pasa?
--El hombre... debe... eh...debe...
Su cara parece que va a explotar, nunca en la vida lo había visto tan sumamente rojo, empieza a asustarme ese color que tiene en la cara, pero podemos tomar que esta es la segunda parte de mi venganza por mancharme el pelo de yogur y luego amenazarme, así que no pienso rajarme hasta que llegue al final de todo esto.
--¿Qué debe?-pregunto extrañada.
--Eh... introducir el pene... en... la vagina... liberando... eh... semen, que contiene espermatozoides y que... esos espermatozoides si no hay ningún tipo de protección... pueden llegar al óvulo de la mujer y fecundarlo... o sea, empezar a que el bebé se forme...
--Oh-digo simplemente-¿y ya está? ¿así sin más?
--Bueno, para poder hacerlo debe producirse una... excitación en el hombre, llamada erección que facilita que... espera... tú sabes lo que es... tú... te enfadaste conmigo cuando te quedaste a dormir a mi casa y me desperté tan...-dice extrañado, pero me mira a los ojos con asombro.
Las lágrimas caen por mis mejillas de la risa, ya no puedo más, lo prometo. Simplemente estallo a reír, a carcajada limpia.
--¿Así se lo piensas explicar a tus hijos?-digo entre risas, casi sin respirar.
--¡Eres una estúpida!-dice dándome un empujón-¿¡Sabes lo mal que lo he pasado?!-dice con cabreo.
--Es que ha sido buenísimo-digo tumbándome en la cama cogiendo mi estómago con mis brazos ya que me están dando agujetas de reír.
--Vale, muy graciosa, ya te has divertido, ahora escúchame lo que quiero decirte.
--Pero es que...tu cara... tu cara ha sido como...-trato de hablar pero no puedo la risa ha invadido mi cuerpo.
--Quiero que tengas esto-dice sin más tendiéndome algo.
Me siento de nuevo en la cama, aún riendo, con las lágrimas saltándome sin control, hasta que veo lo que Harry me está dando, que hace que me quede callada de inmediato y note como se me suben los colores. Me está ofreciendo un preservativo, yo solo le miro alucinada.
--¿Para... para qué me lo das?-pregunto cortada.
--Para que lo tengas y si es necesario lo uses-dice manteniendo el brazo delante de mí, con la mano pinzando el pequeño plástico, mientras yo lo sigo mirando asombrada.
--Harry... yo...
--Cógelo-prácticamente me ordena-he visto como Niall y tú os miráis, así que más vale prevenir que curar.
Le miro a la cara, luego a su mano, de nuevo a su cara y solo opto por cogerlo temblorosa y dejarlo en mi mano.
--¿Ves? ¿Tan difícil es dejarme más tranquilo?-pregunta con algo de humor.
--Harry es que yo... eh... nunca...
--Has tenido que poner uno, lo sé, lo sé-dice divertido-ya sé que nunca lo has hecho, no te preocupes, no importa.
--¿Cómo lo...?
--Bueno... quizás escuché una conversación que no debía en el hotel-dice algo nervioso.
--¡Eres un cotilla!-digo dándole un empujón en el brazo.
--Un poco-admite con humor-bueno ¿sabes cómo va?
--¿El qué?
--Lo que te he dado.
--No soy tan estúpida Harry, es como meter un pie en un calcetín, no tiene pérdida-digo rodando los ojos.
--Parece sencillo, pero como se abra mal la has cagado porque es como si no se hubiera utilizado ¿sabes?
--¿Cómo se va a abrir mal?-pregunto extrañada.
--Sí, mira-dice sacando otro de los bolsillos traseros de su pantalón vaquero.
¿Cuántos llevará? A puesto a que más de cinco, seguro.
--Lo primero, tened cuidado al abrirlo, sobre todo tú, que tienes las uñas largas, como lo rompas la lías-me advierte-a ver cómo lo abres-dice tendiéndomelo.
--Harry, esto me parece bochornoso y estúpido-admito avergonzada.
--¿Por qué?-pregunta extrañado-puedo ayudarte y explicarte yo, que lo haga tu madre que creo que es peor, o que nadie lo haga y acabes embarazada, ¿tú qué prefieres?
--Tú, tú-admito muy segura.
--Pues vamos, a ver-dijo alzando las cejas indicándome que abriera el pequeño envoltorio.
Suspiro antes de abrirlo despacio y mirar hacia Harry, que me mira con diversión.
--Bien, bien-dice asintiendo con la cabeza-vamos, sigue.
--Como entre mi madre verás la que se arma...-murmuro sacándolo del envoltorio-vale, ya está, ¿contento?-digo mostrándole el preservativo en mi mano-esto es más que estúpido, no tiene pérdida, es solo abrir un pequeño sobre.
--Pero mira como está-dice mirando mis manos-aún cerrado, ¿ves esa pestañita que tiene? tienes que tirar para que se abra, por la gravedad más que por otra cosa, así es como se debe poner, no al contrario, ¿vale?
--Está bien...-admito-¿ya estás contento?
--Mucho, trae, dame que lo tiro ahora cuando salga para que tu madre no se piense cosas raras-dice quitándomelo de las manos-ahora el otro que te he dado, si es necesario lo usarás ¿verdad?
--Después de las clases prácticas que me acabas de dar no tengo más opción-digo sarcástica.
--Desagradecida... encima que me preocupo por ti-dice mientras se levanta de la cama-sin mí te hubieras quedado embarazada al primer intento-dice molesto.
--¿Tan tonta me ves?-pregunto de la misma forma, también levantándome-soy más espabilada de lo que piensas.
Nos miramos el uno al otro, con dureza, retándonos el uno al otro con la mirada, como si en cualquier momento nos fuéramos a matar. Él se acerca a mí en una zancada y queda frente a mí por completo, su pecho toca el mío. Pasa una mano por mi mejilla derecha y la sube hasta coger un mechón de mi pelo y colocarlo tras mi oreja, sonríe ampliamente antes de abrazarme con fuerza.
--Te he echado de menos-susurra en mitad del abrazo.
--Yo a ti también-admito.
--Creo que debrías bajar a estar con Niall, llevamos un mes aguantándole en plan insoportable porque quería verte-dice divertido sin soltarme.
--Yo que tú iba a ver a Marta antes de que se entere que has venido a verme antes que a ella-digo también con humor.
--Cierto-admite separándose-luego nos vemos-dice antes de darme un beso en la mejilla y salir corriendo a ver a Marta.
Río ante su cabeza olvidadiza y decido bajar también con cierta impaciencia para ver a Niall. Bajo las escaleras y me dispongo a salir por la puerta de casa cuando oigo una risa extrañamente familiar en la cocina, junto a la de mi madre.
Me muevo extrañada hacia ella y veo como están Niall y mamá riendo sentados en la mesa de la cocina con una taza de chocolate caliente entre las manos.
--Hablando de la reina de Roma-comenta mi madre con humor.
--¿Qué pasa aquí?-pregunto extrañada y al mismo tiempo algo nerviosa.
¿Por qué estarán ellos dos hablando? y lo peor de todo, ¿por qué estarán hablando de mí? ¿y qué es lo que exactamente se han dicho?
--Nada, solo estamos hablando-responde Niall sonriente.
--Miedo me dais los dos juntos-admito sentándome junto a Nialler, que ríe por lo bajo.
--¿Miedo de qué? ¿Acaso nos ocultas algo a los dos?-pregunta mi madre con diversión.
--Quizás-respondo encogiéndome de hombros.
Ellos dos se miran y comienzan a reír.
--¿Qué he dicho?-pregunto extrañada.
--No, nada, nada-responde el rubio con humor.
--Esto es una alianza que tenéis contra mí-comento molesta.
--¿Ves? te lo he dicho, lo exagera todo-habla mi madre levantándose de la mesa y llevando al fregadero su taza.
Nialler de nuevo ríe por lo bajo, por lo que elevo la mirada para fulminarle con los ojos. Me están haciendo enloquecer.
Él me mira con humor antes de pasar un brazo por mi cintura y hacer que me pegue a él, notando como planta un beso en mi mejilla.
--No te enfades, solo estábamos hablando-me susurra al oído.
--¿De qué?
--De ti, claro está.
--Vais a acabar conmigo al final-respondo molesta.
--Exagerada...
Le miro con cabreo pero él solo ríe antes de besarme cortamente en los labios.
--Por cierto, buena teoría la de que las jirafas son altas para poder comerse la luna-dice con humor.
Le miro con los ojos como platos. Dios, ¿por qué mi madre le cuenta las chorradas que decía de pequeña? esto no es justo y no se quedará así, no, no, creo que iré a hacer una visita a Maura, oh sí, está claro que pronto iré a tener una charla con ella sobre Niall.
--Por cosas como esta me quedo tranquila, porque me doy cuenta de que eres humana-comenta con humor mientras se levanta de la cama-cuando se te quite el cabreo ya volveré-comenta con humor antes de que oiga como se cierra la puerta.
Giro mi cabeza para ver que sí, que la puerta está cerrada, miro a mi alrededor para cerciorarme de que ella no está por ninguna parte. Suspiro aliviada al ver que me ha dejado sola.
Me levanto de la cama y cierro la puerta con el cerrojo para que no trate de abrir, es más, muevo la cómoda hasta dejarla delante de la puerta para que sea imposible entrar.
No me gusta que me vean así, tan...blanda, es una estupidez tan grande llorar por alguien del que de una forma u otra te acabarás separando.
Apenas me doy cuenta de que con esos pensamientos mis ojos vuelven a derramar lágrimas.
Ya, parad joder, parad, que me voy a deshidratar por vuestra culpa-pienso molesta refiriéndome a mis ojos, los cuales parecen no hacerme mucho caso.
Aparto esas estúpidas lágrimas antes de ponerme a hacer deberes...genial, he dejado la mochila abajo.
Gruño cabreada antes de acercarme de nuevo a la puerta, apartar la cómoda malhumorada y dirigirme a bajar las escaleras y tener que ver como mi madre sonríe satisfecha porque sea "humana" al verme llorar, o como dice ella, al ver que tengo sentimientos.
Para mi sorpresa la mochila está frente a la puerta, supongo que mamá sabía que me iba a encerrar y que no podría abrir, pero sí que para distraerme haría deberes.
Cojo la mochila y la meto en mi cuarto antes de cerrar otra vez a cal y canto.
Me siento en la cama, empiezo con los ejercicios de trigonometría...mierda, no tengo ni puta idea, tendría que llamar a Marta para que me los explique aunque yo tendría que saber más que ella, cosa que no es así. Será asquerosa la cerebrito...la llevaría dos minutos hacer esto y a mí me llevará como mínimo dos horas, aunque pensándolo bien, será mejor, así no pensaré en dos horas sobre nada ni nadie.
Un ejercicio tras otro, de una asignatura y otra, hasta que me doy cuenta de que han pasado cuatro horas; ya son las siete de la tarde.
Dejo el boli en la cama y dejo que mi cabeza caiga sobre la almohada, cansada de tantos ejercicios, que por lo menos me han hecho distraerme un rato y que ya no tengo que hacer en todo el fin de semana.
¿Cuánto faltará para que los chicos vuelvan? No debería tener que pasar mucho, seguro que ya llegan...en un par de días como mucho.
Pero aunque lo quiera y piense tanto, me parece que el tiempo de la gira va a ser el mismo y no les podré ver hasta que acaben.
Unos gritos provenientes del jardín delantero hacen que me incorpore extrañada en la cama y me asome para ver qué es todo ese jaleo.
--¡DÉJAME LOUIS!-grita...grita...¡Harry! ¡Es Harry!
Es Harry siendo arrastrado de los pies por todo el suelo por...por ¡Louis! ¡Oh Dios! ¡Ya han vuelto!
Me levanto de un salto de la cama, aparto todos los obstáculos puestos en mi puerta para que nadie entrara y salgo corriendo, viendo como mi madre estaba apunto de llamar a la puerta para avisarme de que ya están aquí. Me mira divertida antes de que baje las escaleras corriendo, por poco me mato, pero eso no importa, tengo que ir a casa de Niall para poder verle y abrazarle, por fin, otra vez.
Abro la puerta de casa con intenciones de salir corriendo cuando sus ojos azules me atraviesan por completo.
Me quedo mirándole, alucinada, está aquí...Niall está aquí...en mi casa, ha venido a verme antes de ir a su casa, ya que veo un montón de maletas, las que supongo serán de Harry, Louis y de él.
Su mano pasa de estar apunto de llamar al timbre a cogerse la otra mano nervioso, mirándome sin saber qué decir.
--Hol...-dice, tratando de saludarme.
Pero me tiro a su cuello, haciendo que no pueda seguir la frase, ni tan siquiera la palabra. Me coge en sus brazos, agarrándome con fuerza, al igual que yo hago con él; no quiero que se vaya, no quiero que me deje aquí sola otra vez...
--Has vuelto...-susurro con la cabeza apoyada en su hombro.
--Te dije que lo haría-responde en bajo acariciando mi pelo-y como he vuelto no deberías llorar, porque ya estoy aquí-añade con humor apartando las lágrimas que caen por mis mejillas.
Sonrío avergonzada antes de que me deje en el suelo, pero aún con sus brazos entorno a mi cintura.
Me acerco a él despacio y hago que nuestros labios se junten. Por fin este tacto, por fin, por fin sentir este delicioso sabor que tanto añoraba, con sus brazos acariciando mis cuerpo despacio para que me pegue a él haciendo que se profundice el beso.
Noto su lengua entrar en mi boca sin previo aviso, pero eso no hace que deje de ser un beso tierno, no, nada de eso, sigue siendo un beso dulce y cálido, que hace que me olvide de todo lo que hay a mi alrededor y que tan solo pueda ver, oír, sentir y olerle a él, solo a él y nada ni nadie más, excepto por una cosa...
--Respirad un poquito, a ver si os desmayáis-comenta la graciosa de mi madre haciendo que Niall deje de besarme y mire hacia otro lado mientras sus mejillas se colorean por la vergüenza.
--¡Mamá!-me quejo mirándola con una mirada asesina.
Ella ríe antes de irse hacia el salón, dejándonos de nuevo a solas. Río por el color de la cara de Niall, tan roja como recordaba, me acerco a él de nuevo, con intenciones de besarle otra vez cuando me encuentro besando el aire.
Confusa, abro los ojos para ver que Niall ya no está, sino el que está es Harry, con los brazos cruzados sobre su pecho y mirándome con el ceño algo fruncido.
--Morreo para Niall y ni un saludo a Harry, vale, vale-dice relajando su ceño y mirándome con diversión.
--Mi celoso Harry-digo antes de abrazarle con fuerza-como te he echado de menos, a ti y a tus celos incontrolables-digo divertida acariciando su espalda-¿me dejarás estar en algún momento a solas con Niall?
--En cuanto a eso...-dice separándose de mí-tenemos que hablar...
Le miro interrogante, pero él solo resopla antes de asegurarse que ha mandado a Niall bien lejos, por lo que veo al jardín de su casa, donde me observa junto a Louis, algo molesto por la actitud de Harry. Le sonrío para que no se cabree, lo que hace que él también sonría antes de ponerse a hablar con Louis.
Poso mi mirada de nuevo en Harry, que me mira serio. ¿Hablar? ¿De qué tenemos que hablar?
Antes de que pueda preguntar él mismo comienza a explicarme.
--Me he dado cuenta de que os queréis mucho y esas cosas-dice tranquilo-pero con el amor....llegan...otras cosas-dice algo nervioso.
Le miro con los ojos como platos.
--¿Estás intentando darme "La charla"?-pregunto extrañada.
Esa charla sobre sexo que los padres tienen que dar a sus hijos en la adolescencia para que tengan cuidado y no hagan estupideces, ¿por qué me la cuenta a mí Harry?
---Eh...más o menos-admite aún con nervios-pero como supongo que ya estás al tanto de todo lo que debes saber...solo...ten cuidado ¿vale?
--Mmm ¿de qué me hablas exactamente?-pregunto haciéndome la tonta.
Quiero saber hasta el punto exacto hasta el que está dispuesto Harry a llegar con este tema, apuesto a que se derrumba antes de explicarme nada.
--Sabes de lo que te hablo-dice muy seguro.
--No, no tengo ni idea-digo con humor.
--Deja de vacilarme, sabes de lo que te hablo.
--Te estoy diciendo que de verdad no lo sé-digo fingiendo ignorancia.
Él me mira dudoso, sin saber muy bien si le estoy tomando el pelo o soy tan inocente. Pongo cara de no comprender de qué habla y él tan solo resopla antes de mirar hacia Niall, agacha la cabeza y de nuevo me mira a mí.
Coge mi mano y tira de mí hasta llevarme a mi cuarto, donde cierra la puerta con el cerrojo y me hace sentarme en el borde de la cama.
--Si me estás vacilando que sepas que no tiene gracia-dice mirándome serio.
--Pero es que no sé de qué me hablas-digo fingiendo demasiado bien.
--Te hablo de...-comienza a decir muy seguro y casi enfadado por lo que le estoy haciendo pasar-eso que hacen las parejas...-dice en bajo por si acaso mi madre anda cerca.
--¿Besarse?-pregunto alzando una ceja.
--No, más que eso-dice hablando en un tono bajo.
--Ah, ya, te refieres a...vivir juntos ¿no?
Lucho por no reír, aunque la tentación es demasiado grande, pero necesito saber cómo tratará de explicármelo.
--No, eso no-dice sentándose a mi lado-me refiero a...las relaciones...
Su cara está completamente roja, creo que no sabe cómo decirlo de forma delicada, y yo mientras trato de no reír, aunque es realmente cómico verle en este apuro.
--Oh, relaciones...como las relaciones de amistad-digo convencida.
--No...-dice resoplando-relaciones...sexuales...-dice muy en bajo, ya más rojo imposible.
--¿Qué es eso?-pregunto fingiendo extrañeza.
--¿De verdad que no lo sabes?-pregunto mirándome extrañado.
No digo nada, tan solo le miro esperando a que trate de explicármelo. Como me lo voy a pasar...
--Verás...-dice tranquilo-cuando una pareja, ya sea un hombre con una mujer, un hombre con un hombre o una mujer con una mujer, en tu caso y en el mío, un hombre con una mujer, se quiere, mucho, muchísimo, existe...una atracción... física ¿vale?-dice lo más tranquilo que puede, yo solo asiento con la cabeza-una atracción...que te dice que tienes que estar con esa persona y demostrarla que la quieres y que quieres estar junto a ella, que quieres tener una familia con ella.
--Oh...te refieres a hacer bebés ¿verdad?-pregunto como una niña de parvulario-mamá siempre me ha dicho que vienen de las cigüeñas, aunque yo creo que pesan demasiado-digo convencida.
--Bueno...en realidad no vienen de las cigüeñas....-admite en bajo.
--¿No?-pregunto alucinada-¿Entonces de dónde?
--A ver...existe un acto, llamado acto sexual, o directamente sexo, entre muchos de los sinónimos que le atribuyen, en el que un hombre y una mujer pueden tener hijos.
--¿Cómo? ¿Y cómo llegan los bebés a la barriga de la madre?-pregunto con interés.
Aguanta la risa, aguanta la risa, no lo jodas ahora que viene lo bueno...-pienso tratando de convencerme a mí misma y a mis labios para que no estallen y me ponga a reír.
--En biología...-dice cada vez más y más rojo-te han debido de explicar cómo se hace ¿no?
--No que yo sepa-digo encogiéndome de hombros.
--Pues... a ver... para que... eh... para que... se haga un bebé-comienza a decir nervioso, yo tan solo asiento con la cabeza-el hombre... debe... eh...
--Más rápido, que me duermo-digo cansada de que se tira años para decir algo tan simple.
--A ver...-repite de nuevo, ya poniéndome de los nervios-el hombre tiene... pene ¿vale?
--¿Dónde?
--Pues... aquí-dice señalando su entrepierna-y las mujeres tenéis... eh... vagina, por ahí también...-murmura sin mirarme a los ojos.
--Entendido, ¿y con eso qué pasa?
--El hombre... debe... eh...debe...
Su cara parece que va a explotar, nunca en la vida lo había visto tan sumamente rojo, empieza a asustarme ese color que tiene en la cara, pero podemos tomar que esta es la segunda parte de mi venganza por mancharme el pelo de yogur y luego amenazarme, así que no pienso rajarme hasta que llegue al final de todo esto.
--¿Qué debe?-pregunto extrañada.
--Eh... introducir el pene... en... la vagina... liberando... eh... semen, que contiene espermatozoides y que... esos espermatozoides si no hay ningún tipo de protección... pueden llegar al óvulo de la mujer y fecundarlo... o sea, empezar a que el bebé se forme...
--Oh-digo simplemente-¿y ya está? ¿así sin más?
--Bueno, para poder hacerlo debe producirse una... excitación en el hombre, llamada erección que facilita que... espera... tú sabes lo que es... tú... te enfadaste conmigo cuando te quedaste a dormir a mi casa y me desperté tan...-dice extrañado, pero me mira a los ojos con asombro.
Las lágrimas caen por mis mejillas de la risa, ya no puedo más, lo prometo. Simplemente estallo a reír, a carcajada limpia.
--¿Así se lo piensas explicar a tus hijos?-digo entre risas, casi sin respirar.
--¡Eres una estúpida!-dice dándome un empujón-¿¡Sabes lo mal que lo he pasado?!-dice con cabreo.
--Es que ha sido buenísimo-digo tumbándome en la cama cogiendo mi estómago con mis brazos ya que me están dando agujetas de reír.
--Vale, muy graciosa, ya te has divertido, ahora escúchame lo que quiero decirte.
--Pero es que...tu cara... tu cara ha sido como...-trato de hablar pero no puedo la risa ha invadido mi cuerpo.
--Quiero que tengas esto-dice sin más tendiéndome algo.
Me siento de nuevo en la cama, aún riendo, con las lágrimas saltándome sin control, hasta que veo lo que Harry me está dando, que hace que me quede callada de inmediato y note como se me suben los colores. Me está ofreciendo un preservativo, yo solo le miro alucinada.
--¿Para... para qué me lo das?-pregunto cortada.
--Para que lo tengas y si es necesario lo uses-dice manteniendo el brazo delante de mí, con la mano pinzando el pequeño plástico, mientras yo lo sigo mirando asombrada.
--Harry... yo...
--Cógelo-prácticamente me ordena-he visto como Niall y tú os miráis, así que más vale prevenir que curar.
Le miro a la cara, luego a su mano, de nuevo a su cara y solo opto por cogerlo temblorosa y dejarlo en mi mano.
--¿Ves? ¿Tan difícil es dejarme más tranquilo?-pregunta con algo de humor.
--Harry es que yo... eh... nunca...
--Has tenido que poner uno, lo sé, lo sé-dice divertido-ya sé que nunca lo has hecho, no te preocupes, no importa.
--¿Cómo lo...?
--Bueno... quizás escuché una conversación que no debía en el hotel-dice algo nervioso.
--¡Eres un cotilla!-digo dándole un empujón en el brazo.
--Un poco-admite con humor-bueno ¿sabes cómo va?
--¿El qué?
--Lo que te he dado.
--No soy tan estúpida Harry, es como meter un pie en un calcetín, no tiene pérdida-digo rodando los ojos.
--Parece sencillo, pero como se abra mal la has cagado porque es como si no se hubiera utilizado ¿sabes?
--¿Cómo se va a abrir mal?-pregunto extrañada.
--Sí, mira-dice sacando otro de los bolsillos traseros de su pantalón vaquero.
¿Cuántos llevará? A puesto a que más de cinco, seguro.
--Lo primero, tened cuidado al abrirlo, sobre todo tú, que tienes las uñas largas, como lo rompas la lías-me advierte-a ver cómo lo abres-dice tendiéndomelo.
--Harry, esto me parece bochornoso y estúpido-admito avergonzada.
--¿Por qué?-pregunta extrañado-puedo ayudarte y explicarte yo, que lo haga tu madre que creo que es peor, o que nadie lo haga y acabes embarazada, ¿tú qué prefieres?
--Tú, tú-admito muy segura.
--Pues vamos, a ver-dijo alzando las cejas indicándome que abriera el pequeño envoltorio.
Suspiro antes de abrirlo despacio y mirar hacia Harry, que me mira con diversión.
--Bien, bien-dice asintiendo con la cabeza-vamos, sigue.
--Como entre mi madre verás la que se arma...-murmuro sacándolo del envoltorio-vale, ya está, ¿contento?-digo mostrándole el preservativo en mi mano-esto es más que estúpido, no tiene pérdida, es solo abrir un pequeño sobre.
--Pero mira como está-dice mirando mis manos-aún cerrado, ¿ves esa pestañita que tiene? tienes que tirar para que se abra, por la gravedad más que por otra cosa, así es como se debe poner, no al contrario, ¿vale?
--Está bien...-admito-¿ya estás contento?
--Mucho, trae, dame que lo tiro ahora cuando salga para que tu madre no se piense cosas raras-dice quitándomelo de las manos-ahora el otro que te he dado, si es necesario lo usarás ¿verdad?
--Después de las clases prácticas que me acabas de dar no tengo más opción-digo sarcástica.
--Desagradecida... encima que me preocupo por ti-dice mientras se levanta de la cama-sin mí te hubieras quedado embarazada al primer intento-dice molesto.
--¿Tan tonta me ves?-pregunto de la misma forma, también levantándome-soy más espabilada de lo que piensas.
Nos miramos el uno al otro, con dureza, retándonos el uno al otro con la mirada, como si en cualquier momento nos fuéramos a matar. Él se acerca a mí en una zancada y queda frente a mí por completo, su pecho toca el mío. Pasa una mano por mi mejilla derecha y la sube hasta coger un mechón de mi pelo y colocarlo tras mi oreja, sonríe ampliamente antes de abrazarme con fuerza.
--Te he echado de menos-susurra en mitad del abrazo.
--Yo a ti también-admito.
--Creo que debrías bajar a estar con Niall, llevamos un mes aguantándole en plan insoportable porque quería verte-dice divertido sin soltarme.
--Yo que tú iba a ver a Marta antes de que se entere que has venido a verme antes que a ella-digo también con humor.
--Cierto-admite separándose-luego nos vemos-dice antes de darme un beso en la mejilla y salir corriendo a ver a Marta.
Río ante su cabeza olvidadiza y decido bajar también con cierta impaciencia para ver a Niall. Bajo las escaleras y me dispongo a salir por la puerta de casa cuando oigo una risa extrañamente familiar en la cocina, junto a la de mi madre.
Me muevo extrañada hacia ella y veo como están Niall y mamá riendo sentados en la mesa de la cocina con una taza de chocolate caliente entre las manos.
--Hablando de la reina de Roma-comenta mi madre con humor.
--¿Qué pasa aquí?-pregunto extrañada y al mismo tiempo algo nerviosa.
¿Por qué estarán ellos dos hablando? y lo peor de todo, ¿por qué estarán hablando de mí? ¿y qué es lo que exactamente se han dicho?
--Nada, solo estamos hablando-responde Niall sonriente.
--Miedo me dais los dos juntos-admito sentándome junto a Nialler, que ríe por lo bajo.
--¿Miedo de qué? ¿Acaso nos ocultas algo a los dos?-pregunta mi madre con diversión.
--Quizás-respondo encogiéndome de hombros.
Ellos dos se miran y comienzan a reír.
--¿Qué he dicho?-pregunto extrañada.
--No, nada, nada-responde el rubio con humor.
--Esto es una alianza que tenéis contra mí-comento molesta.
--¿Ves? te lo he dicho, lo exagera todo-habla mi madre levantándose de la mesa y llevando al fregadero su taza.
Nialler de nuevo ríe por lo bajo, por lo que elevo la mirada para fulminarle con los ojos. Me están haciendo enloquecer.
Él me mira con humor antes de pasar un brazo por mi cintura y hacer que me pegue a él, notando como planta un beso en mi mejilla.
--No te enfades, solo estábamos hablando-me susurra al oído.
--¿De qué?
--De ti, claro está.
--Vais a acabar conmigo al final-respondo molesta.
--Exagerada...
Le miro con cabreo pero él solo ríe antes de besarme cortamente en los labios.
--Por cierto, buena teoría la de que las jirafas son altas para poder comerse la luna-dice con humor.
Le miro con los ojos como platos. Dios, ¿por qué mi madre le cuenta las chorradas que decía de pequeña? esto no es justo y no se quedará así, no, no, creo que iré a hacer una visita a Maura, oh sí, está claro que pronto iré a tener una charla con ella sobre Niall.
Narra Harry.
--Te he echado de menos-susurro besando su cuello con lentitud.
--Deja de camelarme Styles, con lo de anoche vas que chutas-responde ella con humor.
--Me ves como una máquina del sexo o algo por el estilo ¿eh?-digo antes de besar sus labios.
--Es que en realidad lo eres-dice divertida.
--Un mes, he estado un mes solito, ¿no piensas que me merecía un poco de cariño?-pregunto acariciando su estómago con uno de mis dedos.
--Bueno, pero como ahora mismo son las...cuatro de la mañana-dice mirando la pantalla de su móvil antes de dejarlo en la mesilla de noche otra vez-creo que deberíamos dormir un poquito-dice acurrucándose.
Me da la sensación de que me echa a mí las culpas de todo, bueno, no las culpas porque no hemos hecho nada malo. Solo después de ver a Ane fui a su casa, de su casa dimos un paseo por el parque, después acabamos en mi casa y bueno... la noche se nos hizo larga por así decirlo y me lo dice como si solo hubiera sido yo el que hubiese querido que acabáramos en mi casa, a las cuatro de la mañana, solo con un par de mantas cubriéndonos y ella acurrucada dispuesta a dormir, aunque me mira con un ojo medio abierto y una sonrisa pícara.
--Eres una enana traviesa-digo antes de besarla de nuevo, apoyándome ligeramente sobre su cuerpo de nuevo.
--¿Yo ahora qué he hecho?-pregunta inocente metiendo sus dedos entre mis rizos, acariciándolos con cariño.
--Sabes perfectamente a lo que me refiero-murmuro antes de morder ligeramente su labio inferior.
Ella ríê por lo bajo antes de proseguir con nuestro beso. Es entonces cuando oigo el timbre de la casa.
Extrañado me aparto ligeramente de ella.
--¿Acaba de sonar el timbre?-pregunto extrañado mirando hacia la puerta de mi cuarto cerrada por completo, esperando oír si Louis se levanta o algo para abrir la puerta.
--Creo que sí-responde también extrañada mientras se sienta en la cama-¿pero quién vendría a veros a las cuatro de la mañana de un sábado?-pregunta mirándome con extrañeza.
--Ni idea, pero da igual, ¿por dónde íbamos?-pregunto mirándola sonriente antes de juntar nuestros labios de nuevo.
Otra vez el timbre de la casa, sonando repetidas veces. Me separo de nuevo de ella, resoplando y cabreado por quién será el gracioso que está llamando a estas horas.
Me levanto de la cama y salgo de mi cuarto sin ni siquiera vestirme, paso totalmente, pero voy a meter un puñetazo al pesado que llama que vamos, se le van a quitar las ganas de interrumpir.
Paso por la puerta de Louis, para ver que sigue cerrada, que majo él, ni ha tenido intenciones de levantarse a abrir él.
Doy un par de toques en la puerta antes de abrirla y ver que su habitación está intacta, bueno, intacta, toda desordenada, pero aún así no hay rastro de él, estará con Lucía, supongo.
Cierro la puerta antes de bajar las escaleras, cansado porque no he dormido en toda la noche, aunque contento, por la razón que ha hecho que no duerma en toda la noche; es decir, por ella.
Abro la puerta algo cabreado por los timbrazos que se repiten una y otra vez.
No me da tiempo a preguntar que quién es o qué quiere ya que entra rápido en casa, nervioso perdido, tardo un poco en reaccionar y darme cuenta de que es Niall.
--Hijo de mi vida, ¿qué haces en mi casa a estas horas?-pregunto muerto de sueño.
--Eh... no lo sé-dice nervioso antes de moverse hasta la cocina.
--Oh vamos Horan, no me dirás que has venido a las cuatro de la mañana solo para saquearme el frigorífico ¿verdad?
--No... no es eso-dice nervioso volviendo a la entrada conmigo-es que... tengo que preguntarte algo.
--¿No podías esperarte a que fueran al menos las diez o las once?-pregunto caminando tras él.
--No, no podía, llevo toda la noche pensando en ello y estoy empezando a enloquecer...-dice subiendo las escaleras-¿tú qué haces desnudo?-pregunta girándose para mirarme extrañado.
--Estoy en mi derecho, es mi casa-digo subiendo tras él.
--Bueno, el caso es que no sé si debería...-comienza a hablar justo cuando abre la puerta de mi cuarto.
Él se queda de piedra al encontrarse a Marta sin ropa y en mi cama, tapada parcialmente con las sábanas.
--Harry ¿quién era?-pregunta ella incorporándose, dejando ver más desnudez de ella, aunque nada que no se vea de una chica cuando va en biquini.
Ella suelta un grito antes de cubrirse, Niall la mira alucinado, con las mejillas sonrojadas a pesar de que no se la haya visto absolutamente nada. Yo solo cierro la puerta de golpe y le miro algo nervioso.
--¿Estabais...?-pregunta mirándome extrañado.
--Básicamente sí-admito divertido.
--Oh, lo siento, no quería... interrumpiros-dice arrepentido.
--Tranquilo, solo ella te matará y bueno, quizás yo también a menos que me digas una razón lógica por la que estés aquí-admito con humor.
--Bueno, la cosa es que...
Niall es interrumpido por la puerta de mi cuarto de nuevo, para que acto seguido salga Marta vestida, aunque despeinada y nos mire abochornada.
--Creo que me voy a casa-murmura antes de salir escaleras abajo.
Salgo tras ella corriendo para que no se vaya así. La cojo de un brazo un segundo antes de que llegue a la puerta y salga de aquí, huyendo.
--Oye, no te vayas-la pido-solo es Niall, ahora se irá, quédate conmigo un ratito que luego, a una hora decente, te voy a hacer un desayuno que te chuparás los dedos-digo sonriente.
--No, mejor... estáis vosotros solos y así... trato de pensar como miraré a la cara a Niall-murmura por lo bajo.
--Solo es Niall, no te preocupes, no tienes que avergonzarte por él.
--No, no me avergüenzo por él, me avergüenzo porque me ha visto así...-murmura abochornada-además no les he dicho a mis padres que me iba a quedar esta noche aquí, así que creo que debo intentar volver antes de que se den cuenta.
--Está bien...-admito finalmente al ver que no se quedará de ninguna manera-¿quieres que te acompañe a casa?
--No, tranquilo, voy sola, no me pasará nada-dice muy segura-luego nos vemos-dice antes de darme un beso corto en los labios.
Suspiro mientras veo como se va por la calle. Ya puede ser importante lo que me quiere decir el cansino de Niall porque le mataré por esto, al final, le mataré, luego me arrepentiré, pero primero le mataré por inoportuno.
Cierro la puerta de la casa antes de darme media vuelta y ver a Niall en lo alto de las escaleras, esperando hablar conmigo, mirando arrepentido hacia la puerta por donde se ha ido Marta por su culpa.
--Lo siento, no sabía que estaría aquí, pensé que estarías solo, no quería que se fuera-dice entristecido.
--Da igual, Horan-digo resoplando-anda, cuéntame qué es eso tan importante que te quita el sueño y te hace venir a mi casa a estas horas-digo mientras subo las escaleras.
Hago que pase a mi cuarto y lo hago yo tras él, cerrando la puerta tras nosotros. Me pongo algo de ropa y me siento en la cama esperando a que Niall me cuente lo que le ha traído a mi casa.
Él coge la silla de mi escritorio y se sienta frente a mí, de forma contraria a como suelen hacerlo las personas normales, es decir, con el respaldo de la silla en su cara, apoya los brazos en el respaldo y me mira dudoso, tratando de decirme lo que sea que me quiere contar.
--Niall tengo sueño, has hecho que mi novia se vaya, o me lo cuentas o tendré que matarte-digo muy seguro.
--¿Te parecería muy raro que... no haya... eh... querido a Ane todavía?-pregunta nervioso.
--¿Me estás diciendo que solo estás jugando con su corazón?-pregunto cabreado mientras me levanto de la cama y le cojo del cuello de la camiseta-dime, ¿ha sido ella solo un jueguecito extraño para ti?
--¡No! ¡No me refiero a eso!-dice haciendo que suelte su camiseta-me refiero a... eh... quererla... físicamente.
Le miro sorprendido por su definición y me aparto de él hasta sentarme de nuevo en la cama y mirarle con asombro.
--Niall, deja de comerte la cabeza con eso ¿quieres? no metas prisas a lo que no conviene, cuando pase pasará, no te asustes antes de tiempo.
--Vale, pero... es que quiero que pase-admite en bajo.
--Así que te están entrando las prisas ¿eh?-digo con humor apoyándome en las palmas de mis manos sobre la cama-pues ahí ya no sé qué decirte, no puedes presionarla a ella, eso no estaría bien, tiene que surgir solo, tampoco puedes obsesionarte, cuando llegue pues llegó.
--Es que... ella me ha preguntado más de una vez en cuanto a eso y...
--Guo, guo, guo, espera-digo interrumpiéndole-¿me estás diciendo que habéis hablado sobre hacerlo o no hacerlo? cada día sois más raros-confirmo-eso no se habla, se hace.
--No hemos hablado de hacerlo-dice algo molesto-ella... me preguntó si yo lo había hecho alguna vez...
--¿Y qué la dijiste?-pregunto curioso.
--Nada, la aparté el tema como si nada, pero es que me lo ha preguntado más veces y yo ya no sé qué decirla, aparte de que como siempre la aparto el tema piensa que tengo algún problema con el sexo y ahora pensará que soy un adicto al sexo o algo por el estilo.
--¿Y tú por qué no le has dicho que eres virgen?
--Ya te lo he dicho, no quiero que lo sepa...
Nos quedamos en silencio, él mirando hacia el suelo y yo mirándole a él, pensando en qué podría hacer ya que si no quiere contárselo difícil lo veo, pero si le están entrado las prisas por la necesidad de hacerlo con ella se lo va a tener que contar de una forma u otra.
--No deberías preocuparte tanto-digo sin más-ella te quiere, tú la quieres ¿qué más da que no lo hayas hecho aún? no va a cambiar nada, además, si ya habéis tocado ese tema, estoy seguro de que de este mes no pasa que lo hagáis, pero una cosa te digo, relájate porque no me gusta un pelo y menos me va a gustar el que lo hagáis ¿entendido?
--Sigo sin comprender ese instinto de protección que tienes hacia ella, solo es tu amiga-responde molesto porque le haya dicho de forma ligera que no me gusta que lo hagan o lo vayan a hacer.
--Tú solo preocúpate de no hacerla daño que es lo que te corresponde.
--Eres tan sumamente borde que no sé ni como te aguanto, enserio-dice con algo de humor.
--Tú eres tan pesado y tan paradito en temas de chicas que no sé cómo tantas chicas van detrás de ti-digo también divertido-por cierto, ¿por qué has venido a preguntarme a mí? te queda más cerca la casa de Liam-digo confuso.
--Porque como eres el pequeño pensé que no serías tan... activo sexualmente y pensé que te podrías poner en mi lugar, pero ya he podido comprobar que no-dice con humor.
En ese momento oigo la puerta de la calle abrirse.
--Ya está aquí, Tomlinson-anuncio divertido.
Niall y yo nos asomamos a la puerta de mi habitación para ver como entra Louis de puntillas, como si no quisiera despertarme o que me dé cuenta de que no ha dormido en casa, bueno, dormido creo que poco, pero ni que yo fuera su madre para tener que controlarle, a veces a este chico se le va la cabeza demasiado.
--¿Qué rayos haces, Louis?-pregunto extrañado haciendo que él se sobresalte.
--Tratando de no despertarte, desagradecido-dice con humor-pensé que estarías durmiendo, u ocupado con Marta, pero veo que te van más los rubios que las morenas-dice mirando a Niall con diversión.
--No seas estúpido, Tomlinson, solo ha venido para pedirme consejo-respondo divertido.
--¿Consejo sobre qué si puede saberse?-pregunta subiendo las escaleras rápido hasta llegar a nosotros.
--Le están entrando las prisas con Ane-respondo con humor ganándome una colleja por parte del rubio.
--Tengo la solución para eso-responde el moreno antes de tirar de nosotros hasta meternos en su cuarto-¿dónde las habré dejado?-se pregunta a sí mismo revolviendo sus cajones-oh sí, aquí están mis chicas-dice sacando del fondo de su armario un par de revistas de chicas-toma-dice tirándose a Niall que las coge con torpeza, ya tienes para un rato-comenta con humor.
--Eres un cerdo, Louis-responde Niall molesto-no quiero esto, quiero a Ane y...vaya tetas-dice mirando la portada con interés.
--No seas tampoco tú idiota y caigas en su juego-respondo quitándoselas de las manos-debes respetar un poco más a tu pareja y...
Niall tiene razón, vaya tetas que tiene la tía de la portada, no puedo ni concentrarme para seguir hablando.
--Guau-digo flipando.
--¿Qué decías de respetar a tu pareja?-pregunta con humor Niall.
--Yo la respeto, mucho-digo ofendido-Louis, ¡deja de enseñarnos guarrerías!-digo lanzádole las revistas, pero él no hace ni caso ya está entretenido viendo una-mírale, habrá estado toda la noche con Lucía y querrá más, pedazo de salido que es-murmuro haciendo que Niall ría.
--Venga ya, relájate Tomlinson antes de que tus pantalones revienten-habla el rubio quitándole la revista de entre las manos.
--¡Oye!-se queja-¡Lo estaba viendo!
--Pero ya no-respondo divertido-deberías haber tirado esto hace tiempo Tomlinson, que ya no tienes quince años.
--No, tengo veinte y mira lo que pone en la esquina de la revista "Para mayores de 18" estoy en mi derecho, devuélveme eso-dice tratando de quitármelo.
--Ya tienes a Lucía, no seas avaricioso-responde Niall.
--Estáis los dos contra mí, sois unos canijos amargados-nos reprocha.
--Canijos sí, amargados... no-respondo riendo.
El timbre de la casa otra vez suena, hoy estamos demasiado solicitados.
--Ya voy yo-digo quitando de la posesión de Louis todas las revistas de chicas que veo.
Bajo las escaleras oyendo como Louis se queja, río divertido mientras abro la puerta.
--Oye Hazza, ¿me he dejado el móvil por aquí?-pregunta Marta revolviendo en su bolso-no lo encuentro y la última vez que lo vi estaba aquí...
Para de hablar para mirarme alucinada por las revistas que le acabo de quitar a Louis. Mierda, cagada total.
--No es lo que parece.
--Deja de camelarme Styles, con lo de anoche vas que chutas-responde ella con humor.
--Me ves como una máquina del sexo o algo por el estilo ¿eh?-digo antes de besar sus labios.
--Es que en realidad lo eres-dice divertida.
--Un mes, he estado un mes solito, ¿no piensas que me merecía un poco de cariño?-pregunto acariciando su estómago con uno de mis dedos.
--Bueno, pero como ahora mismo son las...cuatro de la mañana-dice mirando la pantalla de su móvil antes de dejarlo en la mesilla de noche otra vez-creo que deberíamos dormir un poquito-dice acurrucándose.
Me da la sensación de que me echa a mí las culpas de todo, bueno, no las culpas porque no hemos hecho nada malo. Solo después de ver a Ane fui a su casa, de su casa dimos un paseo por el parque, después acabamos en mi casa y bueno... la noche se nos hizo larga por así decirlo y me lo dice como si solo hubiera sido yo el que hubiese querido que acabáramos en mi casa, a las cuatro de la mañana, solo con un par de mantas cubriéndonos y ella acurrucada dispuesta a dormir, aunque me mira con un ojo medio abierto y una sonrisa pícara.
--Eres una enana traviesa-digo antes de besarla de nuevo, apoyándome ligeramente sobre su cuerpo de nuevo.
--¿Yo ahora qué he hecho?-pregunta inocente metiendo sus dedos entre mis rizos, acariciándolos con cariño.
--Sabes perfectamente a lo que me refiero-murmuro antes de morder ligeramente su labio inferior.
Ella ríê por lo bajo antes de proseguir con nuestro beso. Es entonces cuando oigo el timbre de la casa.
Extrañado me aparto ligeramente de ella.
--¿Acaba de sonar el timbre?-pregunto extrañado mirando hacia la puerta de mi cuarto cerrada por completo, esperando oír si Louis se levanta o algo para abrir la puerta.
--Creo que sí-responde también extrañada mientras se sienta en la cama-¿pero quién vendría a veros a las cuatro de la mañana de un sábado?-pregunta mirándome con extrañeza.
--Ni idea, pero da igual, ¿por dónde íbamos?-pregunto mirándola sonriente antes de juntar nuestros labios de nuevo.
Otra vez el timbre de la casa, sonando repetidas veces. Me separo de nuevo de ella, resoplando y cabreado por quién será el gracioso que está llamando a estas horas.
Me levanto de la cama y salgo de mi cuarto sin ni siquiera vestirme, paso totalmente, pero voy a meter un puñetazo al pesado que llama que vamos, se le van a quitar las ganas de interrumpir.
Paso por la puerta de Louis, para ver que sigue cerrada, que majo él, ni ha tenido intenciones de levantarse a abrir él.
Doy un par de toques en la puerta antes de abrirla y ver que su habitación está intacta, bueno, intacta, toda desordenada, pero aún así no hay rastro de él, estará con Lucía, supongo.
Cierro la puerta antes de bajar las escaleras, cansado porque no he dormido en toda la noche, aunque contento, por la razón que ha hecho que no duerma en toda la noche; es decir, por ella.
Abro la puerta algo cabreado por los timbrazos que se repiten una y otra vez.
No me da tiempo a preguntar que quién es o qué quiere ya que entra rápido en casa, nervioso perdido, tardo un poco en reaccionar y darme cuenta de que es Niall.
--Hijo de mi vida, ¿qué haces en mi casa a estas horas?-pregunto muerto de sueño.
--Eh... no lo sé-dice nervioso antes de moverse hasta la cocina.
--Oh vamos Horan, no me dirás que has venido a las cuatro de la mañana solo para saquearme el frigorífico ¿verdad?
--No... no es eso-dice nervioso volviendo a la entrada conmigo-es que... tengo que preguntarte algo.
--¿No podías esperarte a que fueran al menos las diez o las once?-pregunto caminando tras él.
--No, no podía, llevo toda la noche pensando en ello y estoy empezando a enloquecer...-dice subiendo las escaleras-¿tú qué haces desnudo?-pregunta girándose para mirarme extrañado.
--Estoy en mi derecho, es mi casa-digo subiendo tras él.
--Bueno, el caso es que no sé si debería...-comienza a hablar justo cuando abre la puerta de mi cuarto.
Él se queda de piedra al encontrarse a Marta sin ropa y en mi cama, tapada parcialmente con las sábanas.
--Harry ¿quién era?-pregunta ella incorporándose, dejando ver más desnudez de ella, aunque nada que no se vea de una chica cuando va en biquini.
Ella suelta un grito antes de cubrirse, Niall la mira alucinado, con las mejillas sonrojadas a pesar de que no se la haya visto absolutamente nada. Yo solo cierro la puerta de golpe y le miro algo nervioso.
--¿Estabais...?-pregunta mirándome extrañado.
--Básicamente sí-admito divertido.
--Oh, lo siento, no quería... interrumpiros-dice arrepentido.
--Tranquilo, solo ella te matará y bueno, quizás yo también a menos que me digas una razón lógica por la que estés aquí-admito con humor.
--Bueno, la cosa es que...
Niall es interrumpido por la puerta de mi cuarto de nuevo, para que acto seguido salga Marta vestida, aunque despeinada y nos mire abochornada.
--Creo que me voy a casa-murmura antes de salir escaleras abajo.
Salgo tras ella corriendo para que no se vaya así. La cojo de un brazo un segundo antes de que llegue a la puerta y salga de aquí, huyendo.
--Oye, no te vayas-la pido-solo es Niall, ahora se irá, quédate conmigo un ratito que luego, a una hora decente, te voy a hacer un desayuno que te chuparás los dedos-digo sonriente.
--No, mejor... estáis vosotros solos y así... trato de pensar como miraré a la cara a Niall-murmura por lo bajo.
--Solo es Niall, no te preocupes, no tienes que avergonzarte por él.
--No, no me avergüenzo por él, me avergüenzo porque me ha visto así...-murmura abochornada-además no les he dicho a mis padres que me iba a quedar esta noche aquí, así que creo que debo intentar volver antes de que se den cuenta.
--Está bien...-admito finalmente al ver que no se quedará de ninguna manera-¿quieres que te acompañe a casa?
--No, tranquilo, voy sola, no me pasará nada-dice muy segura-luego nos vemos-dice antes de darme un beso corto en los labios.
Suspiro mientras veo como se va por la calle. Ya puede ser importante lo que me quiere decir el cansino de Niall porque le mataré por esto, al final, le mataré, luego me arrepentiré, pero primero le mataré por inoportuno.
Cierro la puerta de la casa antes de darme media vuelta y ver a Niall en lo alto de las escaleras, esperando hablar conmigo, mirando arrepentido hacia la puerta por donde se ha ido Marta por su culpa.
--Lo siento, no sabía que estaría aquí, pensé que estarías solo, no quería que se fuera-dice entristecido.
--Da igual, Horan-digo resoplando-anda, cuéntame qué es eso tan importante que te quita el sueño y te hace venir a mi casa a estas horas-digo mientras subo las escaleras.
Hago que pase a mi cuarto y lo hago yo tras él, cerrando la puerta tras nosotros. Me pongo algo de ropa y me siento en la cama esperando a que Niall me cuente lo que le ha traído a mi casa.
Él coge la silla de mi escritorio y se sienta frente a mí, de forma contraria a como suelen hacerlo las personas normales, es decir, con el respaldo de la silla en su cara, apoya los brazos en el respaldo y me mira dudoso, tratando de decirme lo que sea que me quiere contar.
--Niall tengo sueño, has hecho que mi novia se vaya, o me lo cuentas o tendré que matarte-digo muy seguro.
--¿Te parecería muy raro que... no haya... eh... querido a Ane todavía?-pregunta nervioso.
--¿Me estás diciendo que solo estás jugando con su corazón?-pregunto cabreado mientras me levanto de la cama y le cojo del cuello de la camiseta-dime, ¿ha sido ella solo un jueguecito extraño para ti?
--¡No! ¡No me refiero a eso!-dice haciendo que suelte su camiseta-me refiero a... eh... quererla... físicamente.
Le miro sorprendido por su definición y me aparto de él hasta sentarme de nuevo en la cama y mirarle con asombro.
--Niall, deja de comerte la cabeza con eso ¿quieres? no metas prisas a lo que no conviene, cuando pase pasará, no te asustes antes de tiempo.
--Vale, pero... es que quiero que pase-admite en bajo.
--Así que te están entrando las prisas ¿eh?-digo con humor apoyándome en las palmas de mis manos sobre la cama-pues ahí ya no sé qué decirte, no puedes presionarla a ella, eso no estaría bien, tiene que surgir solo, tampoco puedes obsesionarte, cuando llegue pues llegó.
--Es que... ella me ha preguntado más de una vez en cuanto a eso y...
--Guo, guo, guo, espera-digo interrumpiéndole-¿me estás diciendo que habéis hablado sobre hacerlo o no hacerlo? cada día sois más raros-confirmo-eso no se habla, se hace.
--No hemos hablado de hacerlo-dice algo molesto-ella... me preguntó si yo lo había hecho alguna vez...
--¿Y qué la dijiste?-pregunto curioso.
--Nada, la aparté el tema como si nada, pero es que me lo ha preguntado más veces y yo ya no sé qué decirla, aparte de que como siempre la aparto el tema piensa que tengo algún problema con el sexo y ahora pensará que soy un adicto al sexo o algo por el estilo.
--¿Y tú por qué no le has dicho que eres virgen?
--Ya te lo he dicho, no quiero que lo sepa...
Nos quedamos en silencio, él mirando hacia el suelo y yo mirándole a él, pensando en qué podría hacer ya que si no quiere contárselo difícil lo veo, pero si le están entrado las prisas por la necesidad de hacerlo con ella se lo va a tener que contar de una forma u otra.
--No deberías preocuparte tanto-digo sin más-ella te quiere, tú la quieres ¿qué más da que no lo hayas hecho aún? no va a cambiar nada, además, si ya habéis tocado ese tema, estoy seguro de que de este mes no pasa que lo hagáis, pero una cosa te digo, relájate porque no me gusta un pelo y menos me va a gustar el que lo hagáis ¿entendido?
--Sigo sin comprender ese instinto de protección que tienes hacia ella, solo es tu amiga-responde molesto porque le haya dicho de forma ligera que no me gusta que lo hagan o lo vayan a hacer.
--Tú solo preocúpate de no hacerla daño que es lo que te corresponde.
--Eres tan sumamente borde que no sé ni como te aguanto, enserio-dice con algo de humor.
--Tú eres tan pesado y tan paradito en temas de chicas que no sé cómo tantas chicas van detrás de ti-digo también divertido-por cierto, ¿por qué has venido a preguntarme a mí? te queda más cerca la casa de Liam-digo confuso.
--Porque como eres el pequeño pensé que no serías tan... activo sexualmente y pensé que te podrías poner en mi lugar, pero ya he podido comprobar que no-dice con humor.
En ese momento oigo la puerta de la calle abrirse.
--Ya está aquí, Tomlinson-anuncio divertido.
Niall y yo nos asomamos a la puerta de mi habitación para ver como entra Louis de puntillas, como si no quisiera despertarme o que me dé cuenta de que no ha dormido en casa, bueno, dormido creo que poco, pero ni que yo fuera su madre para tener que controlarle, a veces a este chico se le va la cabeza demasiado.
--¿Qué rayos haces, Louis?-pregunto extrañado haciendo que él se sobresalte.
--Tratando de no despertarte, desagradecido-dice con humor-pensé que estarías durmiendo, u ocupado con Marta, pero veo que te van más los rubios que las morenas-dice mirando a Niall con diversión.
--No seas estúpido, Tomlinson, solo ha venido para pedirme consejo-respondo divertido.
--¿Consejo sobre qué si puede saberse?-pregunta subiendo las escaleras rápido hasta llegar a nosotros.
--Le están entrando las prisas con Ane-respondo con humor ganándome una colleja por parte del rubio.
--Tengo la solución para eso-responde el moreno antes de tirar de nosotros hasta meternos en su cuarto-¿dónde las habré dejado?-se pregunta a sí mismo revolviendo sus cajones-oh sí, aquí están mis chicas-dice sacando del fondo de su armario un par de revistas de chicas-toma-dice tirándose a Niall que las coge con torpeza, ya tienes para un rato-comenta con humor.
--Eres un cerdo, Louis-responde Niall molesto-no quiero esto, quiero a Ane y...vaya tetas-dice mirando la portada con interés.
--No seas tampoco tú idiota y caigas en su juego-respondo quitándoselas de las manos-debes respetar un poco más a tu pareja y...
Niall tiene razón, vaya tetas que tiene la tía de la portada, no puedo ni concentrarme para seguir hablando.
--Guau-digo flipando.
--¿Qué decías de respetar a tu pareja?-pregunta con humor Niall.
--Yo la respeto, mucho-digo ofendido-Louis, ¡deja de enseñarnos guarrerías!-digo lanzádole las revistas, pero él no hace ni caso ya está entretenido viendo una-mírale, habrá estado toda la noche con Lucía y querrá más, pedazo de salido que es-murmuro haciendo que Niall ría.
--Venga ya, relájate Tomlinson antes de que tus pantalones revienten-habla el rubio quitándole la revista de entre las manos.
--¡Oye!-se queja-¡Lo estaba viendo!
--Pero ya no-respondo divertido-deberías haber tirado esto hace tiempo Tomlinson, que ya no tienes quince años.
--No, tengo veinte y mira lo que pone en la esquina de la revista "Para mayores de 18" estoy en mi derecho, devuélveme eso-dice tratando de quitármelo.
--Ya tienes a Lucía, no seas avaricioso-responde Niall.
--Estáis los dos contra mí, sois unos canijos amargados-nos reprocha.
--Canijos sí, amargados... no-respondo riendo.
El timbre de la casa otra vez suena, hoy estamos demasiado solicitados.
--Ya voy yo-digo quitando de la posesión de Louis todas las revistas de chicas que veo.
Bajo las escaleras oyendo como Louis se queja, río divertido mientras abro la puerta.
--Oye Hazza, ¿me he dejado el móvil por aquí?-pregunta Marta revolviendo en su bolso-no lo encuentro y la última vez que lo vi estaba aquí...
Para de hablar para mirarme alucinada por las revistas que le acabo de quitar a Louis. Mierda, cagada total.
--No es lo que parece.