lunes, 26 de mayo de 2014

Capítulo 90. Te creo.

Narra Marta.
El sonido de una secretaria ordenando folios y unos cuantos pies moviéndose de un lado al otro es lo único que se escucha en esta insulsa sala de espera, en la que, afortunadamente, no hay mucha gente y creo que eso ayuda a Harry a que esté más tranquilo, solo lo creo, ya que mira al suelo con las manos entrelazadas y los brazos apoyados en sus rodillas. Creo que no me ha mirado desde hace horas y me empieza a preocupar.
Pongo mi mano sobre su hombro y lo aprieto con cuidado, tratando de animarlo. Afortunadamente él responde a mi gesto de cariño y alza su mano derecha hasta alcanzar a la mía y cogerla, colocándola sobre su rodilla, esta vez entrelazando mi mano y la suya.

--Todo va a ir bien-susurro tratando de encontrar sus ojos.
--Seguro...-responde él en un murmullo.

Antes de que pueda decirle algo más, un chico de quizás mi edad, se acerca hasta nosotros dando pequeños saltitos, con una sonrisa de oreja a oreja. Su pelo es castaño, con tonos cobrizos, ojos acaramelados y mejillas sonrosadas, sonrisa blanca y brillante.

--¡Hola!-dice sonriente ese chico.
--Hola-respondo igual de sonriente.
--¿Cómo te llamas?
--Marta.
--¿Y tú?-pregunta mirando a Harry.

Éste alza la mirada del suelo, le mira indiferente y resopla frustrado antes de bajar la cabeza de nuevo.

--Harry-murmura.
--¿Y tú?-me pregunta de nuevo.
--Eh... Marta-respondo algo confundida porque me lo haya preguntado dos veces.
--¿Queréis ser mis amigos?-pregunta emocionado.

Vale, vale, lo pillo, no está muy en sus cabales, está un pelín... ido, pero eso no quiere decir que no sea agradable, aunque me da miedo que por solo decir que soy su amiga me vaya a hacer algo, o por el contrario, por no decirle que soy su amiga me dañe, por lo que solo me mantengo callada, mirándole a los ojos y viendo como se impacienta.

--¿Queréis ser mis amigos?-pregunta de nuevo.
--Alex-se oye una voz dulce-Ven aquí, no molestes a esos chicos.
--Pero es que quiero que sean mis amigos-responde quejica él, mirando hacia su derecha.

Me inclino para ver a quién mira y darme cuenta de que hay una mujer adulta, mirándolo dulcemente, con los mismos ojos y el mismo color de pelo que él, supongo que será su madre.

--Ellos son tus amigos-responde amablemente la mujer, mirándome suplicante porque no le tome en cuenta a su hijo que no está bien del todo.
--¿De verdad?-pregunta Alex de nuevo, lleno de ilusión, apartándose un paso de nosotros.
--Claro que sí, cielo.
--¡Genial!-exclama ilusionado antes de volverse corriendo a la silla que hay al lado de su madre.

Ellos dos entablan una conversación que no soy capaz de oír, sonrientes ambos, aunque se puede ver el dolor de la mujer, mirándolo preocupada por el problema que tiene su hijo, que debe de ser que algo en su cabeza no funciona del todo bien y no le permite desarrollarse a la misma velocidad que su cuerpo, ya que físicamente tiene los dieciséis, mentalmente yo calculo que unos cinco.
Desvío la mirada de ellos y me paro a ver a Harry, que parece hundirse por momentos.

--Voy a acabar como él-murmura.
--No, no es lo mismo-respondo muy segura en el mismo tono que él.
--Sí, acabaré loco perdido, con coletitas y lazos en la cabeza, usando camisas hawaianas horteras, con un tu-tú de bailarina rosa y botas militares, bailando como una niña de seis años y comiendo con cubiertos de plástico para no matar a nadie-dice en bajo.

No puedo evitar rodar los ojos ante tanta exageración por su parte. Lo que él tiene es una pequeña... depresión o algo así, no tiene ningún trastorno que vaya a hacer que se le vaya la pinza tanto como él supone.

--Alexander Potter-habla un enfermero en la puerta de una de las consultas, con una pequeña sonrisa intentando animar a la madre-te toca.
--¡Bien!-responde el muchacho pegando una salto de la silla.

Se mete corriendo en la sala con un par de juguetes en las manos y haciendo sonidos como si volaran, con su madre tras él, quien saluda al enfermero, supongo que ya se conocen de alguna consulta anterior, antes de merterse en la sala con su hijo.

--Encima se creerá el hermano de Harry Potter-habla con algo de humor Harry, ganándose un codazo en las costillas por mi parte.
--No seas cruel-le regaño.
--Es la verdad, si estuviera tan chiflado como él, yo lo pensaría-responde esbozando una pequeña sonrisa, aún sin mirarme.

La vergüenza se apodera de su cuerpo. Piensa que está loco y que le voy a dejar, casi segura de que lo piensa, algo realmente estúpido, no está loco y aunque lo estuviera a mí no me importaría, lo querría de igual manera, pero ese tampoco es el caso, el caso es que se siente tan abochornado que no quiere ni mirarme directamente a los ojos, pensando en que le voy a juzgar, algo realmente estúpido.

--Harry Styles-habla el mismo enfermero que ha indicado a Alex donde debe ir.

Harry no dice nada, se mantiene con la cabeza gacha y parece que tratando de hacerse tan pequeño como para que no le vean.

--Harry Styles-repite el médico, mirando algo extrañado por la sala, en la que solo nos encontramos nosotros dos y dos hombres adultos.
--Harry...-susurro preocupada.

No quiero obligarle a que lo haga, aunque quizás deba hacerlo solo por su bien, pero tampoco tengo fuerzas como para hacer tal cosa, quiero que lo haga por sí solo, sintiéndose lo más a gusto que pueda ser posible.
Acaricio su mano con cuidado, animándole a que haga lo que crea conveniente para sí mismo. Él tan solo suspira antes de alzar la cabeza hacia el enfermero y elevar la mano que no está cogiendo la mía.

--Yo-dice en voz no muy alta.
--La doctora le espera-dice sonriente el amable enfermero.

Hazza de nuevo agacha la cabeza sin tener muy claro si debe o no ir.

--¿Prefieres entrar solo?-le propongo tratando de hacerle esto lo menos duro posible.
--¿Qué?-pregunta mirándome por vez primera, con los ojos abiertos como platos, llenos de dolor y amenazando con soltar lágrimas-No, no me dejes solo-me pide-por favor...
--No lo haré-le aseguro apretando su mano con fuerza.

Él suspira asintiendo como la cabeza antes de levantarse de la silla y yo junto a él. Le abrazo con fuerza haciendo que él esconda su cara en mi cuello y note como su respiración es irregular debido al miedo que tiene que le puedan diagnosticar algo grave, cosa que no creo... ni espero...
Él se separa de mí, manteniendo esa mirada asustada sobre mis ojos antes de coger mi cara entre sus manos y besarme en los labios con dulzura, al mismo tiempo en el que se nota ese miedo. Finaliza el beso y deja su frente pegada a la mía, mirando mis labios aún sujetando mis mejillas entre sus grandes manos.

--Todo va a ir bien-susurro.

Asiente de nuevo con la cabeza, antes de apartar sus manos de mi cara y coger con una de sus manos una de las mías, con fuerza, con temor, con vergüenza, mientras caminamos juntos hasta la consulta que nos indica el amable y conmovido enfermero de ojos oscuros como la noche.
Al entrar me doy cuenta de que es un sitio espeluznante; paredes blancas, techo blanco, suelo blanco, sin muebles, sin armarios, sin estanterías, tan solo es un sitio... blanco y vacío. Lo único que hay en este lugar es una mesa de metal, aparentemente taladrada al suelo para que no se mueva al igual que dos sillas vacías a un lado de ésta y otra al otro lado, ocupada por una mujer de unos treinta y tantos años; pelo castaño, largo y liso hasta la mitad de la espalda, ojos grandes, castaños, ocultos tras unas gafas de color negro, nariz pequeña y respingona y una amplia sonrisa de dientes blancos y brillantes pese a estar en este siniestro lugar en el que hasta las ventanas están cerradas y con seguros. Esto no es una consulta de psicólogo, esto es una consulta de psiquiatra en toda regla...

--Sácame de aquí-oigo susurrar a Harry molesto.
--Hola-habla amable la mujer, levantándose de su asiento-Me llamo Allysia Hudson, podéis llamarme Ally-se presenta teniéndonos la mano, primero a mí y luego a Harry.

Se la estrecho educadamente y sonriendo lo justo y necesario, mientras que Harry lo hace de mala gana antes de sentarse de la misma manera en la silla, colocando sus brazos sobre la mesa, ya que con el apretón de manos me he visto obligada a soltarle.
La mujer me indica con un brazo que tome asiento en la silla libre junto a Harry.

--Está bien-dice Ally colocándose en la silla frente a nosotros-¿Cómo te llamas?-pregunta mirándome sonriente.
--Oh, yo no soy quién... está... mal-respondo incómoda.

Ella parpadea atónita antes de dirigir la mirada a Harry, quien parece molesto, mirando por las ventanas cerradas.

--Lo siento, pensé que eras tú-se disculpa-Entonces... ¿cuál es tu nombre?-pregunta mirando esta vez a Harry, pero éste no corresponde al contacto visual.
--Estoy más que seguro de que lo tienes apuntado por alguna parte-responde borde.
--Harry-le regaño.
--¿Qué? Es cierto-se excusa él.
--Bueno...-habla de nuevo Ally-la verdad es que no me gusta eso de tener el historial completo de mis pacientes en cada sesión, prefiero hablar con ellos y descubrir su historia y su problema, claro está-habla amablemente-Entonces te llamas Harry-comenta ella divertida.
--Sí-responde seco.
--¿Y tienes apellido?-pregunta divertida.

Harry resopla malhumorado antes de responder.

--Harry Edward Styles-responde.
--Está bien, ¿cuántos años tienes?
--Dieciocho.
--Bien, bien, esto es un buen paso-habla contenta la médica.
--¿Saber mi nombre y mi edad es un buen paso?-pregunta irónico Harry, haciendo que le mire con mala cara por estarse comportando de esta manera tan insoportable.

Sé que es duro para él estar aquí, contándole su vida y sus problemas a esta desconocida, pero eso le ayudará y debe de entenderlo, aunque creo que nos llevará tiempo que se acostumbre a que esto no es tan malo como lo ve.

--Sí, claro que lo es-responde ignorando su comportamiento-hay muchas personas que vienen aquí tan mal que no quieren ni decir su nombre, por lo que es algo muy bueno esto.
--Si tú lo dices-murmura él en respuesta.
--Bueno, prosigamos. Dime el motivo por el que crees que estás aquí.
--¿De verdad la gusta este trabajo?-le sale por la tangente Harry, mirándola por primera vez desde que estamos aquí.

La pregunta parece pillarla desprevenida, ya que sus ojos se abren de golpe y se queda anonadada sin decir nada, antes de responder amable como cada palabra que parece salir de su boca.

--Sí, claro que me gusta-responde ella sonriente.
--¿Y por qué le gusta hablar con chalados?
--¡Harry!-exclamo molesta.
--Bueno, me gusta curar la mente de las personas-responde medio riendo ella.
--¿Y no te molesta hacer como que te importan todas las personas que pasan por aquí?-pregunta desafiante de nuevo.
--Harry, por favor, deja de ser tan grosero-le pido ya enfadada.
--Es la verdad-responde indiferente.
--No, no te preocupes esto...-habla Ally.
--Marta-respondo ya que no conoce aún mi nombre.
--No te preocupes, Marta, es normal que esté a la defensiva, puedo suponer que es la primera vez que venís aquí, ¿cierto?
--Sí-admito tratando de sonar agradable para contrarrestar el mar humor de Harry.
--Y creo que será la última-murmura Hazza.
--Verás Harry-habla ella sin hacer caso a sus comentarios-la gente que pasa por aquí me importa de verdad, no finjo que lo hago, es mi trabajo y me gusta, me preocupo por quienes están aquí y por sus problemas.
--Seguramente...
--Te voy a contar una historia-comenta ella de nuevo, ignorando por enésima vez a Harry y sus comentarios groseros-Hace unos años, perdí un hijo-suelta como si tal cosa-me dolió mucho, no físicamente, sino moralmente, me dolió abortarlo ya que yo lo quería, pero simplemente algo salió mal y se fue.
>>Estuve mucho tiempo destrozada por completo, pensando en que ya nada tenía sentido, no quería comer, no quería beber, no venía a trabajar, no hablaba con nadie, prácticamente no quería vivir. Mi marido estaba preocupado, era normal que me sintiera así, al menos durante un tiempo, pero parecía que el tiempo se alargaba y alargaba y no había final para el destrozo que sentía.
>>Por algún extraño motivo, volví al trabajo, supongo que pensaría que así estaría mejor, me distraería y esas cosas, pero no funcionaba del todo. Los días seguían pasando y yo me seguía hundiendo por segundos, hasta que llegó él.
>>Era un niño pequeño que venía acompañado de la mano de una tutora legal, una tutora de un orfanato, el niño se puede deducir que era huérfano. El caso es que el niño no hablaba con nadie, tenía los tres años y no quería o no podía hablar con nadie. La mujer me explicó que había ido al médico y que les habían dicho que estaba bien, ni sordo ni aparentemente mudo, sino que tenía que ser alguna clase de problema tipo mental, por lo que le trajeron aquí.
>>Estuvo consultas y consultas sin hablarme, sin hablar con su tutora, sin hacer nada que no fuera estarse sentado en la silla mirando la ventana, exactamente como haces tú-comenta haciendo que Harry deje de mirar la ventana molesto-No avanzábamos, yo pensé que quizás si debía de tener problemas auditivos, ya que le preguntaba infinidad de cosas, desde su nombre hasta su color favorito, pero no decía palabra, por lo que supuse que debía de intentar otra cosa.
>>Se me ocurrió que la tutora se quedara fuera de la consulta, solo para experimentar, y adivina qué ocurrió-dice sonriente-Le pregunté su nombre y me dijo que se llamaba Michael, de forma automática pero sin mirarme a los ojos, entonces supe que el problema era que no se sentía a gusto en su hogar de acogida, en su orfanato vamos. Antes de que pudiera preguntarle nada más, él me preguntó que si yo era su mamá, claramente le respondí que no, él me preguntó que dónde estaban sus padres, y solo pude responderle que no lo sabía, ya que era la verdad.
>>El pobre niño se echó a llorar y por alguna razón yo lloré junto a él. Menuda tontería ¿cierto? Solo era un niño pequeño que lloraba porque no estaban sus padres con él, no le conocía, pero lloré por él y por la lástima que me daba.
--¿A dónde quiere llegar con todo esto?-pregunta Harry interrumpiendo la triste historia-Eso es tan solo ser una persona con empatía, no que en realidad te importe lo que le pasara.
--Adopté a ese niño, Harry-responde ella-Lo adopté porque me importaba y porque no quería verlo llorar más, porque necesitaba alguien a quien cuidar y mimar y él alguien que lo cuidase y quisiese.

La sala se queda en completo silencio ante ese hecho. Me parece increíble que lo hiciera, aparte de ser algo precioso, admito que lo es y también que no todo el mundo sería capaz de hacer tal cosa por alguien a quien no conoce.

--Como puedes ver, me importan mis pacientes, me paso horas pensando en cómo ayudarles con su problema, hay veces en los que apenas puedo dormir pensando en qué estarán pensando o como se estarán sintiendo, por lo que me importan de verdad, tú también me importas-dice sonriente.
--Está bien-habla Harry con un pasotismo muy fuera de él-pongamos que te importo, ¿cómo sé yo que lo que te cuente no acabará en alguna revista?
--¿Perdona?-pregunta ella confusa-¿Por qué iba a acabar en una revista?
--Soy cantante, Harry Styles, de la boyband One Direction-explica él-no sería raro que acabaran mis cosas por ahí publicadas sin mi permiso.
--Oh, no sabía que fueras... famoso, no tengo demasiado tiempo para ver la televisión, lo siento-se disculpa ella sonriente-pero de igual manera, famoso o no, tengo prohibido desvelar información sobre cualquier paciente, así que tranquilo, puedes contarme lo que creas conveniente.
--Está bien-responde Hazza-¿Qué quieres saber?
--El motivo por el que te encuentras aquí-responde ella tajante, manteniendo la amabilidad.
--¿De verdad lo quieres saber?-pregunta él sorprendido.
--Por supuesto.
--Bueno, supongo que tengo una autoestima de mierda, que nadie me quiere, que mi madre me abandonó cuando era un niño y no sé porqué, que tengo una hermana que supongo que ignora mi existencia, que no quiero disgustar a la gente y aún así muchos me odian, que he recurrido al suicidio y como ve, no lo he conseguido, que tengo una fama que no sé ni como la tengo, al igual que el talento que se supone que poseo, tengo cuatro amigos, casi hermanos, que no sé cómo me soportan y una novia que es demasiado buena para mí y con la que, me encanta, pero encanta follar porque según ella no he tenido el cariño maternal femenino suficiente en mi infancia, y creo que tiene razón-dice él del tirón-¿Suficiente sobre mi vida?

Ally frunce el ceño, analizando supongo todo lo que acaba de decir Harry de un tirón mientras yo siento una presión oprimirme el pecho al oír todas las cosas que piensa, sobre sí mismo y sobre el resto de quienes le rodeamos y realmente queremos, aunque parece que eso él, no lo ve.

--Formalmente hablando, te sientes mal contigo mismo, con una baja autoestima y abandonado por parte de tu familia, al mismo tiempo que posees una necesidad sexual algo descontrolada por no tener una madre que te cuide-resume ella de forma lo más delicada posible.
--Sí, supongo que sí-responde él.
--Harry, ¿amas a otra mujer aparte que a tu novia?-pregunta ella con el ceño algo fruncido por la preocupación.
--¿Qué?-pregunta confuso-¿Por qué dice eso?-pregunta cabreado.
--Está bien, creo que en la siguiente sesión deberías entrar tú solo-recomienda mirándome algo dolida-así podrás hablar tranquilamente y sin presiones...

¿Qué significa eso? ¿Está diciendo que Harry me engaña con otra? o que al menos quiere a otra aparte de a mí, no eso no puede ser, Harry me quiere solo a mí... ¿verdad?
Le miro asustada, pero no soy capaz de encontrar su mirada, ya que mira a la psicóloga y asiente con la cabeza con cara de completa seriedad. Eso quiere decir que la quiere contar algo que yo no sé, que él no quiere que sepa, eso quiere decir... que quiere a otra...


Narra Louis.
Acabo en la puerta de su casa, totalmente empapado, creo que si estrujo mis calzoncillos saldría agua como para llenar una botella.
Tampoco es algo tan grave, solo... solo fue un simple beso, no fue nada del otro mundo, no hubo contacto...excesivo, no hubo sexo, solo... solo fue un beso, no creo que sea tan malo, tan horrible, tan de hijo de puta hacer algo así ¿verdad? Me siento mal conmigo mismo por hacerlo, pero no tanto como para considerarme una mala persona, aunque supongo que no tengo una mente femenina y que no puedo ver las cosas de la misma manera de la que lo hace ella, por lo que tan solo me queda venir aquí y tratar de disculparme otra vez, aunque la verdad es que aún siento sus dedos sobre mi mejilla por tal leche que me ha metido, pero supongo que no ha sido nada que no mereciera.
Suspiro mirando la casa, notando como la tromba de agua sigue cayendo sobre mí y pensando en qué hará ella cuando me vea, esperando a que me perdone, ya que nos vamos a tener que volver a proseguir con la gira dentro de nada y no quiero irme sabiendo que ella está cabreada conmigo por algo tan tonto como un beso que no significó demasiado para mí.
Llamo al timbre de su casa mientras dejo caer un suspiro y espero frente a esa puerta color blanco a que me abra, cosa que hace pasado apenas un minuto, lo cual me alegra, al igual que ver que no parece cabreada, tan solo... algo molesta conmigo, pero nada fuera de lo que no me esperase.

--¿Me dejas explicarme?-pregunto con una pequeña sonrisa tratando de que su cabreo disminuya lentamente.

Ella me mira, clavando sus ojos negros azabache en los míos, dudando de si querer oír cómo ocurrió y en qué contexto, para tratar de justificar mi inocencia y que tampoco quiera matar a Elena. Baja la mirada y suspira antes de asentir con la cabeza, apartándose a un lado para dejarme pasar, cosa que hago de inmediato para dejar de sentir como el agua se desliza por todos los rincones de mi piel, dejándome helado por completo.

--Mira, estábamos en el cine ¿vale? No sé cómo, no sé porqué, pero al acabar de verla juntamos nuestros labios, solo eso, juntarlos, ni sentimientos, ni toqueteo, ni siquiera hubo lengua, solo eso-la aseguro.

Ella mira al suelo con sus cejas fruncidas, antes de dejar salir un suspiro de sus rosados labios antes de apretarlos en una línea y simplemente asentir con la cabeza ligeramente, algo que no sé como interpretar.

--Te creo-dice sin más.
--¿De... verdad?-pregunto perplejo-No pensé que lo fueras hacer, más aún sabiendo como...
--Lu-me interrumpe una voz masculina.

Alzo la mirada apartándola de Lucía para ver a un chico en lo alto de las escaleras, mirándonos con una mezcla de ternura y arrepentimiento, supongo por habernos interrumpido, pero lo peor no es que sea un chico, sino que es él, el mismo chaval que estaba apunto de enrollarse con Marta en medio de la calle, el mismo que hizo que Harry se rompiera por dentro, ya que creo que todos pudimos notar en su mirada destrozada como se sintió al ver a otro hombre con ella, y ahora que Harry consiguió alejarla de ella con esa pequeña amenaza que le soltó, va buscando otra chica a la que hacer romper con su novio, en este caso, va detrás de Lucía para separarla de mí y quitármela, hacer que ella rompa conmigo. 
Me parece que este chaval no sabe cuándo parar, no sabe informarse de si las chicas a por las que va tienen pareja o no, pero creo que le va a quedar bastante claro.

--¿Otra vez tú?-pregunto sintiendo como un enorme cabreo se apodera de mi cuerpo mientras camino hacia él.

Él abre los ojos sorprendido, supongo que él a mí no me recuerda, pero apuesto a que sí se acuerda de lo que estaba dispuesto a hacer.

--No sé qué puto problema tienes con las chicas que ya están cogidas, pero te diré una cosa; a la mía ni se la mira, ¿lo captas?-digo al llegar junto a él.
--No he hecho nada-se defiende él muy seguro.
--Sí claro, tú nunca haces nada, pero siempre estás en el jodido medio de todos los problemas-digo en una especia de gruñido.
--No es mi culpa querer caer bien a la gente-dice con una sonrisa autosuficiente.
--El puto problema no es que quieras caer bien a la gente, sino estar con tías y tontear con ellas sin saber si ya están con alguien y te lo diré muy claro: ella ya está con alguien.
--Sé que está contigo, imbécil-me responde encarándose a mí, con los dientes apretados-y no sé qué jodido problema tenéis en este barrio, pero  solo estaba hablando con ella, y si no confías en tu novia lo suficiente como para estar con otro chico que no seas tú, es tu problema, el mío no, porque como cualquier otra persona en el mundo tengo derecho a tener amigos, amigas o lo que me dé la gana ¿captas?

Antes de que siga con su charla de gilipollas monumental le suelto un puñetazo que hace que se tambalee, pero que no caiga al suelo como yo suponía que lo haría. Parece más fuerte de lo que creía bajo esa cara de niñato buenecito, pero hay que tener muchas pelotas para querer tener algo con mi chica.
Él se limpia con la muñeca la sangre que sale por su labio, antes de acercarse a mí y devolverme el golpe, solo que yo sí que caigo al suelo.
Y parecía inocente el jodido enclenque.
Me levanto rápido del suelo antes de ir a por él de nuevo, solo que en vez de pegarle otra vez tan solo le advierto para dejárselo muy claro, por lo que pego mi frente a la suya con brusquedad, ya que tiene una altura casi como la mía. Sus ojos castaños se clavan en los mismos con la misma fiereza que yo hago.

--Ten mucho cuidado con lo que juegas-le advierto-puede ser que acabes perdiendo.
--Y tú ten cuidado con el caso que haces con tu novia, puede ser que la encuentras en la cama de otro.

Acaba de superar mi límite, juro que lo acaba de superar, por lo que me dispongo a darle el golpe de su vida, sin importarme una mierda el que me denuncie, el que vaya a la televisión con el cuento para hundirme o qué, solo siento como la ira fluye por mis venas a toda velocidad.
Me dispongo a cogerle del cuello y estampar su cabeza contra la pared, cuando noto una pequeñas manos posarse en mi pecho, haciendo que baje la mirada para ver a Lucía al borde del llanto.

--No Louis, no le hagas daño, él no ha hecho nada-me pide con un hilo de voz.

Creo que ella ha estado gritando durante todo este tiempo que paremos, pero ni él ni yo hemos estado concentrados en otra cosa que no sea matarnos.
¿Por qué mierda se tiene que defender de mí y no lo hizo cuando fue Harry? No es que quiera que hagan daño a Harry, pero podía haber cerrado esa bocaza que tiene y haberse ahorrado el golpe que le he dado y los que posiblemente aún le dé, pero simplemente veo a Lucía, veo su temor de que le haga daño y no me queda otra cosa que hacer que suspirar y alejarme de él, temiendo que ella por separarnos se ponga en medio y se lleve algún golpe que no merece.

--Andrew-habla ella en voz baja, mirándome con sus ojitos afligidos y sus manos aún apoyadas en mi pecho, sabiendo que si ella está en medio no puedo hacerle daño-creo que deberías marcharte.
--Tienes suerte de estar con ella-escupe él con rabia-no la malgastes.

Veo como baja las escaleras a paso tranquilo hasta llegar abajo, oigo como la puerta se abre, permitiéndome oír el sonido de la lluvia, antes de cerrarse, con él espero que ya fuera.
Suspiro notando como mi enfado se va yendo de mi cuerpo lentamente, con el pequeño cuerpo de Lucía pegado a mí, notando como el agua que aún tengo en mi cuerpo va saliendo por la parte baja de mis vaqueros y está acabando en la moqueta de su casa.
Noto su cálida y pequeña mano pasar por mi mejilla, provocando que me queje dolorido, ya que ese cabrón debe de haberme dado pero bien y como acabará saliendo un estúpido moratón por su culpa.
Oigo un suspiro salir por su parte, haciendo que enfoque directamente a sus ojos y ver algo de decepción.
¿Enserio se decepciona? Solo estaba defendiendo que es mi novia y que ese imbécil que parece tener como hobbie quitar novias de otros, solo quería aprovecharse de ella, igual que quería, o quiere hacer con Marta. Pedazo de cabrón que se ha ido a meter en nuestras vidas así de la noche a la mañana.
Noto sus manos moverse ahora cuidadosamente hasta la cremallera de mi sudadera, desabrochándola despacio y dejándola caer en el suelo, mostrando mi camiseta azul marino igual de mojada, pegándose a mi torso.

--¿Qué haces?-pregunto confundido.
--Te vas a resfriar-se limita ella a decir sin mirarme a los ojos, pasando a ser mi camiseta la que quita.

Sus manos acariciando mi cuerpo hacen que los restos de enfado que aún había en mi cuerpo se vayan de un plumazo, siendo sustituidos por el calor que comienzo a sentir debido a su delicioso roce.
Cojo sus muñecas y hago que las lleve a mi cuello antes de besarla sin previo aviso.
Pese a que pensé que me apartaría, que se enfadaría por besarla cuando está enfadada, o cualquiera de esas cosas aparentemente normales, ella tan solo se pega a mi cuerpo mientras los besos se tornan claramente más ardientes.
Se sube a mi cintura, rodeándola con sus piernas, mientras yo me dedico a quitar su camiseta con nerviosismo.

--¿Estas enfadada?-pregunto entre besos.
--¿Por besarte con otra o por pegar a un chico inocente?-pregunta ella con una pequeña sonrisa antes de capturar mis labios en los suyos de nuevo.

No puedo evitar sonreír en sus labios mientras me muevo por la casa hasta llegar a su cuarto, donde está puesta mi cara por todas partes y donde me cuesta un poco concentrarme en lo que hago, pero lo único que tengo que hacer es dejarme llevar por Lucía, quien justo en el momento en el que entramos en su habitación muerde mi labio y me hace soltar un quejido, ya que amo cuando hace eso y ella lo sabe perfectamente, su sonrisa divertida lo demuestra.
Acabo por tumbarme en la cama y ella sobre mí. Acaricia mi pecho lentamente hasta llegar al borde de mis vaqueros, los cuales desabrocha y aparta de mi cuerpo rápidamente.
El que dijo que las peleas donde mejor acaban es en la cama, debería de tener un premio Nobel de investigación científica, porque es uno de los mejores hallazgos humanos que se han hecho hasta el momento.
Bajo sus vaqueros con lentitud, sabiendo que ella odia que lo haga, porque la hace impacientarse, pero en vez de gruñirme como suele hacer, solo levanta su cabeza asustada, apartándose de mis labios y mirando hacia el infinito y más allá.

--¿Qué pas...?-trato de preguntar, pero tapa mi boca con una mano.
--Acaban de llegar mis padres-dice en un susurro, pero sin moverse de encima de mí.

Oh mierda, oh mierda, sus padres, ¿no podía ser otra persona?, aunque claro, ¿quién más iba a estar entrando en su casa?
Está claro que como nos vean así me matan, estoy más que seguro, y también más que seguro que la regañarán a ella, que la castigarán o lo que sea y eso no lo quiero, ya que nos vamos de nuevo en apenas una semana y quiero estar junto a ella hasta el último momento, cosa que no será posible si está retenida en casa por orden de sus padres.

--¡Lulu!-exclama una voz femenina desde abajo, la que supongo que es su madre-¡He encontrado una cosa monísima para ti!-la asegura aún desde el piso de abajo.
--¡Eso es genial, mamá!-responde ella.
--¿De quién es esta chaqueta que hay aquí tirada?-pregunta el que creo que es su padre, refiriéndose a mi sudadera mojada.
--Es de Louis, me la ha prestado-explica ella manteniendo el tono de voz para que se la oiga bien.
--¿Y por qué la dejas tirada en el pasillo?-pregunta confundido él.
--Se me habrá caído-explica ella levantándose de encima de mí y tirando de mi brazo para que haga lo mismo-la iba a meter en la secadora-sigue diciendo mientras me empuja hasta meterme en su armario-se me habrá caído-dice sin más-dándome el resto de mi ropa antes de dejarme encerrado en el armario.
--¿Por qué estás tan rara?-pregunta su padre de nuevo, abriendo la puerta sin más.
--¿Rara? ¿Yo? qué cosas tienes papá-responde ella algo nerviosa.
--Hace frío para ir así por la casa-dice él.

Y en el peor momento a alguien se le ocurre llamarme, haciendo que busque desesperado entre mi ropa para dar con mi móvil y hacer que deje de sonar, aunque creo que es demasiado tarde y su padre ya ha oído.

--¿Qué?-susurro molesto.
--Salimos el sábado que viene, a las cinco de la mañana-me informa el que creo que es Niall mientras parece comer algo.
--¿No tenía otro puto momento en el que decírmelo?-pregunto molesto.
--Encima que te aviso, desagradecido...-comenta con humor.

La puerta del armario se abre de golpe al igual que esos ojos negro azabache que son iguales a los de Lucía, solo que esta vez están en una cara masculina. Cuelgo dejando a Niall parloteando sobre algo y me quedo mirándole, sin saber qué hacer para no joderlo más.

--Hagamos como que no he visto nada para que a tu madre no la dé un ataque-comenta ese hombre de unos cuarenta con un tono de entre sorprendido y divertido.

Veo a Lucía asentir con la cabeza, con la cara roja de vergüenza sin saber muy bien donde meterse.

--Soy Benjamin-dice el hombre tendiéndome la mano a modo de saludo-el padre de Lucía-dice sonriente.
--Louis-digo correspondiendo al saludo tratando de que mi ropa no se caiga de entre mis brazos.

El hombre me mira extrañado antes de fijarse en uno de los pósters que hay puestos en la parte de la puerta interna del armario. Se queda mirándolo fijamente, acto seguido me mira a mí con la misma fijación, de nuevo al póster y por último a su hija.

--Te debo cincuenta libras-dice él sin más apartándose del armario.
--Lo sé-responde ella divertida.
--Voy abajo con tu madre a frenarla de que venga aquí-dice dirigiéndose a la puerta-un placer Louis-dice mirándome divertido antes de salir.

Miro a Lucía alucinada, pero ella tan solo ríe por lo bajo, supongo que por mi cara, antes de acercarse a mí y coger mi mano para que salga de allí y esté de nuevo con ella.

--¿Por qué te debe cincuenta libras?-pregunto curioso.
--Oh-dice ella sorprendida por mi pregunta-Le dije que acabarías siendo mi novio, eso que decimos todas las directioners-comenta divertida-él se rió de mí y me cabreé y le dije que apostara lo que quisiera a que lo conseguiría, él dijo que cincuenta libras, así que me las debe-dice con humor.

Río por lo bajo antes de hacer que nuestros labios se unan, no con el mismo calor que hace unos momentos, ya que no veo bien hacerlo con sus padres al otro lado de la puerta, pero sí con ternura, que supongo que eso no hará que su madre se cabree, ya que veo que su padre se lo ha tomado muy bien, a pesar de que estuviera casi desnudo en el armario de su hija.

--¿Quién llamaba?-pregunta ella una vez finalizado el beso.
--Niall-respondo sin más.
--¿Para...?-pregunta ella incitando a que la responda.
--Para decirme a qué hora salimos-respondo como si tal cosa.
--¿Y cuándo es eso?-insiste ella.
--A las cinco-respondo divertido.
--¿¡De la mañana?!-exclama ella con los ojos como platos-están locos.
--Quizás-respondo divertido-Creo que debería irme antes de que entre tu madre-digo acariciando su mejilla con lentitud.
--Se van a ir de nuevo, me imagino-responde ella pegándose a mí-no tardarán en hacerlo-dice antes de dejar un beso en mi pecho-y te vas a ir mucho tiempo.
--Solo un mes-respondo divertido-tenemos que volver para la boda de Ale y Liam.
--Un mes sin Boo Bear-dice en un suspiro, dolida, triste.
--Oye-digo alzando su cara con mi dedo índice-aún nos queda hasta el viernes que viene-digo antes de juntar nuestros labios por enésima vez.

Eso hace que ella sonría antes de hacerme mover hasta la cama.
Solo es un mes, no es tanto tiempo, se pasará volando y podremos estar aquí, aunque sea solo durante unos días y después ya por ahí hasta finales de mayo, nos queda poco para terminar el tour, para que llegue el verano, el calorcito, la playa, y... poder estar más tiempo con ella.

jueves, 15 de mayo de 2014

Capítulo 89. She's not afraid.

Narra Lucía.
--¿Qué?-pregunto con un hilo de voz, aún con su cara tan cerca de la mía que hasta puedo sentir la calidez de su cuerpo, ahora no tanto debido a como está calado de agua de lluvia al igual que yo.
--Que... que yo... bueno... Elena y yo... nos hemos besado.

Le miro sin poder creerlo, con la boca abierta por la sorpresa. 
No, no puede ser, Louis no puede hacerme algo como esto, él no puede, él... él simplemente... no puede cagarla, no después de que me dijera que quería que empezáramos todo de nuevo, él y yo, juntos sin nadie que se interpusiera, pero parece que fui un poco estúpida al creerme algo así de una persona como él, que tiene todo el dinero, la fama y las chicas que quiere.

--Lucía, te juro que yo...

No le dejo acabar la frase, ya que le planto un guantazo en medio de su mejilla derecha, dejándole con cara de idiota, pero ni de lejos tan idiota como lo debo de ser yo.
Lucho porque las lágrimas no salgan de mis ojos, para no parecer más patética de lo que ya soy, pero me parece que no funciona, ya que las noto bajar cálidas por mis mejillas mientras siento como el engaño, la traición, el enfado y el dolor suben por mi estómago, dispuestos a estallar en la cara de Louis, la cual tiene la marca de mi mano de color rojo en medio de su cara.

--No puedo creerlo-digo decepcionada, mirándole a los ojos, negando con la cabeza sin querer creer que es cierto.
--Lu...-dice en bajo, ni siquiera enfadado porque le acabo de dar una bofetada, que se merecía, eso sin dudarlo-te juro que no es lo que piensas-habla en tono suplicante.
--No sabes lo que pienso-respondo tratando de sonar más dura de lo que posiblemente parezca.

Me doy media vuelta, dándole la espalda y comienzo a caminar bajo la lluvia, con las manos metidas en los bolsillos de mi chaqueta y notando como el agua de lluvia se escurre entre mi pelo y se mete en mi ropa, pero sinceramente me importa una mierda mojarme.
Una fuerte mano me coge del brazo haciendo que me gire, dejándome ver a un Louis vulnerable y apenado, podría decir que llorando, pero no sé si es simplemente agua de lluvia.

--Lucía, tan solo déjame explicarte que...
--No-respondo cortando su intento de disculpa-no quiero dejar que te expliques, que te disculpes, que me vayas a soltar una excusa o lo que sea que quieras hacer, simplemente no quiero escucharte ahora. Déjame en paz.

Él me mira con los ojos abiertos por la sorpresa, antes de tornarlos a dolor y agachando la cabeza como un cachorro perdido, antes de soltar mi brazo y dejar el suyo colgando a lo largo de su cuerpo, al igual que está el otro
Le miro una vez más antes de darme media vuelta de nuevo y caminar bajo la lluvia, sintiendo como el agua se cala hasta dejar mi ropa pegada a mi piel, pero sinceramente, lo único que me importa es que me siento traicionada.
Sé que solo ha sido un beso, un simple beso, que no se han acostado, de ser así no creo que me lo hubiera dicho en una situación como esta, pero de igual manera, me siento como una idiota pese a que no sea algo grave lo que ha hecho, pero me duele más el hecho de que haya recurrido a otra cuando necesitaba un beso que tan solo acercarse a mi jodida casa que solo queda a dos calles de la suya, y venir a verme, venir a besarme si es lo que quería, pero no, optó por la vía fácil de liarse con su amiga la muñeca Barbie, con relleno en el sujetador.
Nunca me cayó bien, pero tampoco quise decírselo a Lou, sé que hubiera pensado que es una tontería que me sintiera celosa por ella, pero ahora veo muy claro que mis celos estaban completamente justificados.
El enfado por el engaño se desvanece lentamente conforme lleno a mi casa sin preocuparme por empaparme. Sé que no es algo grave, en realidad... podría decir que no me importa, no demasiado, solo ha sido un beso, pero... joder, no puedo creerlo, quiero estar enfadada con él aunque sea por una estupidez, pero simplemente no puedo estarlo por esa misma razón; es una simple estupidez.
Por un momento dejo de notar las gotas de lluvia caer sobre mi cabeza, cosa que me extraña y que hace que alce mi mirada hasta encontrarme con un pelo castaño corto y unos ojos de ese mismo color, increíblemente brillantes y podría decirse que algo preocupados.

--No deberías caminar debajo de una tormenta sin paraguas-me informa con voz dulce y sosegada.
--Lo sé-respondo con una especie de sonrisa-tampoco importa, ya estoy cerca de casa-respondo sin más.
--Puedo acompañarte-se ofrece-aunque creo que de poco te va a servir caminar bajo un paraguas cuando pareces una sopa-dice divertido, mostrando una preciosa sonrisa de dientes desordenados.

Suelto una pequeña risa apartando mis ojos de los suyos, antes de mirar al horizonte y ver que mi casa se encuentra a unos escasos cuatro metros de donde me acabo de encontrar con ese chico, pero su compañía me agrada y supongo que así no podré pensar en el enfado que debería de sentir hacia Louis.

--Puedes acompañarme-respondo finalmente.

Él sonríe satisfecho antes de dar un paso hacia delante y yo junto a él para dejar de sentir la fría lluvia sobre mi cuerpo.

--Llevan avisando de que va a haber tormenta desde hace por lo menos una semana, ¿cómo que vas sin paraguas?-pregunta con una mezcla de confusión y diversión.
--No lo pensé cuando salí de casa-admito sintiéndome un poco estúpida por la situación.
--Me llamo Andrew-se presenta amablemente.
--Lucía-respondo a su presentación.
--Bonito y extraño nombre-admite sonriente.
--Sí-admito devolviéndole la sonrisa-¿Y tú qué haces aquí afuera si sabías que iba a llover?-pregunto con diversión.
--Me gusta la lluvia, me gusta caminar por la calle cuando llueve, normalmente lo hago sin paraguas y simplemente volver a casa empapado, pero supongo que hoy hace frío-responde sonriente.
--En mi opinión hace calor-le contradigo-pero parece un poco estúpido caminar por mojarte.
--En realidad lo es, pero me gusta-admite encogiéndose de hombros-de todas formas también iba a recoger a alguien, pero parece que no está en casa-dice con tono desanimado.
--¿Te han dado plantón?-pregunto sorprendida-Sea quien sea no merece la pena si deja a un chico tan agradable como tú en la puerta de casa-le aseguro, a lo que él suelta una pequeña risa.
--No me han dado plantón, es simplemente que no habíamos quedado como tal, ni siquiera es mi... bueno, es mi amiga-admite sonando dolido.
--Ella ve una amistad en ti pero tú en ella no, ¿cierto?-pregunto tratando de no sonar muy cotilla.
--En mi opinión creo que ella también me quiere-dice con una sonrisa llena de esperanza-pero tiene un novio algo... controlador, o al menos esa fue la impresión que me dio cuando casi me mata por querer besar su mejilla-comenta divertido.
--Eso suena a que es un novio psicópata-respondo provocando una fuerte risa por su parte.
--Espero que no la tenga retenida en alguna parte-comenta con humor.

Apenas me doy cuenta de que hemos llegado a mi casa, por lo que me detengo, haciendo que él lo haga conmigo, mirándome confuso.

--Es mi casa-respondo a lo que debe de estar pensando, señalando con un pulgar hacia donde está la puerta de entrada.
--Oh, está bien-responde sonriente-me ha gustado la charla contigo-admite.
--Puedes pasar a casa si quieres, no muerdo-respondo divertida.
--Confías demasiado en la gente, ¿y si fuera un loco violador psicópata traficante de órganos,  en realidad soy una mujer y me llamo Stacy Meyers?-pregunta divertido.
--En ese caso espero que vendas mis riñones a un buen precio-respondo divertida a su broma.

Camino el pequeño trecho que hay de la acera a mi casa, traspasando el jardín por el pequeño camino empedrado, notando como él camina tras de mí, chapoteando y metiéndose en todos y cada uno de los charcos que hay. No sé qué edad tiene, pero juro que es infantil como un niño de cinco años. Nunca había visto a nadie tan feliz porque llueva, porque diluvie mejor dicho.
Entramos en casa, mojando básicamente todo, pero afortunadamente mis padres salieron de compras, por lo que tampoco me regañarán, ya que volverán contentos por haber comprado algo que se les haya encaprichado.
Subo las escaleras que dan a mi cuarto, con Andrew caminando tras de mí sin decir nada más. Para lo hablador que parecía hace cinco minutos está demasiado callado, ¿y si es cierto lo que él ha dicho como broma y me quiere hacer daño? un escalofrío me recorre, pero tampoco me creo que él quiera hacerme daño, supongo que confío demasiado en la gente. Un día de estos me llevaré un susto por ser tan confiada.
Llego a mi cuarto y le ofrezco pasar, haciendo que su boca caiga abierta al ver tanto póster y tanta cosa sobre One Direction, pero que uno de ellos, mi debilidad rotunda, sea mi novio, no quiere decir que deje de querer su música y a ellos.

--Vaya-dice algo sorprendido, a lo que yo solo puedo reír por lo bajo por su cara de sorpresa-¿Tu novio no se asusta cuando ve todo esto?
--La verdad es que no, dice que le hace gracia ver su cara en todas partes-respondo divertida.

Él me mira confundido, sin saber a lo que me refiero, ya que no le he mencionado hasta el momento que mi novio es Louis Tomlinson, ya que simplemente me he acostumbrado a verlo como un chico normal y corriente al que quiero y no como a una super estrella mundial.

--Mi novio es éste-digo señalando mi póster favorito de él, pese a que tenga ya un tiempo.
--Oh-responde sorprendido-No sabía que fuera famoso-dice mirando mi cuarto con interés.

Dejo que lo haga mientras yo tan solo busco algo que ponerme que no esté mojado, cuando noto como él se detiene frente a un póster de Harry y lo mira con el ceño realmente fruncido, enfadado, parece que no le cae bien.

--¿Qué tienes contra Harry Styles?-pregunto confundida.
--Nada, nada-responde pasando a mirar otro.
--Sabes que puedes contármelo, no se lo voy a decir a nadie-le aseguro metiéndome en el baño para cambiarme.
--No es realmente importante-insiste mientras yo quito mi ropa empapada y la dejo en el cesto de ropa sucia.
--Por la cara que has puesto debes de haber visto u oído algo sobre él que no te ha gustado-digo enfundándome en unos vaqueros secos.

Se hace el silencio tras la puerta del baño mientras yo pongo una camiseta seca y acto seguido cojo una toalla para secar mi pelo.

--Él es el novio de la chica a la que quiero.

La sangre huye de mí mientras miro al espejo que está frente a mí. Aparto la toalla de mi pelo y me muevo hacia la puerta del baño con ella aún en la mano. Salgo de allí y veo como él ahora está sentado en el borde de la cama, con sus manos sujetando su cara, apostaría a que luchando por no llorar.

--¿Estás enamorado de Marta?
--¿La conoces?-pregunta confuso, mirándome a los ojos, mostrándome como los suyos castaños están al borde de romper en lágrimas.
--Sí, claro, es una de mis mejores amigas-respondo dejando la toalla que se ha llevado la mayor parte de agua que había en mi pelo.
--Genial-murmura él en tono irónico, moviendo su cabeza para apartar su mirada de la mía, parece que mordiendo el interior de su mejilla, supongo que sintiéndose bastante patético.
--Oye, no se lo voy a contar a ella-le aseguro acercándome hasta quedar sentado a su lado en la cama.
--Esperaba que no lo hicieras, ya que sino tendría que mudarme de nuevo y puede que acabara en Irlanda como mínimo-admite sin mirarme aún.
--Siento... que sea ella-admito algo incómoda por la situación.
--¿Cómo?-pregunta sin comprender, mirándome a los ojos, haciéndome sentir pequeña en esa intensidad de color castaño que son sus pequeños ojos.
--Que... siento que la quieras a ella.
--¿Por qué?-pregunta aún sin comprender.
--Ella quiere a Harry, lo quiere de verdad...-admito en voz baja.

Él agacha la cabeza, mirando hacia el suelo entre sus piernas abiertas, en las cuales apoya sus codos.
No sé si he hecho bien en desvelarle tal cosa, ya que creo que eso le ha dolido más que nada en el mundo, pero una pequeña sonrisa atraviesa su rostro, confundiéndome por completo.

--Sé que a él también lo quiere-dice remarcando bien ese "también"
--¿También?-pregunto sin comprender.
--Sé que ella está enamorada de mí-dice con los ojos brillantes de esperanza e ilusión, clavándolos en los míos de nuevo-Sé que lo hace... por como me mira, por como...actúa conmigo, sé que también me quiere.
--Yo... no lo sé-admito.
--Una persona puede amar a dos, no es imposible, sé que no lo es-responde sonriente, apartando la mirada de mí, ésta vez para llevarla a la pared que hay frente a nosotros.

Me muerdo la lengua, sin querer meter el dedo más en la yaga, ya que él está muy seguro de que Marta le quiere a él y a Harry al mismo tiempo, pero yo sinceramente, no estoy tan segura de ello.


Narra María.
Miro la puerta con algo de miedo, sabiendo que al otro lado estará él. Sé que no me hará daño, pero... joder, estoy acojonada como una cría chica por algo realmente estúpido. Es Zayn joder, es Zayn, solo Zayn, mi dulce e inofensivo Zayn, al que temo por un imbécil que no se le puede comparar a él ni de lejos, un imbécil que... me forzó.
Tan solo de recordarlo un escalofrío me recorre de arriba abajo y siento ganas de echarme a llorar de nuevo, pero no, no puedo, no otra vez, me niego. Jason es el pasado, incluido todo lo que me hizo, Zayn es el presente y sé que está preocupado por mí, que no me hará nunca daño, que me aprecia, que me quiere.
Suspiro acercándome un paso más hacia la puerta, sintiendo como tiembla todo mi interior de puro miedo, un miedo irracional y totalmente inconsciente, ya que aparentemente me encuentro bien y tan fuerte como siempre, tan valiente, pero... en mi cabeza, en el fondo de ella, al final, al final del todo, casi oculto entre cientos de cosas, parece que he desarrollado un miedo irracional hacia Zayn solo porque él trató de hacerme entrar en razón, de hacerme ver que tengo miedo aún, miedo por los hombres, porque me hagan daño como me lo hizo Jason, exceptuando a mi hermano, claramente.
Otro paso más cerca de la puerta acompañado de otro suspiro, esta vez parece más un jadeo nervioso, histérico, absurdo.
Niego con la cabeza, con los ojos cerrados y camino los cuatro pasos de distancia que quedan entre la puerta y yo, hasta quedar finalmente pegada a ella, con intenciones de abrirla.
Sin pensármelo dos veces, ya que sé que si me lo pienso más acabaré echándome atrás, otra vez, y no hablaré con Zayn, y sé que lo necesito, lo necesito junto a mí, que me hable, que me sonría, que me abrace fuerte para demostrarme que nada malo me ocurrirá si estoy con él. Abro la puerta de golpe, sintiendo como el aire sale de mis pulmones pero no vuelve a entrar, debido a lo que me encuentro tras la puerta; a él.
Sentado con las piernas estiradas, con la misma ropa que recuerdo haberle visto la última vez que estuve con él, claro, me quedé en su cuarto todo este tiempo, no ha podido coger su ropa. Un libro entre sus manos y sus ojos dorados clavados en él con el ceño algo fruncido mientras lee. Su pelo negro peinado hacia arriba como hace siempre y una pequeña barba que me indica que no se ha afeitado, dejándome ver una mayor apariencia de chico malo, que le da un aspecto irresistible, tal y como él me define a mí.
Un jadeo involuntario sale de mi cuerpo, demasiado alto, ya que provoca que él aparte la mirada rápidamente de su lectura y se quede mirándome, con los ojos bien abiertos, pero sin moverse de su posición, solo por no asustarme, por no hacer que vuelva allí dentro de nuevo.
Me quedo en el marco de la puerta, agarrada con mi mano derecha a él, mientras su mirada se fija en la mía, haciendo que en mi interior algo se apriete, no sé si de miedo, no sé si de enfado, o de felicidad, de alivio, no lo sé, lo único que sé es que algo dentro de mí se agita al verlo. Como siempre es él quien aparta la mirada, demostrando por enésima vez su timidez natural.
Mira su libro pero sin leerlo de nuevo, lo cierra despacio y lo deja a su lado, mirando hacia el suelo. Encoge sus piernas lentamente hasta dejarlas dobladas, pegadas a su pecho, con su brazos apoyados en el suelo, como si fuera a levantarse de un momento a otro, algo que deseo que haga.
Me mira de nuevo, fijamente a los ojos sin saber qué es exactamente lo que debe de hacer para no molestarme, para no intimidarme, para no asustarme. Sin apartar la mirada de mí apoya sus piernas con firmeza en el suelo y hace fuerza para levantarse del suelo, quedándose de pie, pero pegado a la pared, lo más lejos de mí, manteniendo las distancias mientras yo tan solo lo miro, aún desde el marco de la puerta, no asustada, más bien... nerviosa.
Durante lo que a mí me parecen siglos, nos quedamos mirándonos mutuamente sin decir palabra, haciendo que este momento sea más incómodo aún de lo que jamás pude imaginarme, sintiendo como mi corazón late con velocidad.
Una parte de mí desea atravesar este escaso metro de pasillo que hay entre nosotros para poder abrazarlo con fuerza, para poder estar entre sus brazos, sentir su calor, su protección, oler su tranquilizante perfume, escuchar su corazón latir pegado al mío. Otra está en un pequeño estado de shock sin saber cómo reaccionar, sin dejarme mover de mi sitio, aquí, pareciendo una completa idiota.
Noto como su respiración también va acelerada y como debe de estar reprimiéndose demasiado para no saltar a mí, solo por no asustarme. Un pequeño jadeo sale de sus perfectos labios, creo que está igual de nervioso que yo y tampoco sabe lo que hacer.

--Sneaks out in the middle of the night-comienza a cantar en voz baja, temiendo asustarme, pero mirándome a los ojos para que sepa que la canción es suya, y es toda para mí y sobre mí-tight dress with the top cut low, she's addicted to the feeling of letting go, letting go. She walks in and the room just light up, but she don't want anyone to know, I'm the only one that gets to take her home, take her home. But everytime I tell her that I want more, she closes her door... She's not afraid of all the attention, she's not afraid of running wild, how comes she's so afraid to falling in love...

Apenas me doy cuenta de que me muevo hasta quedar a apenas un paso de él, sintiendo su respiración agitada, temiendo que ahora me dé la vuelta y no me vaya a ver más, pero no, eso no va a ocurrir, no huiré de él más. No temo a nada, no temo a tener la atención, ni a correr como una loca por la calle como en cierta ocasión hicimos, en estos momentos ni siquiera le temo al amor, a estar enamorada de él, de ninguna manera.
Sin darle al pobre tiempo a reaccionar, me tiro a él, pasando mis brazos por su cuello, dejando mi cara pegada a la suya, apoyada en su hombro, abrazándolo con fuerza, sin querer soltarlo nunca más. Él algo temeroso aún, pasa sus dos brazos por mi cintura y me pega a él, levantándome ligeramente del suelo.

--Lo siento-susurramos al mismo tiempo.

No puedo reprimir una sonrisa y siento cómo él también debe de estar sonriendo como un idiota, aunque la verdad yo me siento culpable por haberle hecho pasar todo este calvario por una cosa que ahora no veo, ni siquiera en ese fondo asustadizo de mi mente, motivo para huir.
Me deja despacio en el suelo, ya que noto mis pies en la moqueta de nuevo. Lleva una de sus manos a mi pelo y lo acaricia lentamente, sin dejar de abrazarme con el otro brazo, y yo sin dejar de abrazarlo a él.
Me separo ligeramente de él, a lo que él no puede evitar soltar sus brazos asustado por si piensa que siento que me está obligando a algo. Sonrío avergonzada, bajando la mirada, antes de coger sus manos y dejarlas en mi espalda para que me siga abrazando, cosa que él no duda en hacer.
Su frente acaba pegada a la mía, gracias a que baja la mirada, dejándome ver a la perfección sus largas y negras pestañas, las cuales ocultan parcialmente sus dorados ojos, mientras que una sonrisa se traza en su cara al tiempo que mueve una de sus manos de mi espalda para acabar poniéndose en mi mejilla izquierda, acariciándola con cuidado, con miedo a que me rompa o a que simplemente desaparezca.
Finalizo la pequeña distancia que hay entre nosotros, juntando de manera corta nuestros labios, sintiendo de nuevo su perfecto y dulce sabor, haciéndome sentir única y especial en este mundo. Él responde al beso, de forma delicada y suave, hasta el punto en el que necesitamos separarnos para coger algo de aire, pero dejamos nuestras frentes juntas, una pegada a la otra, mirándonos a los ojos en todo momento, con una estúpida sonrisa en nuestros labios. La suya se ensancha notablemente antes de cogerme con fuerza, levantándome del suelo y haciendo que suele un ligero grito al no esperarme tal cosa por su parte, pero acto seguido solo dejo escapar un pequeña risa divertida al tiempo que enrosco mis piernas a su cintura, con mis brazos aún en su cuello.
Me mira maravillado, aún sin poder creerse que de verdad esté aquí, aunque la verdad yo tampoco me creo que esté aquí afuera después de todo.
Se mueve lentamente hasta que quedamos dentro de su cuarto, pero no cierra la puerta, sé que lo hace para que no me sienta encerrada, aparte de que nadie entrará en la casa, por lo que no tenemos que preocuparnos de que alguien nos vea o escuche.
Me deja de nuevo en el suelo y yo opto por sentarme en la cama, en la cual he estado como unas veinte horas al día, escondida del universo, durante lo que creo que han sido...

--Zayn-pregunto perdida.
--Dime-responde él con voz calmada, de pie en frente de mí.
--¿Cuánto tiempo he estado dentro?-pregunto confundida.
--Cinco días-responde él con una pequeña sonrisa.

Siento que soy una gran idiota por hacer todo esto, soy estúpida por joderle tanto solo por mis miedos, no puedo creerme que haya estado aquí dentro cinco días, no quiero creerlo, porque me siento una gilipollas integral.
Gimo molesta mientras me tumbo en la cama, notando como la mirada de Zayn se torna a preocupante.

--¿Qué ocurre?-pregunta con su suave y aterciopelada voz.
--Perdóname-respondo sin más.
--No hay nada que perdonar. Perdóname tú a mí-dice él muy seguro.
--No te tengo que perdonar nada...-respondo desde la cama, mirándole con fijación.

Antes de que pueda decir algo tiro de su mano haciendo que caiga en la cama, sobre mí, afortunadamente le da tiempo a apoyar sus brazos a ambos lados de mis costados, mirándonos a los ojos a escasos milímetros de distancia.

--¿Cómo sigue?-pregunto curiosa, en apenas un susurro.
--¿Cómo sigue el qué?-pregunta confundido en el mismo tono.
--La canción-respondo muy segura.

Él sonríe divertido sin mostrar sus dientes, antes de dejar un pequeño beso en mis labios y rodarse en la cama hasta quedar a mi lado.

--¿Te gusta?-me pregunta interesado, aún sin alzar la voz de ninguna manera.
--Me encanta.

Una ligera y calmada risa sale de sus labios antes de proseguir con la canción.

--She's not afraid of scary movies, she likes the way we kiss in the dark, but she's so afraid to f-f-falling in love. Maybe she's just trying to test me-dice sonriente pasando una mano por mi pelo-wanna see how hard I'm gonna work, wanna see if I can really tell how much she's worth...
--Malik-digo interumpiéndole, mirándole a los ojos.
--Dime-responde en voz muy baja.
--No te has afeitado-respondo divertida, haciendo que él sonría.
--Me he dado cuenta-dice con humor-Ahora voy a hacerlo-me asegura.
--No, no lo hagas-digo haciendo que él me mire confundido-te queda muy bien.
--¿Enserio?-pregunta sorprendido-¿No parezco un vagabundo? con todo el respeto a los señores vagabundos-dice muy seguro.
--No... más bien te queda como... uno de esos tipos que van por la calle entre un puñado que parecen gente chunga-respondo divertida, haciendo que él aparte la mirada de mí algo dolido, ya que sé que eso de que le tomen por alguien peligroso no lo lleva muy bien-Oye-susurro haciendo que me mire a los ojos-toda chica buena necesita un chico malo-digo sonriente.
--¿Y tú eres una chica buena?-pregunta incrédulo, alzando ambas cejas de sorpresa.
--Sabes que lo soy-digo dándole un golpe flojo en el brazo.
--Ya, ya, si se ve-responde por lo bajo, divertido.
--Eres una mala persona-le reprocho acomodándome en su pecho.

Noto su risa ronca que hace que yo sonría abrazándome a él con fuerza. Él algo precavido mueve su brazo despacio hasta llegar a mi cintura y corresponder a mi abrazo de forma sumamente delicada y posa sus labios sobre mi cabeza.

--Mary-dice en voz baja.
--Dime-respondo de la misma manera.
--¿Crees que podría... bueno... que yo podría... tal vez...?-trata de preguntar, nervioso, mientras noto los latidos de su corazón acelerarse al igual que los míos ante tal pregunta.
--A...aún no...-respondo tratando de camuflar mi nerviosismo.
--Está bien-dice él sin más mientras acaricia con su dedo pulgar mi cintura.

¿Cómo ha podido preguntarme tal cosa? ¿Ya? O sea, ¿ahora? ¿después de mi miedo hacia él tan... estúpido, pero aún así existente, se atreve a preguntarme sin podríamos hacerlo? No me parece propio de Zayn, me asusta y al mismo tiempo molesta.
Me aparto de él tratando de no parecer demasiado brusca, antes de quedarme sentada en el filo de la cama, notando como él imita mis gestos hasta quedarse sentado a mi lado, notando su mirada llena de preocupación clavada en mí.

--No quería que te lo tomaras mal-dice dolido.
--¿Y cómo quieres que me lo tome?-pregunto algo enfadada-Apenas... he podido estar junto a alguien que no sea mi hermano por este tonto miedo y tú vas y me preguntas algo así.
--No pensé que fuera nada malo.
--Pedirle a una chica follar después de haber sido violada es malo-digo sin poder evitar que mi voz se quiebre ante la palabra "violada"
--¿Qué?-pregunta él confundido-No te estaba pidiendo eso-dice muy convencido-Te estaba pidiendo... dormir contigo-dice buscando mis ojos.

Le miro sorprendida ante tal afirmación. ¿Me pedía dormir conmigo? ¿Solo eso? ¿De verdad?
Él asiente con la cabeza y una pequeña sonrisa respondiendo a mis pensamientos.

--Oh-digo sin más, sintiéndome un poco estúpida por haber pensado algo así de Zayn.
--Sé que... hacer el amor llevará más tiempo, no te preocupes, no te voy a presionar de ninguna manera, cuando tú estés preparada me lo dices-dice antes de besar mi mejilla.

Se levanta de la cama con intenciones de salir de la habitación, provocando que sienta vacío al no tenerlo junto a mí.

--Zayn-digo en voz muy baja, temiendo que se haya ofendido por pensar así de él.

Se da la vuelta antes de llegar a la puerta y me mira con una de sus preciosas sonrisas, ahora adornada con algo de barba que admito me puede que vaya así; chico malo por fuera, chico bueno por dentro. Se queda quieto, esperando a que pregunte o a que le diga algo ya que le he llamado.

--Sí-respondo sin más.

Su cejas se fruncen hasta casi tocarse, mostrando una confusión y extrañeza bastante obvia, aunque creo que es porque no me he explicado del todo bien con esa afirmación.
Me levanto de la cama soltando un pequeño suspiro y camino hasta él muy lentamente. Esta vez sus ojos se abren sorprendido, no me extraña, creo que le estoy volviendo loco al no decirle exactamente.
Me quedo frente a él, cara a cara. Más bien cara a cuello, ya que me saca una media cabeza, pero alzo mi mirada para encontrar sus ojos, aún mirándome con extrañeza.
Llevo mi mano derecha con cuidado a su nuca y hago que se acerque despacio a mí, notando su dulce y cálido aliento chocar contra mis labios. Me pongo de puntillas para finalmente juntar mis labios a los suyos con suma lentitud, provocando esa corriente eléctrica pasar de uno a otro de nuestros cuerpos. Sus manos se colocan suavemente en la parte baja de mi cintura mientras que yo junto mi otra mano a su cuello.

--Que sepas-susurro separando mis labios apenas unos milímetros de los suyos-que no temo al amor si eres tú el que me lo da.


------------------------
En los comentarios del capítulo anterior me dieron una genial idea.
¿Hay alguna canción que os recuerde a alguna pareja de la novela? Cualquier pareja, da igual cuál sea y del cantante que sea.
Ya me han propuesto la canción de Aliam es "Perfect two" de Auburn ( https://www.youtube.com/watch?v=gbaIpeGDTfM ), pero de igual manera, si hay alguna canción que os guste para esa pareja decírmela igual, me gustaría saber qué os inspira cada pareja ^^. Que el que los chicos en la novela hayan dedicado canciones a sus novias no interfieran en vuestra opinión ahhaha.
No importa que no sea una pareja sentimental confirmada, puede ser cualquier tipo de pareja (familiar, amistosa. Si alguien cree en que cualquier tipo de bromance es real, por mí bien, yo no creo en ellos pero acepto todas las opiniones)

Besos de koala :*