viernes, 31 de enero de 2014

Capítulo 71. La charla.

Narra Ane.
Suena el timbre de este pésimo e interminable viernes de clase, he perdido la cuenta de hace cuántos viernes no veo a los chicos, pero tampoco quiero saber cuántos días van que hace que no les vemos, ya que si lo cuento me daré cuenta de que aún queda demasiado tiempo para verles otra vez, para que vuelvan, para que Niall me bese de esa forma tan dulce o que Harry me abrace apartándome de Niall por sus celos de hermano, que Louis me gaste bromas, que Zayn apenas me mire a los ojos por su timidez o esa cálida sonrisa de Liam, todas esas cosas son las que echo de menos y las que tendré que esperar hasta que lleguen que la verdad, espero que no sea dentro de mucho.
Recojo las cosas y las meto en la mochila sin orden alguno, me da un poco igual, la verdad.
Marta y Lucía van hablando entre ellas sobre cualquier cosa; un examen, algún chico que las ha mirado, hasta de los chicos, al igual que hacían antes de conocerles en persona.
María camina silenciosa junto a nosotras, me parece que aún no ha superado lo que la hizo Jason, porque no la he oído hablar apenas desde ese día que Alejandra le dio su merecido.
Cada una va a su rollo, pensando en lo suyo, hasta que veo a lo lejos a Brad. Extrañamente no me lo he cruzado desde que me pegó, pero ahí está, al final del pasillo y caminando hacia nosotras, con su grupito de amigos.
Me detengo de golpe en el pasillo, le miro con terror, pero él no me corresponde a la mirada, tan solo habla divertido, con la conciencia bien tranquila, caminando hacia aquí. Camino rápido para volver junto a las chicas, metiéndome entre ellas para pasar desapercibida ante los ojos de Brad. Él pasa junto a nosotras, su mirada se clava en la mía, pero hace como si no supiera nada y sigue su camino, haciendo que suspire aliviada y que el resto de las chicas me miren con mala cara por no decir nada a ningún profesor.
Hago como si no hubiera visto sus miradas enfadadas y seguimos caminando hasta llegar a la salida, donde se puede ver a Ale sentada en medio de la acera, cruzada de piernas y mordisqueando eso que ella llama delicia, pero que a mí me da tanto asco; cecina de ternera. Lo muerde y remuerde como si fuera una golosina, no sabía que la gustase tanto, la verdad.
Ella se pone en pie de un salto, parece perder el equilibrio un segundo por ese movimiento tan rápido, antes de sonreírnos amable.
Ella no va al instituto, pero se levanta temprano para acompañarnos y más a María, al instituto y luego igual para volver. La pobre se aburre todo el día en su casa, aunque según lo que parece, va descubriendo cosas de la casa de Liam, cosas que a nosotras nos parecen normales, pero que a ella, con tan pocos lujos en su vida, la sorprenden.

--¿Sabéis qué he encontrado hoy?-pregunta entusiasmada cuando llegamos junto a ella-en el vestidor de Liam hay un botón que si le das ¡se mueven las perchas con la ropa haciendo giros!-dice con los ojos brillantes de ilusión-¿¡no es alucinante?!
--Sí, los vestidores automáticos son divertidos-comenta Lucía con humor-¿te pasaste todo el día en el vestidor?
--Ajá-responde ella antes de dar un mordisco a su cecina-al final he acabado mareada de ver tanta ropa pasar ante mis ojos-comenta chistosa.

Entre descubrimientos de Alejandra y comentarios varios, llegamos a mi casa que es la que está más cerca del colegio. Me despido de las chicas y ellas siguen su camino, cada una hacia su casa, excepto María que se va a la de Zayn y Alejandra a la de Liam, claro está.
Entro en casa, cansada de no ver a los chicos. Dejo la mochila en el suelo, dejándola caer y provocando un fuerte golpe, pero que simplemente me da igual.

--Hola a ti también-comenta chistosa mi madre desde la cocina.

Mi respuesta es un gruñido antes de subir las escaleras hasta llegar a mi cuarto. Cierro la puerta de un portazo y me dejo caer en la cama con la almohada contra mi cara.
¿Por qué me pongo de tal mal humor? ¿Será porque echo de menos a Niall? ¿Desde cuando mi vida dependía de la de otra persona? Esto es estúpido, pero creo que es la verdad.
Se oyen unos toques en la puerta de mi habitación, pero yo ni siquiera me muevo, sigo boca abajo en la cama.

--No estoy de humor-digo como puedo.

La puerta se abre y acto seguido se cierra. Noto como el borde de la cama se hunde ligeramente por el peso de mi madre sentándose. Acaricia mi pelo con cuidado y cariño.

--Le echas de menos ¿eh?-pregunta chistosa.
--Claro que le echo de menos-murmuro aún boca abajo.
--Pero no estés triste por eso, pronto volverá.
--¿A ti quién te ha dicho que yo esté triste?-pregunto molesta sentándome en la cama, quedando frente a ella.
--Esto-dice acariciando mis mejillas-se llaman lágrimas de tristeza-dice con humor-y salen de los ojos cuando estás triste.

Acaricio mis mejillas rápido para darme cuenta de que sí, están mojadas. Perfecto, me he puesto a llorar por Niall y ni siquiera me he dado cuenta, cada día soy más estúpida.
Gruño cabreada por esa tontería de llorar antes de dejarme caer de nuevo en la cama.
No me gusta llorar, esa es la realidad, siempre he creído que llorar es signo de debilidad, creo que son contadas las veces que mi madre, Marta o Lucía, que son quienes me han visto en mi vida, me han visto llorar, y ha sido en casos graves de verdad, así que llorar por un chico es estúpido, estúpido y más que estúpido.

--Pero no te cabrees-dice con humor-eso es porque tienes sentimientos, porque le echas de menos, porque te importa, porque de verdad le quieres.
--Basta mamá, no lo estás arreglado-murmuro molesta.
--Por cosas como esta me quedo tranquila, porque me doy cuenta de que eres humana-comenta con humor mientras se levanta de la cama-cuando se te quite el cabreo ya volveré-comenta con humor antes de que oiga como se cierra la puerta.

Giro mi cabeza para ver que sí, que la puerta está cerrada, miro a mi alrededor para cerciorarme de que ella no está por ninguna parte. Suspiro aliviada al ver que me ha dejado sola.
Me levanto de la cama y cierro la puerta con el cerrojo para que no trate de abrir, es más, muevo la cómoda hasta dejarla delante de la puerta para que sea imposible entrar.
No me gusta que me vean así, tan...blanda, es una estupidez tan grande llorar por alguien del que de una forma u otra te acabarás separando.
Apenas me doy cuenta de que con esos pensamientos mis ojos vuelven a derramar lágrimas.
Ya, parad joder, parad, que me voy a deshidratar por vuestra culpa-pienso molesta refiriéndome a mis ojos, los cuales parecen no hacerme mucho caso.
Aparto esas estúpidas lágrimas antes de ponerme a hacer deberes...genial, he dejado la mochila abajo.
Gruño cabreada antes de acercarme de nuevo a la puerta, apartar la cómoda malhumorada y dirigirme a bajar las escaleras y tener que ver como mi madre sonríe satisfecha porque sea "humana" al verme llorar, o como dice ella, al ver que tengo sentimientos.
Para mi sorpresa la mochila está frente a la puerta, supongo que mamá sabía que me iba a encerrar y que no podría abrir, pero sí que para distraerme haría deberes.
Cojo la mochila y la meto en mi cuarto antes de cerrar otra vez a cal y canto.
Me siento en la cama, empiezo con los ejercicios de trigonometría...mierda, no tengo ni puta idea, tendría que llamar a Marta para que me los explique aunque yo tendría que saber más que ella, cosa que no es así. Será asquerosa la cerebrito...la llevaría dos minutos hacer esto y a mí me llevará como mínimo dos horas, aunque pensándolo bien, será mejor, así no pensaré en dos horas sobre nada ni nadie.
Un ejercicio tras otro, de una asignatura y otra, hasta que me doy cuenta de que han pasado cuatro horas; ya son las siete de la tarde.
Dejo el boli en la cama y dejo que mi cabeza caiga sobre la almohada, cansada de tantos ejercicios, que por lo menos me han hecho distraerme un rato y que ya no tengo que hacer en todo el fin de semana.
¿Cuánto faltará para que los chicos vuelvan? No debería tener que pasar mucho, seguro que ya llegan...en un par de días como mucho.
Pero aunque lo quiera y piense tanto, me parece que el tiempo de la gira va a ser el mismo y no les podré ver hasta que acaben.
Unos gritos provenientes del jardín delantero hacen que me incorpore extrañada en la cama y me asome para ver qué es todo ese jaleo.

--¡DÉJAME LOUIS!-grita...grita...¡Harry! ¡Es Harry! 

Es Harry siendo arrastrado de los pies por todo el suelo por...por ¡Louis! ¡Oh Dios! ¡Ya han vuelto!
Me levanto de un salto de la cama, aparto todos los obstáculos puestos en mi puerta para que nadie entrara y salgo corriendo, viendo como mi madre estaba apunto de llamar a la puerta para avisarme de que ya están aquí. Me mira divertida antes de que baje las escaleras corriendo, por poco me mato, pero eso no importa, tengo que ir a casa de Niall para poder verle y abrazarle, por fin, otra vez.
Abro la puerta de casa con intenciones de salir corriendo cuando sus ojos azules me atraviesan por completo.
Me quedo mirándole, alucinada, está aquí...Niall está aquí...en mi casa, ha venido a verme antes de ir a su casa, ya que veo un montón de maletas, las que supongo serán de Harry, Louis y de él.
Su mano pasa de estar apunto de llamar al timbre a cogerse la otra mano nervioso, mirándome sin saber qué decir.

--Hol...-dice, tratando de saludarme.

Pero me tiro a su cuello, haciendo que no pueda seguir la frase, ni tan siquiera la palabra. Me coge en sus brazos, agarrándome con fuerza, al igual que yo hago con él; no quiero que se vaya, no quiero que me deje aquí sola otra vez...

--Has vuelto...-susurro con la cabeza apoyada en su hombro.
--Te dije que lo haría-responde en bajo acariciando mi pelo-y como he vuelto no deberías llorar, porque ya estoy aquí-añade con humor apartando las lágrimas que caen por mis mejillas.

Sonrío avergonzada antes de que me deje en el suelo, pero aún con sus brazos entorno a mi cintura.
Me acerco a él despacio y hago que nuestros labios se junten. Por fin este tacto, por fin, por fin sentir este delicioso sabor que tanto añoraba, con sus brazos acariciando mis cuerpo despacio para que me pegue a él haciendo que se profundice el beso.
Noto su lengua entrar en mi boca sin previo aviso, pero eso no hace que deje de ser un beso tierno, no, nada de eso, sigue siendo un beso dulce y cálido, que hace que me olvide de todo lo que hay a mi alrededor y que tan solo pueda ver, oír, sentir y olerle a él, solo a él y nada ni nadie más, excepto por una cosa...

--Respirad un poquito, a ver si os desmayáis-comenta la graciosa de mi madre haciendo que Niall deje de besarme y mire hacia otro lado mientras sus mejillas se colorean por la vergüenza.
--¡Mamá!-me quejo mirándola con una mirada asesina.

Ella ríe antes de irse hacia el salón, dejándonos de nuevo a solas. Río por el color de la cara de Niall, tan roja como recordaba, me acerco a él de nuevo, con intenciones de besarle otra vez cuando me encuentro besando el aire.
Confusa, abro los ojos para ver que Niall ya no está, sino el que está es Harry, con los brazos cruzados sobre su pecho y mirándome con el ceño algo fruncido.

--Morreo para Niall y ni un saludo a Harry, vale, vale-dice relajando su ceño y mirándome con diversión.
--Mi celoso Harry-digo antes de abrazarle con fuerza-como te he echado de menos, a ti y a tus celos incontrolables-digo divertida acariciando su espalda-¿me dejarás estar en algún momento a solas con Niall?
--En cuanto a eso...-dice separándose de mí-tenemos que hablar...

Le miro interrogante, pero él solo resopla antes de asegurarse que ha mandado a Niall bien lejos, por lo que veo al jardín de su casa, donde me observa junto a Louis, algo molesto por la actitud de Harry. Le sonrío para que no se cabree, lo que hace que él también sonría antes de ponerse a hablar con Louis.
Poso mi mirada de nuevo en Harry, que me mira serio. ¿Hablar? ¿De qué tenemos que hablar?
Antes de que pueda preguntar él mismo comienza a explicarme.

--Me he dado cuenta de que os queréis mucho y esas cosas-dice tranquilo-pero con el amor....llegan...otras cosas-dice algo nervioso.

Le miro con los ojos como platos.

--¿Estás intentando darme "La charla"?-pregunto extrañada.

Esa charla sobre sexo que los padres tienen que dar a sus hijos en la adolescencia para que tengan cuidado y no hagan estupideces, ¿por qué me la cuenta a mí Harry?

---Eh...más o menos-admite aún con nervios-pero como supongo que ya estás al tanto de todo lo que debes saber...solo...ten cuidado ¿vale?
--Mmm ¿de qué me hablas exactamente?-pregunto haciéndome la tonta.

Quiero saber hasta el punto exacto hasta el que está dispuesto Harry a llegar con este tema, apuesto a que se derrumba antes de explicarme nada.

--Sabes de lo que te hablo-dice muy seguro.
--No, no tengo ni idea-digo con humor.
--Deja de vacilarme, sabes de lo que te hablo.
--Te estoy diciendo que de verdad no lo sé-digo fingiendo ignorancia.

Él me mira dudoso, sin saber muy bien si le estoy tomando el pelo o soy tan inocente. Pongo cara de no comprender de qué habla y él tan solo resopla antes de mirar hacia Niall, agacha la cabeza y de nuevo me mira a mí.
Coge mi mano y tira de mí hasta llevarme a mi cuarto, donde cierra la puerta con el cerrojo y me hace sentarme en el borde de la cama.

--Si me estás vacilando que sepas que no tiene gracia-dice mirándome serio.
--Pero es que no sé de qué me hablas-digo fingiendo demasiado bien.
--Te hablo de...-comienza a decir muy seguro y casi enfadado por lo que le estoy haciendo pasar-eso que hacen las parejas...-dice en bajo por si acaso mi madre anda cerca.
--¿Besarse?-pregunto alzando una ceja.
--No, más que eso-dice hablando en un tono bajo.
--Ah, ya, te refieres a...vivir juntos ¿no?

Lucho por no reír, aunque la tentación es demasiado grande, pero necesito saber cómo tratará de explicármelo.

--No, eso no-dice sentándose a mi lado-me refiero a...las relaciones...

Su cara está completamente roja, creo que no sabe cómo decirlo de forma delicada, y yo mientras trato de no reír, aunque es realmente cómico verle en este apuro.

--Oh, relaciones...como las relaciones de amistad-digo convencida.
--No...-dice resoplando-relaciones...sexuales...-dice muy en bajo, ya más rojo imposible.
--¿Qué es eso?-pregunto fingiendo extrañeza.
--¿De verdad que no lo sabes?-pregunto mirándome extrañado.

No digo nada, tan solo le miro esperando a que trate de explicármelo. Como me lo voy a pasar...

--Verás...-dice tranquilo-cuando una pareja, ya sea un hombre con una mujer, un hombre con un hombre o una mujer con una mujer, en tu caso y en el mío, un hombre con una mujer, se quiere, mucho, muchísimo, existe...una atracción... física ¿vale?-dice lo más tranquilo que puede, yo solo asiento con la cabeza-una atracción...que te dice que tienes que estar con esa persona y demostrarla que la quieres y que quieres estar junto a ella, que quieres tener una familia con ella.
--Oh...te refieres a hacer bebés ¿verdad?-pregunto como una niña de parvulario-mamá siempre me ha dicho que vienen de las cigüeñas, aunque yo creo que pesan demasiado-digo convencida.
--Bueno...en realidad no vienen de las cigüeñas....-admite en bajo.
--¿No?-pregunto alucinada-¿Entonces de dónde?
--A ver...existe un acto, llamado acto sexual, o directamente sexo, entre muchos de los sinónimos que le atribuyen, en el que un hombre y una mujer pueden tener hijos.
--¿Cómo? ¿Y cómo llegan los bebés a la barriga de la madre?-pregunto con interés.

Aguanta la risa, aguanta la risa, no lo jodas ahora que viene lo bueno...-pienso tratando de convencerme a mí misma y a mis labios para que no estallen y me ponga a reír.

--En biología...-dice cada vez más y más rojo-te han debido de explicar cómo se hace ¿no?
--No que yo sepa-digo encogiéndome de hombros.
--Pues... a ver... para que... eh... para que... se haga un bebé-comienza a decir nervioso, yo tan solo asiento con la cabeza-el hombre... debe... eh...
--Más rápido, que me duermo-digo cansada de que se tira años para decir algo tan simple.
--A ver...-repite de nuevo, ya poniéndome de los nervios-el hombre tiene... pene ¿vale?
--¿Dónde?
--Pues... aquí-dice señalando su entrepierna-y las mujeres tenéis... eh... vagina, por ahí también...-murmura sin mirarme a los ojos.
--Entendido, ¿y con eso qué pasa?
--El hombre... debe... eh...debe...

Su cara parece que va a explotar, nunca en la vida lo había visto tan sumamente rojo, empieza a asustarme ese color que tiene en la cara, pero podemos tomar que esta es la segunda parte de mi venganza por mancharme el pelo de yogur y luego amenazarme, así que no pienso rajarme hasta que llegue al final de todo esto.

--¿Qué debe?-pregunto extrañada.
--Eh... introducir el pene... en... la vagina... liberando... eh... semen, que contiene espermatozoides y que... esos espermatozoides si no hay ningún tipo de protección... pueden llegar al óvulo de la mujer y fecundarlo... o sea, empezar a que el bebé se forme...
--Oh-digo simplemente-¿y ya está? ¿así sin más?
--Bueno, para poder hacerlo debe producirse una... excitación en el hombre, llamada erección que facilita que... espera... tú sabes lo que es... tú... te enfadaste conmigo cuando te quedaste a dormir a mi casa y me desperté tan...-dice extrañado, pero me mira a los ojos con asombro.

Las lágrimas caen por mis mejillas de la risa, ya no puedo más, lo prometo. Simplemente estallo a reír, a carcajada limpia.

--¿Así se lo piensas explicar a tus hijos?-digo entre risas, casi sin respirar.
--¡Eres una estúpida!-dice dándome un empujón-¿¡Sabes lo mal que lo he pasado?!-dice con cabreo.
--Es que ha sido buenísimo-digo tumbándome en la cama cogiendo mi estómago con mis brazos ya que me están dando agujetas de reír.
--Vale, muy graciosa, ya te has divertido, ahora escúchame lo que quiero decirte.
--Pero es que...tu cara... tu cara ha sido como...-trato de hablar pero no puedo la risa ha invadido mi cuerpo.
--Quiero que tengas esto-dice sin más tendiéndome algo.

Me siento de nuevo en la cama, aún riendo, con las lágrimas saltándome sin control, hasta que veo lo que Harry me está dando, que hace que me quede callada de inmediato y note como se me suben los colores. Me está ofreciendo un preservativo, yo solo le miro alucinada.

--¿Para... para qué me lo das?-pregunto cortada.
--Para que lo tengas y si es necesario lo uses-dice manteniendo el brazo delante de mí, con la mano pinzando el pequeño plástico, mientras yo lo sigo mirando asombrada.
--Harry... yo...
--Cógelo-prácticamente me ordena-he visto como Niall y tú os miráis, así que más vale prevenir que curar.

Le miro a la cara, luego a su mano, de nuevo a su cara y solo opto por cogerlo temblorosa y dejarlo en mi mano.

--¿Ves? ¿Tan difícil es dejarme más tranquilo?-pregunta con algo de humor.
--Harry es que yo... eh... nunca...
--Has tenido que poner uno, lo sé, lo sé-dice divertido-ya sé que nunca lo has hecho, no te preocupes, no importa.
--¿Cómo lo...?
--Bueno... quizás escuché una conversación que no debía en el hotel-dice algo nervioso.
--¡Eres un cotilla!-digo dándole un empujón en el brazo.
--Un poco-admite con humor-bueno ¿sabes cómo va?
--¿El qué?
--Lo que te he dado.
--No soy tan estúpida Harry, es como meter un pie en un calcetín, no tiene pérdida-digo rodando los ojos.
--Parece sencillo, pero como se abra mal la has cagado porque es como si no se hubiera utilizado ¿sabes?
--¿Cómo se va a abrir mal?-pregunto extrañada.
--Sí, mira-dice sacando otro de los bolsillos traseros de su pantalón vaquero.

¿Cuántos llevará? A puesto a que más de cinco, seguro.

--Lo primero, tened cuidado al abrirlo, sobre todo tú, que tienes las uñas largas, como lo rompas la lías-me advierte-a ver cómo lo abres-dice tendiéndomelo.
--Harry, esto me parece bochornoso y estúpido-admito avergonzada.
--¿Por qué?-pregunta extrañado-puedo ayudarte y explicarte yo, que lo haga tu madre que creo que es peor, o que nadie lo haga y acabes embarazada, ¿tú qué prefieres?
--Tú, tú-admito muy segura.
--Pues vamos, a ver-dijo alzando las cejas indicándome que abriera el pequeño envoltorio.

Suspiro antes de abrirlo despacio y mirar hacia Harry, que me mira con diversión.

--Bien, bien-dice asintiendo con la cabeza-vamos, sigue.
--Como entre mi madre verás la que se arma...-murmuro sacándolo del envoltorio-vale, ya está, ¿contento?-digo mostrándole el preservativo en mi mano-esto es más que estúpido, no tiene pérdida, es solo abrir un pequeño sobre.
--Pero mira como está-dice mirando mis manos-aún cerrado, ¿ves esa pestañita que tiene? tienes que tirar para que se abra, por la gravedad más que por otra cosa, así es como se debe poner, no al contrario, ¿vale?
--Está bien...-admito-¿ya estás contento?
--Mucho, trae, dame que lo tiro ahora cuando salga para que tu madre no se piense cosas raras-dice quitándomelo de las manos-ahora el otro que te he dado, si es necesario lo usarás ¿verdad?
--Después de las clases prácticas que me acabas de dar no tengo más opción-digo sarcástica.
--Desagradecida... encima que me preocupo por ti-dice mientras se levanta de la cama-sin mí te hubieras quedado embarazada al primer intento-dice molesto.
--¿Tan tonta me ves?-pregunto de la misma forma, también levantándome-soy más espabilada de lo que piensas.

Nos miramos el uno al otro, con dureza, retándonos el uno al otro con la mirada, como si en cualquier momento nos fuéramos a matar. Él se acerca a mí en una zancada y queda frente a mí por completo, su pecho toca el mío. Pasa una mano por mi mejilla derecha y la sube hasta coger un mechón de mi pelo y colocarlo tras mi oreja, sonríe ampliamente antes de abrazarme con fuerza.

--Te he echado de menos-susurra en mitad del abrazo.
--Yo a ti también-admito.
--Creo que debrías bajar a estar con Niall, llevamos un mes aguantándole en plan insoportable porque quería verte-dice divertido sin soltarme.
--Yo que tú iba a ver a Marta antes de que se entere que has venido a verme antes que a ella-digo también con humor.
--Cierto-admite separándose-luego nos vemos-dice antes de darme un beso en la mejilla y salir corriendo a ver a Marta.

Río ante su cabeza olvidadiza y decido bajar también con cierta impaciencia para ver a Niall. Bajo las escaleras y me dispongo a salir por la puerta de casa cuando oigo una risa extrañamente familiar en la cocina, junto a la de mi madre.
Me muevo extrañada hacia ella y veo como están Niall y mamá riendo sentados en la mesa de la cocina con una taza de chocolate caliente entre las manos.

--Hablando de la reina de Roma-comenta mi madre con humor.
--¿Qué pasa aquí?-pregunto extrañada y al mismo tiempo algo nerviosa.

¿Por qué estarán ellos dos hablando? y lo peor de todo, ¿por qué estarán hablando de mí? ¿y qué es lo que exactamente se han dicho? 

--Nada, solo estamos hablando-responde Niall sonriente.
--Miedo me dais los dos juntos-admito sentándome junto a Nialler, que ríe por lo bajo.
--¿Miedo de qué? ¿Acaso nos ocultas algo a los dos?-pregunta mi madre con diversión.
--Quizás-respondo encogiéndome de hombros.

Ellos dos se miran y comienzan a reír.

--¿Qué he dicho?-pregunto extrañada.
--No, nada, nada-responde el rubio con humor.
--Esto es una alianza que tenéis contra mí-comento molesta.
--¿Ves? te lo he dicho, lo exagera todo-habla mi madre levantándose de la mesa y llevando al fregadero su taza.

Nialler de nuevo ríe por lo bajo, por lo que elevo la mirada para fulminarle con los ojos. Me están haciendo enloquecer.
Él me mira con humor antes de pasar un brazo por mi cintura y hacer que me pegue a él, notando como planta un beso en mi mejilla.

--No te enfades, solo estábamos hablando-me susurra al oído.
--¿De qué?
--De ti, claro está.
--Vais a acabar conmigo al final-respondo molesta.
--Exagerada...

Le miro con cabreo pero él solo ríe antes de besarme cortamente en los labios.

--Por cierto, buena teoría la de que las jirafas son altas para poder comerse la luna-dice con humor.


Le miro con los ojos como platos. Dios, ¿por qué mi madre le cuenta las chorradas que decía de pequeña? esto no es justo y no se quedará así, no, no, creo que iré a hacer una visita a Maura, oh sí, está claro que pronto iré a tener una charla con ella sobre Niall.



Narra Harry.
--Te he echado de menos-susurro besando su cuello con lentitud.
--Deja de camelarme Styles, con lo de anoche vas que chutas-responde ella con humor.
--Me ves como una máquina del sexo o algo por el estilo ¿eh?-digo antes de besar sus labios.
--Es que en realidad lo eres-dice divertida.
--Un mes, he estado un mes solito, ¿no piensas que me merecía un poco de cariño?-pregunto acariciando su estómago con uno de mis dedos.
--Bueno, pero como ahora mismo son las...cuatro de la mañana-dice mirando la pantalla de su móvil antes de dejarlo en la mesilla de noche otra vez-creo que deberíamos dormir un poquito-dice acurrucándose.

Me da la sensación de que me echa a mí las culpas de todo, bueno, no las culpas porque no hemos hecho nada malo. Solo después de ver a Ane fui a su casa, de su casa dimos un paseo por el parque, después acabamos en mi casa y bueno... la noche se nos hizo larga por así decirlo y me lo dice como si solo hubiera sido yo el que hubiese querido que acabáramos en mi casa, a las cuatro de la mañana, solo con un par de mantas cubriéndonos y ella acurrucada dispuesta a dormir, aunque me mira con un ojo medio abierto y una sonrisa pícara.

--Eres una enana traviesa-digo antes de besarla de nuevo, apoyándome ligeramente sobre su cuerpo de nuevo.
--¿Yo ahora qué he hecho?-pregunta inocente metiendo sus dedos entre mis rizos, acariciándolos con cariño.
--Sabes perfectamente a lo que me refiero-murmuro antes de morder ligeramente su labio inferior.

Ella ríê por lo bajo antes de proseguir con nuestro beso. Es entonces cuando oigo el timbre de la casa.
Extrañado me aparto ligeramente de ella.

--¿Acaba de sonar el timbre?-pregunto extrañado mirando hacia la puerta de mi cuarto cerrada por completo, esperando oír si Louis se levanta o algo para abrir la puerta.
--Creo que sí-responde también extrañada mientras se sienta en la cama-¿pero quién vendría a veros a las cuatro de la mañana de un sábado?-pregunta mirándome con extrañeza.
--Ni idea, pero da igual, ¿por dónde íbamos?-pregunto mirándola sonriente antes de juntar nuestros labios de nuevo.

Otra vez el timbre de la casa, sonando repetidas veces. Me separo de nuevo de ella, resoplando y cabreado por quién será el gracioso que está llamando a estas horas.
Me levanto de la cama y salgo de mi cuarto sin ni siquiera vestirme, paso totalmente, pero voy a meter un puñetazo al pesado que llama que vamos, se le van a quitar las ganas de interrumpir.
Paso por la puerta de Louis, para ver que sigue cerrada, que majo él, ni ha tenido intenciones de levantarse a abrir él.
Doy un par de toques en la puerta antes de abrirla y ver que su habitación está intacta, bueno, intacta, toda desordenada, pero aún así no hay rastro de él, estará con Lucía, supongo.
Cierro la puerta antes de bajar las escaleras, cansado porque no he dormido en toda la noche, aunque contento, por la razón que ha hecho que no duerma en toda la noche; es decir, por ella.
Abro la puerta algo cabreado por los timbrazos que se repiten una y otra vez.
No me da tiempo a preguntar que quién es o qué quiere ya que entra rápido en casa, nervioso perdido, tardo un poco en reaccionar y darme cuenta de que es Niall.

--Hijo de mi vida, ¿qué haces en mi casa a estas horas?-pregunto muerto de sueño.
--Eh... no lo sé-dice nervioso antes de moverse hasta la cocina.
--Oh vamos Horan, no me dirás que has venido a las cuatro de la mañana solo para saquearme el frigorífico ¿verdad?
--No... no es eso-dice nervioso volviendo a la entrada conmigo-es que... tengo que preguntarte algo.
--¿No podías esperarte a que fueran al menos las diez o las once?-pregunto caminando tras él.
--No, no podía, llevo toda la noche pensando en ello y estoy empezando a enloquecer...-dice subiendo las escaleras-¿tú qué haces desnudo?-pregunta girándose para mirarme extrañado.
--Estoy en mi derecho, es mi casa-digo subiendo tras él.
--Bueno, el caso es que no sé si debería...-comienza a hablar justo cuando abre la puerta de mi cuarto.

Él se queda de piedra al encontrarse a Marta sin ropa y en mi cama, tapada parcialmente con las sábanas.

--Harry ¿quién era?-pregunta ella incorporándose, dejando ver más desnudez de ella, aunque nada que no se vea de una chica cuando va en biquini.

Ella suelta un grito antes de cubrirse, Niall la mira alucinado, con las mejillas sonrojadas a pesar de que no se la haya visto absolutamente nada. Yo solo cierro la puerta de golpe y le miro algo nervioso.

--¿Estabais...?-pregunta mirándome extrañado.
--Básicamente sí-admito divertido.
--Oh, lo siento, no quería... interrumpiros-dice arrepentido.
--Tranquilo, solo ella te matará y bueno, quizás yo también a menos que me digas una razón lógica por la que estés aquí-admito con humor.
--Bueno, la cosa es que...

Niall es interrumpido por la puerta de mi cuarto de nuevo, para que acto seguido salga Marta vestida, aunque despeinada y nos mire abochornada.

--Creo que me voy a casa-murmura antes de salir escaleras abajo.

Salgo tras ella corriendo para que no se vaya así. La cojo de un brazo un segundo antes de que llegue a la puerta y salga de aquí, huyendo.

--Oye, no te vayas-la pido-solo es Niall, ahora se irá, quédate conmigo un ratito que luego, a una hora decente, te voy a hacer un desayuno que te chuparás los dedos-digo sonriente.
--No, mejor... estáis vosotros solos y así... trato de pensar como miraré a la cara a Niall-murmura por lo bajo.
--Solo es Niall, no te preocupes, no tienes que avergonzarte por él.
--No, no me avergüenzo por él, me avergüenzo porque me ha visto así...-murmura abochornada-además no les he dicho a mis padres que me iba a quedar esta noche aquí, así que creo que debo intentar volver antes de que se den cuenta.
--Está bien...-admito finalmente al ver que no se quedará de ninguna manera-¿quieres que te acompañe a casa?
--No, tranquilo, voy sola, no me pasará nada-dice muy segura-luego nos vemos-dice antes de darme un beso corto en los labios.

Suspiro mientras veo como se va por la calle. Ya puede ser importante lo que me quiere decir el cansino de Niall porque le mataré por esto, al final, le mataré, luego me arrepentiré, pero primero le mataré por inoportuno.
Cierro la puerta de la casa antes de darme media vuelta y ver a Niall en lo alto de las escaleras, esperando hablar conmigo, mirando arrepentido hacia la puerta por donde se ha ido Marta por su culpa.

--Lo siento, no sabía que estaría aquí, pensé que estarías solo, no quería que se fuera-dice entristecido.
--Da igual, Horan-digo resoplando-anda, cuéntame qué es eso tan importante que te quita el sueño y te hace venir a mi casa a estas horas-digo mientras subo las escaleras.

Hago que pase a mi cuarto y lo hago yo tras él, cerrando la puerta tras nosotros. Me pongo algo de ropa y me siento en la cama esperando a que Niall me cuente lo que le ha traído a mi casa.
Él coge la silla de mi escritorio y se sienta frente a mí, de forma contraria a como suelen hacerlo las personas normales, es decir, con el respaldo de la silla en su cara, apoya los brazos en el respaldo y me mira dudoso, tratando de decirme lo que sea que me quiere contar.

--Niall tengo sueño, has hecho que mi novia se vaya, o me lo cuentas o tendré que matarte-digo muy seguro.
--¿Te parecería muy raro que... no haya... eh... querido a Ane todavía?-pregunta nervioso.
--¿Me estás diciendo que solo estás jugando con su corazón?-pregunto cabreado mientras me levanto de la cama y le cojo del cuello de la camiseta-dime, ¿ha sido ella solo un jueguecito extraño para ti?
--¡No! ¡No me refiero a eso!-dice haciendo que suelte su camiseta-me refiero a... eh... quererla... físicamente.

Le miro sorprendido por su definición y me aparto de él hasta sentarme de nuevo en la cama y mirarle con asombro.

--Niall, deja de comerte la cabeza con eso ¿quieres? no metas prisas a lo que no conviene, cuando pase pasará, no te asustes antes de tiempo.
--Vale, pero... es que quiero que pase-admite en bajo.
--Así que te están entrando las prisas ¿eh?-digo con humor apoyándome en las palmas de mis manos sobre la cama-pues ahí ya no sé qué decirte, no puedes presionarla a ella, eso no estaría bien, tiene que surgir solo, tampoco puedes obsesionarte, cuando llegue pues llegó.
--Es que... ella me ha preguntado más de una vez en cuanto a eso y...
--Guo, guo, guo, espera-digo interrumpiéndole-¿me estás diciendo que habéis hablado sobre hacerlo o no hacerlo? cada día sois más raros-confirmo-eso no se habla, se hace.
--No hemos hablado de hacerlo-dice algo molesto-ella... me preguntó si yo lo había hecho alguna vez...
--¿Y qué la dijiste?-pregunto curioso.
--Nada, la aparté el tema como si nada, pero es que me lo ha preguntado más veces y yo ya no sé qué decirla, aparte de que como siempre la aparto el tema piensa que tengo algún problema con el sexo y ahora pensará que soy un adicto al sexo o algo por el estilo.
--¿Y tú por qué no le has dicho que eres virgen?
--Ya te lo he dicho, no quiero que lo sepa...

Nos quedamos en silencio, él mirando hacia el suelo y yo mirándole a él, pensando en qué podría hacer ya que si no quiere contárselo difícil lo veo, pero si le están entrado las prisas por la necesidad de hacerlo con ella se lo va a tener que contar de una forma u otra.


--No deberías preocuparte tanto-digo sin más-ella te quiere, tú la quieres ¿qué más da que no lo hayas hecho aún? no va a cambiar nada, además, si ya habéis tocado ese tema, estoy seguro de que de este mes no pasa que lo hagáis, pero una cosa te digo, relájate porque no me gusta un pelo y menos me va a gustar el que lo hagáis ¿entendido?

--Sigo sin comprender ese instinto de protección que tienes hacia ella, solo es tu amiga-responde molesto porque le haya dicho de forma ligera que no me gusta que lo hagan o lo vayan a hacer.
--Tú solo preocúpate de no hacerla daño que es lo que te corresponde.
--Eres tan sumamente borde que no sé ni como te aguanto, enserio-dice con algo de humor.
--Tú eres tan pesado y tan paradito en temas de chicas que no sé cómo tantas chicas van detrás de ti-digo también divertido-por cierto, ¿por qué has venido a preguntarme a mí? te queda más cerca la casa de Liam-digo confuso.
--Porque como eres el pequeño pensé que no serías tan... activo sexualmente y pensé que te podrías poner en mi lugar, pero ya he podido comprobar que no-dice con humor.

En ese momento oigo la puerta de la calle abrirse.

--Ya está aquí, Tomlinson-anuncio divertido.

Niall y yo nos asomamos a la puerta de mi habitación para ver como entra Louis de puntillas, como si no quisiera despertarme o que me dé cuenta de que no ha dormido en casa, bueno, dormido creo que poco, pero ni que yo fuera su madre para tener que controlarle, a veces a este chico se le va la cabeza demasiado.

--¿Qué rayos haces, Louis?-pregunto extrañado haciendo que él se sobresalte.
--Tratando de no despertarte, desagradecido-dice con humor-pensé que estarías durmiendo, u ocupado con Marta, pero veo que te van más los rubios que las morenas-dice mirando a Niall con diversión.
--No seas estúpido, Tomlinson, solo ha venido para pedirme consejo-respondo divertido.
--¿Consejo sobre qué si puede saberse?-pregunta subiendo las escaleras rápido hasta llegar a nosotros.
--Le están entrando las prisas con Ane-respondo con humor ganándome una colleja por parte del rubio.
--Tengo la solución para eso-responde el moreno antes de tirar de nosotros hasta meternos en su cuarto-¿dónde las habré dejado?-se pregunta a sí mismo revolviendo sus cajones-oh sí, aquí están mis chicas-dice sacando del fondo de su armario un par de revistas de chicas-toma-dice tirándose a Niall que las coge con torpeza, ya tienes para un rato-comenta con humor.
--Eres un cerdo, Louis-responde Niall molesto-no quiero esto, quiero a Ane y...vaya tetas-dice mirando la portada con interés.
--No seas tampoco tú idiota y caigas en su juego-respondo quitándoselas de las manos-debes respetar un poco más a tu pareja y...

Niall tiene razón, vaya tetas que tiene la tía de la portada, no puedo ni concentrarme para seguir hablando.

--Guau-digo flipando.
--¿Qué decías de respetar a tu pareja?-pregunta con humor Niall.
--Yo la respeto, mucho-digo ofendido-Louis, ¡deja de enseñarnos guarrerías!-digo lanzádole las revistas, pero él no hace ni caso ya está entretenido viendo una-mírale, habrá estado toda la noche con Lucía y querrá más, pedazo de salido que es-murmuro haciendo que Niall ría.
--Venga ya, relájate Tomlinson antes de que tus pantalones revienten-habla el rubio quitándole la revista de entre las manos.
--¡Oye!-se queja-¡Lo estaba viendo!
--Pero ya no-respondo divertido-deberías haber tirado esto hace tiempo Tomlinson, que ya no tienes quince años.
--No, tengo veinte y mira lo que pone en la esquina de la revista "Para mayores de 18" estoy en mi derecho, devuélveme eso-dice tratando de quitármelo.
--Ya tienes a Lucía, no seas avaricioso-responde Niall.
--Estáis los dos contra mí, sois unos canijos amargados-nos reprocha.
--Canijos sí, amargados... no-respondo riendo.

El timbre de la casa otra vez suena, hoy estamos demasiado solicitados.

--Ya voy yo-digo quitando de la posesión de Louis todas las revistas de chicas que veo.

Bajo las escaleras oyendo como Louis se queja, río divertido mientras abro la puerta. 

--Oye Hazza, ¿me he dejado el móvil por aquí?-pregunta Marta revolviendo en su bolso-no lo encuentro y la última vez que lo vi estaba aquí...

Para de hablar para mirarme alucinada por las revistas que le acabo de quitar a Louis. Mierda, cagada total.

--No es lo que parece.

sábado, 25 de enero de 2014

Capítulo 70. El bolso de Doraemon.

Narra Lucía.
Parece que Louis no quiere admitir que me tengo que ir mañana por la mañana como muy tarde, para llegar el tiempo suficiente para hacer los deberes, estudiar y poder dormir algo antes de ir a clase, pero él como si hablases con una pared, habla de hacer tantos planes estando aquí que no sé ya ni como decirle por enésima vez que mañana me tengo que ir.
Igualmente me deja dormir hasta tarde, como a mí me gusta, y después de la fiesta de ayer, con toda la resaca y lo tarde que llegamos no creo que me mueva hasta esta tarde, de no ser porque en mis planes no veía a un Louis demasiado enérgico.

--Lulu-susurra acariciando despacio mi hombro-son las doce ya, creo que hay que levantarse si queremos hacer algo hoy.

Yo solo gruño mientras me escondo bajo las mantas. Él simplemente ríe ante mi acción y noto como se mete debajo de las sábanas junto a mí. Sus labios acarician mi estómago despacio y suben por mi pecho hasta llegar a mi cuello y posteriormente a mis labios, lo que me hace sonreír.

--Hay que desayunar-susurra antes de darme otro pequeño y fugaz beso en los labios-me muero de hambre.
--¿Por qué eres siempre tan exagerado?-pregunto divertida aún con los ojos cerrados.
--Porque ayer acabaste todas mis pilas y es cierto que me muero por comer algo-contesta en un susurro con diversión antes de besar esta vez mi mejilla-vamos pequeña marmota, ¿o es que acaso no quieres ver las caras de resacas del resto? ya verás que ojeras-dice divertido mientras consigue quitar las mantas de mi cuerpo, haciendo que gruña otra vez-además, tenemos risas extra, tenemos que meternos con Harry Marta por lo del baño-comenta mientras abre las persianas.
--Louis...-digo con la cara contra la almohada.
--¿Qué, cielo?-pregunta dulce.
--Te mandaría a la mierda y eso sería demasiado cerca...

Él solo ríe antes de meterse en el baño.

Le mato por despertarme, la próxima vez le mato-pienso malhumorada mientras me levanto de la cama.


Bostezo y me desperezo caminando por la habitación hasta llegar al baño, donde entro sin llamar, algo que a Louis no le parece molestar, ya que sigue afeitándose como si no hubiera entrado. Me mira en el reflejo del espejo y sonríe ante mi expresión malhumorada y dormida.

--No es gracioso-digo mientras entro a la ducha-odio que me despierten.
--Perdona-dice muy seguro-pero ya lo dijiste la otra vez "Ya puede ser Louis Tomlinson desnudo" y aquí estoy, todo para ti, creo que las cosas están compensadas ¿no?-dice con humor.
--Que gracioso eres Louis, me parto contigo-digo irónica antes de abrir los grifos del agua.

Me empiezo a enjabonar cuando noto como las cortinas se abren y acto seguido se cierran. Al segundo noto sus manos acariciar mi cintura desde mi espalda, queriendo llegar a algo más.

--Déjame-digo malhumorada apartando sus brazos.
--Oye, que te vas mañana-al fin lo comprende, pienso aliviada-tendrás que darme cariñitos de repuesto para cuando esté solito-dice besando despacio mi cuello.
--No quiero-respondo sin más.
--¿Por qué?-pregunta confuso.
--Por varias razones-digo mientras me doy la vuelta para mirarle a la cara-lo primero; tengo sueño, lo segundo; me has despertado, lo tercero; ayer por la noche ya lo hicimos, y por último y más importante de todo ¡Tengo sueño!
--Eso lo dijiste dos veces-dice con una sonrisa divertida antes de atrapar mis labios entre los suyos.
--Será porque es lo más importante-respondo antes de apartarme de él y seguir con mi ducha.

Me dispongo a seguir con mi ducha, a pesar de tener a Louis a mis espaldas. Comienzo a lavarme el pelo cuando noto su aliento chocar en mi nuca, al igual que todo su torso tocar mi espalda con cuidado.

--¿Estás enfadada conmigo?-pregunta en un susurro a mi oído.

Me giro para verle y darme cuenta de su cara de tristeza y arrepentimiento, lo cual me hace sonreír.

--No-respondo con una sonrisa antes de ponerme de puntillas y rozar mis labios con los suyos-vamos, que yo quiero ver qué excusa pone Marta por lo de ayer-digo con diversión.

Él sonríe antes de abrazarme con un brazo haciendo que nuestros cuerpos queden completamente juntos.
Terminamos la ducha sin ninguna incidencia y nos apresuramos a vestirnos para disfrutar del espectáculo durante el desayuno.
Según llegamos los únicos en la mesa en la que solemos ponernos son Ane y Niall que se besan de forma demasiado empalagosa, casi asquerosa pero al mismo tiempo tierna. Se besan, se separan un momento se susurran algo, sonríen y vuelta al beso.

--Cuidado a ver si os atragantáis-habla Louis divertido mientras se sienta frente a Niall.

Esos dos se separan avergonzados, quedando uno sentado al lado del otro, como si no hubiera pasado nada, pero apenas pasa un minuto él besa su mejilla y parece susurrarla algo al oído que hace que ambos sonrían y ella vuelva a besarle.
Imito el sonido de una arcada por tanta cursilería, lo que hace que Louis ría como loco, pero que Ane y Niall no parecen oír, ya que están en su propio mundo de pareja cursi y empalagosa. Repugnantes, simplemente repugnantes.
Los siguientes en llegar son Zayn y María. Ella se sienta despacio sin decir palabra, Zayn la mira con preocupación antes de sentarse a su lado y murmurar un "Buenos días" al que Lou y yo respondemos. Louis parece tenso ante el comportamiento de su hermana, yo no comprendo qué la ocurre, solo que directamente apareció aquí con Zayn, no me ha contado nada, directamente no hablado conmigo, parece un poco distante desde que no la vimos aquel día, por el contrario Lou parece saberlo ya que su cara refleja dolor e ira, algo que me asusta, pero que gracias a la siguiente pareja que llega relaja, quedándose tranquilo.
Alejandra llega a espaldas de Liam, mientras ambos ríen divertidos al estar haciendo tonterías, por lo menos Ale ya está mucho mejor, no se la ve tan dolida ni depresiva, su cara de nuevo parece brillar y por supuesto, ha vuelto a sonreír, supongo que en parte a todo el apoyo y cariño que la da Liam.
Ríen antes de sentarse junto a Louis.
Y como no, Paula y Josh no vienen; ellos dos siempre van por libre, a veces desayunan con nosotros, otras quién sabe dónde están, pero simplemente están felices ellos dos juntos y parece que se quieren y apoyan mutuamente.

--Buenos días-habla llena de energía Ale-os preguntaría por cómo os fue anoche, pero creo que todos os oímos-habla con diversión mirándonos a Louis y a mí.
--Aunque creo que falta la otra pareja que alegró la noche de gritos-habla Liam también divertido.
--Y hablando de los reyes de Roma-comenta Niall que por un segundo ha dejado de ser cursi y vomitivo con Ane.

Me giro para ver como caminan Marta y Harry medio zombies, con cara de enorme resaca, unas marcadas ojeras y la piel más pálida de lo normal.
Sin decir nada más se dejan caer en los asientos que hay frente a nosotros, al lado de María, la cual se recuesta en el costado de Zayn.

--¡FELICIDADES HARRY!-grita Louis con diversión.
--Deseo que en esta vida te den mucho por culo, Louis, enserio-habla Harry dolorido, con las manos sobre la mesa y la cabeza apoyada en éstas.
--Oh, sí, Felicidades Ane-dice en un tono calmado y con cariño.
--Gracias-responde ella dulce.
--Espero que Niall te haya dado un buen regalo de cumpleaños porque no pienso aguantarte amargada hasta que les volvamos a ver-habla Marta quejica, supongo que con una fuerte resaca.

Todos nos giramos a ver a Ane y Niall, los cuales se han sonrojado por el comentario y hacen como si no lo hubieran oído.
Pedimos algo para desayunar. Mientras lo traen Louis y yo comenzamos con nuestras travesuras.

--Louis, ¿opinas que el baño es mejor que la cama?-pregunto a mi novio con humor como si fuera un tema cualquiera.
--Sinceramente no lo sé, pero creo que la música no debe de estar muy alta, sería muy poco romántico.
--Ja, ja y ja-dice Harry irónico-me encantan vuestras bromas y que os compenetréis tan bien para llevarlas a cabo-dice algo malhumorado.

Marta acaricia sus mejillas con cuidado, como si las masajeara.

--¿Qué haces?-pregunto confusa.
--Me duele-dice sin más mientras sigue acariciando su cara.

Miro a Louis y ambos estallamos a carcajadas, tanto, que no nos caemos de nuestros asientos por poco.

--Marta tiene poco hambre, se llevó anoche cosas a la boca más nutritivas-digo ya reventada de reír.
--Borracha como iba no sé como no se la mordería-habla Louis como puede, ya que la risa le supera.
--Sois odiosos, no sé cómo se me ocurrió que debíais conoceros-habla Harry molesto.
--Menos mal que nos vamos mañana y no tendré que soportaros a los dos al mismo tiempo-habla Marta con una bordería fuera de lo común en ella.

Creo que les ha molestado un poco bastante nuestras bromas. Miro a Louis, algo preocupada por si nos hemos pasado con ellos, pero él tan solo pasa un brazo por mis hombros haciendo que me pegue a su costado.
Traen nuestros desayunos y todos comenzamos a comer, unos con más ganas que otros, ya que Harry y Marta tienen una cara de echar la pota que hace que me aleje un poco para no estar en el campo de peligro en caso de que vomiten.
Al mismo tiempo Liam y Alejandra comentaban la fiesta desde su punto de vista, creo que el único que no está borroso, ya que fueron los únicos que no bebieron y a los cuales debemos agradecer que llegáramos al hotel sin perdernos por ahí debido a nuestra borrachera.
Por otra parte María y Zayn desayunan en silencio, Liam y Ale abandonaron la depresión para pasársela a esos dos ¿pero qué rayos les ocurre?
Y luego los empalagosos Horan, que se comen la boca con dulzura, pero aún así, dándose de comer uno al otro. Vomitivos.

--Se me ha quitado el hambre de repente-digo molesta mirando a esos dos, que no se dan por aludidos ni de coña.
--Sí, a mí también-habla Louis molesto al igual que yo.

Liam y Alejandra solo ríen antes de mirar al rubio y a la morena, que ni siquiera nos han oído, solo se oyen entre ellos. Flipante, como se odiaban y ahora no se separan. Flipante y asqueroso, flipasquesoro.
Terminamos el desayuno y cada uno decide hacer algo distinto, ya que Marta y Harry se van a su cuarto a dormir, Zayn y María deciden que van a quedarse por los jardines del hotel, Liam y Alejandra optan por ir al centro comercial más cercano y Ane y Niall por ir a dar una vuelta por el centro de la ciudad.
Yo tan solo miro a Louis, esperando el plan que tiene propuesto para mí, ya que supongo que tiene algo en mente. Por su brillante sonrisa al mirarme creo que he acertado.

--¿Nos vamos a la playa?-pregunta sonriente.
--No me lo preguntes dos veces-respondo levantándome de la silla con velocidad.
--¡Preparados, listos, ya-grita antes de salir corriendo sin dejarme tiempo para reaccionar.

Corro detrás de él, subimos las escaleras de la misma forma, y eso que son bastantes pisos, pero ni Louis ni yo tenemos fin, somos así de enérgico, nunca paramos. 
Por muy poco llega él antes que yo.

--Soy el mejor, lo sé-dice algo cansado-no lo intentes más, te seguiré ganando siempre.
--Sigue creyéndotelo-digo divertida antes de entrar.
--¿Qué bañador te vas a poner?-pregunta con interés mientras cierra la puerta tras de mí.
--Mmm...no lo sé-admito mientras me dirijo al armario-tengo muchos, no sé cuál elegir.
--¿Y si lo elijo yo?-pregunta con diversión mientras se sienta en la cama.
--¿Qué quieres? ¿Qué te haga un pase de modelos?-pregunto irónica, pero su amplia y pícara sonrisa me hace pensar que es justo lo que quiere-así no llegaremos nunca a la playa-digo divertida sacando todos los biquinis que me he traído.
--Las vistas son mejores en este cuarto-dice mientras se acomoda esperando a que me disponga a mostrarle como me quedan los trajes de baño.
--Eres incorregible-murmuro con diversión mientras entro al baño con todos los bañadores.

Me quito la ropa y me pongo el primero que pillo; uno azul celeste con topos blancos que se ata con lazos.
Salgo algo intimidada porque Louis vaya a decirme cómo me queda. Nerviosa camino hasta el centro de la habitación y me detengo frente a él, mirando su reacción.
Él pasa de estar medio tumbado a sentarse, con la boca abierta mirándome de arriba abajo.

--¿Te gusta?-pregunto tímida.
--Ajá-es lo único que consigue decir con esa cara de empanado mirándome como si fuera lo más maravilloso del mundo.
--Pues me quedo con este y acabamos el pase de modelos-digo con diversión.
--No, no, no, no-dice con velocidad-quiero verte con más-me dice con una sonrisa traviesa.

Sonrío antes de meterme de nuevo al baño. Repito la acción con todos los biquinis, al final acabo haciendo el tonto y Louis riendo conmigo, hasta que llega el último, con demasiada poca tela, ¿por qué me lo compraría? ah sí, porque Ane y Marta me convencieron las muy asquerosas. Es que no, no me lo he puesto nunca y no va a ser hoy el día, da la impresión de que se me ve todo y con que me mueva lo más mínimo acabaré desnuda, lo preveo, no sé ni para qué me lo traería, debí dejarlo en casa, en el fondo del cajón, para que se quedase ahí y no ponérmelo más.

--Vamos Lu-habla Louis desde el otro lado de la puerta-quiero verte con el último.
--No voy a salir con este-respondo muy segura-me niego.
--¿Por qué? seguro que es precioso.
--Porque no-digo sin más.
--Eso no es una respuesta-dice chistoso-vamos, solo déjame verte con él.
--Louis...-digo con voz quejica-me da vergüenza.
--No digas bobadas, vamos.

Casi parece que le estoy haciendo un striptease. Abro la puerta despacio, provocando un chirrido que hace que me ponga más nerviosa aún. Camino mucho más lenta que lo como lo hacía anteriormente hasta que me coloco justo delante de Louis, con el brazo derecho cogiendo el codo del izquierdo, cubriendo algo de este pequeño biquini. 
Veo como las mejillas de Louis se colorean. Creo que son contadas las veces que le he visto ponerse rojo. Noto como traga saliva con dificultad mientras me mira una y otra vez, es entonces cuando caigo en sus pantalones, los que parecen querer abrirse por tanta presión, lo que hace que yo ría y me dé media vuelta con intenciones de quitarme este y ponerme uno decente, cuando noto como Louis coge mi muñeca y hace que me dé la vuelta para quedarme pegada a su pecho, notando lo que ha conseguido este bañador en su cuerpo en tan poco tiempo. Me mira con una sonrisa divertida antes de inclinarse hacia mí y besarme despacio, abriendo paso con su lengua hasta llegar a la mía.

--Vamos, que se va a hacer tarde-digo con intenciones de cambiarme.
--La playa no se va a mover de su sitio-susurra acariciando despacio mi espalda.
--Pero si esperamos hasta el último segundo no podremos hacer nada-digo separándome de él-vamos, ponte el bañador que no llegamos-digo divertida mientras me meto en el baño.

Me cambio el bañador por uno con más tela, uno naranja que resalta sobre mi pálida piel.

--Lou, ¿te gusta el naranja?-pregunto en voz alta mirándome al espejo poco convencida.
--Sí, te queda bien, todos te quedan bien, en especial el último-dice con diversión.

Ruedo los ojos ante tanta perversión en este chico. Recojo mi pelo en una coleta y cojo todos los biquinis antes de salir por la puerta, donde veo a Louis tirado en la cama, ya cambiado y jugando con el móvil, ¿cómo se cambiará tan rápido?, el ver como está toda su ropa arrugada en una esquina de la habitación me da una pista de porqué no tarda demasiado cuando se cambia de ropa.

--¿Tanto te cuesta ordenar tu ropa?-pregunto divertida guardando mis biquinis.

Busco una toalla y unas chanclas en el armario, esperando la respuesta de Louis, pero no parece que me haya oído.

--Louis-digo dándome la vuelta para ver como el frunce el ceño mirando la pantalla de su móvil.
--Estúpida, asquerosa, vete-dice con odio.

Abro los ojos ante esas palabras que parecen dirigidas hacia mí. Le miro con cabreo, yo solo le he dicho que recoja sus cosas, no veo ni medio normal que me hable de esta forma, ni que fuera un chucho.

--Me iré si me da la gana ¿no crees?-digo con cabreo.
--Puta, vamos, fuera-insiste.
--¿¡Pero quién te has creído?!-digo elevando la voz, ya con un enfado peligroso-¿¡Cómo puedes tratarme de esa forma?!

Él levanta la vista de su móvil y me mira confuso, como si no supiera de qué le hablo.

--¿Pero a ti qué te ha dado?-pregunta extrañado mientras se levanta de la cama.
--Me dices que me vaya, que soy una puta, una asquerosa y ¿te piensas que no voy a defenderme? si piensas que porque esté enamorada de ti voy a dejar que me hables de esa forma estás muy equivocado.
--Pero...-habla él descuadrado antes de echarse a reír.
--No tiene ni puta gracia-digo molesta.
--¡Es que no te lo decía a ti!-dice riendo-¡Estaba discutiendo con mi móvil! Mira-dice mientras lo saca-estaba jugando a un juego en el que un personaje no me hacía caso y tenía que salir ¿ves?-dice mostrándome en efecto una pantalla de un videojuego-¿Cómo te voy a decir que quiero que te vayas?-pregunta divertido.
--No lo sé ¡pero me has asustado!-le reprocho.

Él ríe con esa voz ronca que tiene antes de colocarme sobre su pecho y abrazarme con fuerza.

--Nunca te voy a pedir que te vayas y mucho menos te voy a insultar u obligar para que lo hagas-dice con cariño antes de besar mi mejilla-anda vamos, que se nos hace tarde-dice con humor tirando de mi mano.

Tiempo mal calculado, porque, a pesar de que la playa esté prácticamente según salimos del hotel, entre el desayuno y lo de los bañadores ya son las tres y hace demasiado calor como para estar en la playa, por lo que volvemos al hotel, al menos hasta que pasen las horas de calor.

--¿Cómo hay tan poca gente?-pregunto extrañada.

Estamos en Miami, lugar de las fiestas y las fiestas, alcohol, diversión, siempre está lleno de gente, pero parece que ahora está medio vacío.

--Quizás porque estamos en febrero y aquí la gente suele venir en verano, cuando hay vacaciones, más a esta parte de la playa que es privada solo para el hotel, y me da que en febrero hay poca gente que venga a pagarse este hotel-responde Louis con humor.

Ambos nos quedamos en silencio, sentados en los sillones de la recepción, mientras veo el sol increíblemente fuerte dar sobre la arena y haciendo que esta brille, con el mar de un azul como el de los ojos de Louis.

--¿Me vas a echar de menos?-pregunto sin pensar mirándole, haciendo que aparte la mirada de la playa, la cual él también observaba.

Me mira confuso, como si no estuviera seguro de que le haya preguntado tal cosa. Se levanta de su sillón y se acerca al mío, me mira desde ahí, aún un poco confundido y coge mi mano despacio antes de ponerse de rodillas frente a mí. Beso con cuidado mi pierna antes de suspirar y mirarme a los ojos, dolido.

--No puedes ni imaginarte cuanto te he echado de menos estas dos semanas en las que hemos estado separados-comienza a decir-no quiero pensar en lo que haré mañana cuando me levante y vea que no estás a mi lado. Sé que es mi trabajo, pero no sé si soportaré estar un mes sin ti, sin que me ayudes a gastar bromas a los chicos, sin que te rías de mis bromas o te enfades por las que me excedo, sin tratar de despertarte a una hora razonable, sin que me gruñas, sin verte sonreír, sin verte dormir tranquila, abrazándome en sueños y sonriendo al notar que estoy contigo, lo que hace que automáticamente yo sonría. Te voy a echar muchísimo de menos-admite con un hilo de voz.
--Louis...-digo a punto de llorar-se pasará rápido, y tú tienes que disfrutar de los chicos mientras estemos separados.

Se levanta de su posición de estar de rodillas y coge mi mano despacio haciendo que me levante de mi asiento. Me abraza con fuerza haciendo que me coloque en su pecho, mientras noto su abrazo tembloroso por el miedo de que me tenga que separar de él.
Louis siempre es el inmaduro, el bromista, el que siempre ríe y hace el tonto, todo el mundo conoce a ese Louis, pero creo que no demasiada gente conoce al Louis sensible que teme las distancias y teme que yo, una simple fan, se vaya de su lado.
Un teléfono móvil interrumpe el momento. Él se separa de nuestro abrazo, se aparta un par de lágrimas que caen por sus mejillas con velocidad y responde rápido.

--¿Si?-pregunta a modo de respuesta-ah, hola Elena-dice sonriente.

Como no, ella, ella siempre en medio. Me siento cabreada en el sillón de nuevo esperando a que termine de hablar con esa rubia petarda que quiere a Louis en su posesión. Pues no, es mío, MÍO, ella ya tuvo muchas oportunidades cuando eran amigos, y si no le quiso antes que no era famoso, que no le quiera ahora que tiene fama, porque la cojo de los pelos y la dejo fina.

--Ya, ya he visto que me has llamado-habla Louis mientras camina entre los sillones-no quise despertarte, no sé qué hora es en Inglaterra, quizás estabas en clase .... No, hasta el mes que viene no volvemos, pero cuando volvamos estaremos solo un mes me parece, después seguiremos con la gira hasta junio ... Claro que podremos quedar en ese mes, no te preocupes-dice completamente feliz el muy idiota.

¿Es que acaso este chico no se da cuenta de que ella trata de separarnos?

--No, no estoy haciendo nada-continúa hablando-bueno sí, estoy aquí con Lucía, esperando que haga menos calor para poder salir un rato a la playa ... Guau, ¿que allí está nevando? Dios Santo, aquí hace un claro que cualquiera se pone un abrigo-comenta con humor.

Se tiran hablando como dos horas, mientras siento como la ira y los celos ya están apunto de reventar por tanta palabrería de esa chica. ¿Qué pasa? ¿Que no tiene amigos o qué? Pero aparte, a mí me suena que tenía algo con Ed, ¿no se puede ir con él un ratito y dejarme estar con mi novio de una puñetera vez? no parece, no.

--Bueno, que ya nos vemos el mes que viene, no te preocupes pequeña que te aviso de qué día exactamente ¿vale?-habla con una sonrisa-sí, yo también te quiero pequeña, cuídate y cuidado con las fiestas y el alcohol.

Y¨por fin cuelga el teléfono. Aleluya.
Louis camina hasta mí medio riendo.

--¿Qué te hace tanta gracia?-pregunto cabreada.
--Que te pongas celosa de mis amigas-dice con humor antes de tratar de besarme, pero me levanto y me alejo de él-¡oye!-se queja.
--¿No íbamos a la playa?-pregunto de mal humor mientras me muevo hacia la salida, con intenciones de ir por fin a darme un baño antes de que se ponga el sol, que a juzgar por donde está ya me parece que no queda mucho tiempo.
--Deja de ser tan celosa-dice con diversión mientras me coge en brazos por la cintura.
--¡Pues deja de tontear con ellas!-respondo ya de los nervios.
--No tonteo con nadie, ya tengo a la chica que quiero ¿para qué iba yo a ligar con otras?-pregunta antes de besar mi mejilla.
--Bueno, no vamos a discutir si tienes a la chica que quieres o no-digo de mejor humor.
--¡Cierto, que se nos acaba el sol y el tiempo de playa!-exclama con entusiasmo antes de echar a correr por la playa y tirarse casi de cabeza al agua-¡Está buenísima el agua!-dice echándose todo el pelo hacia atrás, haciendo que sus trabajados bíceps se marquen y muerda mi labio inferior al verle tan sumamente sexy-¡Venga! ¡Vamos!-grita esperando que haga lo mismo que él y me tire.

Dejo mi toalla con cuidado en la arena, al contrario que él que la he tirado hecha un gurruño en la arena. Estiro las dos toallas y coloco encima las gafas de sol que quito de mi pelo, al igual que el pareo de mi cintura y miro a Louis. Entonces noto unas manos congeladas y húmedas colocarse en mi cintura, por lo que suelto un grito antes de darme media vuelta y ver a Louis sonriendo con diversión.
No me da tiempo a protestarle, ya que atrapa mis labios con los suyos y me pega a su cuerpo, haciendo que me queje por el frío, pero que no me importe, ya que paso mis brazos por su cuello, atrapando los mechones de su pelo mojado entre mis dedos. Me coge en su cintura, colocando mis piernas alrededor de su cintura.
Apenas me doy cuenta de que llegamos al agua y él ríe antes de zambullirse junto a mí. Pataleo para que me suelte y cuando lo consigo vuelvo a la superficie.

--¡TE MATO, TOMLINSON!-grita cabreada.
--Solo es agua, tranquila-dice con humor mientras me salpica con ella.

Le miro alucinada antes de devolverle el acto de niños pequeños de salpicarse.
Acabamos salpicándonos, haciéndonos aguadillas, corriendo por la orilla de esta playa desierta y huyendo uno del otro por el agua, hasta que cae la profunda noche sin apenas darnos cuenta.
Es entonces cuando Louis se queda de pie, mirando hacia el horizonte y yo me detengo junto a él.
La Luna está llena y se ve increíblemente grande y blanca, casi parece que la podemos tocar, pero lo máximo que podemos tocar es el agua en el que se refleja su hermosura y su brillante resplendor.
Giro mi cabeza para mirar a Louis y encontrar su mirada posada en mí, sus ojos, aún se pueden comparar con el azul del mar, ya que ahora se ven oscuros y con la luna relejada en sus pupilas. Me mira sonriente antes de acercarse a mí con cuidado y poner sus manos en mi cadera, acariciándome despacio mientras me mira directamente a los ojos. Ambos nos acercamos hasta que nuestros cuerpos quedan unidos. Él se inclina con lentitud hacia mí hasta que noto sus labios acariciar los míos con cariño, paso mis brazos por su cuello y subo a su cadera con ayuda de sus manos, las cuales ahora se colocan en mi culo, sujetándome para que no me escurra y me vaya al agua de nuevo.
Su lengua juguetona y al mismo tiempo cálida entra en mi boca, acariciándome despacio, danzando en ella al igual que hace la mía en la suya.
Noto su mano acariciar mi cadera, y con lo que eso conlleva; tirar de la parte inferior de mi biquini hacia abajo, con intenciones de quitármelo mientras nuestro profundo beso sigue su propio ritmo, contrario al de nuestras manos que acarician nuestros cuerpos mutuamente.

--Te echaré de menos-susurra en un segundo que tomamos para respirar antes de volver a besarme y juguetear con mi bañador hasta que finalmente lo desprende de mi cuerpo.
--Y yo a ti, como nunca antes-le digo muy segura tratando de zafarme de su bañador.
--No sabes cuanto te amo-dice bajando los besos por mi cuello.
--Con que tan solo me quieras la mitad de lo que te quiero yo a ti me valdría y me sobraría.
--Te quiero mucho más que todo eso...

Aquí, frente a la Luna, la cual es presente de todo, nos observa silenciosa, guardando nuestro pequeño secreto, hacemos el amor como dos seres irracionales que tan solo necesitan el uno del otro con total locura, como si fuera una droga, como...como si mañana nos tuviéramos que desprender de una parte realmente importante y vital para nosotros.

Los rayos de nuestro querido astro rey son los que me despiertan, chocando contra mi cara y haciendo que gruña antes de darme media vuelta y chocarme con un torso desnudo.
Abro mis ojos adormilada para ver a Louis, dormido junto a mí.
Tardo un poco en reaccionar y ver que estamos en la costa, tapados con las toallas que habíamos preparado para secarnos.
Caigo en nuestros cuerpos desnudos, llenos de arena y nuestros cabellos algo mojados, pero la verdad no me importa, ni tampoco me importa si alguien nos vio anoche. Tan solo sonrío y cierro los ojos antes de abrazarme al pecho de Louis disfrutando de las pocas horas que nos quedan antes de tener que separarnos de nuestra alma gemela.


Narra María.
Zayn me coge de la mano mientras volvemos de nuestro paseo. Llegamos a nuestra habitación y veo como cierra la puerta despacio, suspirando antes de girarse a mirarme preocupado. Se acerca a mí despacio y coloca sus manos en mis caderas, haciendo que no me sienta muy cómoda que digamos.
No es que no me guste que me toque Zayn, sino que desde que ocurrió aquello con Jason no me gusta que me toquen de esa forma tan...cariñosa...
Molesta hago que Zayn separe sus brazos de mí. Él no se opone, tan solo suspira con la vista en sus pies.

--Mary, vamos al médico, por favor-me pide clavando sus preciosos ojos castaños en los míos.

Esos ojos tan parecidos a los de Jason, los que hace que retire la mirada asustada al recordar que unos similares me miraban con lujuria mientras me torturaba su poseedor. Un escalofrío recorre mi espalda y hace que me aleje despacio hasta que mi espalda choca contra la espalda de golpe, indicándome que ya o tengo escapatoria, al igual que en esa otra casa, que solo de recordarlo me hace que mis ojos amenacen con llorar.
Zayn me mira con temor al reaccionar de esa forma, por lo que trata de acercarse a mí para calmarme, pero eso solo hace que me ponga más nerviosa.

--No...aléjate-le pido asustada.
--Mary, solo soy yo, Zayn, tu Zayn, tu chico malo...-dice asustado porque no quiera que se me acerque.
--Lo sé, tranquilo-le aseguro-pero...no me toques así, por favor...

Él no se mueve más, se queda quieto a un par de pasos de mí, manteniendo su posición y mirándome desde ahí, escrutándome con miedo a que no le deje tocarme más.

--¿Por qué no vamos a un médico, que te mire un poco la cabeza a ver si estás bien o necesitas ayuda?
--No voy a ir a un loquero-digo muy segura.
--No es un loquero, es para que no tengas miedo María, no te he visto sonreír desde...aquello.

Nos quedamos en silencio los dos, mirándonos a los ojos hasta que él decide apartar la mirada hacia la pared, chasquea la lengua antes de llevarse la mano derecha a los ojos, tapándolos, como si tratara de componer la compostura al ser incapaz de convencerme.

--Quiero volver-digo sin más.
--¿Volver?-pregunta extrañado-¿a dónde?
--A Inglaterra, quiero volver allí, al instituto, quiero ir.
--María, no creo que debas...vas a estar sola, no vas a sentirte segura, no va a ocurrirte nada, tranquila, pero... ¿estás segura de querer irte?-pregunta nervioso.
--Sí, quiero ir, volver a mi vida normal, no quiero seguir aquí, recordándome una y otra vez la razón de que no vaya al instituto como una chica normal y corriente de mi edad.

Él resopla pero se gira con las manos en la nuca, caminando un par de pasos dando una especia de vuelta. Parece que pensando los pros y contras de que me vaya de su lado, yo solo me muevo despacio hasta llegar a la cama y sentarme con las manos pilladas sobre las rodillas, esperando su reacción, no su respuesta, ya que me voy a ir sí o sí, no pienso quedarme aquí sin hacer nada mientras tendría que estudiar, además así me podré despejar y olvidarme de todo un poco.

--Yo no soy quién para prohibirte-habla en bajo tras unos minutos-no quiero que te ocurra nada malo-dice mientras se acerca a mí-eres demasiado importante para mí y si te pasa algo no sé qué haré yo...nada bueno me supongo-agrega por lo bajo antes de ponerse en cuclillas y cogerme las manos con cuidado y dulzura-si tú estás segura de volver a ir allí, coge tus maletas que te llevo al aeropuerto ¿vale?-dice sonriente mirándome a una altura en la que su cara queda a la altura de mis rodillas.

Acaricio despacio sus manos con las mías, sonriendo al sentir que está de acuerdo conmigo en que pueda irme.
Se levanta del suelo, se acerca despacio a mí sintiendo su aliento chocar en mis labios tan cálido y dulce como siempre, pero al notar la tensión en mis músculos ante su cercanía estando los dos solos, se retira ligeramente y besa mi mejilla con cariño antes de darse media vuelta y acercarse hasta mi maleta. La abre despacio y acto seguido los cajones, comienza a sacar mi ropa por ayudarme a hacer la maleta y empieza a meter con perfecto orden mis cosas.

--¿Te ha molestado?-pregunto asustada, mirando como coge mis cosas y las deja despacio.
--¿El qué?-pregunta manteniendo la mirada en la maleta mientras la mira extrañado, como si no le encajara el espacio con todo lo que tiene que meter.
--Que me vaya-respondo asustada.
--No, que va-dice con una amplia sonrisa mientras se levanta del suelo y se mueve hasta el armario-yo solo quiero que tú estés bien y si estás bien allí, pues deberás ir-habla con la cabeza en el armario, buscando algo-no creo que sea yo quién para prohibirte nada-habla sacando la maleta de mano roja, igual a la maleta más grande, donde también puedo meter ropa-solo quiero tu felicidad-dice sonriente mirando hacia la maleta mientras guarda y guarda mi ropa. ¿Tanta ropa me he traído? no lo recuerdo, eso o que Zayn me ha ido comprado para que me animase-creo que sería mejor que durmieras un poco, mañana querrás irte con el resto de las chicas ¿no?-pregunta cerrando las maletas.

En mi vida he visto a alguien hacer tan rápido el equipaje, y mucho menos a un hombre que suelen ser desordenados, pero por lo que parece esos solo son prototipos, ya que estoy segura que yo lo hubiera colocado mucho peor.

--Solo quedan las cosas de aseo, creo que tú colocarás eso mejor que yo-dice con una amplia sonrisa-creo que me voy a ir a dormir con alguno de los chicos, así tú dormirás más tranquila-dice amable.
--No-respondo con tristeza y miedo-no te vayas, quédate aquí, conmigo-le pido levantándome de la cama con rapidez-no quiero estar sola-susurro antes de acercarme a él y abrazarle con fuerza.
--¿Puedo abrazarte ahora?-pregunta asustado sin rodear sus brazos con mi cuerpo.
--Sí-susurro con la cara escondida en su pecho.

Acaricia despacio mi espalda apretándome contra él con cariño, sin sobrepasarse, ya que teme molestarme o que sienta miedo hacia él.
Hace que me mueva despacio, balanceándome contra su pecho hasta que llegamos a la cama. La realidad es que he dormido con Louis el resto de los días, por eso ahora mi temor y mi miedo hacen que me ponga nerviosa, ya que mi hermano no querrá acostarse conmigo y mucho menos forzarme a ello, pero Zayn...no me hará daño, pero Jason se supone que tampoco lo haría.
Me siento en el borde de la cama y él a mi lado, me mira preocupado, cogiendo mi mano con cariño, acariciándola y esperando a mi respuesta, yo tan solo me quito los zapatos y me muevo hasta tumbarme en la cama y él imita mi gesto tumbándose junto a mí. Me mira a los ojos con fijación, mordiendo su labio inferior con nerviosismo al no saber qué hacer para no sentirme incómoda.
Me acerco a él hasta que mi cabeza queda en su pecho y encojo todo mi cuerpo, él pasa los brazos por mi espalda abrazándome de forma tan cálida y distinta al roce de Jason que hace que me quede dormida de inmediato.


Después de que Zayn me haya levantado como a cualquier chica le gustaría; con un pequeño beso en la mejilla y su voz grave pero a la vez suave diciéndote "Cielo, es hora de hacer más bonito este mundo dedicándole una sonrisa", llegamos al aeropuerto, donde están todas las chicas con maletas, incluida Ale, lo que me sorprende bastante, no pensé que fuera a volver, siempre creí que se quedaría con Liam hasta el fin de los tiempos, pero parece que se separan y no demasiado tristes, quizás hasta felices, ya que eso significa que después de más de dos meses afrontado ese hecho que ha marcado tanto su vida, pero que supongo con ayuda de los médicos y de Liam ya no la tortura y la permite sonreír, al igual que me gustaría hacer a mí de manera tan natural.

--Si necesitas cualquier cosa saca el dinero de aquí-dice Liam como un padre preocupado, dándola una tarjeta de crédito-si tienes algún problema con la casa avisa a la señora Flemin, la vecina de al lado, es realmente dulce y te ayudará con lo que necesites, desde poner una lavadora hasta hacer la comida o decirte como se sintoniza la tele si se ven los canales ¿vale?
--Me lo has dicho como cien veces-responde divertida-lo he pillado, la señora Flemin me ayudará, pero podré yo sola, estoy segura-dice orgullosa.
--Seguro que sí-responde él antes de besar su frente con ternura-te echaré de menos pequeña-dice en un susurro pero creo que todos lo oímos.

Yo me giro para ver a Zayn, que me mira sonriente antes de abrazarme con fuerza, dándome a entender sin palabras que me echará de menos pero que pronto nos volveremos a ver.

--Creo que Louis no estará de acuerdo, pero te puedes quedar en mi casa y allí tengo muchas tarjetas de crédito, lo que necesites la coges y me avisas que yo me encargaré de que te dejen comprar con ella aunque no seas la propietaria ¿vale?
--Vale-respondo forzando una sonrisa.
--Si no estás segura de irte aún puedes quedarte-me dice muy seguro.
--Quiero irme-digo con toda la voz que tengo.
--Pásatelo bien, pero no demasiado bien, llámame cuando llegues...
--Lo haré-le prometo.

Le miro, a él y a sus ojos tristes y llenos de preocupación. Me acerco nerviosa y me pongo de puntillas antes de besar sus labios de forma corta, haciendo que una corriente eléctrica pase de mi cuerpo al suyo y después vuelva a mí. Sonrío al separarme y él me mira aún algo atónito, cuando reacciona solo acaricia mi mejilla con delicadeza antes de besar mi mejilla.

--¡Harry eres un imbécil!-grita alguien en medio de la terminal, haciendo que todos nos giremos.

Harry huye de Ane, la cual corre tras él con el pelo totalmente manchado de lo que parece yogurt. Harry ríe corriendo mientras Ane parece que va a reventar por ese color rojo lleno de ira que tiene en su cara del enfado. Ella parece dar un salto y tirarse a él, haciendo que ambos caigan al suelo, ella sobre él, teniendo el control sobre su cuerpo, ya que le coge de las manos y hace que las pegue al suelo, mientras éste solo ríe.

--¿Te hace gracia?-pregunta ella con cabreo-ahora tendré que lavarme el pelo otra vez, pero ya será cuando llegue a Inglaterra, ¡cuando se haya quedado seco y asqueroso!
--Te favorece el blanco-responde Harry como si con él no fuera la regañina.
--Ya verás como no te va a hacer tanta gracia esto...-dice en forma de advertencia-Niall, alcánzame el bolso-le pide a su novio, que solo ríe junto a Marta por la situación.

Ane rebusca en su bolso, aún con Harry tumbado en el suelo y ella sobre él impidiendo que se mueva lo más mínimo, hasta que saca...¿unas tijeras? ¿enserio? ¿pero qué no llevará esa chica en ese bolso que parece el bolsillo de Doraemon?
Coge un rizo de Harry con diversión y acerca las tijeras a él con una sonrisa llena de triunfo.

--¡NO!-grita Harry con desesperación-¡MI PELO NO! ¡DÉJAME!-se queja tratando de escapar, pero parece que ella tiene más fuerza de lo que parece-¡YO SOLO TE LO HE MANCHADO! ¡NO TE LO HE CORTADO! ¡NO ES JUSTO!

Y de repente, ¡zas!, adiós rizo del pobre Harry, que mira asombrado a Ane, sin poder creérselo aún.

--En esta vida las cosas no son justas-responde Ane levantándose despacio-¿no decías hace unos meses que darías lo que fuera por tocar los rizos de Harry Styles?-pregunta mirando a Marta, que también está alucinada ante tal suceso-toma, ahí lo tienes-dice dejando caer el pelo de Harry en su mano-bueno ¿nos vamos ya o qué?-pregunta ella con humor mientras el resto la miramos asombrados.
--Yo que tú huiría-informa Louis divertido-no creo que haya sobrevivido nadie que haya dañado los rizos de Styles.
--A menos que quiera que le corte otra cosa que encima no crecerá más, yo que él no tramaría venganza-responde ella como si tal cosa guardando de nuevo las tijeras en su bolso.
--Tendrás venganza-informa Harry mientras se levanta despacio-oh sí, la tendrás, y te arrepentirás de este momento.
--Seguro-responde Ane con autosuficiencia-quiero llegar a clase, vamos-dice dando palmas para que el resto reaccione y las chicas vayan con ella.

Tras lágrimas, besos, abrazos y promesas, todos conseguimos separarnos de nuestros respectivos, con dolor, está claro, pero quizás menos que la primera vez, ya que una ya se acostumbra al dolor.
Según me siento en mi asiento correspondiente caigo rendida, hasta que oigo unos cuchicheos tras de mí, lo que hace que mis oídos se agudicen pero que mis ojos sigan cerrados.

--¿Ninguna sabe qué la ha pasado?-pregunta extrañada Lucía.
--No, nada de nada-confirma Marta-¿no te ha dicho nada Louis?
--No, tampoco he querido preguntárselo, creo que es algo grave-responde Lu.
--Yo traté de sonsacárselo a Niall-comenta Ane, fingiendo no saber nada cuando ella sabe todo lo que me pasó, pero que parece que prefiere mentir a sus amigas a traicionarme, ya que es algo bastante duro-pero él tampoco sabe qué ha pasado con María ni porqué de repente desapareció y apareció en Miami.
--¿Creéis que la pasa algo físico o en plan depresivo?-pregunta Ale-si es lo primero todo para vosotras, si es lo segundo dejadme a mí que sé cómo va-dice como si tal cosa.
--Oye...-habla Marta como si hubiera descubierto algo realmente importante-¿y si es eso lo que la pasa?
--¿El qué?-pregunta Lulu.
--Que está embarazada...

Reina el silencio. ¿De verdad piensan que estoy embarazada? no puedo estarlo, fui al médico después de reaccionar, más bien en cuanto llegó Zayn caí en que podría haberme dejado embarazada y de inmediato fuimos al médico, pero por suerte ese infeliz no me dejó un recuerdo físico, aparte de las marcas en las muñecas que por alguna razón no se borran.

--No lo creo-susurra Ane-yo creo que es más...de que la han hecho daño físico-dice tratando de dar alguna pista pero sin decir en realidad qué es lo que me ha pasado.
--¿Te refieres como a ti?-pregunta irónica Marta.
--No es lo mismo-murmura ella con cabreo.
--¿Ah no?-habla Lu manteniendo el sarcasmo en su voz.
--No, no lo es-responde ella borde-y no estamos hablando de mí, sino de María.
--Ni estoy embarazada ni me han pegado-hablo interrumpiendo, haciendo que ellas se sobresalten.

Sus mejillas cogen rubor y agachan todas la cabeza por estar hablando de mí a mis espaldas y que encima yo las haya pillado.

--No ha sido nada importante, tranquilas-digo forzando una sonrisa.
--Sabemos que es algo grave-admite Ale-puedes contárnoslo, no lo diremos a nadie-dice muy segura.
--Somos tus amigas, no lo diremos-confirma Lucía.
--No tiene importancia, enserio-insisto.
--Pues si no tiene importancia cuéntanoslo-habla Marta cotilla como ella sola.

Resoplo antes de decidirme. ¿Se lo cuento o no? son mis amigas, no lo contarán...no creo, no tendrían porqué hacerlo, debo confiar en ellas, supongo...
Abro la boca con intenciones de articular las palabras como pueda cuando una azafata nos informa de que nos sentemos, que vamos a aterrizar, que nos abrochemos los cinturones y esas cosas, lo que hace que no pueda decirle nada a las chicas, que me miran esperando mi respuesta, pero que parecen contenerse en preguntar, al menos durante el aterrizaje.
No pensé que me hubiera dormido tanto, mis cinco minutos planeados de sueño se han ampliado hasta siete horas de viaje, creo que últimamente no he dormido demasiado bien, recordando una y otra vez lo que ocurrió y que tal solo de pensar en ello se me eriza la piel por completo.
Bajamos del avión, ninguna se atreve a preguntar ni insistir más en el tema, hasta que llegamos a un coche que nos irá dejando de casa en casa.

--¿Entonces qué pasa?-pregunta Lucía sacando el tema de conversación, supongo que porque no ha podido reprimirse más a ello.

Todas me miran expectantes, esperando mi respuesta, incluso Ane, que lo finge todo y me mira con tristeza, yo solo resoplo antes de decidirme a hablar, buscando las palabras concretas, unas simples que no me hagan repetirlo una y otra vez, deberían ser dulces y suaves, pero ese no es precisamente mi estilo.

--El último de los chicos con lo que me acosté antes de empezar a salir con Zayn me cogió, me violó y me dejó tirada en un parque-digo simplemente.

Todas me miran alucinadas, con los ojos como platos y hasta con la boca abierta sin poder creérselo, Ane tan solo agacha la cabeza, dolorida recordando como me debió de encontrar en aquel momento.
Miro una a una sus caras, la de Marta se resume en tristeza, la de Ane en indignación completa, igual a la primera vez que lo supo, Lucía está lívida por lo que las he dicho, pero notablemente asombrada y asustada, por último Alejandra, que aprieta las uñas con fuerza contra el asiento del coche, al igual que hace con sus dientes, parece que se ha enfadado.

--¿Pero...cómo...?-intenta preguntar Lu, pero Alejandra la interrumpe.
--¿Dónde vive?-pregunta con total seriedad, con los ojos llameantes de furia.
--Pues...no muy lejos de aquí-admito en un susurro mirando por la ventana.
--Para el coche-ordena con dureza, haciendo que en efecto paremos.
--¿Para qué lo quieres saber?-pregunta extrañada Ane.
--Voy a hacerle una visita-dice con cabreo mientras abre la puerta y sale cogiendo su bolso.

Todas salimos tras ella, ¿qué piensa hacer? ¿oponerse a ese monstrenco? la saca un cuerpo y como dos cabezas, no creo que deba verle, por lo que me pongo delante de ella haciendo que frene.

--Alejandra, tranquila-digo temblorosa, al ver como estamos muy cerca de su casa y podríamos encontrárnoslo.
--Dime qué casa es-dice sin más.
--No te lo voy a decir, no deberíamos estar aquí, deberíamos volver al coche y después ir a casa, a descansar-digo lo más tranquila que puedo.
--Dímelo-insiste y parece que no cederá hasta que se lo diga.
--La de la puerta azul-susurro con la cabeza gacha.

Ella echa una ojeada rápida antes de dirigirse con paso firme e imparable hacia la casa que hay a unos metros de donde estamos.
Como es de suponer todas vamos tras ella.

--No es buena idea, vámonos de aquí antes de que nos vea-digo asustada.
--No nos vamos a ir hasta que se disculpe contigo-responde Ale muy segura.

Nos detenemos frente a la casa de Jason...un escalofrío me recorre la espalda. Todos los recuerdos llegan a mi cabeza de golpe, lo que hace que me sienta aturdida y asustada, por lo que trato de agarrarme a algo ya que me siento demasiado asustada como para que mis piernas se mantengan en pie.
Alejandra camina haciendo resonar sus tacones por el pasillo de piedra blanca que lleva de la calle a la casa de Jason.
Caminamos detrás de ella, ya sin tanta velocidad, yo por lo menos, no quiero verle de nuevo, no quiero que me vea de nuevo...
Ale llama a la puerta, tocando con el puño cerrado y con más fuerza de la que se suele llamar a una puerta, entonces ésta se abre, dejando ver esos ojos castaño claro y una sonrisa que se agranda al ver a tanta mujer en su puerta, y mucho más a mí.

--María, ¿vienes a por más? y encima traes a tus amiguitas, nunca me imaginé una orgía de esta manera, tantas chicas solo para mí-dice con su voz rasgada mirando a todas las chicas una a una mientras se muerde el labio inferior con una sonrisa-vamos chicas, pasad, por favor-dice dejando la puerta abierta, por lo que Alejandra entra directa y el resto como borregos perdidos y asustados la seguimos, sin saber muy bien qué vamos a hacer después.

Nos estamos metiendo en la boca del lobo de forma demasiado arriesgada. Noto como las lágrimas comienzan a salir despacio de mis ojos al entrar en esta maldita casa.

--Mira chaval, no sé quién coño te crees para violar a una pobre chica-habla Ale, con más dureza de la que cualquiera de nosotras estoy segura que la hayamos oído hablar, por lo que abrimos los ojos sorprendidas.
--Uh, una chica con genio, me gusta-responde Jason con voz lasciva mirándola como si fuera un pedazo de carne. Eleva su mano para acariciar su mejilla, pero Ale le da un manotazo que hace que no la toque ni de lejos.
--No me toques con esas manos de violador asqueroso-le advierte con dureza.
--Miau, vaya gatito peleona-responde Jason con humor-a ti te voy a llamar Cat Woman.

Se pone a mirarnos al resto, que estamos las cuatro acojonadas, enganchadas unas a otras con miedo a que nos toque.

--Tú vas a ser Blancanieves-habla mirando con fijación a Lucía-piel blanca como la nieve, pelo negro como el ébano y labios rojos como la sangre-dice pasando las yemas de sus dedos por los labios de Lucía, la cual no se mueve debido al miedo-tú ya sabes que eres caperucita-dice mirándome con humor-me pone tanto ese abrigo rojo... Tú-prosigue mirando a Marta, la pobre niña, menor a todas nosotras, pero que parece mantener la compostura y no mostrar tanto miedo como el que realmente tiene-me gusta tu pelo tan largo, sedoso..., ¿te parece bien Rapunzzel? sí, a mí me gusta, me encanta... Y por último pero no menos importante...-dice hablando hacia mi izquierda, donde está Ane con la cabeza gacha. Él la coge con dureza de la cara, haciendo que se miren a los ojos a la fuerza-vaya ojazos...-dice hasta impresionado-¿sabes qué princesita de cuento tiene unos ojos tan bonitos?-no deja que ninguna responda, ya que él mismo habla de nuevo-la sirenita, sí, esos ojos verdes no los tiene cualquiera bonita, y esas piernas tampoco-añade mirándolas con diversión.
--Mira, yo a ti te voy a llamar, violador psicópata ¿te parece?-pregunta Alejandra a sus espaldas, con dureza.
--Yo que tú no hablaría de esas forma gatita-la advierte Jason, mirándola con fijación.
--No me llames así-responde ella con genio.
--Yo te llamo como quiera, mi vida-responde él orgulloso.
--Mira, discúlpate de María que es a lo que hemos venido y acabamos así de rápido-habla Alejandra como si estuviera hablando con una persona cualquiera.

Él suelta una sonora carcajada que representa su ironía ante esa obligación que le ha soltado la pequeña Alejandra.

--No me pienso disculpar de ella-responde con humor-es una puta, se lo tiene bien merecido.

Alejandra le suelta un puñetazo en la nariz que hace que se tambalee, acto seguido le pega una patada donde más les duele a los hombres, lo que hace que Jason caiga de rodillas al suelo. Ella, aprovechando la postura que ha adoptado le da un rodillazo en la cara haciendo que él caiga para atrás. Alejandra coge el cuello de su camiseta con los puños, se puede ver la cara de él llena de sangre procedente del labio y de la nariz.

--Discúlpate con ella no te lo repito más-dice con dureza.
--Tú no eres más que otra vulgar puta.

Eso hace que los ojos de Alejandra se encienda por completo. Ella le da una patada en el estómago que hace que él se retuerza de dolor en el suelo, pero que antes de que pueda defenderse, ella ya le ha puesto bocabajo. Raja un trozo de cortina que hay en la entrada y con ello ata las manos a Jason, pone un pie en su cuello para que no se mueva.
Creo que estoy apunto de desmayarme, Alejandra es...o mejor dicho se suponía que era una chica dulce y amistosa, con un mal pasado, pero parece que es mucho más dura, fuerte, valiente y bestia de lo que habíamos pensado. Todas la miramos con incredulidad, parece imposible que esté dejando para el arrastre a un chico que es mucho más grande y fuerte que ella.

--Discúlpate, ahora-le ordena Alejandra apretando el pie contra el cuello de Jason.
--Nunca-responde él.

Está indefenso, siendo golpeado con fuerza por una chica de apenas cincuenta kilos que parecía adorable, pero él se mantiene en sus trece y no parece que vaya a pedir perdón.
Entonces oímos lo que parece ser un martillo de pistola.
De pequeña veía muchas películas de vaqueros con Louis y después jugábamos a serlo, por lo que conozco a la perfección una pistola, su modo de empleo y su formación, pese a que en la vida haya tocado una ni siquiera haberla visto de lejos.
Los músculos de mi cuerpo se tensan por completo y sin quererlo cierro los ojos y comienzo a llorar. Jason estaba con alguien, y ese alguien va a matarnos por haberle hecho daño, sabía que no era buena idea venir, tan solo espero que si alguna de nosotras sobrevive, le diga a Louis de mi parte que es el mejor hermano que nadie podría desear y a Zayn que le amo más que a nadie en este mundo.
Lo extraño es que no se oye el disparo, solo como parece que se ha cargado la pistola dispuesta a disparar.
Entreabro un ojo para saber qué ocurre y como que aún seguimos vivas, al menos yo. La imagen que me encuentro es totalmente...imposible... La persona que coge el revolver es Alejandra, con mano firme apuntando directamente a la cabeza de Jason, sin temblar, sin sentimiento alguno.

--He volado los sesos a muchos por mucho menos de lo que has hecho, así que yo qué tú me disculparía ahora-habla ella firme, colocando su pelo ya que después de los golpes se le había revuelto.

Con una mano abre el bolso del que supongo ha sacado esa pistola que tan poco le pega a esa dulce y pequeña chica. Coge una pitillera negra y saca un cigarrillo, el cual se lleva a los labios y enciende con la misma mano después de guardar la pitillera de nuevo en el bolso.

--Bueno ¿qué, bonito? ¿te disculpas ya o me vas a tener aquí perdiendo el tiempo toda la tarde?
--Seguro que si es una pistola de verdad-responde con humor Jason.

Un disparo se produce, que hace que suelte un grito ahogado cerrando los ojos con fuerza. No quiero verlo, no quiero saber si le ha matado, es que no quiero saberlo, pero una parte de mí quiere ver su estado, y su estado es vivo, con un agujero de bala en la alfombra, al lado de su cabeza, aún echando humo.
Es entonces cuando veo el cuerpo de Jason temblar, temblar al parecer de miedo.

--No, no me mates, no lo hagas, por favor-suplica llorando.

En la vida pensé que vería de esta forma a Jason, siempre tan de chulo, de autosuficiente, de que nada le importa, de que es el mejor, y ahora tiembla llorando y suplicando clemencia cuando él no tuvo ni pizca de sentimientos conmigo.

--No, a mí no me pidas nada, las disculpas a ella-responde Alejandra mirándome con una media sonrisa que realiza tras haberse apartado el cigarrillo de sus labios.
--María, lo siento, perdóname, te juro que no fue mi idea, fue del resto, te lo juro, lo siento, lo siento mil veces, por favor, no dejes que me mate...-me pide, me suplica, llorando, mirándome con fijación a los ojos-no volveré a hacerlo, ni a ti ni a nadie, lo juro por lo que quieras que no lo haré, por favor, haz que me suelte, que no dispare...
--¿Te vale o quieres más disculpas?-pregunta Ale apretando el pie contra la parte trasera del cuello de Jason, haciendo que éste suelte un quejido de dolor.
--Te...te perdono Jason-consigo decir, demasiado en shock por lo que está pasando, por el repentino cambio de Alejandra, por el perdón y las súplicas de Jason, por todo en general.
--Te has salvado por su increíble corazón, chaval-responde Alejandra apartando el pie de su cuello, pero aún apuntándole con el arma-¿vas a volver a hacer daño a alguien?
--No, no, no-responde muy rápido Jason, sentándose en el suelo, con las manos aún atadas y llorando.
--¿Vas a volver a hacer daño a una chica?
--No, nunca.
--¿Y en especial a María?
--Ni se me volverá a pasar por la cabeza, lo juro-responde asustado.
--¿Y vas a decir a alguien que te he amenazado?-pregunta poniendo el cañón de bala en la sien de el chico llorando.
--No, por supuesto ¿quiénes sois vosotras? yo no os conozco, nunca os he visto, en la vida-dice con una risa nerviosa sin dejar de soltar lágrimas de esos ojos castaños.
--Buen chico, porque como me metan en la cárcel no te puedes imaginar donde estarás tú, aunque te doy una pista, será un sitio muy pequeño, cerrado y a tres metros bajo tierra-responde Ale con dureza apartando la pistola de él-vamos chicas, volvamos a casa-dice sin más mientras se encamina a la puerta.

Tardamos un poco en reaccionar, mientras tan solo miramos a Jason llorar desconsoladamente, asustado y tirado en el suelo de cualquier manera, con la marca del tacón en el cuello, con sangre cayendo de su nariz a chorros, y temblando de miedo y frío.
Las chicas salen corriendo tras Alejandra, sabiendo que a nosotras no nos hará daño, pero yo tan solo me quedo junto a la puerta abierta, mirando a Jason llorar atemorizado.
Me acerco a él despacio y como respuesta él parece tratar de huir, sin fuerzas suficientes para levantarse, aún con las manos atadas a su espalda. Me acuclillo frente a él y saco de mi bolso un pañuelo de papel, lo paso con cuidado por debajo de su nariz, la cual posiblemente esté rota. Limpio su sangre, mientras él sigue temblando de miedo, pensando que yo le haré algún daño, pero tan solo trato que deje de mancharse. Veo el forcejeo de sus manos en la espalda, por lo que me muevo hasta colocarme tras él y desato con cuidado sus manos, que tiemblan al igual que el resto de su cuerpo asustado. Él no se mueve, no trata de huir, ahora me teme demasiado, por lo que se queda quieto, esperando y rezando porque no le haga daño.
Me levanto del suelo y camino por su casa despacio hasta que doy con el baño, cojo una esponja y la mojo en el lavabo. Salgo del pequeño baño y de nuevo camino hasta quedarme frente a él, que no se ha movido ni medio centímetro y que no me aparta la mirada pensando en qué le voy a hacer.
Acaricio con cuidado su cara magullada y aparto con cuidado la sangre, dejando ver su rostro golpeado, pero por lo menos sin sangre.
Me da tanta lástima y tanta pena verlo así, pese a que yo a él no le di ni medio gramo de pena cuando me violó y después me abandonó.

--No quise hacerlo, no quise hacerlo-dice llorando, mirándome a los ojos-fueron ellos, fueron el resto, me convencieron, me pagaron por ello, me obligaron y amenazaron, te juro que yo nunca te haría daño-dice muy seguro.
--Un poco tarde para eso-murmuro dejando la esponja en el suelo.
--Yo siempre te querré María, siempre lo he hecho-dice, ahora asustado, pero porque me vaya y no porque le pegue.
--Eso tendría que habértelo pensado antes-murmuro mirándole directamente a los ojos.

Me doy media vuelta y salgo de su casa, cerrando la puerta y dejando ahí a ese pobre chico, que anteriormente me maltrató, pero que ahora está indefenso y vulnerable, haciendo que una parte de mí quiera ir a abrazarlo por tanto daño y dolor que parece sentir, pero no soy tan estúpida, no lo haré, si me quiere tanto por mucho que le hubieran pagado nunca hubiera aceptado a causarme ningún daño.
Camino hacia el resto de chicas, las cuales tiemblan por lo que han visto, excepto Ale, que ríe divertida mirándolas, antes de tirar su cigarrillo ya terminado al suelo de la carretera. Me acerco a ellas y sonrío ligeramente bajo la atenta mirada de Ale.

--¡BU!-grita ella de repente, haciendo que Ane, Marta y Lucía griten del susto y se abracen las tres con fuerza-tranquilas, que no muerdo-dice antes de estallar a reír.
--¿Cómo...cómo...?-trata de preguntar Ane.
--¿Cómo le he pegado o cómo tengo una pistola?-pregunta ella con diversión.
--Ambas-habla Lucía, aún pálida por el miedo.
--Pues por la misma razón, vengo de un barrio no muy bueno, o te defiendes o te matan, además en mi banda tenemos un chico que nos consigue las pistolas-dice con orgullo-les echo de menos, creo que iré a verles dentro de poco ¿alguna quiere venir?

Todas negamos con la cabeza, asustadas porque ella pueda ser la más civilizada de todos y el resto puedan matarnos por una equivocación.

--Que son buena gente, tranquilas-dice divertida-bueno, ya está todo bien ¿no? pues volvamos a casa, necesito dormir un poco-dice con una sonrisa.

De nuevo nos montamos en el coche, creo que todas algo aturdidas por lo que acabamos de ser presentes, pero Ale va tan pacha, como si acabara de venir de comprar el pan.

--¿Alguna vez has matado a alguien?-pregunta como si tal cosa Marta.
--Define matar-responde ella con diversión.
--Quitar la vida a alguien-habla Marta.
--No, nunca he matado a nadie-responde Ale sonriente-he disparado, he pegado, he dado navajazos, pero nadie ha muerto, no sería capaz de hacerlo ¡Esperad!-exclama de repente.
--¿Qué?-pregunto extrañada.
--Tengo hambre-responde seria-comamos algo, ahora, ¡ya!-exige-¡Para el coche!-grita histérica, por lo que de nuevo el coche frena.

Ella sale disparada hacia lo que parece ser un ultramarinos, y vuelve con varias bolsas en los brazos, se mete en el coche y comienza a mosdisquear una barrita de cecina como si fuera la mayor delicia en este planeta.

--¿Queréis?-pregunta ofreciéndonos.
--No gracias, tengo el estómago cerrado-habla Lucía con un hilo de voz.
--Más para mí-responde encogiéndose de hombros antes de seguir con su barrita.

¿Desde cuando Alejandra es así de agresiva? nunca pensé que lo fuera, ni siquiera pensé que fuera capaz de hacer daño a una mosca, pero parece que durante todo este tiempo ha estado ocultando a esa Ale que es una chica mala y peligrosa, pero que ahora solo parece una niña comiendo lacasitos junto con la barrita ya casi terminada de cecina, que guarrería, por Dios, mezclar esas dos cosas, que debe de saber a rayos...
Apenas con el viaje y lo de Jason no he podido darme cuenta de lo que echo de menos a Zayn, ¿habré hecho bien volviendo aquí con mi vida normal hasta que él vuelva de gira dentro de un mes que parece increíblemente largo? Quizás me haya equivocado y lo mejor hubiera sido quedarme allí con él, pero no voy a salir de nuevo corriendo, me quedaré aquí con el resto de las chicas, echándoles de menos al igual que harán ellas.