viernes, 28 de febrero de 2014

Capítulo 75. Solos seis horas.

Narra Marta.
Camino junto a Harry de la mano, por un enorme y silencioso parque, con el cálido sol chocando contra nuestras pieles, que agradecen el calor pese a que estamos en primavera y ya llevamos ropa de la época; vestido corto y florido con manoletinas es lo que yo llevo, mientras que él lleva una camisa con graciosos estampados y unos vaqueros con deportivas.
Él me mira sonriente mientras caminamos, cosa que me hace sonreír y al mismo tiempo sentir confusa por notar su mirada tan puesta en mí.
Al llegar frente a uno de los preciosos rosales de los que hay en este bonito parque, se detiene. Coge mis dos manos, pequeñas y delicadas con las suyas, grandes y fuertes, pero cuidadosas y tiernas, mientras me mira a los ojos sonriente.
Sus preciosos ojos verdes se incrustan en los míos, algo temerosos de lo que le pueda ocurrir que le esté haciendo comportar de esta manera tan extraña.
Aún con mis manos cogidas se aleja un paso hacia atrás, quedando un amplio hueco entre nosotros.
Él tan solo se agacha, clavando una rodilla en el suelo. Suelta mi mano izquierda para buscar en uno de los bolsillos de su chaqueta lo que parece ser..una pequeña caja de terciopelo negra.
Suelta mi otra mano, ya que la utiliza para abrir esa caja, dejándome ver un precioso y reluciente anillo de compromiso.
Su sonrisa se ensancha antes de pronunciar las palabras que toda mi vida esperé por su parte, pese a que antes no supiera de su existencia:

--Marta, ¿quieres casarte conmigo?

Conmocionada le miro con los ojos llorosos, asintiendo con la cabeza sonriendo de la forma más sincera que me sale en estos instantes, lo que hace que él sonría más aún si cabe mientras saca el anillo y coge mi mano derecha con delicadeza, introduciendo mi dedo anular con cuidado en el anillo que encaja a la perfección.

--Hey, Marta, cielo-oigo la voz grave de alguien mientras me zarandea con cuidado de un brazo-vamos, levanta, tienes que ir al instituto.

Oh, mierda, tan solo fue un sueño, otro de mis tantos sueños de directioner trastornada, otra vez soñé con lo mismo, ya he perdido la cuenta de cuantas veces soñé que le conocía, que me quería, que se casaba conmigo... Pero los sueños, sueños son...
Me doy media vuelta en la cama, dolida y entristecida por mi maldita imaginación que me hace ilusionarme para nada.

--Déjame-murmuro enfadada-no quiero ir a clase...
--Vamos, tienes que ir-insiste esa voz masculina, que por eliminación supongo que es de mi padre pese a que no se parezca en lo más absoluto a la suya.
--Me has despertado, estaba soñando con Harry, déjame-respondo malhumorada y triste a la vez.

Noto como el cuerpo que antes estaba sentado en el borde de la cama se mueve hasta quedar sobre el mío, algo extraño por parte de mi padre, no le veo yo muy capaz de tumbarse encima de mí solo para que me levante, pero paso de él, no quiero levantarme, no sabiendo que Harry no está a mi lado.
Debería haberme acostumbrado ya a mis estúpidos sueños tan realistas, pero parece que no aprendo y siempre acabo soñando otra vez con él, haciéndome daño a mí misma como una idiota.
El cuerpo que hay ligeramente apoyado sobre mí, ya que los brazos y rodillas deben de estar apoyados en el colchón por no hacerme daño, se inclina más y más, hasta que siento una respiración ligero en mi oído.
A mí padre se le está empezando a ir la cabeza, me asusta de verdad.

--¿En mis sueños soy tan guapo como en la realidad?-oigo esa voz ronca que no había reconocido hasta ahora, acariciar mi oído con cuidado, haciendo que la piel se me erice estremecida por su profundidad.

Abro los ojos algo confundida para encontrarme con sus increíbles ojos verdes, que son acompañados de una brillante sonrisa con un par de hoyuelos a ambos lados, en las mejillas, junto con un puñado de rizos castañosque caen desordenados.
Se acerca a mí poco a poco hasta que sus tibios labios me dan los buenos días, lo que hace que se me escape una sonrisa totalmente feliz al darme cuenta de que solo una parte era sueño; la parte en la que me pedía matrimonio, pero aún así él está conmigo, aquí ahora y ...¿levantándome para ir al instituto?

--Es mis sueños tú sueles ser tan sumamente perfecta como en la realidad-susurra con una sonrisa a escasos milímetros de mis labios.
--En tus sueños te hago guarradas que te encantan-contesto en el mismo tono, con humor.
--Que conste que solo soñé una vez de esa forma-me recuerda divertido-pero ahora venga, levántate que llegarás tarde-habla apartándose de mí.
--No quiero ir a clase...-murmuro tapándome hasta el cuello con las mantas.
--Pero tienes que ir.
--Sé que tengo que ir, pero solo vas a estar otra semana más, dos como mucho, antes de volverte a ir y ya no te veré hasta junio, esto no es justo, quiero estar contigo y no perdiendo el tiempo en clase.
--No es perder el tiempo, es aprovecharlo, así que vamos, arriba-dice tratando de destaparme.
--¡No!-exclamo.
--Shh, no grites, que Louis aún sigue durmiendo y como le despiertes te aseguro que te arrepentirás-dice divertido.
--¿Pero qué hora es?-pregunto confundida, dejando que me destape ya por no hacer fuerzas.
--Las siete-responde él como si nada.
--¿Tú estás tonto o qué?-pregunto mirándole enfadada-¿Cómo me despiertas tan temprano?
--Tienes que ducharte, desayunar, arreglarte y luego ir a clase, si te despierto más tarde no llegas ni aunque quieras-dice con humor.
--Sí que llego, siempre lo hago y ni un día tarde-respondo mientras me incorporo hasta quedarme sentada en la cama.
--También te levanto pronto porque no te he visto tocar ni un libro desde que estoy aquí, ¿acaso no tienes deberes ni exámenes?
--Deberes hechos, exámenes estudiados-respondo levantándome de la cama-recuérdalo Harry, tu cociente intelectual es del 105, el mío de 140, los deberes de clase son como si te pongo cuentas de sumas y restas, multiplicación como mucho-le explico peinando mi pelo como puedo con la mano.
--No lo entiendo-dice algo confundido mientras yo tan solo me dirijo a la ducha-Einstein tenía un coeficiente de algo así como 160, si eres tan lista ¿por qué no vas a un colegio de superdotados? podrías... no sé, hacer ecuaciones trigonométricas en el recreo que cerebritos como tú-dice con humor.
--No voy a dejar que me encierren en un instituto de bichos raros-explico cerrando la puerta del baño-mucha gente tiene mi cociente y ni se ha dado cuenta, sigue su vida normal y corriente, ¿por qué yo no?
--Porque así no te aburrirías en clase como lo haces-explica él desde el otro lado de la puerta mientras yo me quito la ropa para ir a la ducha-estarías con gente lista como tú, te sentirías más...no sé, en familia si así puede decirse.
--Que no quiero que me lleven a un sitio de esos...-digo quejica metiéndome en la ducha.
--Serás lista, pero también cabezona.
--Ya ves, lo tengo todo-respondo con humor mientras abro el grifo de la ducha.

Me ducho sonriente pensando en lo terco que es Harry cuando quiere, y más en esta tontería, ¿qué le molestará que no vaya a un colegio de esos? Parece que lo que esté pasando es que se esté perdiendo una mente como la de Einstein o algo por el estilo, cuando la verdad es que mis preocupaciones no son si la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado ni nada de eso, más bien son cosas simples como conocer a mis ídolos y esas cosas, pese a que eso lo haya conseguido de manera extraña, pero lo haya conseguido y realmente me siento tan...feliz, contenta, afortunada de poder estar con todos ellos, que aún ni me lo creo, pero tampoco quiero pellizcarme y despertar, si es que esto es un sueño que nadie me despierte, prefiero vivir así.
Termino de ducharme sin querer pensar más en si esto lo estoy viviendo de verdad o es solo otro de mis desquiciantes sueños.
Abro las cortinas de la ducha de par en par, dando con Harry apoyado en el lavabo, cruzado de brazos y con una sonrisa que se amplia al verme de esta manera, lo cual hace que yo ruede los ojos ante su perversión.

--¿Qué haces aquí?-pregunto sin más cogiendo una toalla para secarme.
--Nada-responde sonriente manteniendo su postura despreocupada frente a mí.
--Cada día me planteo más y más la posibilidad de que tengas un problema-hablo saliendo de la ducha enrollada en la toalla de Harry.
--¿Qué problema?-pregunta extrañado.
--Pues algún problema relacionado con tu libido, el cual pareces tener un poco descontrolado, demasiado para alguien de tu edad, aunque claro, apartando ese pequeño trastorno afectivo que supongo padeces aunque creo que de manera subconsciente, ya que pasas de ello o al menos no lo hablas con nadie, con nadie que yo sepa-respondo poniéndome de nuevo la ropa.
--¿Que tengo qué de qué?-pregunta extrañado con una mueca bastante graciosa.
--Que pareces tener deseos sexuales demasiado fuertes por el hecho de la falta de un apoyo emocional-le repito algo más simple.

Me giro a mirarle al no obtener respuesta para darme cuenta de la cara de total confusión que tiene. Resoplo ante lo tonto que puede ser cuando quiere.

--Que te gusta follar porque no tuviste el suficiente cariño materno de pequeño, ¿así de simple?

Él me mira alucinado por mi franqueza y esa forma de ser tan directa, sin poderse creer lo que le acabo de decir de esa manera, pero acto seguido frunce el ceño cabreado.

--Eso no es cierto-responde molesto-no sé de dónde te lo sacas.
--No me hace falta sacarlo de ninguna manera, sé que es así, lo veo y ya está-explico buscando un secador de pelo entre los cajones del baño de Harry.
--Pues no es verdad, es una tontería enorme.
--Harry, no lo es-respondo mirándole a los ojos-les pasa a muchos niños, no importa, luego se supera y punto, no pasa nada.
--Pero es que encima lo dices convencida. No tengo ningún problema-aclara separando las sílabas de manera exagerada.
--Sí lo tienes-respondo de la misma manera sacando el secador de pelo-y deja de ser tan cabezota ¿quieres?
--Dejaría de serlo si dijeras algo con sentido.
--Por Dios Harry, lo único que buscas es una figura materna que te quiera y te dé cariño, si la única forma que tienes de recibir ese cariño es mediante sexo, no importa, ¿qué más da?-digo muy segura mirándole a los ojos antes de encender el secador de pelo.

No oigo su respuesta, pero tampoco le veo reflejado en el espejo, lo único que obtengo por su parte es un portazo increíble procedente de la puerta de su habitación, ya que se habrá ido cabreado a cualquier parte, lo que hace que yo resople y me empiece a sentir culpable mientras organizo mi pelo como puedo.
No quería decírselo de esa forma tan brusca, pero es que es la verdad, se siente de esa manera y comprendo que tampoco lo quiera admitir, pero supongo que no debí de decírselo de forma tan bestia y directa, cuando esas cosas se suelen decir delicadamente y en un psicólogo.
Supongo que tampoco debí de esperar hasta el último momento, sino decírselo en cuanto me di cuenta, supongo que en cuanto empecé a salir con él y me di cuenta en que me trataba como a su madre, como alguien quien le protegería, una persona que le idolatra, como hace cualquier madre, a la vez que le regaña o defiende cuando es necesario y si aparte le doy sexo que es una forma de recuperar cariño perdido de forma más rápida, pues entonces estaba claro y lo sigue estando y quizás durante un tiempo estará claro, que Harry me necesita, o al menos esa es la sensación que me da.
Termino de arreglarme y salgo del baño despacio, sin saber muy bien qué voy a decirle a Harry siempre y cuando siga aquí y no se haya ido a alguna parte, dejándome sola en su casa, bueno, sola con Louis, que creo y solo creo que está en su cuarto durmiendo, aunque también veo posibilidades a que esté en casa de Lucía.
Bajo las escaleras despacio, nerviosa por saber cómo reaccionará, por saber si se ha enfadado conmigo, aunque creo que así es, sin necesidad de verle.
En el piso de abajo no hay rastro de que haya nadie, no se oye ni a una mosca, algo que me empieza a preocupar, siendo sinceros.
Camino en silencio por la casa, buscando a Harry sin resultado, ya que no aparece por ningún lado, hasta que lo diviso por una de las ventanas, en el jardín trasero, sentado en un balancín color verde como la hierba con cojines color crema.
Me acerco hasta la puerta de la cocina, la cual da al jardín y la abro lentamente, sin querer sobresaltarle, ni interrumpir lo que sea que esté haciendo aquí afuera, a estas horas, con el frío que hace. Camino hasta quedar al lado del balancín para verlo de la forma más nefasta que en la vida lo había visto; llorando.
Llorando con las piernas encogidas pegadas a su pecho y la barbilla apoyada sobre las rodillas, mirando como el Sol se está despertando y está saliendo de entre las casas del horizonte, acompañado de algunas nubes desperdigadas.
No creo que esté llorando por lo que le he dicho, no quiero creerlo, es que no quiero creerlo porque entonces me sentiré mucho peor de lo que ya me estoy sintiendo, con unas ganas terribles de llorar por verle de esa forma tan frágil, dejando que esas cristalinas gotas de agua se deslicen en silencio por sus mejillas mientras él no se da cuenta de que yo le estoy mirando, mirando como llora, por esa bestialidad que se me ha ocurrido soltarle.
Con pasos torpes me muevo hasta quedar a su lado, haciendo que él se dé cuenta de que estoy junto a él y le estoy viendo, lo que hace que rápidamente se aparte las lágrimas como si no hubiera llorado, algo estúpido realmente.
Me siento en el borde del balancín, haciendo que se mueva ligeramente pero que Harry no se mueva, tan solo siga mirando al frente.
Me acerco a él despacio, arrastrando su cuerpo hasta que se queda pegado al suyo, esperando que así me mire, cosa que hace y que agradezco.
Él tan solo suspira con la respiración entrecortada antes de apoyarse en mi hombro y acomodar su cabeza ahí, como si tuviera que consolarlo de alguna manera, por lo que muevo mi brazo izquierdo hasta que llega a sus hombros y lo acaricio con cuidado y cariño, estrechándole contra mí.

--No...quise decirlo así-me atrevo a decir dolida.
--Da lo mismo-responde él por lo bajo-supongo que tienes razón-admite antes de alzar su mirada hasta la mía, aún con su cabeza apoyada en mi hombro, con una gran sonrisa-venga, vamos a desayunar que no llegas-comenta sin más mientras se levanta del balancín.

Le veo caminar hacia la puerta de entrada, con las manos en los bolsillos y la cabeza agachada.
Supongo que le duele infinitamente más el que le haya recordado que su madre no está con él a que le haya dicho que le gusta el sexo por esa razón.

--Harry-digo en voz no muy alta, pero lo suficiente para que él se detenga y se gira a mirarme algo extrañado-sé que te quieren-le aseguro refiriéndome a su familia.

Esboza una pequeña sonrisa de lado antes de darse media vuelta de nuevo, pero esta vez sin moverse, tan solo quieto dándome la espalda, cosa que me extraña demasiado, ¿para qué se queda ahí quieto sin hacer nada?
Extrañada me levanto de mi asiento y me acerco a él despacio hasta llegar a su lado, donde me paro a observar preocupada su cara, que tan solo mira al frente, a la puerta cerrada, a... a la nada.

--¿Qué pasa?-pregunto en un susurro.
--Te esperaba-responde sonriente antes de coger mi mano con cuidado.

Me pongo de puntillas para dejar un pequeño beso en su mejillas antes de entrar a casa para desayunar.


--No voy a entrar-digo muy segura.

Pensé que después de nuestro desayuno en el jardín le había convencido de que no fuera a clase, pero parece que existe alguien más cabezón que yo en este mundo y su nombre es Harry Edward Styles.
Cruzada de brazos sentada en el lugar del copiloto de su coche frente al instituto donde la gente va entrando sin prisa pero sin pausa, mientras yo tan solo miro enfadada a Harry, quien ríe divertido por mi berrinche, aunque la verdad yo no le veo la gracia, no quiero ir y no iré por muy pesado que se ponga.

--Vamos, solo son seis horas, después soy todo tuyo de nuevo-me asegura acariciando mi mejilla.
--No voy a entrar y punto-insisto.
--Marta...-dice sereno.
--¡Ni Marta ni Marto! ¡Apenas te puedo ver y cuando puedo tengo que ir al puto instituto! ¡No quiero! ¡No me da la gana!-estallo cabreada.

Él me mira sorprendido, con los ojos como platos y las cejas alzadas, ante mi forma de negarme a ir a clases, aunque no es para menos; él, mi novio, mi Harry, se pasa la vida de gira y cuando está aquí, un triste mes de descanso antes de irse dos meses seguidos por ahí, yo tengo que malgastarlo haciendo tonterías sin sentido en clase, porque lo que nos enseñan son tonterías sin sentido, al menos para mí y mi coeficiente y mucho más ahora que me tienen que separar de él.
Él resopla antes de dejarse caer en el asiento ante mi enfado. Sonrío victoriosa ya que sé perfectamente que él no me obligará a hacer nada que yo no quiera realmente, así que creo que me libro.
Antes de que pueda reaccionar sale del coche a toda velocidad, cogiendo mi mochila en uno de sus hombros y avanza por delante del coche corriendo hasta llegar a mi puerta.
Perfecto, a Harry se le acaba de ir la cabeza.
Pero no, la cabeza no se le va, ha sido más listo que yo, quién lo diría, ya que no he sido capaz de anteponerme a sus pasos y descubrir su plan para que vaya a clase.

--No has querido por las buenas, ahora lo harás por las malas-dice divertido abriendo la puerta del coche en la que yo me encuentro.

Desabrocha mi cinturón con una mano antes de sacarme de allí en volandas, dejando mi cintura en su hombro como si no fuera más que un fardo de patatas.
Empiezo a patalear como una niña pequeña, diciéndole que me suelte, que no quiero ir a clase, pero él como si nada, ya que cierra la puerta del coche y se dirige a la puerta de entrada del colegio, mientras yo sigo dándole pequeños puñetazos en la espalda y me voy retorciendo para que me suelte, pero es obvio que es más fuerte que yo y que no me suelta ni aunque lo intente.

--¡Eres un imbécil Harry Styles!-grito cuando traspasamos la puerta de entrada.
--¿No ves que estás montando un escándalo tú sola?-pregunta él con humor sin ceder a bajarme.
--¡Me importa un comino que esté montando un escándalo! ¡Bájame y bájame ya!-le exijo.
--Clase 28, clase 29...-murmura él mientras pasamos por las distintas clases.
--¡HARRY!-le grito ya con un cabreo fuera de lo normal.
--Clase 34, 35... oh, aquí, clase número 36-dice feliz antes de entrar.

Toda la clase me mira, al igual que hacía la gente en el pasillo y en la entrada, pero me da realmente lo mismo, ya que lo único que quiero es que me baje y salir de aquí cuanto antes.
Noto como se detiene, deja mi mochila sobre una mesa y acto seguido me deja a mí sentada en una silla, aún quejándome y gritando porque me deje en paz de una vez y me deje ir.

--Ya, tranquila, ¿ves? ya te he soltado, como tú querías-dice divertido.
--¿Te he mencionado que eres imbécil?-pregunto cabreada arreglando mi camisa y mi pelo desordenado.
--Sí, y creo que todas las veces que lo has hecho han sido en los últimos diez minutos-responde chistoso-Ahora sé una niña buena y atiende en clase-dice antes de acercarse a mí para darme un beso.

Lo esquivo, ganando un hueco por el que salir, el cual aprovecho para tratar de huir, pero él me coge de la cintura y hace que me siente de nuevo, mientras ríe divertido por mi comportamiento.

--Eres peor que una niña pequeña-dice con humor acariciando mi mejilla despacio.

La cual alejo de mí de un manotazo, haciendo que él me mire sorprendido ya que en la vida la he negado que me toque, pero ahora estoy demasiado cabreada como para dejar tan siquiera que me hable.
¿Cómo se atreve a llevarme por la fuerza a clase? esto es increíble, él es increíble, es idiota perdido, si he dicho que no quiero venir a clase es porque no quiero, ¿qué parte no parece captar?


--No seas crías ¿quieres?-pregunta algo dolido por mi forma en la que le he dado a entender que estoy cabreada.
--¿Es que no pareces entender ¡Que no quiero estar aquí?!-grito llena de enfado.
--Es solo un instituto por favor, no te van a matar aquí dentro.
--¡Me matan si me hacen alejarme de ti!-le respondo a gritos, levantándome de mi asiento, sin pensar en lo que he dicho si quiera, ya que me ha salido de los más profundo de mi ser.

Él me mira algo asombrado, pero acto seguido sonríe divertido antes de abrazarme con fuerza, haciendo que yo esconda mi cara en su pecho, agarrándole con fuerza para que no se vaya, para que se quede aquí conmigo aunque sea, pero ni yo misma me creo que pueda hacer algo así.

--Solo seis horas-murmura con los labios pegados a mi cabeza-solo seis.
--Demasiadas sin ti.
--También me resultan demasiadas para estar alejado de ti, pero no puedo hacer nada en contra de eso.
--Puedes dejarme ir contigo en vez de hacer que venga aquí...
--Ya te perdoné el que ayer no fueras y creo que los gritos histéricos de tu madre me dieron una pista de que no la gustó nada-comenta divertido haciendo que yo sonría-así que ya no más...
--Contaré todos los segundos hasta volver a verte.
--Oye, me has quitado el plan que tenía para hacer hoy-se queja riendo por lo bajo, haciendo que yo también lo haga por su suma estupidez.

Separo mi cara de su perfecto torso, llevándome consigo su delicioso perfume, para mirar a sus brillantes ojos verdes al igual que su arrebatadora e impecable sonrisa con esos perfectos hoyuelos.

--Te vendré a recoger-me dice muy seguro, a forma de promesa antes de dejar sus labios sobre mi frente.
--Te quiero-susurro.
--Sabes perfectamente que yo a ti más-responde antes de hacer que nuestros labios se toquen.

Daría todo y más por quedarme así con él, así ahora, en clase o en casa, así mañana y pasado, así la semana y el mes que viene, así y dentro de veinte años, así para siempre...
El timbre que indica el inicio de las clases nos interrumpe, haciendo que Harry se separe ligeramente para dedicarme una de sus preciosa sonrisas antes de dejar otro beso, este más corto, sobre mis labios e irse de clase antes de que llegue el profesor de Lengua.
Sonrío mientras le veo salir antes de darme cuenta de que toda la clase me mira alucinada. Supongo que aún les parece raro que él, Harry Styles, la estrella pop, la estrella de la música, famosa, con fama, dinero y cualquier chica que quiera tener, esté conmigo, con Marta Aldrich, una directioner más del montón y ahora, su novia. Todos los alumnos no me quitan ojo, aún tratando de asimilar el beso que han visto, aunque la verdad es, que aunque para mí sea mágico e increíble besarle, es hago que hago todos los días siempre que esté aquí y no de gira, aunque claro, para mí tampoco es Harry Styles la estrella del pop, para mí es Harry Styles, el chico más dulce e increíble del mundo, el cual me trata con delicadeza aunque me esté llevando a rastras a clase, para mí es Harry, solo Harry, no es su dinero, no es su fama, es solo él, mi chico, mi novio, mi Harry...
El profesor entra en la clase por lo que todos se sientan, incluida yo, que me posiciono en el lugar que Harry había elegido para mí. Me sorprendo al encontrarme a Lucía, mirándome divertida, en la silla que hay junto a la mí. Ni siquiera la había visto, claro, estar enfadada es lo que tiene.

--Buenos días-dice con humor.
--Buenos días para ti que no te han sacado a la fuerza de un coche y te han traído aquí-respondo en un susurro con humor, sacando mi archivador de la mochila.
--A mí me han sacado a la fuerza de la cama, no te quejes-dice divertida-Louis es tan cabezón como Harry si se lo propone-asegura.
--Aldrich-oigo que dice el profesor pasando lista.
--Sí-respondo alzando la mano.
--Becker.
--Sí-responde un chico sentado por delante de mí.
--Cox.

Nadie responde ante ese apellido, lo que hace que me gire extrañada a buscar con la mirada a Ane, que tampoco está, ¿acaso seguirá de viaje con Niall?

--Cox-repite la profesora mirando la lista.
--No ha venido-responde Lulu.
--Segunda falta de la señorita Cox-murmura apuntándolo en la hoja de la lista.

Él sigue diciendo nombres mientras la gente responde, por lo que yo aprovecho para preguntar en voz baja a Lucía.

--¿Dónde se ha metido?-pregunto extrañada refiriéndome a Ane.

Ella tan solo se encoge de hombros, mirándome con cara de no tener ni idea antes de abrir su estuche y coger un bolígrafo para apuntar, ya que el profesor termina rápidamente de pasar lista y sin perder un segundo de clase comienza a explicar el tema.
Imito el gesto de Lucía y saco rápidamente un boli, a pesar de que no lo necesite, ya que esto es lo más sencillo del mundo, al menos para mí, por lo que me dedico a hacer como que estoy cogiendo apuntes mientras pienso dónde narices puede estar Ane.

Narra Ane.
El insoportable sonido de la puerta de la calle me despierta, por lo que gruño molesta.

--¡Ane! ¡Ya estoy aquí!-grita mi madre-¿¡Cómo que no has ido al instituto?!


Me muevo ligeramente en la cama, dolorida, sintiendo algo en mi cuerpo que jamás había experimentado, es otro tipo de dolor, completamente distinto, hasta toparme con un cuerpo; el suyo. 
Abro los ojos cansada y veo su carita de ángel dormido, con la boca ligeramente abierta y respirando tranquilo, sin hacer ruido, con uno de sus brazos apoyado sobre la manta encima de mi cintura. Paso una mano con delicadeza por su mejilla, y sonrío como una tonta, me acerco despacio para sentir sus labios sobre los míos.

--¡Ane! ¿¡Sigues dormida?!-insiste mi madre.

Entonces caigo en la situación en la que ambos nos encontramos. Desnudos, con toda nuestra ropa por cualquier rincón de mi habitación, preservativos en sus envoltorios repartidos por el suelo. Mierda, mierda, mierda.


--Niall, Niall-susurro zarandeándole-despierta, ¡vamos!-me levanto de un salto, arrepintiéndome por el destrozo que siento.


Busco mi ropa interior por el suelo, encontrándome los cientos y cientos (ya será alguno menos) de condones que trajo Niall. Comienzo a vestirme todo lo rápido que mi cuerpo dolorido y cansado me permite.


--¡Niall!-susurro tirando de su pie-¡Que despiertes!


Me gruñe acurrucándose en la cama.


--¡Niall!-insisto, pero me gruñe de nuevo-Niall, cariño mío, cielito, luz de mis ojos-le susurro al oído haciendo que él sonría-mi madre está en casa y quiere verme ¿Cómo crees que reaccionará si ve un chico desnudo en mi cama?.


Abre los ojos de par en par y se queda sentado en la cama de un golpe, con la cara pálida de miedo.

--¿¡Está tu madre?! ¿¡Aquí?!-susurra asustado.
--Sí-respondo divertida.


Pega un salto de la cama mostrándome su desnudez al completo, desvío la mirada hacia la ventana mientras noto como me sonrojo, al verle de esa forma, tan perfecta, como es de obviar, pero al mismo tiempo una forma en la que no creo que debiera encontrarse estando mi madre viniendo a mi cuarto.


--Vístete, por favor-le pido.


Comienza a buscar toda su ropa mientras yo hago lo mismo a una velocidad de vértigo.


--¿Dónde echaste mi camiseta?-pregunta abrochándose los pantalones.
--Y yo qué sé-le respondo poniéndome los zapatos.


Cojo las mantas para hacer la cama rápido, ya que supongo que mi madre estará haciendo el desayuno y no dispongo de mucho tiempo.


--Oh, perfecto...-digo viendo un manchurrón de sangre en la sábana-como lo vea...-digo poniendo las mantas por encima de forma rápida para que no se vea.
--Aleluya, mi camiseta-dice contento mientras se la pone.


Cojo una camiseta cualquiera y me la pongo. Necesito tiempo, más tiempo, ojalá pudiera pararlo para no llevarme ninguna bronca como la que supongo que me caerá en cuanto mamá se dé cuenta de todo lo que ha pasado.


--Inteligente de ideas fantásticas-digo agachándome al suelo-o recogemos todo esto o podemos armar digo cogiendo varios de los preservativos, aún en sus envoltorios.


Niall se agacha y comienza a recogerlos y guardarlos en sus vaqueros con velocidad y algo de miedo por la situación en la que estamos, con mi madre llamándome, preguntándome cosas, mientras yo tan solo sigo recogiendo todo lo que puedo sin hacerla caso y mucho menos responderla.

Cojo un puñado y lo tiro en mi mesilla de noche, para otro día me sirven.

¿Ya pensando en el siguiente cuando ni siquiera estás segura de que te recuperarás de este?-pienso irónica, aunque pensando cosas totalmente lógicas, ya que estoy yo como para que me vuelva a tocar en menos de una semana.

Oigo como mi madre sube las escaleras hacia mi habitación, interrumpiendo mis pensamientos.


--Rápido-digo mientras hecho los que ya no nos da tiempo bajo mi cama.


Nos levantamos rápido y miro a mi alrededor comprobando que no hay nada fuera de lugar, me fijo en Niall., cómo no hacerlo, si aunque recién levantado, habiendo dormido poco, y asustado por mi madre sigue siendo increíblemente perfecto.


--Qué pelos tienes-digo divertida.
--¿Qué pelos tengo?-pregunta extrañado mirando hacia arriba como si así pudiera ver su cabello desordenado.
--De haber echado el polvo de tu vida-digo poniéndome de puntillas para arreglar su pelo.
--Pues ninguna mentira-admite tímido.


Sonrío mientras sigo con su pelo, acariciando su suave pelo con cuidado mientras él me mira a los ojos con una sonrisa, con admiración, como si yo, una chica del montón, fuera para él lo más maravilloso que pueda haber en este mundo.


--Tú también tienes unas pintas...-dice divertido peinando mi pelo con cuidado.


Me peina con ternura, mientras noto como apenas sin darnos cuenta nuestros cuerpos se van juntando, poco a poco, hasta que siento su pecho presionar el mío. Bajo mis manos de su sedoso cabello hasta su nuca, él baja sus grandes manos por todo mi pelo, que cae por la espalda hasta que llega a mi cintura, la cual rodea y pega a la suya. Inclina ligeramente su cabeza hasta dejar nuestra frente unidas, mirándome a esa corta distancia. Sus labios se mueven sin pronunciar palabra un "Te quiero" que me hace sonreír como una boba antes de juntar nuestros labios se forma corta, ya que s
e oyen un par de toques en la puerta que nos interrumpen y hacen que nos separemos de golpe.

--Un segundo-digo arreglando mi camiseta.
--Eh...Ane...-dice él tímido.
--¿Qué?-pregunto mirándole.


Me tiende mi sujetador con vergüenza, me llevo las manos al pecho y noto la falta de él. Lo cojo de un tirón y lo tiro al suelo.


--Puedes pasar, mamá-digo dándole una patada con el pie metiéndolo bajo la cama, al igual que no sé cuántas cosas más.


La puerta se abre y aparece mi madre con el desayuno en una bandeja, me mira sorprendida, más bien a Niall, supongo que no se lo esperaba, no esperaba que estuviera aquí Niall, no me extraña, ni yo misma había planteado la posibilidad de que acabáramos así.

--Vaya, no sabía que tenías visita-dice dejando el desayuno sobre el escritorio con una amplia y amable sonrisa.
--Eh... sí-digo algo nerviosa-él... vino esta mañana a verme porque...-trato de explicar la presencia de Niall aquí, pero no tengo ni un argumento, genial.
--Porque no me cogía el teléfono y me preocupé-responde ágil el rubio.
--Sí... eso-digo cogiendo su mano con nerviosismo.
--Vale, vale-responde mi madre riendo-¿Te quedas a desayunar?
--Creo que se tiene que ir ya ¿verdad?-digo por intentar salvarlo y llevarme yo sola el rapapolvo-los chicos te habían llamado ¿No?
--Eh...-dice mientras me mira dudoso-claro...
--Está bien-dice mi madre encogiéndose de hombros.


Ando con Niall hacia la puerta, yo con un dolor de tres pares de narices, no solo donde es obvio, si no el cuerpo en general, haciendo que ande de forma algo extraña, tratando de que así me duela menos, aparte del cansancio que llevo encima. Siento que los huesos me pesan lo que en la vida me habían pesado, aparte de mis músculos horriblemente cansados.


--¿Te pasa algo?-pregunta mi madre divertida.
--No, nada, habré dormido mal...o algo...


Miro a Niall, con la cabeza gacha, arrepentido. Acaricio su mejilla dulcemente, acto seguido la beso y le miro con una sonrisa para que no se preocupe, ni que se arrepienta de nada, ya que yo no me arrepiento de lo que pasó anoche, por lo que espero que él tampoco lo haga.

Acompañamos a Niall a la salida, aún con nuestras manos unidas, no dejo que se vaya mientras le miro sonriente esperando un beso de buenos días, él se acerca sonriente a mí con intención de besarme pero se detiene fijando la vista en la mujer que está detrás de mí.

--Vale, vale, sobro, ya me voy-dice levantando las manos como si se rindiera.


Se mete en casa y me acerco a Niall, dejando mi nariz al lado de la suya, pasando mis brazos por su cuello y él los suyos por mis caderas sintiendo su mirada triste y preocupada sobre mí, mientras que yo tan solo sonrío.


--Lo siento-dice dolido-no quería hacerte daño y menos que te durara hasta hoy...
--No te preocupes-digo dándole un pequeño beso en sus dulces labios-estoy bien-aseguro mientras sonrío.
--No es cierto y lo sabes...-dice abrazándome con fuerza, escondiéndome en su fuerte pecho-lo siento...
--Anda, escapa antes de que se dé cuenta de lo que ha pasado y te quiera matar...-digo con una sonrisa.
--Está bien...-dice acariciando mi mejilla con dulzura y una preciosa sonrisa-llámame y quedamos para ir a donde te apetezca...
--Eso está hecho-digo dándole otro beso.


Después de otro par de besos inocentes conseguimos separarnos.


--Te quiero-digo desde la puerta de casa.
--Y yo a ti-responde desde la acera de la calle.


Sonrío como una tonta y me meto en casa esperando las preguntas de mi madre, pero sorprendentemente no llegan, miro extrañada y la busco con la mirada ¿Dónde se ha metido? Miro en la cocina y en el salón, pero nada, subo las escaleras para llegar al piso de arriba, me meto en su habitación, pero tampoco, cuando salgo es ella quien me asalta.


--Cielo-dice divertida-estas cosas cuestan dinero, no las tires por ahí-dice dándome algunos de los preservativos que eché debajo de la cama. Noto como enrojezco y agacho la cabeza-y por el contrario hay otras que sí debes tirar-dice enseñándome el recogedor de la escoba, con los dos abiertos, el roto y el que usamos.


Mi cara enrojece y enrojece por segundos. Ane eres tonta, existen las basuras, existen los cajones, existen mucho sitios para esconder cosas, pero a ti no se te ocurre otra cosa que echarlo por debajo de la cama, claro, todo normal.


--Yo...-intento excusarme pero ella tan solo ríe.


Baja las escaleras aún riendo y yo tras ella extrañada. Veo como va a la cocina y tira lo pertinente.

--Mamá-digo algo confusa.
--Dime-dice mientras sube las escaleras de nuevo y yo con ella.
--¿No...me...me dices...nada?-pregunto nerviosa.
--¿De qué?-pregunta entrando en mi cuarto.
--De...eso...
--¿Qué quieres que te diga?-pregunta cogiendo las mantas de mi cama, dejando ver aquella mancha. Se gira mirándome extrañada-¿De verdad?-pregunta sorprendida-¿él ha sido el primero?-asiento con la cabeza-pensé que había habido otros-dice mientras coge las mantas y se vuelve a bajo.
--¿Qué otros?-pregunto desde lo alto de la escalera.
--No sé, como te veía tan cariñosa con Harry...-responde desde la cocina.
--¡Por supuesto que no hice nada con él!-digo avergonzada-es mi hermano...
--Ya sé que es tu hermano, ni que no le hubiese parido, no le costó ni nada salir al pobre, tú casi te caes, literalmente, en el pasillo del hospital-dice riendo.
--Entonces ¿Yo soy la mayor?-pregunto sonriente.
--Por un par de horas sí-dice subiendo las escaleras hasta llegar junto a mí-¿te encuentras bien?
--Sí, solo cansada-admito.
--Eres una exagerada, ni que te hubieran pegado, andas que da risa-admite divertida-Soy de las pocas madres que no atosigan a su hija y menos por estas cosas y eres tú la que quiere hablar, normalmente se le cuenta a las amigas-dice riendo-¿Quieres que lo hablemos?


Niego con la cabeza avergonzada, como para contárselo, que vergüenza por favor. Tierra ábrete y tragame, por favor...


--Solo pensé que me ibas a regañar.
--Creo que eres mayorcita para saber lo que te haces, además, precavidos habéis sido, eso me deja más tranquila-dice antes de besar mi cabeza con dulzura-no quiero ser abuela tan pronto-dice divertida haciendo que me sonroje de nuevo-anda, vete a dormir que habrás dormido poco-dice con humor-pero que sepas que es el último día de clase que te pierdes-agrega con todo autoritario, pero al mismo tiempo divertido.


Asiento con la cabeza y subo a mi cuarto. Un problema menos, mamá no me va a regañar, genial.
Según entro veo a Harry, asomado a la ventana, esperándome con una sonrisa y, como siempre, en ropa interior, un día de estos pilla un catarro.
Me asomo a la ventana para hablar con él, apoyando mis brazos en el alféizar.


--Qué cara tienes-dice riendo.
--¿Qué cara de qué?-pregunto confusa.
--De no haber dormido-responde algo serio-ayer de madrugada oí gritos ¿estás bien?


Noto como me pongo colorada. Mierda, ya me ha pillado, ¿ahora cómo se lo explico, con lo celoso que es? va a matar al pobre de Niall, mierda, mierda, mierda...


--Sí...nada importante...
--Vamos, cuenta ¿te encuentras mal?-pregunta con preocupación.
--No...estoy bien-digo nerviosa.
--¿Y por qué gritabas? parecía que te estuviesen dando una paliza...
--Eh...nada...


Si se lo cuento se la va a armar a Niall, como si lo viera, no sabe por qué me protege, ni por qué me quiere, pero lo hace y a veces, de forma excesiva y como sepa que su amigo lo ha hecho conmigo le castra, pero del todo.


--¿Qué hay de eso que entre nosotros no hay secretos?-dice poniéndome morritos adorables.
--No te enfades, ni mates a nadie ¿vale?
--¿Por qué iba a hacerlo?-pregunta confuso.
--Anoche estuve con Niall...


Veo como aprieta la mandíbula con fuerza, sus ojos de repente se han vuelto oscuros, cosa que hace que me asuste, su cara parece coger un color rojo bastante extraño por el enfado, sabía que se enfadaría, pero tanto...

--Miserable...-murmura por lo bajo-asqueroso...
--Dijiste que no te enfadarías-le reprocho.
--¿Cómo no voy a hacerlo después de lo que te ha hecho?-dice casi echando humo por las orejas.
--No hizo nada malo-digo con algo de cabreo.
--¿Que no? Eso se denuncia y si no lo haces tú lo hago yo.
--¿Denunciar?-digo totalmente perdida-por eso no se denuncia.
--No, ahora el maltrato y más de genero no se va a denunciar-dice sarcástico.
--¿Maltrato?-pregunto con los ojos abiertos por la sorpresa-¿De qué hablas?
--¿No gritabas ayer porque te pegaba?-pregunta extrañado
--¡Por supuesto que no!-grito enfadada-¡Él nunca me haría daño!
--¿Entonces?
--Por Dios Harry...tan solo hicimos el amor.
--Ah, pensé que te había hecho daño...espera... ¿¡Que hicisteis qué?!-pregunta con los ojos saliéndose por pocos de las órbitas.


Río divertida al ver su reacción, con cara de niña inocente mientras él tan solo me mira alucinado, sin poder creérselo.


--Nada, nada...-respondo riendo.
--Ahora sí le mato-dice cabreado-pero bien matado.
--Oh, venga, yo no te maté ni a ti ni a Marta cuando os pillé en el armario, ni cuando os pillé en el baño, ni cuando se os oye a kilómetros-comento con humor.
--Pero no parecías muy contenta... ¿Te hizo daño?-pregunta ahora entristecido.
--Él no puede controlar eso...-digo defendiéndole.
--Ya, ya...pero como le pille...se le quitan las ganas de otro...tendría cuidado ¿verdad?
--Mucho-digo harta ya.
--Y sería precavido ¿no?
--Eso se lo preguntas a tu amigo Louis-digo riendo.
--¿Louis?-pregunta extrañado-¿Por qué tengo que preguntar a Lou si Niall fue precavido anoche contigo?

Río y me meto a mi habitación, me acerco a la mesilla y cojo el puñado que guardé. Vuelvo a la ventana donde Harry me mira extrañado, le enseño todos los que tengo y me mira con los ojos como platos.

--Que yo te di solo uno-dice alucinado-¿Y todos esos?
--Niall-digo guardándolos de nuevo-le dijo a Lou que iba a venir a casa y que como estábamos solos...pues que tuviese cuidado. Ese chico debe de tener la colección primavera-verano Durex ¿Eh?-digo divertida.
--Será ya primavera, pero sigue haciendo frío-dice mirando el suelo con charcos por la lluvia que cae cada dos por tres.
--Deberías ponerte algo antes de que te resfríes.
--Lo mismo digo-dice divertido, haciendo que le mire extrañada, yo voy vestida-no llevas sujetador-dice aguantando la risa-no vaya a ser que las gemelas cojan frío-dice estallando a carcajadas.
--Ja-Ja, eres muy gracioso-digo irónica-por esa regla de tres tapa a tu amiguito antes de que se resfríe.
--Era broma, no te enfades-dice con su sonrisa de niño bueno.
--Ya, ya-digo riendo.


Llaman al timbre haciendo que frunza el ceño, ¿por qué a estas horas? ¿por qué? seguro que ya me quieren vender algo...


--¿Quién puede ser a estas horas?-pregunto extrañada y al mismo tiempo molesta.


Él se encoge de hombros extrañado, con cara de no tener ni idea, aunque tampoco sería muy normal que él tuviera idea sobre quién es quien llama a mi puerta a estas horas, bueno, horas, lo estoy diciendo como si fueran las cinco de la mañana cuando en realidad son pasadas las diez.


--¿No esperabas visita?-pregunta asomándose por la ventana a ver si consigue ver quién llama.
--Pues no.
--Vete a abrir, no vaya a ser que sea importante.
--Ya voy, ya voy.


Quien sea el del timbre, insiste, será pesado, madre mía... ¿Por qué no abrirá la puerta mamá? ya se habrá puesto los cascos y no escuchará nada. A veces pienso que soy más madura que ella, ya que ella parece una adolescente en muchas ocasiones


--¡QUE YA VA!-grito para que me escuche el de abajo haciendo que Harry ría-tú ve adentro antes de que te pongas malo-le regaño.
--Vale mami-dice divertido, pero cae en lo que dice en su cara se ve la profunda tristeza.


La tristeza, la soledad, el dolor, la culpabilidad, todo, todo se le junta, haciendo que de un momento a otro estalle por completo en lágrimas, lo que hace que se me encoja el corazón al verlo tan sumamente débil y desvalido.
Si supiera que su madre está a menos de diez metros...


--Venga...-digo con una sonrisa animándole-ponte algo.
--Ya, ya voy...-dice en bajo mientras cierra la ventana despacio y veo como se va de su cuarto, cerrando la puerta de la habitación.


Me encantaría bajar corriendo, ir a su casa, abrazarle y decirle que tanto su madre como su hermana le quieren...pero lo único que voy a hacer es pegar un guantazo al pesado que no deja de llamar.
Me pongo el sujetador, ya que es la única prenda que falta en mi cuerpo, bajo malhumorada las escaleras y abro la puerta de mala leche. Me sorprendo con la persona que me encuentro.


--¿Liam?-pregunto extrañada.

domingo, 23 de febrero de 2014

Capítulo 74. Torpeza.

Narra Ane.
Despierto algo confundida, ya que me siento mareada, me duele la cabeza y algo el estómago, pero creo recordar que estoy en casa de Maura y debería estar entre los brazos de Niall, cosa que no es, ya que al abrir un ojo veo que estoy sola en la cama, pero por lo menos la cama de su habitación, algo es algo, no me he confundido en eso de que esté en otra casa.
Me levanto de la cama, quedándome sentada y sintiendo como la estancia me da un vuelco entero haciendo que mi estómago gruña dolorido antes de calmarse poco a poco al tiempo que la habitación deja de moverse. Resaca. Me lo suponía.
Me levanto de la cama, sintiendo como la cabeza me pesa horrores debido al alcohol que ingerí ayer, pero de todas formas me muevo, arrastrando los pies ya que no puedo ni levantarlos, solo por saber dónde está Niall y porqué me ha dejado sola.
Bajo las escaleras sin ningún tipo de prisa ya que no quiero dar motivos a mi estómago de querer expulsar su contenido, por lo que tardo más del triple que una persona normal en bajar las escaleras.
Cuando por fin lo consigo, oigo una conversación procedente de la cocina. Sé que está mal y que no debería ponerme a chismorrear, pero ya que he bajado no lo voy a haber hecho en vano.
Me muevo despacio, sin hacer ruido, aunque tampoco es que pudiera ir más deprisa ni aunque quisiera, hasta quedar tras la puerta de la cocina, oculta de los interlocutores que entablan lo que parece una emotiva conversación.

--Mamá, no ha sido tu culpa, de veras-asegura Niall con voz...llorosa, sí, está llorando-te lo juro que no has tenido nada que ver.
--Soy tu madre, Niall, debería haberme dado cuenta de lo mal que lo pasaste y sin embargo no pude ni sospecharlo-responde Maura con total destrozo.
--Quizás porque yo no quería que lo supieras, no quería preocuparte, aunque en el fondo solo quisiera gritarlo para que me dieras uno de tus abrazos y me calmaras, diciéndome que todo iba a ir bien...
--Perdóname hijo por no haberme dado cuenta de tus gritos silenciosos-pide Maura.

Siento como un nudo sube desde mi estómago a mi garganta, provocando unas fuertes ganas de llorar por lo que se están diciendo. No puedo creer que lo que Niall dijera no fueran otra cosa que imaginaciones mías, de verdad se lo dijo a su madre, la gritó esas cosas tan dolorosas que ni aún siendo cuidadoso y sensible una madre se hubiera podido tomar bien, ya que se trata de la automutilación por propio dolor de uno de sus hijos, de algo totalmente maravilloso para ella, que ella ha creado y que por nada del mundo querría que sufriera y mucho menos que por haber apretado una cuchilla de más se hubiera ido de su lado, ya que aparte de la propia dureza del asunto, ya hubiera sido el segundo hijo que se la hubiera ido, el pequeño milagro del que ella me habló ayer, de ese angelito que se quedó junto a ella, y que si se hubiera ido no creo que ni ella misma hubiera podido soportarlo...

--Dime que no lo volverás a hacer...-murmura Maura mientras supongo que se abrazan.
--No lo haré-responde Nialler-no lo haré, se lo prometí a Ane y te lo prometo a ti, no lo volveré a hacer-confirma muy seguro haciendo que sonría ya que no volverá a dañarse a sí mismo, al menos físicamente, psicológicamente solo puede decidirlo él.

Acabada su tierna y reconciliadora conversación, decido entrar como si no hubiera pasado nada para desayunar con ellos mientras charlamos los tres amistosamente en esta bonita mañana de sábado.
Paso el resto del fin de semana con ellos; con Niall, con Maura, con Bobby, con Chris, con Greg y Denisse, los que parece se van a casar en la próxima primavera, lo que provoca que todos nos quedemos alucinados, pero que simplemente nos alegramos por ellos, ¿por qué no? se ve que se quieren y llevan mucho tiempo juntos, creo que es genial que lo hagan, pese a que en el momento en el que han dicho la palabra "matrimonio" Niall me haya mirado directamente a los ojos, atravesándome con su mirada, algo que no tengo muy claro qué significa, pero que ha hecho que una parte de mí sienta un completo júbilo, mientras que la otra ha sentido miedo y pavor. Creo que ni yo misma me entiendo.
Llegado el lunes, seguimos aquí, pese a que Nialler me haya insistido en volver, ya que me he perdido un día de clase, pero sinceramente me da un poco igual, aunque el problema es que a mi madre no la ha dado igual y se ha puesto a petarme el móvil con llamadas y mensajes de preocupación por saber cuándo narices volvía y que por qué me estaba perdiendo clase, que si estaba bien, en fin, todo lo que una madre normal hace cuando su hija se va un fin de semana con su novio y llega el lunes y siguen por ahí perdidos.
Analizando la anterior frase...Novio...Niall...Niall es...es mi novio... lo es, aunque esa palabra me suene tan sumamente extraña. Creo que nunca lo he dicho en voz alta "Niall Horan es mi novio" no creo que pudiera, sería extraño, me suena demasiado rara esa palabra, aunque él tampoco ha afirmado nunca que yo sea su novia, no creo que sea porque se avergüence de que lo sea, ya que "presume" de mí allá a donde vaya.
Niall Horan es mi novio. Niall Horan es mi novio. Niall Horan es mi novio.
Y cuanto más lo pienso, peor y más raro me suena.

--¿Qué vas murmurando?-pregunta su voz divertida, sacándome de esos profundos pensamientos.
--¿Qué?-pregunto confundida alzando mi mirada hasta encontrarme con la suya.

Confusa al no saber cuánto tiempo llevo pensando, inmersa en mis mundos, sin hacer caso de Niall, sin saber si me ha estado hablando en todo el trayecto que estamos haciendo de vuelta a Londres, miro fuera del coche para hacerme una idea de cuánto tiempo llevaré pensando esa total tontería de la palabra "novio".
Veo un cartel enorme en el que pone "Está entrando en Londres. Bienvenido" Mierda, me he pasado todo el viaje pasando de Niall, sin hacerle ni puñetero caso, y al parecer murmurando.

--Que qué estás murmurando-repite con humor.

Su increíble humor, feliz aparentemente, aunque luego sea tan sumamente frágil que pueda llegar a odiarse a sí mismo. Su humor, tan cambiante a veces, tan confuso otras tantas, pero al mismo tiempo tan atrayente. Su querido y fantástico humor alegre, que hace que no deje de sonreír, lo que provoca en mí un cosquilleo en la boca del estómago que se expande por todo mi ser hasta que yo también me siento feliz y sonrío como una tonta al ver que él se siente bien, feliz, a salvo...
Su sonrisa, esa sonrisa que ahora mismo lleva en la cara, esa sonrisa tan amplia y pura, tan verdadera, tan profunda, que aunque sus brackets oculten ligeramente sus dientes, no hacen que sea menos hermosa, al contrario, le da un aspecto juvenil, de adolescente que es prácticamente lo que es; un niño, un niño que en ocasiones parece madurar y otras parece ser un niño pequeño, emberrinchado porque no le han comprado un juguete que vio en un escaparate.
Su sonrisa, que hace que sus regordetas mejillas se amplíen de forma adorable, y que a veces de tanta risa se sonrojen por completo, dando el aspecto de dos manzanas maduras y apetitosas. Creo que podría decir que su sonrisa es una de las más bonitas del universo y no mentiría; ese sonido musical que es su risa que a veces la acompaña, esas mejillas que son como las de un niño pequeño, esas pequeñas arrugas que se forman a ambos lados de sus ojos, algo que realmente me parece precioso, sí, unas arrugas preciosas, no estoy loca, estoy segura de que mucha gente piensa que las pequeñas cosas de una persona, las que a veces se consideran defectos, a ojos de otras personas son virtudes que hacen que te enamores más de esa persona, de esa persona con locura y de todas esas cosas que le hacen especial y único, esas pequeñas cosas que le diferencian del resto de chicos irlandeses que hay por el mundo, esas pequeñas cosas que le diferencian de Harry, de Louis, de Zayn o de Liam, esas pequeñas cosas que definen a Niall, a mi Niall...

--Tierra llamando a Ane, ¿me reciben? cambio. Creo que hemos perdido contacto con la nave Ane, responda-dice con voz de astronauta, divertido, al ver que tan solo me he quedado mirándole y no le he respondido.
--Lo siento, estaba...pensando-admito algo avergonzada por haberme quedado tanto tiempo mirándole descaradamente.
--Pensando mientras me mirabas-recalca con humor-¿acaso voy manchado y no me lo has dicho?-pregunta divertido mirándose en el retrovisor por si acaso lleva la cara manchada.
--No, no, no vas manchado-respondo con humor-solo pensaba, ya está.
--¿Y en qué pensabas?-pregunta curioso sin apartar la vista de la calle por la que conduce, ya cerca de casa.
--Oh, en nada interesante, la verdad-respondo indiferente mirando por la ventanilla del coche.
--Algo tendría que ser, me has asustado un poco, no me has respondido a nada en todo el camino, ibas un poco ida-dice algo preocupado-¿te encuentras mal? también te lo he preguntado antes, pero como si no fuera contigo el tema.
--Sí, sí, estoy bien, solo algo cansada-admito.
--¿De verdad que solo es eso?-pregunta con el ceño algo fruncido mientras aparca con cuidado enfrente de casa-sabes que me puedes contar cualquier cosa, prometo no reírme por muy estúpido que creas que sea-dice seguro.
--¿Tú me consideras tu novia?-pregunto del golpe.

Las palabras parecen brotar de mi boca solas, ¿cómo lo he soltado de forma tan bestia? esas cosas se suelen preguntar con timidez, con inseguridad, y yo lo suelto así, hala, de golpe, toma ya. No sé ni cómo me ha salido con tanta sinceridad, no pensaba preguntárselo, aunque supongo que una parte de mi mente ha sentido la necesidad de querer saber la respuesta y ha tomado por completo el control de mi cuerpo, pronunciando la pregunta de forma tan clara y directa.
Niall me mira confuso, ya con el coche parado en frente de mi casa, confuso y algo triste por algún motivo, hasta el momento, inexplicable para mí.

--¿No somos novios?-pregunta extrañado, con ese fondo entristecido y dolorido.
--No sé, ¿lo somos?
--Que yo sepa, ser novios significa estar en una relación con alguien, una relación no fugaz, sino quizás duradera, algunas por años, pero supongo que a los meses también se les puede interpretar de esta forma en este momento. Yo supuse que lo éramos, ¿no lo somos?

Me encojo de hombros como respuesta con cara de estar también algo perdida.

--¿Hace falta hacer algo en especial para serlo?-pregunta con humor.
--¿Quizás pedirme que sea tu novia?-pregunto divertida.
--Eso está hecho-responde con esa preciosa sonrisa, desabrochándose el cinturón y sentándose de lado para mirarme de frente-Ane Cox, ¿Quieres ser oficialmente mi novia?-pregunta con tono jocoso.
--No-respondo seria, con total dureza, mirándole con cabreo.

Señoras y señores, he aquí mi pequeña venganza por el que Niall se haya liando con otra en los probadores de Mullingar, sí señor, ahora me toca pasármelo a mí bien un rato, esperando encontrarme su reacción asustada, aunque me encuentro con algo peor; una mirada completamente rota y desolada, amenazando con llorar.

--Pero yo...pero tú-dice al borde del llanto-yo pensé que tú, es decir, que yo a ti...que nosotros...
--Oye-respondo interrumpiéndole, tapando su boca con una de mis manos-era una broma-respondo muy segura, preocupada porque se ponga a llorar por mi culpa-claro que quiero serlo, ¿cómo no voy a querer serlo?
--¿Por qué eres tan mala conmigo y me das esos sustos tontos?-pregunta como si fuera un niño pequeño enfadado-no me gustan esas bromas, ya lo sabes.
--Tenía que hacer algo para compensar tu pequeña infidelidad con la chica de la tienda de ropa, ¿recuerdas?-pregunto con algo de humor-aunque esto no lo contamos ya que yo también me he asustado al verte tan triste, ya pensaré otra forma de devolvértelo-confirmo divertida.
--No, más venganzas no-me pide quejica.
--Mmm, ya me lo pensaré-respondo traviesa saliendo del coche.

Oigo su estruendosa risa desde dentro del coche antes de salir de él, estirándose por todo el camino que lleva sentado, al igual que yo, con los brazos hacia arriba y el pelo realmente revuelto, mostrando la parte alta de sus vaqueros holgados, el borde de sus calzoncillos negros en los que se puede ver en letras mayúsculas y blancas "Calvin Klein". Puedo observar la parte baja de su cintura debido a lo bajo que lleva los pantalones.
Un cosquilleo sube por todo mi cuerpo de repente, ¿a qué viene eso? No importa, qué más da, quizás solo sea por la pequeña brisa que acaba de pasar.

--¿Qué te pasa ahora?-pregunta divertido.

Apoyado con los brazos en el marco de la puerta, con esa manga corta a pesar de que aunque estemos en Marzo sigue haciendo algo de fresco para ir de esa forma. Sus brazos, fuertes, no en exceso, solo algo trabajados de cuando va al gimnasio de vez en cuando.
Una pequeña sonrisa pasa por su cara, eliminando cualquier rastro del Niall adorable que hace unos momentos me parecía haber visto, ahora no es ese Niall, no lo es, para nada, es como si de repente, por alguna razón, hubiera arrancado esa parte de él como si fuera una hoja de un cuaderno, dejándome ver... dejándome ver, a un Niall...extrañamente... sexy, sí, sexy, atrevido, seductor. Esos adjetivos provocan de nuevo ese cosquilleo en mi interior, de forma algo más fuerte. ¿Qué mierdas me está pasando ahora?

--Genial, de nuevo te hemos perdido-comenta con humor mientras cierra la puerta.

Yo solo me quedo muda, totalmente confundida a este extraño... lo que sea que me recorre y que hace que mire a Niall de otra manera completamente distinta a como le suelo mirar. Pero no es la primera vez que mis ojos le captan de esa forma, no, en absoluto, creo recordar...que aquella vez, en la que acabé metida en su armario, en la que me puso contra la pared ambos vestidos tan solo con una simple toalla de baño, sí, esa vez, esa vez sentí algo muy parecido a lo que ahora me recorre e invade, al igual que la forma de mirar a Niall, con tanto...deseo.
Genial, totalmente genial, soy una pervertida, sí, todo bien, todo...todo genial...
Resoplo mientras me doy media vuelta, caminando hacia la puerta de casa, pensando en que Niall vendrá conmigo, pero no le oigo caminar tras de mí, lo cual hace que me dé la vuelta extrañada para percatarme de que está cogiendo las bolsas de ropa, las cuales él ha ido llenando de ropa y ropa para mí y las cuales ya me iba a dejar en su coche. No me extraña, ya no sé ni donde tengo la cabeza en estos momentos.
Cierra el maletero y se acerca hacia mí con un par de bolsas en cada mano, tienen pinta de ser pesadas, pero él las lleva como si tal cosa, haciendo prominentes sus bíceps, que junto con esa sonrisa tan traviesa en estos momentos y ese pelo despeinado, provocan que el cosquilleo vuelva a mí, cada vez más y más fuerte, lo cual no sé cómo interpretar. Opto por no hacerlo caso y pensar que no es nada preocupante, a pesar de que sea algo que me empieza a molestar.
Él llega hasta mí, apoyando un hombro en el marco de la puerta, mirándome divertido por algún motivo que no comprendo, pero que hace renacer al cosquilleo dichoso que me empieza a atormentar.
Me acerco a él despacio, con intenciones de besarle y tratar de cerciorarme de que él es el único causante de ese movimiento que se produce en mi cuerpo de manera involuntaria, cuando la puerta de casa se abre y mamá choca de frente con nosotros, con tanta fuerza que es ella la que se cae al suelo, ya que ha chocado en mayor parte con Niall, que abulta y pesa más que ella.

--¡Mamá!-exclamo asustada por el golpe que se acaba de llevar-¿Estás bien?-pregunto ayudándola a levantar.
--Sí, sí, es que no encuentro las llaves de casa-dice con algo de estrés rebuscando en su bolso-y tengo que irme ya, me acaban de llamar del trabajo que ha surgido un problema y... ¿Cuándo has llegado?-pregunta extrañada-mira, no tengo tiempo ni para regañarte, no sé qué rayos ha pasado en el trabajo pero tengo que irme ya-dice algo molesta, a forma de reprimenda, pero directamente cierra el bolso y me abraza con fuerza-no tardaré en volver, lo prometo, y ahora me cuentas lo que habéis hecho y...-me mira fijamente por un segundo-bueno no, prefiero no entrar en detalles en ciertas cosas que habréis hecho, pero bueno, luego me lo cuentas y si os lo habéis pasado bien y todo eso. Te quiero-dice acelerada antes de echar casi a correr hacia el coche aparcado tras el de Niall-¡oh sí, me alegro de verte Niall!-grita abriendo la puerta del coche-¡Deberías ponerte una chaqueta, hace frío!-le recomienda antes de subir al coche.

Veo como sale a toda velocidad, algo que me asusta ya que no me gusta que conduzca tan rápido, pero cuando mamá está estresada, cuidado, que nadie se ponga en su camino que te lleva por delante.
Me giro a ver a Niall, riendo por lo bajo. Él me sonríe divertido, pero con las mejillas coloradas, no me extraña, vaya comentarios que me suelta mamá así como si nada, dando a entender que en lo que hemos estado juntos lo hemos hecho.
Ese pensamiento hace que el cosquilleo suba con tanta fuerza y velocidad por mi cuerpo que hace que desemboque en mi boca, soltando un pequeño grito molesto por esto tan extraño que me invade, por lo que pongo una mano en mi estómago, tratando de calmarlo, frunciendo el ceño ante este tan molesto y al mismo tiempo tan...agradable, sí, es agradable, no sé cómo pero lo es. Antes ese sonido Niall solo suelta una enorme carcajada, que hace que le mire confusa por esa actitud que de repente muestra.

--¿Qué pasa?-pregunto extrañada.
--No, nada, nada-dice aún riendo.
--Vamos, dime por qué te ríes Horan-le exijo divertida.
--Me vas a pegar-dice estallando de nuevo a carcajadas.
--¿Por qué iba a hacerlo?-pregunto extrañada.
--Porque...pareciste...pareciste...pareciste soltar un gemido-dice antes de reventar a reír.

Se le saltan hasta las lágrimas de tanta risa mientras yo tan solo siento como me pongo roja hasta la punta de las orejas.

--No fue un gemido, solo me quejé-respondo algo molesta abriendo la puerta de casa.
--Oye, no te cabrees, era una broma, ya sé que no fue un gemido, no tiene sentido en estos momentos que lo hagas-dice con humor entrando tras de mí-además ¿de qué te quejas ahora?
--Solo...estoy cansada del viaje-respondo sin más.
--Bueno, pues entonces tiene solución, ve a dormir y ya está-dice sonriente.
--Sí, eso haré-respondo con una pequeña sonrisa.
--Y prepárate que mañana tienes que ir al instituto y aún te quedan por hacer los deberes que hoy no hiciste-me recuerda como si fuera mi madre, pero con una sonrisa divertida.
--No los voy a hacer, tenlo por seguro que no lo haré-confirmo divertida antes de acercarme a él.

Paso mis brazos por su cuello, pegándome a él y dejando mi frente pegada a la suya, con una sonrisa que él también tiene.
Oigo como suelta las bolsas en el suelo antes de pasar sus fuertes brazos por mi cadera, pegándome a él por completo.
Da un pequeño beso en mis labios, separando sus labios de los míos al segundo, por lo que yo repito su acción juguetona.

--Ve a casa a descansar-susurro apenas rozando mis labios con los suyos-llevas todo el día conduciendo.
--Así que quieres que me vaya...-responde divertido.
--Por supuesto que no, pero creo conveniente que descanses-respondo sonriente.
--Entonces supongo que debo hacerlo-dice con una sonrisa antes de juntar nuestros labios de forma fugaz de nuevo.
--Sí, deberías hacerlo-respondo con humor despegándome de él-vamos, a casa-digo divertida.
--Que conste que me estás echando de tu casa-responde fingiendo indignación mientras se dirige a la puerta-como tu novio me siento expulsado de tu casa.
--Quizás porque estás siendo expulsado de mi casa-respondo abriendo la puerta-pero solo por tu bien y para que descanses-le recuerdo.
--Sí, sí, ya, ya-dice divertido mientras sale de casa-esto es una injusticia-me reprocha.
--Después te llamo y nos vemos, tonto-respondo con humor.
--Más te vale, porque esta forma de echarme de tu casa tiene una multa de al menos...cincuenta besos, así que tú verás como pagármelos-dice muy seguro.
--Pues a plazos-digo con humor antes de besarle cortamente-cuarenta y nueve...-cuento divertida antes de juntar de nuevo nuestros labios-cuarenta y ocho...
--La próxima vez impondré una multa de al menos cien-dice él divertido.
--Anda idiota, luego te doy el resto-digo divertida alejándome de él.
--Te quedan cuarenta y ocho, no lo olvides-dice con humor mientras camina hacia atrás, alejándose de mí camino al coche.
--Tranquilo, me lo apunto para que no se me olvide-respondo con humor.

Ríe divertido antes de darse media vuelta y caminar hasta su coche. Se mete en él y veo como lanza un beso hacia mí antes de irse de aquí, haciendo que mire con una gran sonrisa cómo se aleja una de las personas a las que más quiero en esta vida.
Me meto en casa al ver que su coche ya ha girado y no le veo, mientras sigo pensando en ese cosquilleo, ¿a qué se puede deber? no lo comprendo, más que un cosquilleo es...es como si...Dios, no lo sé, sé que o es un cosquilleo, es más fuerte., como una honda expansiva, sí algo así, supongo, tampoco estoy muy segura, solo sé que es algo fuerte y por lo que parece provocado por Niall.
Cojo las bolsas en un suspiro y las llevo a mi cuarto, donde empiezo a colocar la ropa como puedo ya que apenas cabe ni la mitad de todo lo que me compró Niall, a veces es tan exagerado...
Apenas termino de colocar la última bolsa oigo la puerta de la entrada abrirse, al igual que los quejidos molestos de mi madre tirando por cualquier parte las llaves de casa y el bolso.
Doblo una última camiseta, la meto en uno de los cajones de madera de la cómoda y salgo de allí para hablar con mamá después de tanto tiempo separadas.
Al bajar al piso de abajo caigo en que es más tarde de lo que pensaba. Miro el reloj de pared de la entrada y en efecto, es tarde; son las nueve ya, y yo no he tocado ni un libro aún, mierda...oh, espera, si los hice antes de que volvieran, soy una crack, creo que empezaré a hacer los deberes cuando me los mandan y no el último día, es bastante útil, la verdad, aunque no pienso admitirlo y menos en presencia de Marta, que se pasa la vida repitiéndome que no lo deje todo para el último momento, claro, como ella es tan lista pues no la cuesta nada hacer los puñeteros deberes que tanto me estresan y desquician.
Veo como mi madre resopla mientras recoge el pelo, dejándolo en una coleta alta mientras camina hacia la cocina a hacer la cena.
Entro tras de ella y me siento en una de las sillas que hay en medio de esta pequeña cocina.

--¿Qué tal tu día?-pregunto amable.
--Bien, normal, un poco agobiante, primero dijeron que las camisetas de primavera-verano ya habían llegado y después que no sabían dónde las habían metido, y curiosamente según llevo estaban ahí, delante de todo-explica sacando una sartén, creo que hoy cenaremos algo sencillo ya que yo no me había parado a pensar en lo tarde que era y tampoco preparé nada, fallo mío-¿Tú qué tal con la familia de Niall? ¿Te lo has pasado bien?-pregunta con la cabeza metida en el frigorífico, buscando lo que supongo que va a cocinar.
--Sí, estuvo bien, es agradable estar con ellos, es una familia tan...unida.
--He captado la indirecta, gracias-dice con una sonrisa divertida mientras pone en la sartén una rebanada de sándwich.

Sándwiches de jamón y queso a la plancha para cenar, una de las mejores cosas que puedo disfrutar de esta vida.

--No era una indirecta, mamá-respondo rodando los ojos-solo era...una observación.
--Ya, ya...-responde divertida mientras se pone a cocinar-entonces te lo has pasado bien ¿no?
--Sí, muy bien, además Maura me ha contado cosas muy graciosas de Niall, ya sé con qué contraatacar cuando empiece a sacar los recuerdos bochornosos que tú le contaste-la espeto con humor.
--Eres tan rencorosa...-murmura divertida-¿puedo preguntar acerca de cómo es mi consuegra?-pregunta jocosa.
--Oh, Maura, pues es...es muy cariñosa, aunque creo que quizás demasiado, es un poco agobiante con el pobre Niall, no le deja demasiada libertad, no se parece a ti, en absoluto.
--¿Es bueno o malo que no nos parezcamos?-pregunta extrañada, girándose a mirarme.
--Ni bueno ni malo, tan solo diferente, aunque la verdad, tú eres más despreocupada y lo prefiero a tenerte encima de mí constantemente.

Ella sonríe satisfecha por mi buena crítica sobre su gran trabajo siendo mi madre y educándome antes de seguir con la cena entre algunas preguntas, más comentarios sobre nuestro fin de semana, hasta tocamos el tema de contárselo o no a Harry, pero vamos, la cosa sigue estando igual, no me tengo que quedar calladita como una niña buena...¡no es justo!
Se sienta en la mesa frente a mí y mientras cenamos seguimos hablando sobre cualquier cosa no demasiado importante, tan solo comentamos y hacemos alguna broma. Creo que eso de "Tener a una madre como amiga" de verdad existe pese a que muchos piensen que no, aunque la verdad es que yo sí que la tengo y me alegro de ello, sé que puedo hablar con ella de cualquier cosa que no me juzgará y menos regañará, es de verdad una de mis mejores amigas.
Mamá se mete el último trozo de sándwich en la boca justo cuando el móvil, encima de la mesa, vibra de forma corta, indicando que la acaba de llegar un mensaje.

--Voy a tener que volver al trabajo-dice algo molesta mirando su móvil-ha habido un problema-dice resoplando antes de levantarse a dejar el plato de la cena en el fregadero-no te importa ¿verdad?-dice abriendo el grifo.
--Estaré bien sola-respondo imitando su gesto dejando el plato para que lo lave ya que está.
--Puedes llamar a Marta o a Lucía para que se queden a dormir si quieren-dice fregando los cacharros-o puedes irte un rato con Harry, hace mucho que no os veis.


O puedo llamar a Niall para que estemos juntos-pienso con una sonrisa.


--No parece importarte-dice divertida cerrando el grifo y secándose las manos-Me voy ya, pórtate bien.
--Tú ten cuidado-la advierto.
--Siempre-dice antes de darme un beso en la frente.

Sale por la puerta de casa y desde la ventana me aseguro de que se va, arranca el coche, se despide de mí agitando una mano por la ventanilla y desaparece por la esquina de la oscura calle.
Subo corriendo al piso de arriba, subiendo los escalones de tres en tres hasta llegar a mi cuarto, cojo el móvil y me tiro en la cama mientras marco su número, ya me lo sé de memoria, espero a que me lo coja mientras coloco un brazo bajo mi cuello.

--Hola, cielo-dice feliz al cogerlo.
--Vaya, que contento estás-digo divertida.
--Si me llama la chica más guapa del mundo no es para menos.
--Exagerado.
--No lo soy-dice quejica-¿Pasa algo?
--¿Debería?
--No me sueles llamar tan tarde-dice simplemente-¿Estás bien?
--Sí, es solo que...si quieres venirte a casa, estoy sola...

Al pronunciar esas dos últimas frases siento como el corazón se me desboca "Estoy sola", espero que no le haya sonado tan mal ni pervertido como me lo ha parecido a mí.

La línea se queda en silencio por unos segundos. Cuando voy a preguntar si sigue ahí vuelvo a oír su voz, algo extrañada, pero al mismo tiempo parece contento y hasta algo emocionado y nervioso.

--Claro, en diez minutos estoy allí-responde feliz.
--Hay tiempo, no hace falta que vengas corriendo-digo divertida.
--Está bien, pues entonces...veinte minutos y no voy a ceder más, necesito verte-responde con humor.
--Apenas me viste hace un par de horas-respondo divertida-pero aún así me vale-digo con una sonrisa.
--Ahora te veo, te quiero-dice adorable.
--Y yo a ti-digo de la misma forma.

Cuelgo con una sonrisa y vuelvo al mundo real, me quedo sentada en la cama y veo mi habitación hecha un asco y caigo en que estoy en pijama. Solo tengo veinte minutos. Me levanto de la cama de un salto.

--Mierda...-murmuro recogiendo las cosas del suelo a toda velocidad.

Meto la mitad de lo que encuentro debajo de la cama y la otra a presión en el armario, consigo cerrarlo con esfuerzo y miro el reloj. Diez minutos. Me meto en la ducha corriendo, una ducha rápida de apenas cinco minutos, salgo mientras me seco con una toalla y a la vez me peino los rizos mojados, saco el secador de pelo mientras me intento meter en unos vaqueros increíblemente estrechos con lo que es bastante complicado. Busco una camisa que ponerme mientras intento poner en orden mi pelo, con el rimel en una mano y el lápiz de ojos en la otra me maquillo rápidamente.
Salgo corriendo de mi cuarto bajando en tres pasos las enormes escaleras y voy al salón para buscar una peli que ver.

--De aventuras no...-digo hablando en voz alta conmigo misma-una comedia tampoco...,de dibujos mucho menos-digo mientras aparto las películas que voy descartando-de miedo o romántica...da igual, que elija él.

Me muevo hasta la cocina y meto una bolsa de palomitas al micro.
Voy descalza... Subo de nuevo las escaleras y me pongo unos zapatos cualquiera, me miro al espejo que hay en mi cuarto cuando llaman al timbre, salgo otra vez corriendo de mi habitación y bajar las escaleras por enésima vez hasta llegar a la puerta. Estoy machacada de estas escaleras y de tener que subirlas una y otra vez, enserio...
Abro y su belleza me deslumbra, como siempre, aunque claro, ¿cómo no hacerlo siendo él? Con ese pelo corto y rubio, levantado en el flequillo, a la vez que revuelto, con esos ojos tan profundos y azules, tan calmados y relajantes, aunque ahora pueda sentirlos algo nerviosos, aunque ni de lejos tanto como cuando le conocí. Su graciosa nariz respingona seguida de sus finos y rosados labios, los cuales amo besar en cuanto puedo.

No lleva su ropa normal, su ropa de siempre, no, para nada, no lleva sus polos, no lleva sus camisetas de dibujos tan graciosos, no, viste más cambiado que de costumbre, a la vez que parece más... ¿adulto es la palabra? supongo que me valdrá con esa palabra; camiseta blanca parcialmente oculta bajo una sudadera gris a medio abrir, vaqueros rojos, está claro que no apretados como le encanta llevar a Harry, sino holgados como siempre él lleva, y por último unas de sus muchas y queridas deportivas Supras, estas de colores blanco.
De nuevo, una parte de mí, le mira con otros ojos, con unos que me incitan a cosas que no tengo muy claro de si hacerlas o no, aunque por muy raro que parezca, esa parte de mí al mismo tiempo está terriblemente nerviosa. Nerviosa, nerviosa de estar con Niall, que cosa más tonta, he pasado tres días junto a él, viviendo con él, ¿por qué me pongo nerviosa ahora?

--Hola-dice tímido.
--Hola-respondo de la misma forma.

Mierda Ane, reacciona, ¿qué coño estás haciendo? ¿Vas a tener vergüenza de estar con él ahora?

Me aparto para que entre cuando suena el timbre del microondas.

--¿Palomitas?-dice divertido entrando, con una de sus brillantes sonrisas.
--Lo mejor para ver una peli-respondo cerrando la puerta tras él-ahora vengo.

Me meto en la cocina e intento sacar las palomitas sin quemarme. 
Hago malabares para no quemarme abriendo la bolsa y volcando las palomitas en un bol, me doy la vuelta para ver a Niall riendo por mi numerito.

--¿Vamos a mi cuarto?-pregunto por saber su opinión.
--Claro-dice sonriente-¿Te ayudo con algo?
--Eh...sí, he sacado un par de películas, están en el salón, elige la que te apetezca ver.

Subo las escaleras y le espero allí arriba cuando aparece con la caratula de un CD en la mano, me la muestra mientras sube las escaleras. Una de miedo, pues bueno, si le apetece...
Nos metemos en mi habitación cerrando la puerta tras nosotros y mientras él se sienta en la cama esperándome con las palomitas sobre sus piernas, pongo la película, apago la luz y me siento a su lado.
La película comienza, intento enterarme de qué va, pero lo único en lo que me fijo es en la mano de Niall acariciando mi piel bajo la camisa mientras mira fijamente la pantalla de la televisión, lo que provocaría que ese cosquilleo o lo que sea me invadiera, de no ser porque desde que le he abierto la puerta no ha cesado y parece que cada vez va abarcando más y más terreno dentro de mi ser.
Cuando consigo coger el hilo a la película sale un zombie o algo así, de la nada haciendo que se me escape un grito y me sobresalte pegándome más a él. Me mira divertido y se acerca despacio hasta hacer que nuestros labios se junten despacio. Un beso ¿Qué hay de extraño en eso? Pero lo extraño no es el beso, sino el tipo de beso, es exactamente igual a cuando estábamos en el hotel y tuve que ir a su cuarto, igual de caliente y buscando más.

Joder, ahora ya no siento el cosquilleo, siento...siento, no sé ni qué siento, pero sea lo que sea está tomando el control de mi cuerpo por completo.
Se inclina más y más hasta quedar tumbados, él sobre mí, sin aplastarme, ya que se apoya en sus brazos para dejar algo de distancia y no hacerme daño, cuando se oye un fuerte golpe.

--Au-dice separándose de mí.
--¿Qué pasa?-pregunto nerviosa.
--Me he dado con la cabeza contra la pared-se queja dolorido.
--¿Estás bien?-pregunto incorporándome y debido a la oscuridad de la habitación no calculo las distancias y soy yo la que se choca contra él, golpeándonos las frentes.
--Au-nos quejamos a la vez.
--¿Te has hecho daño?-pregunta preocupado.
--No, tranquilo-digo acariciando mi frente para que pase el dolor.

Se acerca de nuevo a mí para besarme con su cuerpo pegado al mío. Mis manos parecen moverse solas por la espalda de Niall hasta llegar al final de su camiseta y tirar de ella hasta quitarla, sin conseguirlo. Se incorpora apartándose de mí dejando las rodillas a los lados de mi cadera, cuando dejo de notarle sobre mí y se oye otro golpe, más fuerte.

--¿Niall?-digo encendiendo la luz de la lámpara que hay en la mesilla.
--Estoy bien-dice levantándose del suelo-he perdido un poco el equilibrio-dice tirando la camiseta al suelo y volviendo al lugar en el que estaba antes sobre mí.

Ruedo por la estrecha cama para quedarme yo sobre él, mientras intenta quitarme mi camisa, la desabrocha poco a poco mientras sigue besándome y bajando los besos por mi cuello, algo torpes, la verdad, pensé que sería más experimentado, al menos más experimentado que yo.

--Ay, ay, mi pelo-digo parándolo-espera, se ha enganchado con el botón.
--Lo siento, lo siento-dice dejando de tirar.

Consigo quitar el pelo enredado en mi botón y la suelto por ahí.
Me doy cuenta de como me mira, como me mira con interés y curiosidad el pecho para ser más exactos de lo que mira. Tiro del edredón, ya medio caído de la cama por el movimiento y lo coloco sobre mi espalda, no arregla mucho, pero me siento menos incómoda.
Me mira extrañado pero siguen sus besos, deja sus caricias por mi espalda y baja sus manos hasta sus vaqueros, parece que forcejea con ellos.

--¿Qué pasa?-pregunto quedándome de rodillas y tapándome con la manta.
--Se ha quedado pillado el cinturón-dice nervioso.
--A ver-digo mientras me apoyo sobre su cintura, sentándome sobre algo duro y bastante extraño, haciendo que salga un sonido extraño por parte de Niall-¿Te pasa algo?-pregunto curiosa.
--N...no, pero...no...te...te apoyes ahí-dice nervioso.

Miro hacia abajo par saber qué es lo que me ha clavado exactamente y los colores se me suben de inmediato al ver su pantalón abultado justo en el lugar en el que yo he plantado mi culo.

--Lo...siento-respondo cortada dejando más distancia entre nuestras caderas.
--Nada, nada-dice soltando un suspiro.

Bajo las manos a su cinturón para tratar de quitárselo sin evitar...ciertos roces y que Niall repita esos sonidos, lo que hace que sienta más y más nervios y por otra parte me sienta bien y a la vez ansiosa, creo haber descubierto el misterio del cosquilleo y la verdad no me imaginé eso de mí misma; me siento excitada, no, peor aún, llevo así desde esta mañana, llevo así de... ¿cómo decirlo? ¿Cómo lo dirían Marta y Lucía, así con su delicadeza natural y su vocabulario de todo menos femenino? ¿Cachonda como una perra? Sí, supongo que ellas dirían algo así.

--Ya-digo al fin, quitando ese maldito cinturón y bajando sus pantalones de un tirón, demasiado ansiosa, más de lo que pensaba-Madre de Dios...-susurro quedándome a cuadros.

En cualquier momento se rajan sus boxers, lo juro que da esa impresión, con que estén un poco desgastados se rompen en cualquier momento, seguro.
Muevo mi mirada hasta llegar a la de Niall, rojo como un pavo de la vergüenza al ver mi mirada clavarse en esa zona con tanto descaro.

--Lo siento-digo cortada mientras me inclino a besarle y acabo quitando sus pantalones del todo.

Acaricia mi espalda, ahora sin manta, ya que se habrá caído al suelo, baja hasta el borde de mis vaqueros, estos sin cinturón, lo que ayuda bastante, pero en cuanto los desabrocha e intenta bajarlos se para y deja de besarme.

--¿Qué?-susurro en sus labios.
--No bajan-dice molesto tirando hacia abajo con algo de fuerza, aunque no demasiada por no hacerme daño.

Claro, los vaqueros estrechos, ahora no van a salir... ¿Por qué me pondría estos? Dios mío, que desastre...que desastre está siendo todo, con tanta...torpeza...

--Espera-digo levantándome y quedándome de pie en medio de la habitación-tengo un truco para quitarlos.

Él me mira extrañado desde la cama. Comienzo a saltar mientras tiro hacia abajo murmurando cualquier cosa, hasta que consigo bajarlos de las caderas, tiro más de ellos, mientras sigo con los saltitos y cuando estoy apunto de sacarlos del todo resbalo con su camiseta y caigo al suelo dando un culetazo.

--¿Estás bien?-pregunta preocupado medio levantándose de la cama.
--Sí, ya casi están-digo tirando de ellos hasta que por fin despego esos vaqueros de mi cuerpo.

Suspiro y vuelvo a la cama, donde Niall está sentado, me siento yo al otro lado, tapándome con la manta al igual que él. Mi respiración va acelerada a causa de mi nerviosismo por lo que va a ocurrir de un momento a otro. Le miro y veo su cara roja, no sé si de la vergüenza o del calor.

--¿Ahora qué?-pregunto rompiendo el silencio. 
Se encoge de hombros mirándome aún con la cara muy roja-en...en las películas...se...acarician-digo nerviosa haciendo círculos sobre la sábana con mi dedo índice.

Me muerdo los labios nerviosa, sin querer mirarle a la cara, algo que no tiene mucho sentido ya que parece que él está igual que yo y que de igual manera tendré que mirarle si vamos a hacer algo, que es lo que parece. Levanto la mirada acobardada y veo a Niall con los ojos como platos.

--¿Qué...clase de películas...ves tú?-dice también con nerviosismo.

Noto como me pongo más roja, más aún si es que eso es posible debido a su comentario y a lo que parece dar a entender que me dedico a ver porno en mi tiempo libre, algo totalmente falso (Solo lo recalco para mentes sucias)

Vale Ane, desvarías ¿ahora con quién narices hablas? Estás como una maldita cabra y lo peor de todo es que estás así solo por estar nerviosa, ¡lánzate joder! ¡lánzate a él y hazlo tuyo! ¡de tu posesión! ¡Los dos estáis aquí para eso! ¡Tú lo sabes, él lo sabe, tu madre lo sospecha, su madre lo teme, hasta los extraterrestres estarán pensando "¿¡Qué mierdas hacen que no están follando ya?" mientras os ven desde sus naves espaciales! ¡Así que vamos! ¿¡A qué esperas?! ¡Tírate a por él!
Pero mis pensamientos pervertidos, salvajes y alocados se quedan muy bien cerrados en una parte de mi cabeza, dejando hablar a la parte nerviosa y tímida que lleva toda la situación en estos momentos.

--No las que piensas-respondo cortada-en las de amor...
--Entonces...¿Caricias?-pregunta, por lo que yo asiento con la cabeza.
--Caricias-confirmo-así que...-hablo mientras aparto mi pelo que cae algo alborotado por mi pecho hasta dejarlo por la espalda-vamos...-digo cortada.
--¿Cómo?-dice sin comprender.
--Que...que me acaricies...

Me mira con una ceja alzada por la confusión y señalo mis pechos haciendo que sus ojos se abran de golpe por la sorpresa.

Creo que no pensé que tuviera que pedirle algo tan...así...

--¿Se...segura?-pregunta acercándose a mí. Asiento con la cabeza despacio.
--Vamos...-insisto.

Acerca su mano despacio a mi pecho, me mira a los ojos y la retira con velocidad, quedándose de nuevo lejos de mí, con la cabeza agachada y respiración de forma entrecortada. ¿Por qué está tan nervioso? se supone que esto ya lo ha hecho muchas veces... ¿o no?

--¿Qué?-pregunto nerviosa.
--Nunca...he hecho...esto-admite avergonzado
--¿El qué?
--Nada de esto...-murmura con la cabeza gacha.

--¿Tú nunca...?-pregunto algo sorprendida.

Niega con la cabeza avergonzado. ¿Por qué se avergüenza? me parece lo más tierno de este mundo, aunque yo que estoy en las mismas tampoco se lo había comentado antes, la verdad...

Dos misterios resueltos en una noche, este era "El misterio de porqué a Niall le asustaba sacar el tema del sexo" y la resolución es que es virgen, aún lo es, tiene diecinueve años y lo es... pues me parece totalmente tierno y adorable.

--¿De verdad?-pregunto alucinada.
--De verdad-dice con la cabeza gacha con total bochorno por su confesión-quería...esperar a una chica especial para...hacerlo...-admite en un susurro.
--¿Soy yo la chica especial?-pregunto asombrada.

Asiente con la cabeza vergonzoso, sin mirarme a los ojos, algo que hace que le vea de forma realmente tierna.

--¿Tú...alguna vez...?-pregunta mirándome a los ojos.

Noto como la sangre sube a mis mejillas de golpe al formular esa pregunta, más bien, tan solo medio formularla ya que no está completa, pero aún así comprendo a lo que se refiere, haciendo que las pulsaciones se me aceleren más de lo que ya estaban, que creía algo imposible, pero no, sí era posible ponerme más nerviosa con tan solo hacerme esta pregunta.

Me muerdo el labio inferior nerviosa, con la cabeza gacha, antes de elevar mi mirada hasta él de nuevo, el cual me mira confuso y algo nervioso, supongo que porque pensará que no soy virgen y que por lo tanto tengo más experiencia que él, dejándole en lo que sería una pequeña humillación, nada más lejos de la realidad, ya que nunca en mi vida había llegado tan lejos con ningún chico y creo que esta noche voy a llegar más lejos aún.
Niego con la cabeza. Lo que parece agradarle, ya que sonríe ampliamente.

--No puede ser tan difícil-susurro cogiendo su mano delicadamente.

La muevo despacio hasta colocarla sobre mi sujetador, sintiéndome algo extraña por dejar que alguien me toque de esa forma, pero por otra parte agradecida de que lo haga, a gusto con que sea él quien lo haga, y... ¿sería muy fuerte decir que me excita que me toque así? sí, yo creo que sería un poco fuerte, pero es la realidad, ¿para qué mentirnos?
Él abre los ojos por la sorpresa y este nuevo tacto y sensación.


--¿Y bien?-pregunto después de un rato en el que me soba la teta, así dicho bruscamente.
--Increíble-dice impresionado-totalmente fascinante-dice como si estuviera descubriendo la Atlántida.
--Gracias, supongo-digo divertida.


Cojo su mano de nuevo, esta vez llevándola a mi mejilla y me acerco a él lentamente. Acaricia mi mejilla despacio y me mira nervioso por lo que soy yo la que me lanzo a besarle quedando tumbada sobre él, pasa los brazos por mi espalda hasta llegar al broche de mi sujetador, lo desabrocha y rápidamente pongo una mano para que no se caiga y me vea. 
Me suelta un gruñido molesto y quejica.

--No me lo voy a quitar-refunfuño.
--Vamos-dice dándome pequeños besos.
--No-digo directamente.
--Tengo curiosidad...-dice quejica-no tengo hermanas, nunca he visto nada, quiero ver.
--Te he dicho que no-digo muerta de la vergüenza.
--No es justo, tienes más ropa que yo y en algún momento te la tendrás que quitar-dice besándome por el cuello-vamos...-susurra mientras baja despacio uno de los tirantes.


Cojo la manta tapándome y dejando que me quite el sujetador por lo que frunce el ceño.


--Eso no vale-dice poniendo morritos como hacen los niños pequeños enfadados.
--Dijiste que me lo quitara, yo me lo quité-respondo divertida.


Gruñe de nuevo y me pega a él mientras sigue besándome. Sus manos se dirigen a lo que me queda de ropa, prácticamente nada. Acabo quitándome todo haciendo que mis nervios aumenten, más y más por segundos. Paso mis manos por su pecho, algo definido, su piel suave y tan deseable que podrías pasarte toda una vida tocádola sin cansarte. Acariciándolo poco a poco y con lentitud lo que parece ponerle más nervioso ya que noto su respiración jadeante y su pecho subir con velocidad, llego a sus calzoncillos, los que quito con dificultad haciendo que su respiración también se vuelva nerviosa.


--Espera...-digo apartándome y sentándome en la cama de nuevo, tapada completamente con el edredón.
--¿Qué?-pregunta también sentándose y tapándose de cintura para abajo.
--Sé...precavido-digo nerviosa.
--Sí, sí, creo que en mis vaqueros...-dice buscándolos-¿Dónde están?-pregunta nervioso.
--No sé, pero no lo pienso hacer si no tienes uno-digo muy segura.


Demasiadas charlas me he tragado sobre sexo como para ir ahora a lo loco. Me niego a eso.

--Joder...joder...-dice revolviendo toda la cama-¿Tú...no tienes?-dice mirándome nervioso perdido.


Noto como me pongo más roja aún. Me muevo hasta mi mesilla de noche y abro el primer cajón, revuelvo todo lo que tengo hasta sacar ese envoltorio brillante.


--¿Por qué...tienes?-pregunta sorprendido.
--Eh...Harry...me dijo que...tenía que tener cuidado y...me lo dio...-admito con una sonrisa nerviosa.

--¿Harry? ¿Te lo dio?-pregunta sorprendido.

Asiento con la cabeza y se lo tiendo. con mi brazo tembloroso.

--Toma...-le digo sin más.


Lo coge nervioso y trata de abrirlo con cuidado de no romperlo, aunque la verdad es que no lo consigue y me está poniendo realmente nerviosa, más aún si cabe.

--A ver...-suspira-no puede ser tan difícil...
--No, así no, lo vas a romper...-me quejo recordando lo que me dijo Harry de que tuviera cuidado al abrirlo.
--No puede ser de otra forma-reproche Niall.
--Que sí, trae-digo quitándoselo de las manos-¿Ves? Así...-soy yo la que consigo abrirlo en condiciones.
--A ver...-dice en bajo mientras se aparta la manta de su cuerpo.


Me acerco despacio por su espalda, tengo curiosidad, solo he vivido con mi madre, solo chicas, solo sé cosas de chicas, la curiosidad empieza a matarme, necesito verlo, lo necesito.


--¿Qué haces?-pregunta nervioso antes de que pueda ver nada.
--Quiero...ver-digo cortada.
--¿Por qué?-pregunta avergonzado.
--Te...tengo...curiosidad...-admito.
--¿Nun...nunca has...visto...nin...ninguno?-pregunta nervioso.


Niego con la cabeza avergonzada.
Sonríe con algo de ternura y me coge de la mano haciendo que me acerque a él, prácticamente pegada a sus labios.


--Te quiero-susurra antes de besarme.
--Y yo a ti...-respondo con una pequeña sonrisa.


Vuelve a lo suyo y yo me asomo curiosa por encima de su hombro haciendo que mi boca se abra de la sorpresa y note como se me suben los colores.


--Menos mal que la tenías pequeña-se me escapa en un susurro.


Me mira dolido, triste y avergonzado, antes de agachar la cabeza.


--Lo siento...no quería decir eso...-digo abrazándole por la espalda con fuerza, arrepentida por haber dicho tal brutalidad.
--Ya, ya...-dice desanimado.
--Te quiero, a ti, de todas las formas, no me importa eso, tú eres perfecto para mí...-le aseguro.
--Pero si fuera Harry estarías flipando en colores...


Una mala y horrible imagen de mi hermano se pasa por mi mente haciendo que me corra un escalofrío por la espalda por el asco...


--Nunca, pero nunca, nunca de los nuncas lo haría con Harry-digo apoyando mi mejilla en su espalda-nunca... Además a él no le amo, solo te amo a ti y ya estoy flipando en colores-admito divertida.
--¿De verdad?-pregunta girando la cabeza para mirarme dudoso.
--De verdad-aseguro antes de besar su mejilla.


Sigue a lo suyo, mientras yo hecho alguna que otra ojeada rápida. ¿Qué? Soy curiosa, no puedo hacer nada, además, me llama demasiado la atención como para no mira.

Cuando consigue ponérselo suelta el gruñido de su vida.

--¿Qué ocurre?-pregunto extrañada.
--Se acaba de romper-dice tirándolo por cualquier parte, enfadado y molesto.
--¿Ahora qué hacemos?-pregunto nerviosa.
--Si encontrara mis pantalones-dice algo cabreado.
--Ahí están-digo señalando sus pantalones hechos un gurruño en la esquina.
--¡Genial!-exclama levantándose de un salto mostrándome su culo blanco como el de un bebé, haciendo que ría por lo bajo.


Comienza a sacar y sacar condones de todas las formas. No me puedo creer que viniera solo para esto, solo para hacerlo conmigo cuando mi intención solo fue pasar algo de tiempo con él, ya que luego tiene conciertos y yo clases.


--¿Sabías que esto iba a pasar? ¿Solo viniste para esto?-pregunto dolida.
--¡No! No vine para esto, vine para estar contigo-dice muy seguro.
--Pero sabías que iba a pasar...
--¡No! O sea, sí, pero...fue Louis, le pedí consejo y me dijo que...si íbamos a estar solos y...no lo habíamos hecho aún, pues...deberíamos aprovechar y...me dijo que tuviese mucho cuidado y...me los dio, solo eso, pero...si tú no quieres...no te voy a obligar...-admite en bajo.
--Por supuesto que quiero...-murmuro-solo quería saber si iba a ser una más sin importancia para ti.
--Tú eres la más importante para mí-dice besándome la mejilla-y lo sabes...


Sonrío como una tonta y coge uno de los muchos que trae.
Se acerca despacio a mí, con intención de hacerlo, por fin, cuando veo el reflejo de la luz de la habitación de enfrente, en la casa de al lado, la de Harry, haciendo que me entre el pánico e intente escapar haciendo que nos caigamos de la cama, él en el suelo y yo sobre él.


--¿Qué haces?-pregunta extrañado.


Hago que se calle poniendo una mano sobre su boca y con la otra extiendo mi dedo índice sobre mis labios para que no intente hablar
.

--¿Qué pasa?-susurra apartando mi mano.
--Harry acaba de llegar-hablo en el mismo tono.
--¿Y qué?
--Si ve que estoy despierta querrá hablar y si ve que tú estás así te querrá matar.


Esperamos un par de minutos en silencio hasta que el reflejo cesa, y por lo tanto, Harry ya está durmiendo.
Suspiro y le miro a los ojos, veo como sonríe satisfecho ante la forma en la que nos encontramos; totalmente desnudos uno ante el otro.
Me doy cuenta de mi desnudez e intento tirar de la manta para taparme, pero me lo impide atrapando mi mano con la suya, con delicadeza y cariño.


--Déjame taparme...-le pido.
--No, no tienes por qué sentir vergüenza conmigo, te quiero así y estás preciosa-dice acariciando mi pelo-¿De qué te avergüenzas?
--De esto...-murmuro apoyando mi cara sobre su pecho.
--¿Esto?
--Sí, tengo miedo...
--¿De qué?
--De que no sepa hacerlo, de que no te guste, de...quedarme embarazada, de que despierte mañana y no estés a mi lado...-digo mientras le abrazo con fuerza.
--Recuerda que yo tampoco lo he hecho nunca, no sé cómo hacerlo tampoco, pero seguro que me encanta...no te voy a dejar embarazada, para eso hemos tenido dos intentos y no voy a echarte un polvo y me voy a ir, vamos a hacer el amor, porque nos amamos, yo por lo menos te amo a ti.
--Y yo a ti, mucho-le aseguro.


Levanto la mirada, para mirarle a sus ojos, azules como el cielo y sus labios curvándose en una sonrisa.

--Entonces vamos-dice besando mi frente-que tú estarás calentita sobre mí, pero tu suelo está frío-dice divertido.

Se levanta cogiéndome en brazos y me tumba despacio sobre la cama, me mira fijamente por un segundo haciendo que me ponga nerviosa.


--No me mires así-digo molesta.
--Perdón, perdón-se disculpa y acto seguido se tumba sobre mí, apoyando las rodillas y los brazos en el colchón para no aplastarme sintiendo esa presión de nuevo, esta vez en mi estómago.


Clava su mirada en la mía y me besa despacio, acariciando despacio mi lengua con la suya, sin apenas respirar, ni él ni yo, pero tampoco importa.

--¿Prefieres que vaya poco a poco o de un tirón?-pregunta mientras baja sus besos por mi cuello.
--Me da igual...-admito jadeando.
--No quiero hacerte daño...
--No lo harás...confío en ti...
--Está bien, allá voy...Voy a ir poco a poco ¿vale?-me susurra separando ligeramente sus labios de los míos.


Asiento con la cabeza nerviosa. Me mira con una sonrisa y baja poco a poco su cadera, haciendo que algo se clave en mi estómago.


--Ni...Niall...
--¿Estás bien?-pregunta preocupado.
--Eso es mi tripa...-digo con la respiración cortada.
--Uy, perdón-dice avergonzado.


Se separa de mí y de nuevo lo intenta, sin mucho éxito.


--¿Ahí?-pregunta.


Niego con la cabeza, mordiendo mi labio inferior por tanta torpeza, tanto por mi parte como por la suya.


--Sigue siendo mi tripa...
--Es que esto en imposible, si no veo como voy a acertar-dice elevando su cintura de nuevo.


Mira hacia abajo haciendo que me ponga nerviosa.


--¡No mires!-le regaño.
--Es que no sé dónde...en fin...-dice cortado.
--Pero tú no mires...a ver...más abajo-acata mis órdenes-prueba a ver...no-le sigo ordenando y él obedeciendo-más aún...a la derecha...-noto como ese es el lugar-s...sí-digo nerviosa.
--¿Ahí?-pregunta por lo que yo asiento con la cabeza despacio-vo...voy...-dice no menos nervioso que yo.


Baja poco a poco haciendo que comience la presión y el dolor dentro de mí y al paso que va creo que voy a morirme como no se dé prisa.

Siento un enorme destrozo, como si a cada milímetro que se mueve dentro de mí rompiera una parte de mi ser. Pensé que se sentía amor, pero lo único que yo siento es dolor y ganas de llorar y eso que aún no está completamente en mí.

--Niall...-digo apretando los dientes.
--Dime-dice dándome un pequeño beso.
--De una vez...
--¿Qué?-pregunta confundido.
--Que lo hagas de una vez, de un tirón-le pido.
--Per...
--Ahora-le corto.


Y de un golpe se mete dentro de mí, es un dolor insoportable, muerdo mis labios para no soltar un grito de dolor, clavo las uñas en la cama, pero las lágrimas no se pueden frenar. Noto como comienzo a sangrar. Me mira confundido.


--¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?-pregunta asustado.


Se separa de mí despacio haciendo que la presión, pero no el dolor desaparezca de mí y yo suelte un pequeño suspiro de alivio al no sentir esa presión dentro de mi frágil cuerpo.


--Ay, ay, ay-dice asustado-¿Por qué sangras? ¿Qué te he hecho? Lo siento, lo siento, vamos al hospital-dice nervioso con intenciones de salir de la cama.
--Oye...-digo cogiendo su mano-que eso tiene que pasar-digo con una sonrisa apartando mis lágrimas-no me has hecho nada malo.
--¿Entonces por qué lloras?
--Porque...porque me...duele-respondo avergonzada.

--Yo...yo... ¿Yo te he...hecho daño?-pregunta dolido.
--No ha sido aposta...
--Soy horrible, lo siento de verdad-dice apunto de llorar.
--Oye no, no lo eres-digo tirando de su mano para que se acerque a mí.
--No, no quiero hacerte más daño-dice dolido.
--Eso...solo ha sido por la primera...venga...-insisto.


Poco convencido se coloca en la misma posición que antes; sobre mí. Repite la misma acción, pero de forma algo más rápida y cuando lo consigue me mira a la cara, para ver mi expresión de completo dolor, él se intenta mover, supongo que para que disfrute y no sufra, pero eso solo hace que sienta más destrozo.
Se separa de mí, demasiado, con intenciones de no volverme a tocar, cuando le susurro un "Estoy bien" para que prosiga.
Resopla y se tumba de nuevo sobre mí. Pasa otra y otra pero el dolor no parece cesar, al igual que mis lágrimas.

--Este ya ha sido el límite-dice molesto separándome de mí-no arreglamos nada, solo te hago daño.
--No, Niall...estoy...mejor...de verdad...
--Mira, no puedo verte así ¿Vale?
--Te estoy diciendo que sigas-digo molesta.
--¿Hasta en la cama me vas a replicar?-pregunta divertido.
--Solo otro intento...
--Está bien...-dice poco convencido.


Una más, algo ya cambia, el dolor sigue, no lo voy a negar, pero nace una pizca de placer que hace que suspire relajando los brazos que tenía en tensión con las uñas clavadas a la cama. Él sonríe satisfecho al no hacerme daño.


--¿Quieres que cambiemos?-pregunta con un ligero jadeo.


Le miro extrañado y él cambia de posiciones haciendo que yo quede encima.
Apoyo mis brazos, temblorosos y cansados y me dejo caer, con un mejor resultado que estando yo abajo, tanto por mi parte como por la de Niall, que suelta un gemido de impresión haciendo que yo sonría, por alguna razón, pero por muy a gusto que así me encuentre mi cuerpo está dolorido y cansado.


--¿Mejor de la otra forma?-pregunta viendo que no me he movido.


Asiento con la cabeza y de nuevo quedo atrapada bajo su cuerpo. Nuestras respiraciones van aceleradas y el ritmo también aumenta haciendo que salgan sonidos de mi boca poco habituales. Hasta que Niall se detiene y de una última vez se deja caer y suelta un largo suspiro, elevo mi mano hasta su nuca y la acaricio. Por su parte ya ha acabado y yo ya no puedo más con mi propio cuerpo.
Como si me leyera la mente se aparta despacio de mí y se deja caer a mi lado.


--¿Estás bien?-pregunta jadeando.
--Ajá-digo de la misma forma. Trago saliva-¿Y tú?-giro mi cabeza para mirarle y me sonríe feliz.
--Como en mi vida...-admite alargando un brazo para abrazarme-lo siento si te hice mucho daño-dice completamente destrozado, fijando su mirada triste en mí.
--No importa-digo besándole cortamente-te quiero...



-----------------------------------
En el anterior capítulo, por un comentario me preguntaron por mis otras novelas, así que aquí os las dejo ^^.
Son :

-- I was stupid for letting you go... Es otra fanfic y la tengo en blogger y wattpad,  : http://iwasstupidforlettingyougo.blogspot.com.es/ (en blogger) y  http://www.wattpad.com/34922157-i-was-stupid-for-letting-you-go (en wattpad)

--Cartas de una directioner, una fanfic que empieza un poco sosa pero luego se anima ^^ , también la tengo en blogger y wattpad: http://cartasdeunadirectioner.blogspot.com.es/ (en blogger) y http://www.wattpad.com/40193000-cartas-de-una-directioner (en wattpad)

--La magia de los Wardebroke La tengo en wattpad y blogger. NO es fanfic, pero igualmente si os pasáis y me dais algún voto en wattpad si os gusta y eso :3 : http://lamagiadeloswardebroke.blogspot.com.es/ (en blogger) y http://www.wattpad.com/35551518-la-magia-de-los-wardebroke (en wattpad)

Espero que os gusten ^^