sábado, 29 de marzo de 2014

Capítulo 82. La excepción que confirma la regla

Narra Zayn.
Tan solo abrazo a Louis, sintiéndome un tremendo idiota por haber hecho que María se encierre en mi cuarto y que aún no haya salido desde el medio día, que aún no haya comido, ya que he revisado una y otra vez y parece que hay exactamente la misma comida que cuando me fui, que aún no me haya contestado, y solo por mi estúpida idea de convencerla por las malas de que tiene un problema con hacerlo después de que el infeliz de Jason (a quien aún no he dado un buen merecido, pero por lo que he oído Ale ya se ocupó de eso) la violara con tanta bestialidad.
Los brazos de Louis, algo dudosos, me rodean con cuidado, a lo que yo solo respondo escondiendo mi cara en mi cuello mientras dejo que las lágrimas salgan lentamente.

--Zayn, me estás empezando a asustar de verdad-me informa en voz baja mi amigo, sonando más tranquilo de lo que creo que se siente-¿Me quieres decir dónde está mi hermana y qué la pasa para que te pongas así?

Salgo de su abrazo, limpiándome las lágrimas con las mangas de mi chaqueta, aunque por mucho que quite una y otra, parecen salir dos más por cada una que limpio. 
Miro su cara, preocupada por lo que la pueda ocurrir a su hermana y extrañada por mi reacción, mientras noto como mi cuerpo tiembla asustado, pensando en que María nunca saldrá de ahí y mucho menos querrá hablarme de nuevo.

--Ella...yo...-trato de explicarme, con la respiración tan sumamente entrecortada que apenas puedo decir dos palabras seguidas.
--¡¿Ella y tú qué?!-exclama nervioso-Dime que no es cierto o te puedo matar-me advierte asustado.

Pese a mi miedo por mi novia y a que no quiera verme de muevo, me extraño ante lo que dice Louis y por lo tanto alzo una ceja extrañado, mirándole como si se le acabara de ir la pinza.

--¿Qué no es cierto?-pregunto confuso.
--Oh no... oh no...- murmura más pálido de lo que normalmente es-oh no, no, no, por favor, no...
--¿Qué hablas?

Los papeles cambian por completo, ahora es él el asustado y yo el confundido que trata de entenderlo, mientras parece que Louis palidece más y más a cada segundo, murmurando un "oh, no" continuamente que hace que me empiece a poner más que nervioso.

--¿¡Oh no, qué?!-exclamo.
--T...tú...y...y... ella-dice con un nudo en la garganta-o sea... ella ¿en...enserio?-pregunta asustado.
--¿Enserio...qué?
--Pero ella...entonces ella es...está...
--Encerrada-confirmo.
--¿Encerrada?-pregunta volviendo a su cara de confusión-¿Cómo que encerrada?
--Sí... está en su cuarto y no me abre-admito aún confundido de que casi le haya dado un desmayo así por las buenas.
--¿Entonces no está embarazada?
--¿¡Qué está cómo?!-exclamo notando como los ojos están a punto de salirseme de las cuencas-¿¡Cómo que embarazada?!-exijo saber.
--Oh...¿no lo está?-pregunta con algo de humor.
--¡Eres idiota Louis!-grito dándole un ligero empujón en los hombros-¿¡Quieres que muera de un infarto o qué?!
--¿¡Quieres que muera yo por tu estúpida forma de hablarme en sílabas?!-me responde de la misma manera-Ahora ¿me explicas el porqué de que esté encerrada?

De nuevo la presión tan fuerte que siento sobre mi pecho vuelve a mí, haciendo que quiera llorar y que por algún motivo hago sin apenas darme cuenta, a lo que suspiro y restriego mis ojos. No por tratar de parecer duro y esas cosas frente a Louis, ya que es obvio que no lo soy, no al menos si María está de por medio, es por el simple hecho de que si dejo que salgan las primeras lágrimas el resto vendrán de golpe y no acabaré de llorar hasta que pueda hablar con ella y disculparme todas las veces que sean necesarias para que me perdone por haber sido tan brusco e idiota con ella, solo por hacerla ver que siente miedo, pero no quería que sintiera miedo de mí, yo solo...traté de ayudarla. 

--Soy un mal novio-susurro pasando mi mano derecha por el ojo del mismo lado, esperando que las lágrimas se queden quietas y no salgan más.
--¿Por qué dices eso? En mi vida había visto a mi hermana tan contenta-responde confundido.
--Es que... ella...-comienzo a decir pero mi amigo me interrumpe.
--Como digas otra vez "Ella.. yo.." te mato-me advierte.

Resoplo antes de apartarme hacia un lado, dejando paso para que Louis entre en casa y no se quede en la puerta toda la noche, helándose de frío. Se lee la confusión en sus ojos antes de caminar hacia dentro, a lo que yo cierro la puerta despacio, mientras pienso qué palabras escoger para contarle a Louis lo ocurrido.
Me muevo despacio hacia el salón, tratando de ganar más tiempo y esperando a que Louis me siga, cosa que hace de inmediato, y a bastante velocidad, ansioso por mi explicación al porqué su hermana está en su cuarto, encerrada, sin salir, solo por mi culpa.
Jugueteo con mis dedos, nervioso, sentado en el sofá con mi... ¿cuñado? Sí, supongo que podría llamarle de alguna manera cuñado.

--¿Y bien?-pregunta con los nervios a flor de piel.
--Sabes... que... bueno... que ella... después de lo que... él-comienzo a hablar, en un tono algo bajo, mirando mis manos sin querer levantar la mirada solo por no querer encontrar la de Louis-pues... no ha querido... eh... querido... bueno.. ya sabes-comento algo nervioso, notando como la sangre sube a mis mejillas de golpe al tener que comentarle a mi amigo que su hermana, es decir, mi novia, no ha querido hacerlo conmigo.
--Follar, comprendo-corta de forma tajante y bestia tan solo como puede hacer él-¿puedes ir más rápido antes de que mi corazón se pare de nervios?-pide.
--Sí... eso...-confirmo aún sin mirarle-pues... yo...yo... supuse que era porque tenía... miedo, de que yo la hiciera algo parecido.
--Ajá-responde él, tratando de forzarme a que me explique de forma más clara y directa o al menos más rápida.
--Entonces.. pues... no sabía si era una buena idea... tan solo lo dije y...-comienzo a decir de nuevo, pero soy interrumpido por Louis por enésima vez.
--¿Qué mierdas te pasa, Zayn? ¿Quieres que te mate por no ir al grano?-pregunta algo duro, pero solo por el miedo que siente hacia que su hermana se encuentre mal.

Tomo una gran bocanada de aire, ya sin jugar con mis dedos para tratar de tranquilizarme, tan solo mirando la moqueta de color azul marino que hay colocada en el salón de mi casa.
Cojo fuerzas de donde no las hay y valentía de donde pensé que no tenía, antes de soltar una frase que resuma todo de la manera más directa y resumida que pueda ser para no tener que repetirla.

--Traté de hacerlo con ella, solo para demostrarla que sentía miedo, ya que no quería admitirlo, ella se asustó, lloró, me gritó que me alejara y después subió a su cuarto. No la he visto desde entonces.

Mi voz ha sonado lo suficientemente alto como para que mi amigo me haya escuchado, pero él no parece responder, no sé si porque no me ha oído, no se lo cree o no quiere creérselo, pero no habla, lo que me obliga a alzar mi mirada para ver su cara, con la boca ligeramente abierta por la sorpresa y mirándome con ojos expectantes.
Supongo que ahora verá el momento en el que me grite y me diga que soy un imbécil por hacerle algo así a su hermana, por lo que vuelvo mi cabeza a mirar a la moqueta azul marino y cierro mis ojos, esperando a los gritos histéricos de Louis, pero de manera extraña, no llegan, tan solo se oye un suspiro que parecía haber tenido retenido por años.
Antes de que pueda tan si quiera mirarlo a los ojos de nuevo siento su mano apretar mi hombro con cariño, como si me apoyara en esto, como... como si no estuviera enfadado conmigo.
Levanto mi cabeza algo asustado de lo que me vaya a hacer o decir Louis, cuando tan solo veo su cara, ya con un color más normal, ya que supongo que su palidez ha sido obra tan solo de los nervios. Sus ojos celeste me miran algo dolidos y afligidos, pero en sus labios se curva una pequeña sonrisa de cariño.

--Está bien-dice como en un suspiro-no... no es algo tan malo-dice por tratar de animarme.
--¿Por qué... no me estás gritando?-pregunto algo confundido.
--No porque no lo merezcas-responde con algo de humor-sino porque sé que no lo querías hacer con mala intención y porque bueno... veo que te importa cómo esté y si se encuentra bien, así que... no te grito-confirma sonriente-Ese motivo o porque aún estoy flipando por lo que me acaba de pasar, o porque hayas sido tú quien haya querido hacerlo, no sé, alguna de las tres opciones-comenta divertido.
--¿Qué te acaba de pasar?-pregunto curioso.
--Eso después, ahora hay tengo que hablar con ella-responde refiriéndose a su hermana.

Asiento con la cabeza y me levanto del sofá, casi al mismo tiempo que él.
Camino despacio, subiendo estos malditos escalones, ya no sé cuántas veces lo habré hecho en el día de hoy, solo por tratar de hablar con ella e intentar calmar mis nervios.
Me quedo de pie frente a esa maldita y estúpida puerta cerrada de nuevo. Creo que ya me conozco todas y cada una de las rayas de colores claros que hay en este tablón de madera oscura, debido al tiempo que he pasado mirándola; para mí, quizás años con ella cerrada, para una persona normal, ni siquiera llega a doce horas.
Suspiro antes de mirar a Louis, sin demasiada esperanza de que ella vaya a abrir solo por el hecho de que sea su hermano quien quiere verla, pero de todas maneras, creo que deberíamos intentarlo.
Me aparto de la puerta, dejando pista libre a Louis para tratar de traspasarla, a lo que él responde con un pequeño asentimiento de cabeza y un ligero suspiro antes de acercarse hasta quedarse pegada a ella.
No se oye nada más que nuestras respiraciones algo agitadas por los nervios de saber si ella querrá o no abrir la puerta a Louis, pese a que deba hacerlo, ya que es su hermano, pero el hecho de que sea hombre es un fuerte contra en mis cuentas mentales para tratar de hallar la probabilidad de que la puerta sea abierta por mi frágil y asustada Mary.
Dos pequeños golpes se producen a la puerta gracias al puño cerrado de Louis. Ninguna respuesta ni nada fuera de lo normal a este inquietante silencio que lleva torturándome desde esta mañana.

--¿Desde cuándo está así?-pregunta Louis en voz muy baja, mirándome de manera afligida y preocupada.
--Desde esta mañana, a eso de las diez-confirmo correspondiendo a su mirada con el mismo dolor que él debe sentir.

Asiente con la cabeza antes de mirar de nuevo hacia la puerta. Frunce su ceño ligeramente, supongo que pensando formas de tratar que ella le abra; forzando la cerradura, trepando por la ventana... esas son varias de las que han pasado por mi mente, pero que simplemente no he hecho, por no querer invadir su intimidad, o porque simplemente no he tenido la suficiente fuerza de hacerlo, ya que me duele más el hecho de que no quiera hablar conmigo por ser tan idiota al que esté en mi cuarto sin abrir la puerta.
Es obvio que Louis tratará la opción que ya he tratado varias veces desde esta mañana; hablar con ella.

--Mary-dice en voz realmente baja, no estoy seguro ni de que ella lo oigo-soy yo, Louis, abre, por favor-pide con la frente pegada a la puerta.

Y de forma inesperada se oye el cerrojo de la habitación abrirse, lo que hace que mi corazón se agite feliz de que vaya a poder verla, de que pueda hablar con ella y pedirla disculpas de nuevo, solo que esta vez a la cara y no con esa barrera.
No sé cómo, no sé porqué, pero Louis ha conseguido que ella abra la puerta.
Muevo un pie hacia delante, esperanzado con poder hablar con ella pese a que aún no pueda verla, ya que solo hay un dedo abierto de la puerta, pero antes de que pueda empujarla la mano de Louis se pone en mi pecho, haciendo que le mire confuso y que su respuesta sea una mirada algo fría y dura, o quizás suplicante. De cualquier manera me indica que no me mueva, que no me precipite y la asuste de nuevo, por lo retrocedo el paso que había dado, dejando mi cabeza gacha, esperando a que le dé la más mínima lástima a María y pueda hablar con ella.
Louis tan solo se queda en esa posición un segundo, antes de que oiga el chirrido de la puerta al abrirse, lo que acelera más aún mi pulso, ansioso por verla pese a que esta misma mañana he podido estar con ella; antes de haberla cagado.
La puerta se cierra con un sonido apenas audible y mucho menos molesto, lo que indica que Louis está dentro, con ella, y yo mientras aquí, tratando de saber qué dicen o cómo ella reacciona ante él, ya que quizás siga sintiendo algo de miedo... bueno, quizás no, seguro que siente miedo, pero no sé si Louis será la excepción que confirma la regla.
Muerdo mi labio inferior, nervioso por saber de lo que hablan o lo que hacen, aunque a la vez asustado por esos mismo motivos. Sé que poner la oreja en la puerta es de chismoso y maleducado, pero... necesito saberlo, solo saberlo, saber que ella está aquí, que sigue aquí conmigo, que no me ha abandonado y se ha ido con otro, por lo que sin pensármelo más pongo mi oreja izquierda pegada a la puerta, lo que me permite oír medianamente bien.

--Sé que no lo hizo con mala intención...

Su preciosa voz, distorsionada por el miedo, la desesperación y obviamente las lágrimas, hace que sienta mi corazón hundirse en mi pecho con fuerza debido a la culpabilidad.

--Y también sé... que no me hará daño, nunca-confirma ella.
--¿Entonces qué haces aquí metida? Le estás asustado de verdad, está muy preocupado por ti, María-habla Louis con tono tierno y fraternal.
--Yo... no lo sé... tan solo... tengo miedo de salir-explica ella completamente rota.

Se hace un pequeño silencio en el que solo se oye su pequeño y asustado llanto, mientras supongo que está abrazada a Louis y yo me siento cada vez más culpable, y entristecido por hacerla llorar.

--¿Y si él entrara aquí?-pregunta Louis.

Eso hace que una pequeña llama de esperanza se encienda en mí de golpe, aunque se apaga con rapidez, debido a que no creo que María quiera estar conmigo, mucho menos en una cama, y menos después de lo que la hice esta mañana.

--Tal...tal vez...-admite ella en voz baja.

Mi corazón se detiene por un segundo, antes de comenzar a latir con más fuerza que antes, debido a la felicidad de que ella aún quiere verme, estar conmigo, aunque se sienta insegura y asustada.

--Pero...no ahora-termina la frase, haciendo que mi ilusión se apague ligeramente.
--¿Quieres que me quede contigo esta noche?-pregunta Louis, con ese cariño y esa ternura que de vez en cuando deja relucir.
--Por favor...-responde ella en apenas un hilo de voz.

Es entonces cuando me separo de la puerta y la miro por un segundo antes de alejarme de ella lentamente y sentarme en el suelo junto a la puerta, ya que necesito dormir en algún lugar esta noche... bueno, dormir... lo digo como si estuviera convencido de que realmente dormiré, sabiendo que la chica a la que amo está en la habitación de enfrente, asustada por mi culpa, o al menos por parte de mi culpa, llorando junto a su hermano, pese a que me quiera ver, aunque no ahora.

Narra Alejandra.
--¿Seguro que estaréis bien aquí?-pregunta Liam algo preocupado.
--¿Quieres dejar de ser tan pesado?-pregunta con humor Niall-sí, estaremos bien, ve con Ale a casa, nosotros nos quedamos para ver si Harry está bien. Te llamaré si pasa cualquier cosa, lo prometo-le asegura.
--Está... está bien-admite finalmente Liam antes de salir por la puerta de casa de Harry y Louis.

Él coge mi mano con cuidado, entrelazando nuestros dedos con cariño, mientras tan solo mira al frente con una sonrisa que no le cabe en la cara, lo que provoca que yo también lo haga.

--¿Qué es gracioso?-pregunto algo extrañada por su sonrisa aparentemente sin sentido.
--Nada-responde él muy seguro, bajando la mirada hacia el frío y oscuro suelo, manteniendo esa sonrisa.
--¿Entonces?-pregunto con humor.
--Soy feliz-responde mirándome a los ojos-por eso sonrío, simplemente.
--¿Y por qué estás feliz?-pregunto de nuevo.
--Estás muy preguntona-comenta él divertido.
--Soy curiosa, ya lo sabes-respondo sin más.

Se hace el silencio de nuevo entre nosotros mientras lo único que se oye por la calle son nuestros pasos caminar lentos por la solitaria calle, ya que es casi media noche y estamos en un barrio residencial y no en uno universitario o algo por el estilo.
No sé ni por qué volvemos a casa, le he dicho a Liam como cien veces que puedo ir sola, pero me parece que lo que realmente quiere es estar conmigo, simplemente eso, aparte, claro está, de que le preocupe el que vaya sola por las calles a estas horas, algo un poco tonto si te paras a pensarlo; yo le podría proteger a él mucho mejor, llevo un arma en el bolso, pero igualmente, él quiere protegerme, y yo gustosa, dejo que lo haga.

--Me quieres-dice en voz muy baja.

Le miro confundida por sus palabras, por su murmullo, ha dicho... que le quiero.

--Claro que te quiero-le aseguro-¿a qué viene eso?-pregunto algo confundida.
--Me... me has preguntado porqué estoy feliz-dice sin apartar la mirada del suelo-por eso estoy feliz, porque me quieres y yo te quiero a ti-dice alzando la mirada hasta encontrarse con la mía, aún con esa sonrisa que parece imborrable de su cara.

Mi boca se abre algo alucinada por sus palabras. ¿De verdad está feliz porque le quiera? no soy más que... una cualquiera, una chica cualquiera, ¿por qué debería sentirse feliz con tan solo mi presencia cuando hay gente que me esquiva o huye de mí por miedo o asco? bueno, al menos eso hacían cuando iba con mi antiguo aspecto.
Había decidido volver a usarlo, pero creo que no queda muy bien un corsé negro y rojo con una barriga de embarazada, así que supongo que me lo pondré ya más tarde, dentro de meses, justo cuando pueda volver a fumar.

Me detengo de golpe en la calle, haciendo que Liam lo haga conmigo y su cara cambie a completo terror, un segundo antes de acercarse a mí y rodear mi cintura con uno de sus brazos, temiendo que me vaya a caer o algo así.

--¿Qué pasa? ¿Qué va mal?-pregunta asustado posando su mano izquierda en mi tripa, suponiendo que pasa algo al pequeño.
--No, no, tranquilo, nada va mal-le aseguro-solo... te quiero-digo mirándole a los ojos.

Él suelta un suspiro aliviado antes de sonreír en profundidad y abrazarme con fuerza con cariño, dejando mi cabeza en su pecho con ternura y acariciando mi espalda de arriba abajo.

--Yo a ti también-me asegura aún en el abrazo.

Se separa del abrazo con cuidado, manteniendo sus brazos en mi cintura y mirándome muy de cerca. Sonríe sin mostrar sus dientes y se acerca lo suficiente para que nuestros labios se unan de esa forma tan especial en la que solo nosotros podemos hacerlo.
Seguimos nuestro paseo de vuelta a casa, pasando por algunas tiendas... para qué mentir, tiendas caras y pijas, es lo que tiene vivir justo al otro lado de la zona comercial, que tienes que atravesar todas las tiendas y eso a veces es un problema, ya que me gusta pararme a mirar absolutamente todo.
La mayoría de ellas están cerradas, aún así, parecen majestuosas y mantienen el encanto tan maravilloso que tratan de darle, con bastante éxito la verdad.
Todas ellas están cerradas, todas... menos una, es una joyería, espectacular, qué duda cabe, por lo que me detengo a observar el escaparate lleno de piedras preciosas y colgantes, supongo que deben de tener mucha seguridad y unos cristales bien blindados para dejar abierto el escaparate a estas horas.
La antigua Alejandra no hubiera dudado mucho en... coger prestado de manera inocente alguna de estas piezas, sin embargo, ahora solo las observo maravillada por tanta belleza, junto a Liam, quien se detiene a mi lado y noto como sonríe al verme tan alucinada con tan solo un escaparate.

--Guau.

Es lo único que sale de mis labios mientras recorro la mirada por todas esas piezas brillantes; pendientes, pulseras, cadenas, colgantes, collares y... anillos. No puedo evitar quedarme mirando uno realmente bonito, parece realmente caro, aunque no sé de qué me sorprendo, ya que es una joyería de lujo, pero de igual manera me quedo mirándolo como una tonta, el anillo en sí, el aro que debe ser de oro blanco, está recubierto por pequeños diamantes, que en cualquier caso resultaría excesivo, pero en estos momentos, a mí me maravilla por completo. En el centro, el adorno de este anillo, es un diamante... peculiar, ya que está pulido en forma de rosa, sí de rosa, de flor, haciéndolo realmente espectacular, en mi vida había visto un anillo como ese, y mucho menos poseído.
Noto la cara de Liam cerca de la mía, mirando lo mismo que miro yo, o al menos intentarlo. No dice nada, tan solo observa con el ceño algo fruncido, no como si estuviera enfadado, tan solo parece pensar en algo, hasta que se percata de que lo estoy observando y sonríe de esa forma tan espectacular y pura que tiene, haciendo que sus castaños ojos se estrechen y formen pequeñas arrugas a ambos lados de éstos, haciéndole más adorable y apuesto que de costumbre.

--Venga, vamos a casa, hace frío-comenta manteniendo esa sonrisa, pasando su brazo izquierdo por mis hombros, pegándome a su costado.

Caminamos a casa en ese pequeño silencio, no incómodo, sino tal vez... agradable, sí, agradable, tan solo paseamos tranquilamente de vuelta a casa, a casa de Liam, pero que según él, es nuestra casa, nuestro hogar.
Apoyo mi cabeza en su hombro mientras seguimos caminando, con su brazo sobre mis hombros, por lo que yo alzo mi mano hasta que se unan y con la otra, acaricio despacio mi pequeña tripa, acariciando a mi pequeño, que pronto estará aquí con nosotros y podremos achucharle y darle todos los mimos que quiera. Deseo que cuando vayamos al médico me diga que no quedan muchos meses de embarazo, así la espera se me hará más corta, aunque haciendo las cuentas... si más o menos me quedé embarazada en la última semana de diciembre y estamos en la primera de marzo... estoy de diez semanas, o sea, de unos tres meses, guau, tres meses hace que llevo a un pequeño ser dentro de mí... y yo sin darme cuenta, por lo que... aún me quedan seis meses... joder, tanto tiempo para poder verlo, para poder ver su preciosa carita y abrazarlo, pero supongo que solo me queda esperar.

--¿Qué pasa?-pregunta Liam haciendo que salga de mis pensamientos.
--Nada, ¿qué debería pasar?-respondo sonriente.
--No sé, como solo estás acariciando tu tripa una y otra vez pensé que pasaba algo malo-dice preocupado-¿Va todo bien?
--Sí, sí, va todo... bien, es solo que... pensaba-respondo sin más.
--¿En qué pensabas?-pregunta con curiosidad.
--Nada importante, tranquilo-le aseguro con una gran sonrisa.

Él me corresponde a la sonrisa antes de besar mi frente con cariño. 
Caminamos hasta que llegamos a casa, a nuestro hogar, cálido al dejar la calefacción baja para que no pasemos frío, espero que llegue pronto el calorcito, aunque hasta dentro de dos meses al menos no confío en que pueda llevar mis pantalones cortos, con mis camisetas de tirantes y... ¿Cómo voy a llevar todo eso con la tripa que me va a crecer? Va a ser imposible, aunque... si hace calor... no estaría mal poder enseñar a todo el mundo mi tripa, pero el miedo de que las fans celosas puedan hacerme daño solo por el hecho de que Liam y yo vamos a tener un bebé... me asusta más de lo que debería, pero... bueno, son solos chicas ¿no? nunca dañarían a una vida inocente por miedo... ¿o sí?

--Ale...-oigo la voz baja de Liam, a modo de súplica.

Me giro para mirarle, mientras me quito el abrigo y él me mira preocupado, supongo que de nuevo me he puesto a pensar y he dejado de hacerle caso. Ups, fallo mío.

--Solo pensaba-le repito antes de que me pregunte de nuevo si está todo bien.

Él solo resopla mientras deja su abrigo colgado en la percha y se acerca a mí, para coger el mío y dejarlo junto al suyo.
Siento como su mirada se posa en mi barriga, aún pequeña y casi insignificante, al menos con todas las capas que llevo, pero él de igual manera sonríe antes de acercarse a mí y rodearme con sus brazos, dejando su pecho pegado a mi espalda, y poniendo sus manos en mi vientre, acariciándolo con cariño, cuidándolo. De verdad creo que Liam será un fantástico padre.

--¿Quieres comer algo antes de ir a la cama?-pregunta en mi oído en voz muy baja.

Niego con la cabeza, antes de girarme aún dentro de sus brazos, para quedarme mirándolo y ver su ceño algo fruncido, molesto o preocupado por algo... otra vez.

--¿Qué pasa ahora?-pregunto rodando mis ojos.
--Creo que deberías comer algo-me recomienda-el bebé también necesita comer, ahora tiene que comer por dos, más o menos como hace Niall-dice con humor.
--No me apetece nada-admito antes de acercarme a él despacio hasta que nuestros labios se juntas cortamente.
--¿Y una tostada?-pregunta interrumpiendo el beso, con su brillante sonrisa.

Niego con la cabeza divertida, antes de besarle de nuevo, pasando mis brazos por su cuello despacio, acariciándolo y provocando que él se estremezca ligeramente por mi roce tan cariñoso.

--¿Qué tal algo de fruta?-susurra en mis labios.

Resoplo apoyando mi frente en su hombro, dándome cuenta de que tiene razón y que debería comer algo, de repente me ha entrado hambre, creo que el pequeño está comunicado con su padre y se conectan para sacarme de los nervios y ambos salirse con la suya.

--Está bien, una pieza de fruta, solo una-admito finalmente.

Él sonríe vencedor antes de abrazarme con fuerza. Me coloca debajo de su hombro de nuevo mientras caminamos a la cocina, donde me hace sentarme en una de las sillas altas que tiene pegadas a una pequeña barra, parece un pequeño bar, y me encanta, aún no he explorado lo suficiente esta parte, pero aún me queda tiempo.

--¿Qué te apetece?-pregunta rebuscando en el frigorífico-¿Una naranja?-pregunta sacando una bastante grande.
--Mancha mucho y me deja pegajosa-respondo con humor, apoyando mi codo en la barra, viendo que queda un rato largo hasta que decida qué comer.
--Está bien-responde en bajo mientras sigue con más frutas-¿Una pera?
--No me gustan-digo divertida.
--Pues... ¿Manzana?
--Me recuerda a Blancanieves, ¿y si me atraganto con ella?-pregunto chistosa.
--Me lo estás poniendo difícil ¿eh?-responde él divertido mientras sigue probando-¿Qué hay de un plátano? No mancha, no deja pegajoso, es difícil atragantarse con él, ¿alguna objeción?-pregunta sacándolo de la nevera.
--No, ninguna, un plátano está bien-respondo sonriente.

Él me lo tiende mientras se sienta enfrente de mí con una manzana roja a la que hinca el diente sin pensarlo un segundo.
Me parece... que puedo divertirme un rato con esto.
Abro despacio el plátano, observando la expresión de Liam, que no parece percatarse de mis intenciones perversas para reírme un rato, por lo que empiezo a comerla de manera lenta y tratando de parecer lo más sensual posible, cosa que parece que consigo, ya que Liam se pone rojo como un pavo y empieza a toser, se debe de haber atragantado con la manzana.

--¿Ves? las manzanas son peligrosas-digo con humor.
--Quizás si no hicieras esas cosas yo no me atragantaría-dice dando otro mordisco.
--¿Qué cosas hago?-pregunto antes de pasar mi lengua por mi fruta, provocando más la vergüenza de Liam y que yo no pueda evitar reír-hombres, siempre pensando en lo mismo, qué mentes más sumamente sucias-digo divertida e inocente antes de empezar a comer enserio.
--Sí claro, tus intenciones eran ingenuas-dice rodando los ojos pero sonriente, divertido.
--¡Por supuesto que sí!-respondo fingiendo indignación-¿Por qué iba yo a querer que pensaras mal?-pregunto con una ceja alzada y una sonrisa pícara.
--Para hacerme enloquecer, está claro-responde en voz baja, encorvándose hacia mí, quedándose más cerca de mí, con una pequeña sonrisa.
--¿Y qué ganaría yo con eso?-pregunto imitando su gesto y quedándome más cerca de él.
--No lo sé, tú sabrás que es lo que buscas-dice con una sonrisa picarona.
--Vaya, vaya, ¿quién eres tú y qué has hecho con el modosito, adorable de mi novio?-pregunto con humor.
--Oh, no sé, quizás... se haya ido un rato a comprar cosas de bebés-responde divertido-así que... tenemos tiempo aún-dice prácticamente en mis labios.

Sonrío antes de hacer que nuestros labios se junten. Su lengua entra en batalla con la mía con rapidez. Enserio ¿quién es este chico y dónde está Liam? Nunca se había comportado de esta forma, ¿qué le ocurrirá?
No me da tiempo a pensar ya que él se levanta con velocidad de la silla y me coge en brazos, haciendo que deje lo que queda de plátano en la mesa y emplee mis manos para rodear su cuello, mientras las suyas están en mis piernas, acariciándolas con cuidado mientras las sostiene y camina conmigo en sus brazos subiendo a la habitación, mientras nuestros besos tan calientes siguen sin apenas descanso.
Es él quien cierra la puerta con uno de sus pies antes de dirigirnos a la cama, donde me tumba con cuidado y él se coloca despacio sobre mí, sin aplastarme ni mucho menos, supongo que tendrá miedo de hacer daño al pequeño, pese a que no creo posible que por tumbarse junto a mí le dañaría.
Sus manos acarician despacio mi cara mientras las mías pasan por su nuca y nuestros besos siguen su ritmo lento pero apasionado. Noto como sus caricias bajan por mi cuello, creándome escalofríos, sonrío de forma involuntaria sobre sus labios que produce que sus labios también se curven mientras sus caricias siguen bajando hasta llegar a mis pechos, en los cuales se detiene más que en mi cuello y acaricia con más fuerza.

--Au-digo frenando su mano.
--¿Qué?-pregunta extrañado.
--¿No crees que lo haces un poco fuerte?
--Eh... no, siempre lo hago así-responde confundido-¿Por qué? ¿Te he hecho daño?
--No... daño no, es solo... molesto.

El sonríe de forma amplia antes de hablar de nuevo.

--Eso es porque tu cuerpo se está preparando para el bebé-dice antes de besar mi mandíbula con cuidado-iré con más cuidado-murmura bajando los besos por mi cuello, haciendo que muerda mi labio inferior.

Sus besos siguen y siguen bajando hasta llegar a mi cintura, por lo que aprovecha para  quitar mi jersey y mis dos camisetas, dejando mi cuerpo medio desnudo, incluido mi pequeña tripa.

--Vaya-murmura él algo alucinado.
--¿Qué?-pregunto extrañada
--Que... bueno... no me había fijado en que... se empieza a notar tu tripita-dice adorable acariciándola.
--¡No es cierto!-me quejo-¿Me acabas de llamar gorda?-pregunto fingiendo enfado.
--No, gorda no, embarazada-responde con humor.
--No sé qué es peor-admito en un murmullo.
--Pues que sepas que eres la embarazada más sexy que he visto-responde antes de lanzarse a mis labios de nuevo.

Me lo han cambiado, me han cambiado a Liam, nunca ha sido tan apasionado, ni de coña, no es que sea soso ni aburrido, sino solo... más dulce y adorable, no tan... así, pero de igual manera he de admitir que me encanta y me vuelve loca hasta la última de las células más recónditas y escondidas de mis ser.
Mi cuello es invadido por sus labios, tan suaves como siempre, haciéndome sentir en una nube, cuando la nube parece desaparecer de golpe, ya que siento mi estómago dar un vuelco y tengo que apartar a Liam con algo de brusquedad, antes de sentarme en la cama como puedo.

--¿Qué? ¿Qué ocurre?-pregunta preocupado poniendo una mano en mi tripa.
--Nada, nada, tranquilo, el bebé está bien-digo doblando mis piernas y poniendo mi cabeza apoyada en las rodillas.
--¿Entonces qué pasa?-pregunta sentándose junto a mí, sin apartar su mirada llena de preocupación de mí.
--Sabes que me vienen mareos, y náuseas-murmuro tratando de no echar hasta la primera papilla-ahora se supone que están justificados, pero igualmente...-resoplo alzando mi cara y tratando de hacer que mi estómago se tranquilice y deje la comida en su sitio.
--¿Deberíamos ir al médico?-pregunta algo asustado.
--No, no, claro que no, estoy... bien, más o menos-admito sonriente-pero me parece que hoy no va a poder ser-respondo con algo de humor y aún algo mareada-lo siento.
--No, tranquila, no importa, eso es lo de menos-responde muy seguro con su brillante sonrisa-igualmente es tarde, deberíamos dormir-comenta acariciando mi mejilla con dulzura.
--Sí, será lo mejor-admito.

Me tumbo en la cama despacio, tratando de no alborotar a mi estómago, notando como Liam me observa en silencio, para comprobar que estoy bien. Esto es estúpido, parece que tengo una tripa de nueve meses y es enorme por lo lento que me muevo, cuando apenas es una pequeña tripa de ni siquiera tres meses.
Me acurruco en la cama, vestida solamente en ropa interior, pero cómoda de igual manera, arropada hasta el cuello con la manta y suspirando, sintiéndome relajada como en mi vida, dispuesta a dormir de un tirón, sabiendo que mi pequeño está aquí, conmigo, que nada malo le va a ocurrir, no lo permitiré y ahora sé que Liam tampoco dejará que le pase nada malo.

--Ale-oigo la voz en bajo de Liam, como si no quisiera despertarme si estuviera dormida.

Abro los ojos despacio, dispuesta a responderle, dándome cuenta de la poca distancia entre nuestros labios, entre nosotros en general, por lo que no es necesario hablar demasiado alto.

--Dime-respondo en un susurro con una gran sonrisa.
--¿Crees que lo haré bien?-pregunta con una marcada preocupación.
--¿Hacer bien qué?-pregunto extrañada.
--Todo esto-responde llevando una de sus manos a mi vientre-ser... padre ¿crees que lo haré bien?-pregunta asustado.
--Por supuesto que sí, Liam-respondo antes de abrazarle con fuerza-¿Cómo no lo vas a hacer bien? si seguro que serás el padre más tierno de este planeta.
--¿Y cuando llore? ¿Y cuando haya que regañarle? yo no puedo regañarle, no voy a poder, le quiero demasiado.
--¿Y si es chica?-pregunto cuestionándole con una ceja alzada y una sonrisa.
--¿Cómo?-pregunta extrañado.
--Estás hablando todo el tiempo como si fuera un chico, ¿qué pasaría su fuera chica?-pregunto divertida.
--Peor me lo pones, ¿qué pasará cuando me hable de chicos? ¿y cuando me hable de esas cosas de chicas? yo no voy a poder entenderla.
--No creo que ningún hombre entienda un dolor de ovarios-respondo con humor-pero no te preocupes, deja de preocuparte, aún queda mucho tiempo, ni siquiera sabemos si es chico o chica-respondo acariciando mi tripa con cuidado-todo va a ir bien, Liam, te lo prometo-le aseguro.
--¿Y crees que será feliz aunque sea un desastre de padre?-pregunta uniendo su mano a la mía sobre mi estómago.
--No vas a ser un desastre de padre, pero aunque lo fueras, sería igualmente feliz, porque lo vamos a querer mucho.
--¿Y...?-trata de preguntar de nuevo, pero pongo mi mano libre sobre su boca.
--Y nada más por hoy-digo divertida-no te preocupes más, saldremos adelante, los tres juntos, como... como...
--¿Una familia?-pregunta él apartando mi mano de su boca.
--Sí... como una familia-confirmo con una pequeña sonrisa.

Él sonríe satisfecho por mi respuesta antes de abrazarme con fuerza, haciendo que esconda mi cara en su pecho. Noto caricias en mi cabeza y mi espalda gracias a él, mientras yo pienso en lo que acabo de decir, ¿familia? ¿seremos... seremos una familia? ¿se puede considerar familia? Liam y yo no estamos casados pero...seremos un padre, una madre y un bebé, eso... eso se supone que es una familia, ¿verdad?



----------------------------
A ver, yo no sé ya cuántas millones de veces lo he dicho, pero parece que aún no os queda del todo claro, y no quiero sonar borde, pero es que parece que me ignoráis cuando escribo las cosas para que las leáis, pero en fin, yo os lo repito (otra vez):
Si queréis que ponga un link vuestro al final del capítulo, en la foto donde aviso por tuenti o en cualquier lugar que me concierne a mí o a mi novela PEDIDME PERMISO, porque si no lo hacéis, borro vuestro comentario de forma automática, y en estos últimos 82 capítulos os lo he ido diciendo, lo habéis seguido haciendo y he tenido que coger vuestro comentario, copiarlo, borrar el spam (que son vuestros links) y pegarlo de nuevo, y aun así, lo he contado como un comentario más para poder subir rápido. A partir de ahora, comentario que vaya con link sin mi permiso, comentario que se borra y que no cuento.
Y si queréis que ponga un link al final de la novela o que la recomiende, me lo pedís y yo lo hago encantada, porque al principio siempre se necesita ayuda para conseguir lectores, pero no me lo pongáis sin permiso porque jode y jode un huevo.

Eso es todo, espero que no os enfadéis conmigo por lo que he dicho, pero es que en tres de cada cinco comentarios hay un link puesto sin permiso y me molesta muchísimo.

Besitos de koala for everybody :*.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Capítulo 81. Todos los días de mi vida.

Narra Niall.
Decidimos dejar a Harry un rato, sin presionarle, sin querer hablar con él, ya que quizás necesite tiempo para pensar o quizás solo tiempo para dormir sin que nadie le estorbe, aunque lo que realmente creo que necesita es un fuerte abrazo de alguien, pero si se encierra en su habitación por propia voluntad no creo que nadie pueda darle ese abrazo que tanto implora.
Nos dejamos caer cada uno en uno de los tres sofás que hay en este salón, frente a la televisión apagada, sin tener muy claro qué hacer ahora, ni con Harry ni con nosotros mismos, ya que, por lo menos yo, me siento culpable de no haber hecho algo de antes, de haberlo evitado de alguna manera, aunque ya es un poco tarde para poder evitar que haga esas cosas o piense de esa manera.

--Chicos-habla Liam, haciendo que salga de mis pensamientos y le mire esperando a que prosiga-¿Estaría mal que llamara a Ale para que viniera?-pregunta preocupado.
--No, no estaría mal-responde Zayn-es más, yo voy a ir a por María-habla levantándose del sofá-no tardaré ni media hora, si pasa cualquier cosa llamadme ¿vale?-comenta mientras se pone la chaqueta.
--Lo haremos, no te preocupes, Malik-hablo sacando el móvil de mis vaqueros, dispuesto a llamar a Ane.
--No tardo-insiste Zayn antes de salir por la puerta de casa, dejándonos a Liam y a mí en el salón.
--Vamos a poner un poco de humor a la tarde-comento divertido marcando el número de Ane.

Pongo el altavoz para que Liam también pueda oírlo y lo dejo encima de la mesa, mientras en la pantalla pone "Llamando a 'Ane <3' ", lo que hace reír a Liam por lo bajo al ver el nombre que tengo puesto para cuando la llame.
Sonrío poniendo el dedo índice sobre mis labios para que él no ría y fastidie mi broma, justo en el momento en el que ella coge la llamada.

--¡Hola mi cielo!-responde ella nerviosa, lo que hace que me entren las ganas de reír.
--Hola cariño-comento, fingiendo extrañeza, con una sonrisa llena de diversión-¿Pasa algo?
--No, no, no, no, no, ¿qué va a pasar?-responde histérica.
--¿Segura que te encuentras bien?-pregunto con humor, tratando de no reventar a reír.
--Sí, sí, sí, sí, perfectamente, ¿por qué no iba a estarlo?
--No lo sé-responde con algo de humor, mientras trato de no reír, al igual que hace Liam.

Algo de risa en el día de hoy, por fin, que son las diez de la noche y vaya tardecita llevamos con lo de Harry, pero por lo menos ahora nos reímos, aunque solo seamos Liam y yo, ya que Louis está con Elena y Zayn...Zayn se fue a por María, pero... me extraña que aún no haya llamado, cosa que hace que me comience a preocupar y que me auto recuerde llamarle en cuanto acabe de hablar con Ane, ya que sabiendo cómo es Zayn lo normal en él hubiera sido llamarnos según hubiera puesto un pie en la calle, aunque creo que yo también estoy exagerando, ya que no han pasado ni cinco minutos desde que se fue.

--Oye cielo-comento tratando de callar la risa de Liam-¿crees que podrías venir un momento?
--Sí, sí, claro, a donde me digas yo voy, sin problemas, aunque es un poco tarde, no será muy lejos ¿no?
--No, no, que va, es aquí al lado...a la casa de Harry.

Liam se levanta del asiento reventado a reír mientras se va hacia otra sala para no fastidiar mi forma de vacilar un poco a mi novia, mientras yo tan solo sonrío, esperando saber su respuesta, posiblemente nerviosa si es que no me ha colgado, ya que no oigo nada, ni bueno ni malo, ni excusa ni afirmación, nada de nada.

--Eh... ¿Ane?-pregunto extrañado.
--Que...que sí, que vale, que...que ahora bajo a casa de Harry... Te quiero-dice antes de colgarme.

Río divertido, ya colgado el teléfono, lo que hace que la risa de Liam se agrave, en lo que creo que es el recibidor, la cual se hace más y más fuerte, ya que supongo que viene hacia aquí.
En efecto es así, ya que aparece por detrás de mí y se sienta a mi lado, riendo divertido por una tontería en realidad, pero supongo que cuando una persona necesita reír se ríe por todo, y si además va a ser padre y le hace tanta ilusión, creo que ayuda, ya que es feliz, aunque también está triste por Harry...creo que Liam tiene un cúmulo de sentimientos en su cabeza, enrevesados entre sí de cualquier manera.

--¿Va a venir? ¿Enserio?-pregunta divertido.
--Ajá-es lo único que respondo, guardando mi móvil en los vaqueros.
--¿Y qué la vas a decir? ¿La vas a decir que sabes lo que ha hecho con Harry?
--Según él no han hecho nada, tan solo...bueno, tan solo se han enrollado, como suele decirse, pero bueno, tampoco se lo voy a echar en cara.
--Buen novio, Horan-comenta revolviendo mi pelo con una mano como si fuera un niño pequeño.

El timbre de la casa suena en ese momento, por lo que me levanto del sofá y me dirijo a la entrada, donde abro la puerta y veo a la nerviosa de mi novia, sin saber si mirarme a los ojos, a alguna parte de mi cara, al suelo o al infinito, lo que hace que ría por lo bajo y siga con mi pequeña broma.

--¿Te encuentras bien?-pregunto alzando una ceja, sonriendo divertido.

Sus ojos se encuentran con los míos momentáneamente antes de que ella agache la cabeza mirando hacia el suelo. Noto como su respiración se entrecorta. Mierda, va a llorar, eso no, por favor, si solo estoy haciendo una broma, tampoco es para tanto...
Hago que se pegue a mí con mi brazo derecho, a lo que ella responde abrazándose a mi torso con fuerza, escondiendo la cara en mi pecho, haciéndome sentir una mala persona, cuando ha sido ella la que me ha puesto los cuernos... o medio me los ha puesto o lo que sea que se supone que haya hecho.
Su cuerpo tiembla débilmente antes de abrazarme con más fuerza, por lo que yo correspondo a su abrazo, apoyando mi barbilla como puedo en su cabeza y acariciando su espalda de arriba abajo para tranquilizarla y que no se preocupe, cuando en teoría yo no tendría que saber el motivo de que se encuentre así.

--Lo siento-murmura entre lágrimas.
--¿Qué sientes?

Mi pequeña broma ya ha acabado, lo ha hecho en el momento en el que ha comenzado a llorar, pero siento curiosidad por saber si me lo dirá o no, si será capaz de decirme que casi se acuesta con Harry, algo de lo que no la veo muy capaz.
Me equivoco, claramente.

--Yo...no sé cómo exactamente, pero...-trata de decir, sin mirarme a la cara, jadeando por su llanto-yo... Harry... bueno... ambos...
--Lo sé-confirmo antes de abrazarla de nuevo-lo sé, da igual...
--¿Lo sabes?-pregunta confusa, apartándose de mí, para mirarme extrañada.
--Sí, lo sé y...bueno, no es que me haga mucha gracia, pero así lo de los probadores con Emily queda olvidado, ¿verdad?-pregunto sonriente.
--Sí, supongo-admite.

Me mira a la cara de nuevo, avergonzada por todo esto, antes de abrazarme de nuevo con fuerza, lo que hace que yo sonría.
Así por lo menos ya estamos en paz.

--Venga, vamos dentro-propongo al percatarme de que estamos en la puerta de entrada aún.

Ella asiente con la cabeza antes de colocarse bajo mi brazo, pegada a mi costado.
Cierro la puerta con un brazo antes de dirigirme al salón, donde me encuentro a Liam hablando por teléfono, con una sonrisa que no le cabe en la cara, por lo que debo suponer que con quien habla es con Ale, con su novia, con...con la chica que está embarazada de él, la chica que junto a él ha formado un pequeño o pequeña, al menos de momento un producto de pequeño o pequeña, mediante su amor, está claro que mediante su amor lo han creado, de no ser así, no creo que estuvieran tan felices de tenerlo.
Lo que me recuerda...

--¿Te encuentras mejor?-pregunto en el oído de Ane, apenas en un susurro, algo preocupado.

Su respuesta es mirarme a la cara y sonreírme ampliamente, sin rastro de dolor ni arrepentimiento por su parte, cosa que me alegra, ya que no parece que se arrepienta, sino al contrario, parece feliz, al igual que me siento yo, ya que la experiencia ha sido...increíblemente positiva y he de suponer que no lo hice tan mal como para que ella siga aquí conmigo ¿verdad?
Nos aceramos hasta el salón, donde encontramos a Liam. Nosotros nos sentamos en uno de los sofás, ella acurrucada bajo mi brazo izquierdo.

--¿Pero estás cerca de aquí?-se oye preguntar a Liam por teléfono, algo preocupado-¿Segura? Sabes que puedo ir a buscarte sin ningún problema, no tardo nada ... Sabes que solo me preocupo ... Ya, ya sé que de casa a aquí no te pasará nada por ir sola, pero me preocupo por vosotros.

Vosotros, ya utiliza un "vosotros", para hablar con ella, para dar a entender que se preocupa tanto por su novia como por su hijo, algo que me parece realmente adorable.

--¿Pero te queda mucho?

El timbre suena de nuevo y es esta vez Liam quien se mueve rápido hasta la puerta y la abre.

--No, no me queda mucho-responde ella con humor a la pregunta que había formulado Liam por teléfono.
--¿Pero qué narices haces?-oigo que pregunta Liam, enfadado, molesto, indignado, por completo.
--Pues llegar aquí, ¿no me has pedido que lo hiciera?-pregunta divertida, entrando en el salón.

Entonces caigo a qué se debe el enfado de Liam y a su pregunta de qué está haciendo. No es que no haya hecho bien en venir, ya que Liam se lo había pedido, sino es algo que le preocupa mucho más a su novio; ella está fumando.
Se sabe que las mujeres embarazadas no deben fumar, hace daño al feto, al bebé, causa muchos daños al bebé antes de nacer y posiblemente algunos de ellos los mantenga hasta después de que nazca, por lo que apoyo la posición de Liam enfadado, está claro que no debe de hacer eso.

--¿Qué mosca te ha picado, Payne?-pregunta ella, mientras sigue con su cigarrillo como si nada, divertida, mirando como su novio se empieza a desquiciar por completo.
--Estás fumando-responde él quitando de su boca el cigarrillo.
--¡Oye! ¡Que solo me quedaba ese!-se queja ella.
--Y hasta dentro de al menos ocho meses no esperes probar otro-confirma Liam apagándolo en el cenicero.
--¿¡Ocho meses?! ¿¡Pero a ti se te va la cabeza?! ¿¡Cómo quieres que esté ocho meses sin fumar si llevo dos años haciéndolo sin descanso?!
--¿Quieres a nuestro bebé?-pregunta Liam serio.
--¿Bebé? ¿qué bebé?-pregunta Ane en un susurro, asombrada.
--Ale sigue embarazada, confundieron los historiales médicos o no sé qué-respondo en un susurro también, antes de seguir observando la conversación entre ellos dos.
--¡Claro que le quiero!-responde Alejandra casi enfadada porque su novio lo dude-¿Cómo no voy a quererlo?-pregunta acariciando su estómago con cariño.
--Pues entonces no fumarás en ocho meses por lo menos-responde Liam-El tabaco es malo para él y para ti, si tú fumas es como si él o ella lo hiciera, es algo muy malo que todas las porquerías que le ponen al tabaco le lleguen cuando apenas se está formando, por eso no debes fumar.

Ella resopla antes de dejarse caer en el sofá, decidiendo qué hacer, si fumar o dejar de fumar, aunque supongo que es bastante obvio que prefiere no fumar a que su pequeño o pequeña salga con problemas.
Acaricia su tripa con la mano derecha antes de responder.

--Está bien, no voy a fumar, pero que sepas que es solo por él-responde muy segura, mirando a Liam, quien sonríe victorioso por haber logrado su propósito.
--O ella-responde Ane.
--¿Sabéis ya lo que es?-pregunto curioso.
--Aún no-responde Liam sentándose al lado de Ale.

Posa la mano con cuidado en el estómago de ella, protegiendo y cuidando de su pequeño, aunque aún tan solo esté en la tripa de Ale y no tenga un tamaño considerable, ya que no estará de muchos meses, al menos no se le ve una tripa gigantesca, aunque con ese jersey de punto negro tampoco se puede diferenciar gran cosa.
Las manos de Liam y Ale se juntan en el vientre de ella, cosa que hace que ambos sonrían antes de que él prosiga hablando.

--Aún es un poco pronto para saberlo-confirma.
--Tampoco sabemos de cuánto estoy, quizás sí que se pueda saber ya-comenta Alejandra, algo emocionada.
--Eso se ve cuando estás al menos de cinco meses, es decir, con una tripa algo más grande, por el momento es un pequeño milagro y ya está, ya se verá si es niño o niña.
--Sea lo que sea, apuesto a que es tan bonito como tú-confirma Alejandra-no lo dudaría ni un segundo a que tendrá tus preciosos ojos, tu brillante sonrisa y tu gran corazón...

Narra Louis.
No sé si agradecerle a los chicos que me hayan hecho salir con Elena o matarlos por haber hecho que deje a Harry solo, pero de una manera u otra, camino rápido por la calle, ya que a primeros de Marzo, en Londres y de noche, no hace calor precisamente.
Diviso la casa de Elena y como una pequeña figura se balancea hacia delante y detrás sobre sus pies, algo nerviosa, y vestida de forma increíble, ¿qué le habrá dado a Elena para que se pinte como una puerta y se ponga tan pija como va? Tanto ella como yo siempre hemos tenido mucha confianza el uno con el otro, si hay un día en el que estemos vagos, no importa, día de estar en casa, en pijama y sin arreglarnos lo más mínimo, pero tampoco preocupados por lo que pensará el otro, ya que somos amigos, eso realmente no importa, pero esta noche va...espectacular, he de admitirlo; lleva vestido. Elena y vestido son dos palabras que nunca pensé que emplearía en la misma frase, pero así es, lleva un vestido rojo que la llega por encima de las rodillas, yo de ella me hubiera puesto más ropa, ya que hace algo de frío y, aunque supongo que lleva medias, tampoco es que la vayan a calentar demasiado, pero bueno, ella sabe lo que hace, supongo. Tampoco me queda demasiado claro el que esté en sus cabales, ya que lleva una chaqueta no demasiado grande ni gruesa, ¿pero se puede saber qué le ha dado a esta chica hoy? ni que hubiera quedado para salir con Ed, solo va a dar una vuelta conmigo.
Ella se percata de como camino ya cerca de su casa y sale corriendo hasta llegar a mí y darme un fuerte abrazo, uno de los que ella siempre da, un abrazo de oso amoroso como digo yo, ya que te estruja por completo, aunque a veces esos abrazos son los mejores, sin lugar a dudas.

--Oh, Boo, te he echado de menos-dice aún en el abrazo.
--Yo a ti, rubita-respondo de la misma manera-Estás...preciosa-admito separándome del abrazo.

Noto como sus mejillas se llenan de rubor. Vale, ¿qué está pasando aquí? ¿qué es todo esto? ¿una cámara oculta? Ella nunca se ha sonrojado delante de mí y menos por algo que yo la haya dicho, como que va guapa, aunque tampoco sé si alguna vez lo he dicho que estas palabras exactas, pero de igual manera me encantaría saber qué la ocurre para que se comporte de esta manera tan sumamente extraña. Serán cosas de chicas, supongo.

--¿A dónde vamos?-pregunto sonriente, ignorando su comportamiento tan extraño.
--A donde quieras-responde ella de la misma manera.
--¿Te apetece que vayamos al cine?-propongo.
--Sí, hace mucho que no voy y creo que hace poco estrenaron una buenísima-responde emocionada.
--Pues vamos-digo colocando mi brazo de forma que ella pueda agarrarse como si fuéramos una pareja, pese a que lo hacemos todo en plan broma.

Caminamos comentando alguna que otra cosa, aunque la verdad hablo yo prácticamente todo el rato, ella se encuentra extrañamente callada, aunque sonriente, escuchando cada palabra que yo digo, sobre cómo nos lo hemos pasado en Estados Unidos, con la gira, las fans de allí y esas cosas de las que no suelo hablar, ya que parece que alardeo de ello, pero no lo hago, simplemente lo comento, ya que me siento increíblemente orgulloso por haber ido a Estados Unidos y que no haya sido un fracaso por completo, al contrario, creo que hemos sido un éxito.
Cuando veo las puertas del cine me paro a pensar en qué película veremos, a ambos siempre nos han gustado las de super héroes y acción, algo extraño ya que las chicas suelen preferir películas románticas, no es que quiera sonar machista, pero una película romántica siempre suele llamar la atención de una chica que de un chico.
Emocionado por saber qué película vamos a ver (seguramente una que me encante) nos acercamos a las taquillas, cuando me quedo flipando al ver que la única película que se estrena hoy es The vow*
Espera, espera, espera, me estoy empezando a asustar, ¿enserio Elena, mi Elena, Elena Towell, quiere que veamos The vow? Pero...pero...pero si...es una película que mezcla el drama y el romanticismo.

--Eh... Elena...digo poco convencido.
--¿Si?-responde ella sonriente.
--¿Vamos a ver The vow?
--Sí, me han dicho que está muy bien, que es preciosa-comenta alegre-Pero podemos ver otra si lo prefieres-comenta algo preocupada de que no sea de mi agrado la película.
--No, no, seguro que está...bien-admito.

Ella sonríe feliz antes de sacar las entradas, entradas que no me deja pagar, obviamente, siempre ha sido muy cabezona para estas cosas, aunque eso es lo que menos me importa en estos momentos, ya que me empieza a preocupar la actitud de Elena, pero a preocupar de verdad. Ella nunca ha sido de ver estas películas, de vestir así, de comportarse...de este modo, juro que no la entiendo, para nada, al menos hoy.
Entramos a la sala, ya debido la hora que es, algo más tarde de las diez y media, no hay demasiada gente, cosa que agradezco, ya que no me gustaría nada tener que salir de aquí entre espachurrones después de todo el tiempo que he estado sin ver a mi amiga.
Apenas me da tiempo a comentar nada con ella cuando apagan las luces del cine y la película comienza en este pequeño cine que hay en el barrio, no muy lejos de casa, lo que amplia las posibilidades de que no haya mucha gente, y así es, ya que estamos prácticamente solos en la sala del cine, exceptuando una pareja que hay sentada varias filas por delante de nosotros.
No es en definitiva la clase de películas que a mí me gustan, pero dentro de lo que cabe no está mal, hay pequeñas partes de humor, pero sobre todo drama por el que una mujer en una pareja de enamorados haya perdido la memoria y no recuerde a su marido, y amor, ya que éste trata de recuperarla y hacer todo lo posible para que se vuelva a enamorar de ella.
Algo, un...un algo así porque sí hace que gire la cabeza y deje de mirar la película para dirigir mi mirada a mi amiga, por ver cómo está, si la gusta la película, si la entretiene, si llora, si...algo, pero lo único que me encuentro son sus ojos celestes a una corta distancia de mí, lo que hace que trague saliva nervioso por algún motivo solo conocido en el subconsciente de mi cabeza, ya que no me suelo poner nervioso con ella.
Ella me mira algo nerviosa, con una pequeña sonrisa en sus labios que no sé como interpretar, pero que hace que yo también sonría sin motivo aparente, antes de inclinarme ligeramente hacia ella.
Me encantaría saber qué estoy haciendo y por qué lo hago, también el porqué de que esté moviéndome de esta forma con intenciones de besarla, a ella a mi amiga, a Elena, algo sin sentido, pero que tampoco me importa, ya que dejo que mis pensamientos vayan por libre mientras que mi cuerpo toma rumbo propio hasta sentir un pequeño contacto con los labios de Elena.
Ella no se detiene, ni se aleja, más bien todo lo contrario, ya que sigue el beso sin ninguna clase de problema, mientras yo me giro hasta quedar de lado completamente para dejar de estar tan retorcido y poder acariciar su mejilla con cuidado mientras la beso.
Nunca pensé en besar estos labios, de ninguna manera, pero igualmente lo estoy haciendo, y podría decir que me encanta, pero creo que mentiría, ya que por mucho que quiera a Elena, estos no son mis sentimientos hacia ella, aparte de que antes de ella está Eleanor y antes de Elanor, Lucía. Mierda, ¿por qué tengo a tantas chicas en mi cabeza?
Finalizado el beso, me separo de ella ligeramente, sin saber qué decir, ni como actuar ahora frente a ella, sin saber cuales son sus sentimientos hacia mí ahora, ya que los míos hacia ella siguen siendo los mismos; amistad y fraternidad. Pero me parece que los de ella no están tan claros, ya que empiezo a unir la fichas, como el porqué de que se haya arreglado tanto, de que hayamos visto una película romántica en vez de una de acción, de porqué no se haya comportado como siempre, de una manera algo bestia y quizás poco femenina que es como suele comportarse. Todas esas pequeñas fichas hacen que me empiece a dar cuenta de que precisamente en estos momentos Elena no me ve como a un amigo, ni mucho menos.
Las luces del cine se encienden, por lo que doy por finalizada la película, dejándome ver como algo de rubor la cubre, algo avergonzada por el beso, mientras yo sigo sorprendido, qué duda cabe, por lo que acaba de pasar.
Abro la boca dispuesto a decir algo, aunque quizás sea una tontería, qué importa, a decir algo, ya que ella no comenta nada y el silencio es realmente atormentante, cuando un móvil suena y yo mismo me sorprendo al darme cuenta de que es el mío.
Lo cojo de forma torpe, debido al empanamiento que sufro aún por la confusión de lo ocurrido.
El que me llame Zayn no me tranquiliza precisamente. Mierda, seguro que ya ha ocurrido algo a Harry y yo aquí, besándome con una chica que ni siquiera es mi novia y a la que yo tomaba como amiga.

--¿Qué pasa, Malik?-pregunto serio.
--Yo... yo...-es lo único que responde él, lo que hace que me ponga más nervioso aún al notar que llora y no puede responder por eso.
--¿Tú qué Zayn? ¿Le ha pasado algo a alguno de los chicos?-pregunto asustado.
--No...a los chicos no...-responde.
--¿Entonces a quién? ¿Qué pasa, Zayn?-pregunto levantándome de mi asiento, dispuesto a salir corriendo hacia donde sea necesario.

Elena se levanta junto a mí, mirándome con el ceño algo fruncido por la confusión de no comprender lo que pasa, ni lo que yo esté hablando, por lo que ella tan solo se queda mirándome esperando a que la informa de lo que pasa, cosa que haría, si Zayn hablara más claro.

--Yo...María...
--¿María?-pregunto con una mezcla de asombro y temor-¿Qué la pasa? ¿Ha vuelto Jason a por ella? ¿Se encuentra bien?-pregunto atropelladamente mientras salgo de la fila de los asientos, con Elena tras de mí.
--No lo sé-responde él con un hilo de voz.
--¿¡Cómo que no lo sabes?!-exclamo irritado saliendo de la sala del cine-Mira Zayn o te explicas o te explicas porque te vas a llevar un guantazo de lo nervioso que me estás poniendo. ¿Qué la pasa a mi hermana?
--Tú...tú solo ven a mi casa...

Es lo único que responde antes de colgarme. Miro mi móvil alucinado, sin creerme que Zayn me haya colgado y más habiéndome dicho eso...esa frase...que hace que se me erice la piel por un mal presentimiento, y si la piel se me eriza de esta manera, no es bueno, nada bueno.
Me dispongo a salir corriendo cuando recuerdo que Elena está conmigo, la cual camina a la misma velocidad que no, sin decir nada más, tan solo siguiéndome saliendo del cine y quedando en la calle, fría y desierta ya que es cerca de media noche.

--Elena, yo...-trato de disculparme, pero ella me interrumpe.
--Ya, lo entiendo, tienes que irte-responde ella sonriente, aunque algo dolida.
--Mira mañana nos vemos y...aclaramos todo esto, incluido el...beso, pero tú no digas nada a nadie, mucho menos a Lucía, hasta que lo solucionemos todos ¿vale?-la pido suplicantes y esperando que no diga nada para que no empiecen los rumores y mucho menos lleguen a Lucía.
--Sí, ya...mañana o cuando sea hablamos-responde comprensiva.
--Gracias Elena, mañana nos vemos y que sepas que hagamos lo que hagamos, yo invito a la próxima-la prometo-hasta mañana, te quiero-digo antes de besar su mejilla y salir escapado hacia casa de Zayn.

¿Qué narices ha pasado? ¿Me acabo de liar con mi mejor amiga? ¿Enserio? No me lo creo, aunque tampoco el que haya visto una película tan pastelosa como la que acabo de ver y la cual no sé como acaba, ya que el final se ha visto interrumpido por ese extraño beso entre Elena y yo.
Corro por las desiertas y frías calles de Londres, sintiéndome estúpido por haber dejado a Elena sola, aunque su casa no quede muy lejos del cine, algo que me tranquiliza y que hace que me sienta un poco menos culpable por si la pasa algo, pero corro y corro de igual manera, tratando de ubicarme y buscar las calles por las que atajar y llegar a casa de Zayn lo antes posible, solo por saber qué es lo que le ocurre a mi hermana que hace que Zayn apenas pueda hablarme. Se me ocurren muchas cosas y todas de ellas malas, desde que Jason la haya vuelto a tocar hasta que el siguiente bebé que venga sea suyo y de Zayn, cosa que como así sea les mato, a los dos, sin dudarlo.
Por fin diviso la casa de Zayn. Corro los últimos metros antes de llegar a la puerta y tocar con el puño algo agitado por mi carrera y por los propios nervios de no saber qué la pasa exactamente.
Quien me abre es el moreno de Malik, con los ojos llorosos y una mirada totalmente destrozada, que hace que me asuste más aún y me preocupe por el estado en el que se encuentra María. Zayn sin embargo, en vez de contarme de una puñetera vez lo que ha pasado, de dejarme más tranquilo o rematarme del todo, lo único que hace es abrazarse a mi pecho con fuerza, llorando por lo que parece, a lo que yo me quedo bastante flipado, creo que no tanto como hace un rato cuando me besaba con Elena, pero igualmente bastante alucinando, por lo que me cuesta un poco reaccionar y corresponder al abrazo de mi amigo antes de preguntarle.

--¿Qué la ocurre?


------------------------

*The vow. Originalmente estadounidense y traducida al castellano como "Todos los días de mi vida" (de ahí el título del capítulo). En Latino América la tradujeron como "Votos de amor" (Lo aclaro ya que sé que hay gente que me lee desde América Latina, sois puro amor *-*)

Si no habéis visto la película os recomiendo verla, a mí me encanta, es una de mis favoritas y la recomiendo a todo el mundo, porque es totalmente asdfghjklñ *-*

Muchos besos de koala y espero que pronto lleguen los comentarios necesarios para que suba el siguiente. (Por si alguien no lo sabe son OCHO :3)

Mi cuenta de wattpad es ELizabeth_Wardebroke (mensaje subliminal para que me sigáis e.e)

Aquí os dejo el link de una novela que no tiene muchos capítulos ni lectores, y creo que todo el mundo merece la oportunidad de ser leído, así que aquí os lo dejo para que os paséis en cuanto podáis ^^
http://cuentosdeduende.blogspot.com.es/