domingo, 29 de junio de 2014

Capítulo 95. Tú ganas.

Lo prometido es deuda, aquí el capítulo 95, en el que espero que me comentéis mucho mucho, porque he subido dos capítulos hoy y bueno, me gusta mucho que me comentéis porque me animáis y esas cosillas :')
Enjoy it! :3
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Narra Harry.
--Hazza...-oigo una voz medio adormilada que me llama.

Giro mi cabeza para encontrarme con los ojos de Marta, mirándome entrecerrados por el sueño, con un brazo rodeándome y su torso apenas cubierto con una sábana, al igual que está el mío, aunque después de lo de esta noche no estábamos para vestirnos, lo admito, yo también estoy machacado después de toda la gira, pero estoy feliz de lo que hemos hecho; hemos acabado nuestra primera gira, y hemos llegado hasta Estados Unidos y encima triunfar, creo haber escuchado que somos la primera banda británica (En realidad británico-irlandesa, que a muchos se les olvida ese detalle) que llega a los Estados Unidos y triunfa y nosotros... lo hemos conseguido, me siento realmente orgulloso de ello y también de haber triunfado en nuestro propio continente, pero ahora lo que quiero es descansar, vacaciones, encima empieza el verano, con el calorcito y será total e increíblemente genial.

--Dime cielo-susurro acariciando su mejilla.
--¿Dónde crees que está Alejandra?

La pregunta me pilla más que de sopetón; hace ya un mes que Ale se fue, dejando esa carta de despedida y dejando a Liam hecho completamente polvo, pero por esa misma razón no lo mencionamos, no queremos recordárselo y que se hunda más y más, aunque parece que se va encontrando mejor, eso o que cada vez sabe mentir mejor, que también puede ser.

--No sé, quizás haya vuelto a sus orígenes y esté por ahí atracando a ancianitas-digo con algo de humor.
--Harry...-dice en tono quejica-estoy hablando en serio.
--¡Yo también lo digo en serio!-me excuso, pero aún con diversión-Realmente no sé dónde puede estar-admito en un suspiro-Quizás... no sé, se haya ido muy lejos, o por el contrario esté aquí al lado y no nos demos cuenta de que está caminando por la misma calle que nosotros, no lo sé realmente... ¿Por qué me lo preguntas?-pregunto algo confundido.
--Oh, nada, solo... acabo de soñar con ella-responde el ceño fruncido apoyando su cara en mi pecho con cuidado-¿Crees que estará bien?-pregunta con tono bajo, pero claramente preocupado.
--Seguro que sí-susurro pasando mi mano por su pelo con lentitud-seguro que sí...

Apenas caigo dormido, oigo que suena mi teléfono móvil, haciendo que me levante sobresaltado y por lo tanto que Marta se queje, ya que estaba acomodada encima de mí y ahora gruñe malhumorada, dándose media vuelta en la cama y acurrucándose con apenas una sábana rodeando su cuerpo.
Cojo mi móvil, que sigue y sigue sonando, no sé quién podrá ser a las tres de la mañana.

--¿Si?-pregunto dejando caer mi cabeza en la almohada, con los ojos cerrados por el sueño y luchando por no quedar dormido.
--¿Harold?-oigo que pregunta una voz femenina y muy conocida para mí-¿Ocurre algo malo?
--¿Tía Martha?-pregunto extrañado restregando uno de mis ojos-No, nada va mal, ¿por qué me llamas a estas horas?
--Es que perdí mi teléfono y estuve buscándolo por meses, lo acabo de encontrar y he visto un montón de llamadas tuyas, por eso me he preocupado, pero como tu padre no me ha dicho nada, supuse que era algo sobre ti, personal-explica tranquilamente.
--No, yo no te he llamado-respondo confundido.
--Que sí, lo pone aquí, unas veinte llamadas y varios mensajes preguntándome dónde estoy y por qué no te contesto.

En ese momento una bombilla imaginaria se enciende sobre mi cabeza y me levanto de golpe quedado sentado en la cama y mirando con los ojos como platos a la pared de enfrente.

--No... no era nada, tranquila, no te preocupes tía, era una bobada-me trato de explicar nervioso y saliendo de entre las sábanas con algo de torpeza-A ver cuando quedamos y nos vemos ¿vale?
--Claro pequeño, cuando quieras-responde ella feliz-Ahora me vuelvo a dormir, que tu tío Steve está ya refunfuñando-dice divertida.
--Vale tía, descansa, buenas noches-digo poniéndome mis calzoncillos, los cuales andaban por el suelo al haber sido quitados con velocidad y necesidad.
--Buenas noches, Harold.

Cuelgo el teléfono y lo lanzo a la cama antes de lanzarme a por unos vaqueros y enfundarme en ellos a una velocidad de vértigo, al igual que hago con una camiseta.
Mierda, mierda, mierda. El tal Andrew o como quiera llamarse no tuvo nada que ver con las llamadas que no llegaron a Marta, fui yo el que se equivocó de número y en vez de llamarla a ella llamé a mi tía Martha, la cual vive en Canadá y pierde su teléfono con facilidad, bueno, su teléfono, los zapatos, las gafas, el gato, una vez perdió hasta la televisión y que nadie me pregunte como perdió algo tan grande porque realmente no sé cómo lo hizo, pero así fue, en resumidas cuentas, amenacé y estampé contra un árbol a un chico que no tenía culpa de nada y ahora me siento culpable, por lo que necesito ir a disculparme, aunque sean las tres de la mañana, más vale tarde que nunca.
Cojo las llaves del coche de la mesilla y las meto en el bolsillo de mis vaqueros al igual que hago con mi móvil.

--¿Qué pasa?-murmura Marta malhumorada.
--¿Sabes dónde vive tu amigo Andrew o como se llame?-pregunto dando un rodeo a la cama para quedarme frente a ella.

Ella abre los ojos como platos ante esa pregunta y se levanta de la cama, rodeando su cuerpo con una sábana y dejando sus pies tocando la moqueta, justo enfrente de mí. Me mira extrañada, inspeccionándome con la mirada antes de agachar la cabeza. Pasa su mano derecha por su pelo, colocándolo y con la izquierda sujeta la sábana antes de soltar un suspiro pesado y algo triste.

--Hey, ¿qué ocurre?-pregunto clavando una de mis rodillas en el suelo para quedar a una altura en la que pueda ver claramente sus ojos pese a la oscuridad de la habitación-¿Ya nos sois amigos? ¿Acaso te ha hecho daño?-pregunto molesto, ya que si la ha hecho cualquier clase de daño mando a tomar por culo mis buenas intenciones de disculpa y le meto un puñetazo.
--No, no me ha hecho... daño-responde ella-solo que ya... no hablamos tanto, solo eso.
--¿Habéis dejado de ser amigos?-pregunto confundido, ya que parecían llevarse muy bien.
--No, seguimos siendo amigos... o algo así-murmura.
--Marta, ¿me quieres decir qué ha pasado entre vosotros dos?-pregunto acariciando su mandíbula y haciendo que me mire a los ojos-¿Acaso...os habéis liado?-pregunto asustado.
--¡No!-exclama molesta-¡Por supuesto que no! ¡Oh, Harry!-gruñe algo enfadada levantándose de la cama y alejándose de mí-¿¡Cómo puedes pensar tal cosa?!-exclama cabreada.
--No lo sé-respondo confundido por su actitud-¿Entonces qué ocurre?-pregunto levantándome del suelo.
--Pues que ya no somos tan amigos y punto ¿vale?-dice sin más, aún con tono molesto.

Me acerco a ella hasta que mi pecho encaja en su pequeña espalda y dejo un beso en su hombro con cuidado, esperando a que se tranquilice del berrinche que ella sola se ha cogido, cosa que hace pasados unos segundos, suspirando y apoyando su cabeza en mi hombro con cuidado.

--¿Para qué quieres saber donde vive?-pregunta con voz pausada.
--Necesito disculparme con él-admito.

Ella se da media vuelta y me mira con lo ojos muy abiertos casi sin poder creerse que haya dicho tal cosa, aunque sea la verdad.

--¿Tú? ¿Disculparte? ¿Con él?-pregunta sorprendida-¿Por qué?
--Recuerdas cuando... bueno, cuando estaba mal, con el bajón y te llamé para ver cómo estabas y no me lo cogiste y cuando por fin te encontré estabas con él y te dije que te llamé, pero tú decías que no, y yo decía que era su culpa, y antes de eso pues le... zarandeé un poco, ¿lo recuerdas?
--Sí claro, ¿cómo olvidar tal espectáculo?-dice rodando los ojos.
--Pues en realidad... él no hizo nada, no fue su culpa y por eso... me quiero disculpar con él-admito en voz baja.

Ella me mira sorprendida, pero acto seguido sus ojos parecen tiernos y me abraza con fuerza, escondiendo su cara en mi cuello y dejando un pequeño beso que hace que me recorra un escalofrío.
Se separa de mí y camina hacia su bolso, del cual saca una pequeña agenda, se sienta en la cama y empieza a pasar hojas hasta que se detiene en una en concreto.

--Vive en la calle Carlton Avenue West-me informa-está en el barrio de Harrow, número 10, es una vivienda unifamiliar-dice mirándome sonriente-¿Quieres que te acompañe?-pregunta cerrando la agenda y dejándola en su sitio de nuevo.
--Tranquila, estaré de vuelta en poco más de una hora-digo antes de besar su mejillas-duerme mientras tanto-digo sonriente.

Ella me responde a la sonrisa antes de acurrucarse en la cama y mirarme desde ahí divertida.

--Aquí te espero-dice con una sonrisa pícara.

Yo suelto una pequeña carcajada antes de salir del cuarto. Bajo los escalones de dos en dos, olvidando por completo que Louis está aquí, ya que oigo el chirrido de una puerta abrirse y cómo aparece Lou medio zombie quejándose.

--¿Qué son esos ruidos?-pregunta adormilado.
--Ve a dormir, Tomlinson-respondo encaminándome a la puerta.
--¿A dónde vas?-pregunta algo más despierto.
--A comprar tabaco-digo divertido.
--Primero, ¿va a ser como cuando un padre de familia dice que va a comprar tabaco y luego no vuelve? y segundo; tú no fumas-dice divertido.
--Oh, vete a reposar el culazo que tienes y punto-digo riendo entre dientes abriendo la puerta de salida.
--¿Qué problema tendrá con mi culo? ¡Si es perfecto!-le oigo murmurar antes de cerrar la puerta.

Cojo el coche y salgo en la dirección que ha dicho Marta, repitiéndome a mí mismo la dirección que es para no olvidarla y tener que llamarla, con riesgo de despertarla.
Creo que esto se debe de pensar con más detenimiento, ¿qué pasa si vive con alguien? ¿si no está en casa? aunque claro, ¿dónde va a estar a estas horas? Supongo que estudiará en la universidad, por la edad digo, o quizás trabaje, aunque pensemos en que estará en casa y no se molestará porque le despierte para pedirle perdón. Quizás suene de locos lo que estoy haciendo, pero me siento culpable, ya que al fin y al cabo apenas rozó a Marta y yo casi lo mato contra un árbol y desde ese momento no me he disculpado, y ¿cuánto ha pasado de eso? ¿dos meses? ¿tres? oh Dios, ahora me siento mal por el pobre chico, en el fondo era inocente y yo lo traté horrible, aunque sé que desea a Marta, pero de igual manera no interfiere en nuestra relación, es más, ya ni le veo por nuestro barrio, cosa que agradezco.
Apenas media hora después ya estoy en frente de la casa que me ha dicho Marta, es bastante grande para vivir alguien solo, y más alguien joven que esté estudiando.
Me bajo del coche y con velocidad me acerco a la puerta, a la cual llamo con el puño cerrado, esperando que eso sea suficiente para que lo oiga, cosa que así es, ya que la puerta se abre y aparece el tal Andrew; con el pelo desordenado y rascándose la cabeza, los ojos a medio abrir y un pijama bastante infantil para su edad.

--Mira, si me vas a amenazar espérate a mañana por la mañana ¿vale? si quieres hasta te dejo dormir aquí hasta que lleguen las... no sé, ¿las once te parece una buena idea para que me quieras amenazar?-pregunta como si tal cosa.
--No vengo a eso-digo muy seguro-Solo... quería pedirte disculpas.

Eso hace que el chaval abra los ojos de golpe sorprendido y me mire extrañado, de arriba abajo, como si no creyera lo que le digo.

--¿Eres un extraterrestre con el cuerpo de Harry o algo así?-pregunta pellizcando mi mejilla, esperando a que mi piel se despegue y aparezca un alien, seguro con lo rarito que espera algo así.
--No, soy yo, y solo he venido para eso. Lo siento, no debí empujarte ni insultarte, ni amenazarte ni...
--Insinuar que cogí el móvil de Marta y borré tus llamadas y mensajes-confirma él, riendo por lo bajo.
--Sí, por eso también-admito en un suspiro-Bueno, solo eso-añado.
--Bien-dice él sin más.
--¿Entonces no más peleas, ni discusiones? ¿Hacemos... una tregua?-pregunto extendiendo mi mano.
--Tregua-responde estrechando mi mano-Pero en cuanto Marta y tú rompáis, adiós pacto-dice divertido.
--En ese caso te dejaría encerrado en algún lugar-digo divertido.
--Touché -responde siguiendo mi alegre humor-¿Quieres pasar o... te quedas en la entrada, te vas o... lo que suelas hacer a las casi cuatro de la madrugada en la casa de un chico al que has amenazado recientemente?-pregunta metiéndose en casa, dejando la puerta abierta para que yo pase si es lo que quiero.

Miro algo desconfiado la entrada, me giro hacia atrás viendo la calle vacía y simplemente entro a la casa de este chico desconocido, cerrando la puerta tras de mí.
Entro en el hall de una casa que parece bastante cara, demasiado para que la pague solo una persona.
Parece que se le ha comido la casa, ya que no le veo por ninguna parte, cosa que me obliga a explorar la casa, buscándole, ya que no sé dónde puede haberse metido, y si me ha ofrecido pasar sería porque quería hablar conmigo ¿no?

--¿Andrew?-pregunto extrañado entrando en lo que parece que es la cocina.
--¡BU!-exclama alguien poniendo sus manos sobre mis hombros.

Pego un grito asustado antes de darme media vuelta de un brinco y chocar mi espalda contra un armario, pero no me quejo por eso, ya que solo miro asustado a mi atacante, para ver al moreno reírse.

--¿Te he asustado?-pregunta con una ceja alzada.
--¿¡Pero qué clase de problema mental tienes?!-exclamo enfadado.

¿Qué chico, mayor de edad (bastante mayor de edad, yo le pongo la edad de Louis), se esconde en su propia casa para asustar a un chico que apenas conoce? Este chico no es normal, quizás esté pirado como una chota o está loco, así simplificando, porque no es muy normal que haga esas cosas, al menos a mí no me lo parece.

--No tengo ningún problema mental-responde frunciendo la nariz extrañado-Solo quería gastarte una broma-añade con diversión.
--Tú... tú estás completamente chiflado-digo mirándole alucinado.
--Quizás, pero las mejores personas lo están, que no se te olvide-dice sonriente-Venga, no me guardes rencor y no grites más si no quieres despertar a La Bestia-dice caminando fuera de la cocina.

Salgo tras él, preguntándome en qué estoy realmente haciendo, ya que ahora que me siento más despierto empiezo a darme cuenta de que esto es de idiotas, pero supongo que cuando lo decidí me sentía más culpable, y estaba más dormido, por lo que ahora no hay vuelta atrás y solo me queda charlar con este chico, esperando que no esté como una cabra realmente.
Le sigo hasta una sala de estar en la que hay una televisión de plasma bastante grande y dos sofás de color negro, acorde con la casa de estilo moderno. Él se sienta con las piernas cruzadas, como un niño pequeño, básicamente, en el sofá y me mira sonriente desde allí, esperando a que me siente con él, cosa que hago algo extrañado por su extraña forma de ser.

--Bueno...-dice tratando de sacar un tema de conversación.
--Bueno...-respondo sin saber qué decir, echando un vistazo al salón en el que me encuentro-¿Quién es La Bestia?-pregunto recordando sus anteriores palabras.
--Oh-dice con algo de sorpresa, antes de sonreír con diversión-Es mi compañero de piso, es un gruñón, odia que lo despierten, así que mejor que no grites como una chica otra vez-dice riendo entre dientes.

Ruedo los ojos ante su pequeño insulto y de nuevo mi vista gira entorno a la habitación. Aunque sean dos los que viven aquí, sigue siendo demasiado dinero para mantener la casa, por lo que me veo obligado a preguntar.

--¿Estudias?-pregunto mirándole con algo de recelo, ya que no veo a alguien tan cabeza hueca estudiando.
--Primer año en Periodismo-dice orgulloso-también trabajo-añade-Hago fotos para algunas revistas, para pagar mi parte de alquiler, ya sabes... O bueno, quizás no sabes-dice divertido.
--También tengo que pagar mi casa-digo muy seguro.
--Pero yo no gano en un día lo que muchos tardan toda una vida-responde con humor.

Este chico es de lo que no hay, ¿no ha dicho que una tregua? ¿Por qué me está forzando a que lo mande a la mierda? Arg, juro que me desespera, pero profundamente, y mucho más su actitud de niño de cinco años, por Dios, si está en la universidad debe de tener diecinueve al menos, no es que yo sea muy maduro, pero... él podría no ser tan infantil, digo yo.

--¿Sabe Marta que estás aquí?-pregunta esta vez él.
--Sí-respondo simplemente-Ella me dio la dirección-añado sin más.
--Sabes que ya no me habla ¿verdad?

Abro los ojos de par en par ante esa afirmación, mirándole con asombro, pero asombro es el que muestra él en su cara, al mismo tiempo que algo de extrañeza y confusión.

--¿Ella no te habla?-pregunto sorprendido.
--No, al menos desde hace... como dos meses-responde extrañado-¿No te lo ha contado?
--¿Contar el qué?-pregunto confundido.
--Oh, nada, da lo mismo-dice en voz baja, apartando su mirada de mí y mirando hacia cualquier parte.
--No la harías daño ¿verdad?-pregunto molesto.
--¿Yo? ¿Daño? ¿A ella?-pregunta alucinado-¿Tú te pinchas Nutella?-pregunta como si estuviera loco-Antes de hacerla daño me lo hago a mí mismo-dice muy seguro.
--¿Entonces?-pregunto ya curioso por saber qué es lo que pasó entre ellos.
--Eh... bueno, eh...-dice algo nervioso, podría jurar que se está poniendo colorado-Yo... la dije que bueno, que la quería y ella.... me... mandó un poco a la mierda-dice sonando divertido-Supongo que te quiere demasiado-comenta algo molesto.

Me quedo mirándole sorprendido, ya que apenas me creo que él... bueno, sabía que él la quería, pero no que fuera capaz de decírselo y mucho menos de suponer que me dejaría por él, no es que sea feo, pero... bueno, antes que él estoy yo, al menos eso parece y espero que dure durante mucho tiempo.
Él me sonríe divertido por la cara que debo de estar poniendo antes de simplemente echar su cabeza hacia atrás, apoyándola en el respaldo del sofá y mirando al techo con algo de frustración. Entonces caigo en su muñeca izquierda; lleva una pulsera, pero no una pulsera cualquiera, no, es una pulsera que yo había visto antes, es... es igual a la que tiene Marta, solo que la de ella es rosa y la de él, azul. Es algo muy simple, una cuerdecita azul atada con un nudo corredizo y de ella colgando lo que parece una pieza de puzzle, también de color azul, solo que algo más oscuro, la cual supongo que complementa a la que tiene Marta.
Ahora me... duele que le amenazara, el pobre chico no tenía culpa de nada, la sigue sin tener, es simplemente lo que siente y... no puede hacer nada por cambiarlo, no puede... no sé, arrancarse el corazón para dejar de quererla y parece que está demasiado dolido solo por el hecho de recordar que ella y él no tienen ya nada, parece que ni siquiera amistad, porque ni se hablan.
Aparto mi mirada de su pulsera y la alzo hasta chocar con la suya, quien me mira confundido porque le esté observando de esta manera, pero antes de que pueda decir nada él se percata de lo que veo y su mirada viaja a su muñeca. Mira la pulsera con dolor, sabiendo que es posiblemente lo único que le recuerda que en algún momento ellos tuvieron algo real y no fue simplemente algo que él inventó en su imaginación.
Suspira con la respiración entrecortada antes de mover el nudo corredizo de su pulsera y sacarla de su muñeca. Puedo notar como está al borde del llanto, pero simplemente no deja caer ni media lágrima. La coge en la mano y me la tiende, algo confuso la cojo, al tiempo que él suspira.

--¿Por qué me la das?-pregunto extrañado-Puedes tenerla, me da igual, sé que es importante para ti, ella tiene la otra parte.

Sacude la cabeza en una negativa, con una sonrisa en la cara llena de dolor antes de responderme.

--Antes estábamos juntos, ella me complementaba y yo pensé que la complementaba, eramos uno, pero ahora estamos separados y no tenemos nada. No debería guardar algo que me recuerda que soy la mitad de nada.
>>Tú ganas, ella es tuya y yo nunca podré tan siquiera conseguir que me ame la mitad de lo que te ama a ti.


Narra Zayn.
Una patada en mi estómago hace que me queje despertándome de mi tranquilo sueño. Trato de ignorarlo, pero es entonces cuando oigo pequeños gritos ahogados en lágrimas, hacía mucho que no los oía y tenerlos de vuelta hace que abra los ojos de golpe alarmado y me quede sentado en la cama, viendo como Mary llora desconsolada en sueños, dando patadas a todo lo que está en su camino; es decir, a mí, pero eso realmente no me importa, lo que me importa es que está sufriendo y no sé cómo remediarlo.

--María-la llamo tratando de frenar sus golpes con mis manos, pero eso solo agrava su llanto-¡María!-exclamo asustado, sacudiéndola ligeramente para que despierte.

Parece despertar, pero eso no ayuda, ya que las luces están apagadas y no me ve, no ve quién la toca, no ve que soy yo quien la está tocando y eso hace que ya no pueda distinguir realmente sus sueños de la realidad y con ello que se asuste más aún.

--¡NO! ¡DÉJAME!-me suplica sacudiéndose.
--¡MARÍA! ¡SOY YO!-respondo alzando la voz y tratando de tenerla entre mis brazos para que se dé cuenta de que soy yo y no el terror de sus sueños, pero ella tan solo se revuelve entre mis brazos y da golpes contra todo, llorando y gritando como si realmente la estuviera haciendo daño.
--¡Por favor!-me suplica-¡Ayuda! ¡Zayn! ¡Zayn!-grita mi nombre asustada, esperando que la salve de mí mismo.

Trato de salir de la cama, sintiendo como me golpea sin querer solo por tratar de huir, hasta que doy con la lamparita de noche que hay en mi cómoda, iluminando algo la estancia y que pueda ver algo de sangre en la sábana. Alarmado miro sin tocarla si es que se ha hecho daño al golpear todo lo que pillaba, pero entonces caigo en que es un arañazo que me ha hecho en el pecho, extrañamente profundo para haberse hecho solo con uñas.
Ella tan solo se acurruca en la cama, entre las sábanas, murmurando mi nombre aún entre lágrimas.

--Mary-susurro pasando mi mano izquierda por su pelo-Tranquila, no pasa nada, estoy aquí. Soy yo, Zayn...-digo con voz pausada para que no se altere más.
--Zayn-susurra ella con la respiración cortada, aún sin mirarme, tan solo tumbada en la cama-Zayn...
--Sí mi vida, soy yo-susurro acercándome a ella con cautela-Solo fue una pesadilla, tranquila, no pasa nada, ya pasó todo...

Ella gimotea antes de levantarse lentamente y mirarme a los ojos, increíblemente llenos de lágrimas, con su pecho subiendo y bajando con dificultad por su llantina, antes de acercarse a mí, apoyando su cara en mi pecho arañado. Respira a trompicones, con su mejilla apoyada en mi pecho y su mano derecha apoyada al lado de su húmeda carita de ángel, tratando de calmarse. Paso mi mano derecha por su pelo, desenredándolo lentamente mientras que con la izquierda rodeo su cuerpo con dulzura.

--Lo siento-susurra con voz ahogada.
--No te disculpes, no es tu culpa-digo antes de posar mis labios en su cabeza-es normal que de vez en cuando te sigan viniendo pesadillas, fue algo grave, cariño...
--Esta vez fue distinto-murmura poco convencida y algo confusa-no fue... como mis pesadillas de siempre...
--¿Entonces qué pasaba?-pregunto extrañado.

Esos gritos, esas lágrimas, las patadas, que me llame... siempre han sido porque el mismo sueño repetitivo de Jason forzándola, por lo que me resulta raro que pueda soñar por algo que la hace sufrir tanto como ese imbécil dañándola. Solo de pensar que la tocó me sube la ira desde el estómago a la boca, pero me la trago para no tener que ir a matar a nadie a las... cuatro o cinco de la mañana que deben de ser.

--Era...yo... estaba... estaba con Alejandra-admite confundida, tratando de recrear su sueño-y... Jason nos hacía daño, a las dos y... ella perdía el bebé y...-noto como comienza a temblar al tiempo que su voz se quiebra.
--Ya, da igual, olvídalo, ella está bien, no te preocupes.
--¿Y cómo lo sabes?-pregunta clavando sus azulados ojos en los míos.
--Solo lo sé, confío en que estará bien y de vuelta con nosotros en muy poco tiempo, ya lo verás-digo antes de besar su cabeza con cuidado.

El silencio se hace entre nosotros, ella acomodada en mi pecho mientras yo estoy sentado, cogiéndola como puedo, con la lamparita de noche aún encendida y sin hacer realmente nada, tan solo pensamos, o al menos yo pienso.
Pienso en dónde podrá estar ella, en si se encontrará bien tal y como la he dicho a Mary, en si Matt estará también bien y en cómo debe de estar Liam sintiéndose, ya que yo no sé que haría si María se fuera de mi lado, o peor, qué haría Louis conmigo por lo que le hubiera pasado a ella. En realidad sentiría peor que la pasara algo a ella que el que me lo pasara a mí.
De pronto y sin ton ni son noto el cuerpo de Mary tensarse bajo mis brazos antes de separarme y mirarme con angustia, angustia que me contagia de inmediato.

--¿Qué va mal?-pregunto asustado.
--¿Y si es un sueño premonitorio?-pregunta con un hilo de voz-¿Y si es una señal y le está ocurriendo algo a Ale en este momento? ¿Y si pasa algo malo con el bebé?-pregunta llena de temor.
--No... no lo creo-respondo nervioso-Tranquilízate ¿vale? no va a pasar nada malo, seguro que ellos dos están bien, sanos y felices, esperando a volver en cualquier momento con nosotros.
--¿Y Liam?-pregunta asustada-¿Y si le está pasando algo malo a él?
--¿Por qué iba a pasarle algo malo a él?-pregunto confundido.
--Pues... pues no sé, quizás... quizás es algún tipo de señal, quizás le esté pasando algo a él y por eso sueño con Ale, porque eran como uña y carne y estaban relacionados.
--Deja de decir bobadas, Mary, vamos a dormir-digo con intenciones de apagar la luz.

Noto como ella se levanta de la cama, obligándome a mirarla y ver qué es lo que hace ahora. Lo único que hace es coger su móvil y parece que llamar a alguien.

--No lo coge-dice alarmada-Liam siempre lo coge.
--Estará durmiendo, es tarde-respondo tranquilo-Ven aquí y durmamos, mañana es la fiesta de fin de gira y hay que estar descansados-digo divertido.
--No Zayn, yo me voy a ver si Liam está bien-dice sin más mientras se enfunda en unos vaqueros con rapidez-Si tú quieres saber qué es de tu amigo puedes venir conmigo-dice seria colocándose una camiseta.

Me quedaría en la cama durmiendo de no ser porque es muy tarde, o muy temprano, depende de como lo veas, y no quiero que ella vaya sola por la calle, cuando apenas está amaneciendo y no se sabe qué o quién puede estar en la vuelta de la esquina, por lo que, refunfuñando, salgo de la cama. Sin ni siquiera mirar con los ojos completamente abiertos me pongo unos pantalones y una camiseta cualquieras, me pongo unas deportivas y camino desperezándome mientras camino por la casa, siguiendo a María, quién camina bastante más rápido que yo.

--Vamos, vamos-me dice nerviosa bajando las escaleras de dos en dos-¿Por qué no estás preocupado por él?
--Porque seguro que no le pasa nada y son las cinco de la mañana-digo quejica.

Ella resopla saliendo de casa, ¿desde cuándo le importa tanto Liam? ni que fueran amigos del alma o lo que sea, no es que me moleste, pero... ¿Por qué se preocupa tanto? Solo es un sueño, una pesadilla, que la ha desvelado, aunque supongo que por ella se hace cualquier cosa, hasta irse de madrugada a levantar a Payne de la cama por una corazonada.
Me subo al coche restregando mis ojos para despabilarme y nos ponemos en marcha a casa de Liam. María parlotea todo el camino sobre lo mal amigo que soy por no preocuparme y no sé qué más, hasta que llegamos allí. Ella sale corriendo y llama al timbre como veinte veces seguidas, acto seguido golpea la puerta varias veces, mientras yo la observo desde el asiento del coche, luchando por no quedarme sopa y vigilar que María esté bien, pero parece que no lo está, ya que está de los nervios al no abrirla nadie en casa, cosa realmente extraña, ya que puede que el teléfono no lo oiga, pero esos golpes... difícil lo veo.
Cojo el móvil y lo llamo ya con algo de preocupación mientras oigo a Mary llamar unas cincuenta veces más al telefonillo; se lo va a fundir.
Da un toque, da dos, da tres, da cuatro, da cinco, da seis y así hasta que me salta el buzón de voz, por lo que no me ha colgado, pero tampoco me lo ha cogido, cosa que indica que puede estar ocupado, ¿pero qué, dónde y con quién estará haciendo a estas horas?

Capítulo 94. Novia perdida.

Como está llegando el final de fic y bueno, he ido subiendo de muy poco a poco, pues os recompensaré subiendo un capítulo ahora en la mañana y otro en la tarde.
Este capítulo de por la mañana NO es necesario que sea comentado, pero en el de esta tarde, o sea sé, el 95, espero que haya comentarios largos, que sabéis que me gustan un montón esos comentarios *-*
Enjoy it! :3
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Narra Zayn.
Noto pequeñas succiones en la parte de mi cuello, justo por debajo de mi oreja. Han contados nuestras debilidades, esto no es justo, no lo es, de ninguna manera, vamos a acabar los cinco apunto de reventar los pantalones, lo preveo, lo peor es que el resto luego pueden... aliviarse con sus novias, mientras que la mía aún no está preparada para ello. No es que se lo eche en falta, pero sé que seré yo el primero en caer, hace demasiado que no tengo un contacto así.
Sus caderas se pegan a las mías mientras noto sus rodillas llegar a la parte posterior del sofá, indicando que ya no puede quedarse más pegada a mí. Está claro que tampoco es justo que Alejandra compita en esto, no creo que quede bien decirlo, pero ella es una profesional de estas cosas.
Cierro los ojos, tratando de no soltar ningún sonido impropio y también tratando de controlar mi cuerpo y que no reaccione ante su roce, pero comienzo a sentir que no lo estoy consiguiendo ni mucho menos.
Cuando ya pienso que Alejandra se va a dar cuenta de lo que ha provocado en mí, veo a Marta levantarse de las piernas de Liam con una sonrisa triunfadora, haciendo que el resto de chicas se detengan y miren en su dirección, haciendo que nosotros hagamos lo mismo.

--Os lo dije-habla Ale divertida.
--Vale, experimento realizado, ahora...-trata de decir Harry, algo molesto porque su novia haya sido la que ha provocado el calentón a Liam, pero María lo frena.
--De eso nada, aún tenemos que ver quién es el que tiene las hormonas menos revolucionadas y tarda más-dice divertida mirando al pobre Harry.

No es de extrañar que el siguiente en caer sea yo, ya que dos pequeños mordiscos más por parte de Ale y ya noto como siento que mis pantalones están apretados. Ale me mira algo arrepentida pero con una dulce sonrisa antes de levantarse y moverse hacia Marta, quien sigue siendo testigo del espectáculo.
Yo me retiro del sofá, notando miradas en mí, mientras camino hasta sentarme en otro sillón tratando de disimular mi excitación colocando de otra manera mis pantalones, cosa que no funciona, por lo que cojo un cojín y lo pongo sobre mis piernas. Escucho una risita divertida por parte de María, quien sobetea a Harry de arriba abajo y hace que me sienta celoso, pero trato de calmarme, no debo sentirme así, a mí también me acaban de toquetear.
La siguiente en levantarse es Ane, dejando libre a Louis, quien tiene el mismo problema de pantalones que yo e imita mi gesto, sentándose a mi lado y soltando una risa divertida. Liam vuelve de la cocina con algo de agua y sus pantalones menos a punto de reventar que los de Louis y yo. Se sienta a mi otro lado y somos presentes de las últimas dos parejas que quedan.

--Niall no aguantará mucho más-oigo que dice Louis por lo bajo-estaba ya mal cuando me levanté-dice con humor-además, Lucía se está moviendo un montón-dice fijándose en el culo de su novia.

Para sorpresa de los tres la siguiente en levantarse del sofá es mi María, quien da un pequeño salto en señal de victoria levantándose del cuerpo de Harry, quien debe de estar más jodido que el resto, porque sus vaqueros son realmente estrechos y podría jurar que le está hasta doliendo.
El rizado se levanta corriendo y coge a su novia del brazo antes de llevársela arriba para bajar su presión. No es listo ni nada.
María viene sonriente, ya menos borracha y se sienta sobre mis piernas, al igual que está Alejandra sobre Liam, mirando a la última pareja, pero parece que Niall, como dice él, es hombre de una sola mujer, y no cualquiera puede calentarlo.

--Vale, me rindo-exclama Lucía molesta-o yo soy muy mala, o tú eres gay-dice enfadada apartándose de él.

Niall ríe ruidosamente con sonrisa triunfante.

--Es que ni un poco, miradlo, parece que se acaba de sentar como si nada-dice realmente molesta.

En efecto, Niall está como si nada, sus pantalones en normalidad, pero riendo divertido. Lucía se aparta de allí molesta y se sienta sobre las piernas de Louis, enfurruñada.

--Oye, que me has calentado hasta a mí y eso que solo te miraba desde atrás-oigo que dice Louis en un murmullo antes de morder su lóbulo, eliminando el mal humor de Lucía por completo, y siendo sustituido por una sonrisa divertida.
--Es que no tenéis el punto exacto-habla Ane orgullosa-observad y mirad como Niall se enciende en menos de lo que lo hace una cerilla-dice divertida.

Coloca el escote de su camiseta y se sienta sobre Niall de la misma forma en la que estaba Lucía. Parece acariciar la pierna del rubio con lentitud hasta llegar a la cintura de éste, mientras que parece besar su mandíbula. Treinta segundos, solo treinta segundos y Ane se levanta con una carcajada, dejándonos ver a Niall rojo como un pavo y un grave, pero grave problemas en sus pantalones.

--Os lo he dicho-habla Ane orgullosa.
--Ahora entiendo eso de las dos veces al día-se oye decir con humor a Liam.

Acabamos por comer algo, dejando que se pase nuestra borrachera, ya que es pasada la media noche y no deberíamos beber más, ya que la boda de Liam y Ale es mañana y no deberíamos estar con resacón del gordo.
Apenas empezamos a comer, bajan Harry y Marta, ambos con pelos de locos y se puede apreciar perfectamente un chupetón en el cuello de Harry, cosa que nos da para bromas durante un buen rato.
Finalmente, a eso de la una los chicos se marchan, pese a que les haya dicho que se pueden quedar a dormir, hay sitio de sobra, pero parece que quieren tener su fiesta privada y para ello necesitan poder gritar a gusto y no sabiendo que otros les oirán. Por lo que quedamos María y yo en casa.

--¿Vamos a la cama?-la pregunto sonriente.

Ella asiente con la cabeza caminando hasta mí, coge mi mano con la suya, entrelazando nuestros dedos y subimos al piso de arriba, dispuestos a dormir.
Me quito la ropa y la hecho al cesto de lavar antes de ponerme algo cómodo para dormir, ella imita mi gesto y acto seguido nos metemos en la cama.

--Buenas noches-susurro besando su frente con cariño.
--Buenas noches-responde ella con una pequeña sonrisa.

Me coloco de medio lado, con una mano sobre su cintura y cierro los ojos, dispuesto a dormir para el gran día de mañana en el que seremos padrinos de Liam y Ale.
Me paro a pensar en lo acelerados que van, en que quizás no debieran hacer todo esto con tanta antelación, pero unos labios arrastrándose por mi mandíbula hacen que mis pensamientos se disuelvan y abra los ojos alarmado para ver a María besándome con necesidad.

--Ma...Mary-digo algo alucinado.
--Te quiero-susurra ella empujándome ligeramente hacia atrás, indicándome que me tumbe en la cama.

Hago lo que ella me pide, aún algo sorprendido por su actitud. Ella se coloca sobre mí, dejando sus rodillas a ambos lados de mi caderas mientras sus besos se tornan hacia mis labios, pero pongo una mano en su pecho, alejándola de mí, ya que no sé si está pensando con claridad. Me mira dolida porque la aparte de esta manera.

--¿Estás segura?-pregunto acariciando su mejilla.

Ella asiente con la cabeza antes de acercarse a mí de nuevo y tomar mis labios como si fueran suyos, en realidad creo que yo soy suyo por completo.
No quiero que haga esto y se arrepienta, que haga esto y me tema de nuevo, que haga esto y la pierda de nuevo, no quiero, pero parece que ella está realmente decidida a ello, por lo que tan solo me dejo llevar.
Llevo las manos a su camiseta y la saco con lentitud, al igual que ella hace con mi camiseta de pijama. Lo siguiente en caer son sus pantaloncitos cortos y los míos largos.
Después de mucho noto su piel cálida sobre la mía, acariciarla con cuidado y delicadez, todo lo contrario a lo que ella aparenta pero que realmente es.

--Te quiero-susurro entre besos acariciando la suave piel de su espalda, pegándola a mí.
--Te amo, Zayn.

Narra Liam.
--Nunca pensé que el primero en caer fuera Leeyum-habla Louis tirado en un sillón, ya con su traje puesto, esperando junto a mí y al resto de chicos para dirigirnos a la Iglesia para mi boda.

Me suena tan extraño; mi boda, yo, yo me voy a casar, voy a tener una mujer, voy a ser su marido. Nunca imaginé que fuera a pasarme todo esto y menos con apenas diecinueve años, supongo que nunca puedes parar a pensar en lo que te ocurrirá, porque en cualquier momento puede aparecer una persona en tu vida que la cambie por completo.

--Sí, yo siempre pensé que al primero que pillarían por banda sería a Malik-comenta Harry tratando de hacerse un nudo de corbata.

He dicho intentar, no que lo consiga, porque lo único que está haciendo es arrugarse la corbata y al final se va a ahorcar él solito tratando de hacerse el nudo.

--Verte hacer un nudo de corbata es lo más gracioso que en la vida podría ver-digo con humor.
--Tú tampoco sabes, listo-responde como un niño pequeño-vale, me doy por vencido-dice quitándose la corbata y tirándola a ninguna parte-ya está, todos listos.
--Pobre corbata, lo que habrá hecho para acabar así-comenta un voz femenina haciendo que todos nos sobresaltemos.

Aparece Marta con un vestido rojo, entallado hasta la cintura, pero luego con una enorme falda que llega hasta lo pies, maquillada con tonalidades rojizas, ya que entre Ale y yo decidimos que el color de los detalles sería rojo.

--Guau-dice Harry sin quitarla el ojo.
--Ya Harry, ponte la mano que se te cae la baba-comenta Niall con humor.
--Cuando veas a una que yo me sé se te caerá hasta los pies-digo divertido.
--¡Siempre la tomáis conmigo!-se queja el rubio-¿Es cierto o no es cierto que en este momento Harry tiene cara de idiota?
--No le eches la culpa al momento, él nació con esa cara-habla Louis antes de estallar a reír.
--Qué graciosos que sois todos-responde irónico Styles-Estás preciosa-dice tomando la mano de su novia.
--Gracias, tú también responde ella sonriente-en realidad los cinco lo estáis-dice mirándonos-aunque estarías más guapo con una corbata roja-dice ella agachándose al suelo y cogiendo la corbata que había tirado Harry-¿Es que ninguno sabéis hacer un nudo de corbata en condiciones?-pregunta mirándonos al resto.

Nos miramos unos a otros para ver que ninguno lleva puesta la corbata, salvo Niall y yo, ya que Ane ha venido antes y, aprovechando que le ha hecho el nudo al irlandés, también me lo ha hecho a mí.

--Sois unos desastres-comenta con humor colocando la corbata de Harry en torno a su cuello-no es tan difícil.

Tarda cero coma en hacerle un nudo perfecto a Harry. Louis y Zayn se miran y corren hasta llegar a Marta para que también les anude la corbata.

--¡Apártate Malik!-grita Louis apartando a Zayn del medio-¡He llegado primero!
--¡No vale apartarme con ese culo que tienes!-se queja Zayn apartándole de un empujón.
--¿Qué insinúas con eso? mi culo es perfecto-responde Louis indignado.

El resto tan solo reímos. Marta termina de hacer los nudos a los chicos y se acerca a mí.

--¿Estás listo?-pregunta mirándome sonriente.
--Creo que no hay nadie preparado para este momento-admito nervioso.
--Tranquilo, todo irá bien-dice acariciando mi hombro.
--¿Ella está ya lista?-pregunto interesado-seguro que está preciosa.
--Pues no lo sé, supongo que sí, pero no ha dejado que nadie entre a ayudarla, ni con el vestido, ni con el maquillaje, el peinado... con nada de nada, creo que eso quiere decir que está mucho más nerviosa que tú-admite con humor-Venga, que ya es la hora-dice antes de besar mi mejilla-En el momento en el que yo me vaya esperad tres minutos y salid-nos informa.

Nosotros asentimos con la cabeza y ella sale de la estancia. Respiro hondo y me pongo delante de los chicos, ya que soy el primero en salir junto con mamá.
Abro una puerta que hay en la izquierda de la Iglesia y camino hasta el pasillo central al mismo tiempo que mi madre, que me mira totalmente emocionada y sonriendo. Cojo su brazo y comenzamos a caminar por el pasillo de esta Iglesia prácticamente vacía, ya que Ale no quería mucha ceremonia, mientras suena la música nupcial.

--Mi hombrecito-susurra mi madre con lágrimas en los ojos-apenas me he dado cuenta de que has crecido...
--Mamá, sabes que siempre seré tu pequeño-digo sonriente.

Ella alza la mirada para que nuestros ojos se encuentren. Se aparta un par de lágrimas y asiente con la cabeza sonriendo.
Aprieta su mano contra mi brazo con cariño hasta que llegamos al altar.
Nos damos media vuelta y vemos como pasan los chicos con sus respectivas novias, cada uno tiene un papel en especial; Harry y Marta, los primeros en caminar, son los llamados padrinos de velación. Seguidos de ellos mi, ya amigo, el Cuchilla con la que parece su mujer, haciendo de padrinos de argollas. Un par de pequeños son los padrinos de las arras, ellos vienen por parte de Ale también. Zayn y María siendo los padrinos de lazo, Niall y Ane siendo los padrinos de Biblia y por último Paula, sola, siendo lo que se llama madrina de ramo. Va sola porque, ya que Ale no conoció a su padre ni sabe quién es ni nada por el estilo, ha escogido a Josh, su hermano, su única familia biológica, como si fuera el padre que debía acompañarla al altar.
La música nupcial sigue y sigue, pero no aparecen ni Josh ni Ale, cosa que me empieza a preocupar de verdad y hace que mis nervios aumenten.
Los chicos me miran extrañados, pero yo solo noto como cada vez me pongo más y más nervioso.
Entonces veo a Josh salir, lo que hace que me tranquilice, el problema es que viene solo y a paso acelerado y no como debería venir, a paso lento y cogiendo a Alejandra del brazo.
Se acerca a mí nervioso hasta quedarse a mi lado.

--No sé donde está Ale-susurra asustado.
--¿Cómo que no sabes dónde está?-pregunto de los nervios.
--Pues que no lo sé, la he estado buscando por todas partes de la Iglesia, pero no está, no aparece.
--¿Qué ocurre chicos?-pregunta Niall acercándose a nosotros-¿Dónde está Ale?
--Esa es la pregunta-responde Josh asustado.
--¿No sabéis dónde está la novia?-pregunta Harry, metiéndose en todo el medio.
--Quizás... quizás-trato de decir algo para tranquilizar al resto y también para tranquilizarme a mí mismo.
--Quizás esté nerviosa-habla una voz femenina, la de Ane-quizás esté tratando de relajarse para entrar.
--Sí, eso, seguro-digo tratando de tranquilizarme.
--Voy yo a buscarla, no os preocupéis-se ofrece ella mirándonos tranquila para que no nos dé un ataque de nervios a ninguno, en especial a mí.

Ella sale caminando de la iglesia algo rápido hasta que veo como sale de aquí hacia donde supongo que Ale se estaba preparando.
Me giro para ver a mi madre, que aprieta mi mejilla con cariño para que me tranquilice, por lo que la sonrío agradecido. Me paro a mirar al cura, que está un poco flipando, creo que es la primera vez que no encuentran a la novia.
Apenas pasados cinco o diez minutos suena un móvil, el de Niall, como no.
Tanto los invitados; que se resumen en mis padres y mis hermanas por mi parte, y toda la banda del antiguo barrio de Ale, por la suya, miran mal al pobre rubio que debía de tener apagado el móvil, pero él en vez de apagarlo o colgar se levanta de su asiento y se acerca a mí con él en la mano, donde pone el nombre de Ane, mientras sigue sonando, lo que supongo que es ella quien llama.

--Cógelo tú, quizás sea Ale desde su móvil-dice tendiéndomelo con una sonrisa-tal vez necesite hablar contigo para tranquilizarse.

Suspiro para tratar de relajarme y cojo el móvil.

--¿Si?-pregunto nervioso, pero con una gran sonrisa en la cara.
--Liam, soy yo, Ane-dice ésta seria-creo que deberías venir.
--¿Venir? ¿A dónde? ¿Dónde está Ale?
--Tú solo ven, a la casa de Niall que está aquí al lado, ven rápido.

Y sin decir nada más me cuelga.
Miro estupefacto al móvil y alzo la mirada para darme cuenta de que todo el mundo me mira ansioso, esperando que diga algo relacionado con la novia perdida.

--Un... un momento, ahora vengo-consigo decir antes de salir escapado por el pasillo que atraviesa la Iglesia.

Salgo de allí, sin prensa, tal y como esperaba, sin paparazzis, sin fans, sin nadie que nos moleste a petición de Alejandra, la cual me empieza a asustar.
Camino rápido hasta llegar a la casa de Niall que está aquí al lado. La puerta está abierta, por lo que entro sin problemas y subo corriendo al piso de arriba, a las habitaciones, donde supongo que ella debe de estar.
Abro la puerta de la habitación principal para encontrarme a Ane, con la mirada seria, pero los ojos llorosos.
¿De qué va todo esto? no entiendo nada.
Y menos entiendo cuando veo el vestido tan bonito de Ale, blanco, inmaculado, totalmente perfecto, estirado en la cama, sin nada ni nadie vistiéndolo, los zapatos colocados en la caja, los adornos del pelo, el maquillaje, toda la ropa que le he comprado desde que nos conocemos, todas las cosas, los regalos, todo está allí, ordenado, pero sin rastro de Alejandra.
Antes de que pueda preguntar nada, Ane me tiende un papel doblado por la mitad, donde pone Liam, con su preciosa letra.
Cojo ese papel que parece ser una carta y la abro en silencio, aún confundido y sin saber qué demonios está pasando.

Mi querido Liam:

Lo siento, no he podido con todo esto, no he podido con los insultos de vuestros fans, con sus rumores y las verdades que no dejaban de restregarme, con sus acusaciones sobre nuestro bebé, amenazándome, diciendo que no era otra cosa que una puta, que no te quería, que el pequeño no es tuyo, lo siento, pero no he podido más.

Desde que te conocí traté de aguantar todo lo que me decían, y lo hacía sin problemas, pero cuando llegó la noticia de que ibas a ser padre, todo se intensificó hasta el punto, de tener que huir.
Todo, absolutamente todo lo que me has comprado, lo que me has regalado, está aquí. Tu cartera; intacta, tus tarjetas; donde deben estar. No quiero que pienses que solo te he utilizado y ahora salgo huyendo con todo tu dinero, no, todo está aquí, salvo ese collar que me relagaste por Navidad cuando habíamos empezado a salir unos días antes, ¿te acuerdas de ese momento? creo que fueron las primeras Navidades en las que estaba con alguien que me quería de esa forma tan adorable con la que tú lo haces, también fueron las primeras Navidades en las que comí pavo de verdad y las primeras Navidades en las que no tuve que salir corriendo huyendo de la poli por algún asunto de los míos, pero ese collar, ese lazo que escogiste para mí, es una de las cosas más valiosas que tengo, quitándote a ti y al pequeño, y la verdad es lo único que me he quedado y llevado conmigo, espero que no te importe. Bueno, ese collar y algo de dinero que he tenido que coger para el vuelo, pero te juro que te lo voy a devolver, todo te lo voy a devolver.

No quiero que pienses que todo ha sido una estafa para quitarte fama y dinero, te quiero, y como te quiero, hago todo esto. Salir con una persona como yo te estaba quitando fama y dando problemas, dando problemas a la banda y dando problemas indirectos y futuros a nuestro pequeño, por eso, para no molestarte más, me voy, me voy con el pequeño, ya que lo llevo dentro y no puedo hacer nada porque tú te lo quedes, pero te prometo, que de una forma u otra haré que lleguen a ti las ecografías, que llegue a ti el momento en el que nazca, que lleguen a ti fotos del pequeño Matthew, que he descubierto que significa "Don de Yaveh", y creo que nuestro pequeño es un regalo de allá arriba.

Quizás vuelva, quizás no me veas nunca más. Tal vez contacte contigo de forma directa, tal vez esta carta de despedida sea lo último que sepas y tengas de mí, pero ten por seguro una cosa, te quiero Liam Payne, te quiero y siempre lo haré.
Alejandra.

Un par de lágrimas firman el final de la carta junto con su precioso nombre, no sé si las lágrimas son de ella, o de Ane ya que si me ha hecho venir ha sido porque ha leído la carta, pero lo único que tengo seguro es que ella se ha ido, se ha ido y quizás para siempre.
Apenas me doy cuenta de que la vista se me nubla a causa de mis lágrimas. Me dejo caer en la cama, sentándome con la carta entre mis manos, leyéndola una y otra vez, acariciando con mis dedos las finas letras que ella ha trazado, despidiéndose tal vez para siempre.
Una mano cuidadosa acaricia mi hombro derecho, mientras yo tan solo dejo que las lágrimas salgan por este abandono que siento hasta en la última de mis células.
Ane se coloca frente a mí, mientras yo tan solo lloro, es lo único que puedo hacer en este momento. Ella no dice nada, tan solo me abraza, haciendo que esconda mi cara en su estómago, paso mis brazos por su cintura, ya que ella está de pie y yo sentado y es lo que primero pillo, y la abrazo con fuerza, haciendo mis llantos audibles sin quererlo, aunque a ella tampoco la importa que llore, ya que también lo hace. Acaricia mi espalda con cariño para que me tranquilice, pero me parece que no lo va a conseguir.

--Ve a avisar al resto de que no hay boda-consigo decir pasado un rato, aún llorando.
--Llamo a Niall para que se lo diga-responde ella.
--No, ve tú, quiero estar solo-la pido.
--No creo que debas quedarte solo, Liam-dice ella dulce.
--Quiero estarlo, por favor, vete-la suplico.
--Per...
--¡QUE TE VAYAS!-grito enfadado, estallando en lágrimas.

Ella me mira totalmente sorprendida, con lágrimas sobre las mejillas. Creo que es la primera vez en años que levanto la voz a alguien, y más a una chica que no tiene culpa de nada, pero en este momento mi frustración es suprema, y no puedo hacer otra cosa, ya que me siento culpable de que ella se haya ido.
Ane parece entenderlo, ya que no dice nada más y se va de aquí, despacio, cerrando la puerta de la habitación al salir sin hacer apenas ruido.
Oigo sus zapatos de tacón resonar por las escaleras que llevan al piso de abajo y como la puerta de la calle se cierra.
Me levanto de la cama, llorando y me acerco a la puerta, echo el cerrojo, ya que en el momento que Ane llegue a la iglesia y diga que no hay boda todos preguntarán el porqué y ella se lo explicará, lo que hará que vengan a verme, y en este momento, lo único que quiero hacer es estar completamente a solas.
Apoyo la espalda en la puerta y me dejo caer hasta llegar al suelo, donde me siento, con las rodillas dobladas, los brazos agarrando mis tobillos y mi cara sobre las rodillas, dejando que todas y cada una de las lágrimas que tienen que salir, salgan, esperando encontrarme mejor al acabar de llorar, algo que ni yo mismo creo.
Debí de haberlo previsto, debí de haber planeado algo para que no ocurriera, debí de haberla protegido de alguna manera evitándola insultos, debí de haberla querido mejor, pero parece que no se me da bien querer a las personas que me importan y por eso, ellas se alejan de mí.
Tal y como había predicho, pasados cinco minutos oigo la puerta de la casa abrirse y un montón de pies moverse hasta la puerta en la que me encuentro apoyado. Se producen un par de toques, pero yo no respondo, no creo tener fuerzas ni para hablar.

--Liam-susurra la conocida voz de Zayn-abre, por favor.
--Dejadme solo-digo con voz ahogada.
--Daddy-habla ahora Louis dolido-solo queremos ver que estás bien.
--¡QUE ME DEJÉIS!-grito antes de simplemente dejar que todo mi dolor salga en forma de llanto.


¿Por qué? ¿Por qué a mí? Yo la quiero, yo la cuido, yo he estado con ella continuamente, yo... yo no me he dado cuenta de los insultos que recibe, siempre he estado tan pendiente de ella que ni siquiera me he dado cuenta de lo que la decían, ella ha sido por completo todo mi mundo, pero no vi lo que la rodeaba, no he podido ver lo que la rodeaba ella, y por eso, por no ver nada más que a ella, por eso ella se ha ido, me ha dejado y se ha llevado consigo a mi pequeño Matt, mis dos pilares fundamentales de vida se han ido y con lo que conlleva que mi mundo se haya derrumbado sin poder evitarlo, tan solo dejo que mi corazón duela y quiera detenerse para evitarme sufrimiento. La solución perfecta; simplemente morir, pero supongo que no podría hacer algo así a los chicos, pese a que sea la forma en la que todo mi dolor se esfumara de un golpe.
Me quito mi estúpido traje de chaqueta y lo pateo hasta dejarlo en cualquier lugar de mi cuarto, ahora lo que menos me interesa es el orden.
Cojo unos pantalones de chándal y mi camiseta de Batman y me miro al espejo, viendo al mayor perdedor que la vida haya podido crear, pero supongo que debo de ser fuerte y no llorar más, al menos sabiendo que los chicos están preocupados por mí, y tampoco puedo hacerles algo así.
Salgo de la habitación apartando las lágrimas que aún caen por mis mejillas y trato de forzar una sonrisa mientras camino al piso de abajo, donde me encuentro a los chicos hablando entre ellos con tono preocupado.

--¡LIAM!-grita Lucía antes de tirarse a mí.
--Oh Dios, Liam-habla esta vez Harry, apretándome entre sus brazos-no nos asustes de esa forma.
--Tranquilos, estoy bien-digo tratando de sonar convincente.

Ellos me miran con una mirada extrañada antes de mirarse entre ellos, sin comprender cómo puedo estar tan bien sin más, pero la realidad es que siento como me estoy derrumbando por dentro, como se está cayendo todo mi mundo al faltarle dos pilares demasiado importantes, como me empiezo a sentir vacío y solo, al sentirme sin sus abrazos, sin sus besos, sin sus sonrisas y sin su barriguita con mi bebé, sin ella, sin ellos, ahora mismo solo me siento malditamente solo.